Capitulo 22
Se encontraban todos reunidos en la casa del matrimonio Potter Evans en Godric's Hollow, los merodeadores con sus respectivas parejas, esperaban impacientes la noticia que iban a darles esa noche. Lily y James sonreían emocionados.
—Estoy embarazada.—confesó.
—¡AHHHH!—grito Marlene emocionada, corriendo a abrazarla.
—¡SIIII! ¡UN MINI CORNAMENTA!—exclamó Sirius.
—¡Y queremos que Sirius y Jade sean los padrinos!—exclamó James.
—¡AHUEVO QUE SÍ!—exclamó Sirius con los brazos en alto.
—¿Segura?—cuestiono Jade.
—No hay nadie mejor que tú para ser la madrina de mi hijo.— dijo Lily con una sonrisa y miro a Marlene.—Sin ofender.
—Oh, no pasa nada, nosotros también tenemos un anuncio...—todos los miraron expectantes—¡Nosotros también estamos esperando un bebé!—anunció Marlene.
—¡AHHHH!—grito Lily y le dio un abrazo.
—¡Y los padrinos son James, Remus y Jade!
—¿Tres?—James lo miro confundido.
—¡Son mellizos!—informó Marlene.
La sala se lleno de abrazos y felicitaciones entre ambos matrimonios, quienes estaban completamente felices de estar esperando sus respectivos bebés. De pronto, voltearon hacia uno de los sillones, donde Remus y Jade los contemplaban.
—Muchas felicidades, me siento feliz de ser la madrina de sus hijos.—dijo Jade con una pequeña sonrisa.
—Es verdad, muchas felicidades.—dijo Remus.
—¿Y ustedes para cuando?—pregunto James con una sonrisa.
—Nosotros no tendremos hijos.—respondió Remus con tranquilidad y las sonrisas de sus amigos desaparecieron.—Yo no quiero tener hijos.
—¿Y estas de acuerdo con eso?—pregunto Sirius a Jade.
—Mientras tenga a Remus no me importa nada más.—respondió Jade con una sonrisa tensa.
—¿Qué?—Marlene miró confundida a Jade.
—Creí que tu mayor sueño era formar una familia con mínimo dos niños.—dijo Lily.
Todas las miradas recayeron sobre Jade, especialmente la de Remus que la miraba impactado. Jade bebió de la copa que le habían dado al entrar y se levanto del sofa con una sonrisa.
—Debo irme, quede con mis padres de ir a una cena esta noche. Espero verlos pronto.—dijo Jade.
—¡Jade!—exclamó Remus.
Pero fue muy tarde, Jade se había desaparecido y aparecido en las afueras de la Mansión Ryddle con el corazón martillándole furiosamente. Lo que menos habría querido es que Remus se enterará de su antiguo sueño, pues lo haría pensar que la estaba haciendo infeliz.
Camino hasta la entrada principal, donde fue recibida por unos elfos que se llevaron su chaqueta, quedando en un corto vestido negro de manga larga con los hombros descubiertos y unos altos botines negros.
—Vaya, creí que llegarías más tarde.—comentó Theodore en cuanto la vio llegar.—Como se que no te gusta estar aquí.—se encogió de hombros.
—Por primera vez, no hay ningún otro lugar donde quiera estar.—dijo Jade.
Sus padres la habían invitado a una cena con las familias más poderosas del mundo mágico, que en realidad venían siendo como los amigos más cercanos de ellos, y aunque Jade no tenía la más mínima intención de ir, ciertamente no pudo resistirse a su madre.
Era curioso como un alma tan oscura como la de su padre estaba con alguien tan bueno y amable como su madre, aunque quizá no debía sorprenderle mucho, despues de todo, la situación entre Remus y ella no era muy distinta a esa.
Al entrar en el comedor, Jade se dio cuenta de que quizá si hubiera preferido enfrentarse a Remus que venir a esa cena donde estaban las personas que más detestaba: sus ex compañeros de casa.
En la cabecilla principal estaba su padre, a su derecha estaba su madre, despues había un asiento vacío y luego estaban Eileen, Orión, Severus y Regulus Black. A la izquierda de su padre estaba Theodore Nott Sr, un asiento vacío y luego estaban Rabastan, Rodolphus y Bellatrix Lestrange, seguidos de Narcisa Malfoy y en la otra cabecilla, frente a su padre, estaba Lucius Malfoy. No le sorprendió no ver a Abraxas Malfoy, quien se encontraba ya muy anciano y cansado en su mansión.
