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Capitulo 13

La cabaña de los Potter era un lugar ubicado en una zona boscosa de Londres y que solo era utilizado cuando la familia Potter quería pasar algún tiempo a solas, aunque desde que James se había graduado de Hogwarts, el lugar se había terminado convirtiendo en el refugio de el y de todos sus amigos, protegido bajo el encantamiento Fidelio, teniendo como guardián al mismísimo Albus Dumbledore.

En el suelo de la cabaña se encontraban Dorcas Meadowes y Peter Pettigrew, amarrados junto a Alastor Moody y frente a todos sus "amigos", quienes los miraban dolidos. Lily había subido a Jade a su habitación, pues los movimientos bruscos que hizo no le estaban ayudando en su rehabilitación. 

—No puedo creer que nos hicieran esto.—expresó Marlene con tristeza.—especialmente tú, Peter...eras prácticamente mi mejor amigo.

—¡Yo siempre te ame! ¡Pero claro, ¿Quién amaría al estúpido de Pettigrew?!—exclamó Peter con rencor y Marlene lo miro impactada. — ¡Estaba harto de estar en la sombra de los grandiosos Potter, Black y Lupin!

—Luces muy valiente ahora, maldita rata.—dijo Sirius con frialdad.—veamos si sigues igual de valiente despues de que se vayan con Ojoloco.

—Remusin, por favor...—hablo Dorcas, llorosa. Remus la miro con frialdad.

—Llévatelos por favor, Alastor.—pidió Dumbledore.— Sácales toda la información posible y en cuanto al castigo...—los miró con indiferencia.— lo dejo a tu veredicto.

—Entonces que mueran.—dijo Moody.— a ver cuanto resisten.

Entre gritos y forcejeos, Moody se desapareció junto a Peter y Dorcas, dejando en el comedor a todos los demás. Los jovenes miraron a Dumbledore, quien con cansancio se sentó en una de las sillas.

—Supongo que deben tener muchas preguntas referente a Jade, ¿no es así?—pregunto Dumbledore y todos asintieron.— Bueno, a decir verdad no hay mucho que decir. Ella siempre fue una niña muy madura y recuerdo perfectamente como antes de las vacaciones de navidad es su primer año, apareció en mi despacho y me pidió unirse a mi organización. Nunca supe a ciencia cierta como supo de la existencia de la Orden, aunque tengo la teoría de que nos debe haber escuchado a la profesora McGonagall y a mi hablar de ello. 

—¡¿Le permitió a una niña de once años unirse a la Orden?!—pregunto James, incrédulo.

—Jade puede ser bastante insistente cuando la situación lo requiere.—respondió Dumbledore, divertido.— ciertamente aunque negué la existencia de la Orden, Jade ya tenía pruebas, recuerdos muy bien recolectados de mi con algunos miembros. 

»Jade venía de un orfanato. Nunca había conocido el amor o una familia y ustedes fueron la familia que ella siempre deseo. Para Jade, ustedes son lo que ella más ama. Nunca olvidaré lo que me dijo cuando le cuestione porque quería unirse a nosotros:

Tom Ryddle atenta contra todo lo que amo, eso hace que sea mi principal objetivo a matar.

»Era tan pequeña y aún así hablaba de la muerte como quien habla del clima. Sabía perfectamente que debía ser firme con su futuro y por eso mismo la acepte, porque sabía que incluso si no la dejaba, ella encontraría la manera de luchar contra Tom Ryddle, así que preferí que estuviera conmigo para cuidarla.

»Ella siempre estuvo de nuestro lado y la única razón por la que se alejo, fue por el bien de ustedes. Jade siempre procuro el bienestar de todos ustedes.

Despues de que Dumbledore les contara la verdad sobre Jade, este se despidió de ellos y les aseguró que pronto tendrían noticias de él. Sentados en la mesa de la cocina, Lily bajo del cuarto de Jade y se unió a ellos en un silencio sepulcral.

No podían creer que Peter y Dorcas, especialmente Peter, fueran unos traidores. La situación dolía profundamente, especialmente para los tres merodeadores. De repente, Sirius frunció el ceño y miro a Remus.