—Buenas noches.—saludaron Theodore y Jade con un asentimiento de cabeza.
—Pasen, pasen, muchachos.—dijo Eva con una sonrisa.
—Bienvenidos, Jade, Theo.—saludó Tom.
Jade y Theodore se colocaron en los lugares que les correspondían, a lado de su madre y padre respectivamente. Eileen le sonrió a Jade, quien asintió a modo de su lado. Tom chocó su copa delicadamente con una cuchara y se levanto.
—Buenas noches a todos, como ya saben, el milagro de que mi hija apareciera se ha cumplido y esta cena fue hecha con el mero motivo de que los más allegados a mí la conozcan. Estoy muy...
Escuchar a Tom Ryddle dar un discurso fue suficiente para que Theodore y Jade jugaran a piedra, papel o tijera desde la distancia. En cuanto Tom terminó de hablar, hizo un movimiento con las manos y la cena fue servida.
—Buen provecho.—dijo Tom.
La cena paso en un ambiente bastante tenso, principalmente por parte de los más jovenes de la mesa quienes detestaban a Jade y ella a ellos. Quizá todo hubiera quedado simplemente en una cena incomoda si no fuera por Severus, quien como era típico, no pudo evitar hacer uno de sus comentarios rastreros:
—Pensamos que no vendrías, Jade. Con eso de que te gusta más estar con otros tipos de especies.—sonrió con sorna, haciendo referencia a la animagia de los chicos y la licantropía de Remus.
—Curioso —sonrió con tranquilidad— no recuerdo que te quejaras de los tipos de especies cuando uno de ellos te salvo la vida.
—¡¿Cómo?!—exclamaron Eileen y Eva escandalizadas.
—El bambi al rescate.—murmuró Theodore, recordando como Severus se había escapado una noche de Luna Llena para ver a donde iban los merodeadores, siendo casi atacado por Remus en su forma de licántropo y salvado por James en su forma de ciervo.
—Por lo menos Severus sabe que debe juntarse con los de su clase, —intervino Bellatrix con altivez y miro de arriba abajo a Jade.— no como otras.
—¿Y tú de que clase de compañías puedes presumir cuando Rodolphus casi fue obligado a desposarte? Nadie nunca te ha querido para nada que no sea un revolcón—se burló Jade y Theodore soltó una carcajada.— Si ese es el tipo de clase con la que debo juntarme, considero que estoy muy bien relacionada.
—¡¿Cómo te atreves?!—saltó Narcisa.
—A mi ni me metan.—pidió el mencionado con indiferencia.
—Quizá Rodolphus no me ame...¡pero al menos a mí mi padre siempre me quiso y tu propio padre me ve más como su hija que a ti!—exclamó Bellatrix con una sonrisa triunfal.
—¡Bellatrix!—saltó Theodore furioso.
—¡¿Cómo te atreves?!—exclamó Eva, totalmente indignada.— ¡Lárgate de mi casa!
—¡Usted no puede ordenarme nada! ¡Solo sigo ordenes de mi rey!—replicó Bellatrix con voz chillona.— ¡Más aparte! ¡No dije nada que no fuera verdad!
El rostro de Jade se endureció y miro con frialdad a Bellatrix, quien sonreía juguetona. Antes de poder haber dicho algo, la mesa fue golpeada con furia y ante la sorpresa de todos, Tom Ryddle se había levantado y miraba furioso a Bellatrix.
—Retírate de mi casa en este instante, Bellatrix.—ordenó Tom fríamente.
—Mi señor....—susurró Bellatrix con el terror impregnado en su rostro.
—No se preocupen.—intervino Jade levantandose.— La que se va soy yo.
—Hija...—Eva la tomó de la mano pero Jade se soltó bruscamente.
—No se como pude pensar que todo esto iba a funcionar.—afirmó Jade viendo a su madre con frialdad.
Salió de la habitación con rapidez. El silencio inundaba el lugar y Eva rompió a llorar, siendo pronto consolada por su ahijado Theodore. Bellatrix sonrió con suficiencia, sonrisa que se borro al ver la mirada iracunda en el rey.
—Bellatrix.—llamó él con un tono de voz tan amenazador que incluso Eva y Theodore Sr lo miraron sorprendidos y algo atemorizados.—Te has tomado atribuciones que no debías y ya es momento de que pagues por ello.
El terror en los ojos de Bellatrix, Eva, con mucha satisfacción, jamás lo olvidaría.
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