—¿Y tú qué?

—¿De qué?—Remus lo miro confundido.

—Sí, ¿Qué onda entre nuestra tijeritas y tú?—pregunto Sirius.— ¿Harán lobitos tijiriteros o que?

El rostro de Remus enrojeció completamente y James rompió en sonoras carcajadas, siendo acompañado de Marlene y Lily, quienes tampoco pudieron evitar reír ante el rostro avergonzado del castaño.

—Bueno...—habló Remus rascándose la nuca con nerviosismo.

Sin oportunidad de escapar del interrogatorio de sus amigos, Remus confesó toda la verdad. Les contó sobre como Jade había descubierto que era un hombre lobo en primer año, como con el paso del tiempo empezaron a reunirse a escondidas, iniciando una relación secreta y como por cuestiones de ambos, él terminó decidiendo darle una oportunidad a Dorcas.

—¡Ya ven!—exclamó James y lo miraron confundidos.—Si Lunático logró enamorar a nuestra tijeritas, ¿por qué yo no podría enamorar a Lily?

—Porque eres idiota.—dijo Marlene y todos rieron.

—Son tal para cual.—masculló James.

(...)

Le habían dicho que debía reposar tranquila en la cama, pero Jade nunca había sido fanática de estar acostada en la cama, por el contrario, siempre encontró mucho consuelo en los marcos de las ventanas, las cuales solía abrir y sentarse ahí con los pies arriba mirando el cielo y jugando con sus tijeras, justo como ahora.

Se había enterado, por palabra de Lily, que Theodore fue quien las ayudo a escapar cuando las atacaron. Estaba agradecida con él, pero al mismo tiempo estaba preocupada. Sabía que Theodore tenían la estima de los reyes, pero también sabía que lo que hizo se consideraba traición. Esperaba que estuviera bien, tendría que contactarse pronto con el. La puerta de la habitación se abrió pero ella no volteo. 

—Te ves tan tierna cuando juegas con tus tijeras.

Ella no volteó, no era necesario, reconocería su voz donde fuera. Remus se acercó y se recargo en la pared a su lado, comenzando a acariciar el cabello de Jade con delicadeza mientras ella continuaba moviendo sus tijeras.

—¿Cómo te sientes?—pregunto con suavidad. 

—Estoy bien.—respondió dejando sus tijeras de lado.

Ella alzó el rostro y ambos se miraron a los ojos. Remus sonrió y besó su frente con cariño, acunando el rostro de Jade entre sus manos, acariciando sus mejillas.

—No me importa tu indiferencia. Ya no más.— hablo Remus con firmeza.— No estoy dispuesto a pasar más tiempo sin ti. 

Lo miro fijamente a los ojos y suspiro. Alzó los brazos y el rapidamente la cargo, sosteniéndola por sus muslos mientras que ella se enganchaba a su cuello. Cualquiera podría pensar que Remus era el más débil de entre los merodeadores, pero nadie sabía mejor que Jade que esa era una muy mala mentira.

—Creí que moriría cuando me impacto la maldición de Bellatrix.—confesó Jade al oído de Remus en voz baja.— mi mayor temor era morir sin haber arreglado nuestra situación. Temí morir y nunca haberte podido decir lo que sentía. 

»Sabes que no soy buena con las palabras, nunca lo he sido, soy demasiado fria pero...quiero que sepas que ya no me importa lo que pase.—admitió— vivir una experiencia cercana a la muerte solo me hizo entender que cada minuto es preciado y...no quiero estar lejos de ti, así que si quieres que todos se enteren de nosotros y hacer esas cosas de formalizar la relación...acepto.

Se alejo de su pecho y Remus la miro radiante.

—¿Cómo te explico que todos ya saben?

Jade enarco una ceja y no pudo evitar reír, acompañada de Remus. Se miraron a los ojos y ahí, en el atardecer que iluminaba el cuarto, se besaron.

—Te amo, Jade.

—Te amo, Rem.



















¿Les esta gustando la historia? Los estare leyendo, los amo!

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