
5. Sherlock Barato
La siguiente semana transcurre con velocidad y tranquilidad. Bueno, fue tranquila si obviamos la parte donde Scott casi disloca el brazo de Jackson en el entrenamiento de Lacrosse y casi se convierte en frente de todos. También tendremos que obviar la parte en la que casi nos asesina en los vestidores porque al parecer es una nueva tendencia eso de querer matar a tus amigos que te ayudan.
Entre los sucesos interesantes y nuevos descubrimientos en esto de estar metidos en un lío sobrenatural está el hecho de que Scott descubrió la identidad del cazador de hombres lobos que lo atacó con una ballesta en su primera luna llena. Se trata de nada más ni nada menos que su suegro el señor Argent.
Yo sabía que él era intimidante y toda la cosa, pero jamás se me pasó por la mente que el señor Argent fuera un cazador de hombres lobos. Y eso que yo suelo ser la de teorías locas aquí.
Por mi parte, yo no he tenido muchos progresos esta semana. La profesora sigue reacia conmigo después del asunto de los hombres lobos en el artículo. De hecho, me suspendió del periódico por el resto del mes, cosa que no me agrada en lo absoluto, pero al menos me dará tiempo libre para manejar el asunto de Scott.
Aunque en el fondo sé que no durarán mucho sin mí en el periódico, hasta Greenberg lo admite. Bueno, yo lo obligué a decir que mis artículos eran los mejores, pero eso no importa. Son nimios detalles.
Estamos a un día del partido de lacrosse y todos nuestros intentos para que Scott no juegue han sido en vano. Él sabe que jugar es un riesgo muy grande porque su pulso se acelera y eso significa que terminará convirtiéndose en frente de todo el mundo.
¡Hasta Derek se lo dijo!
Y es que Derek es mucho más amenazante de lo que Stiles y yo podemos ser. Sin embargo, nada importa porque al parecer la voz de Finstock obligándolo a jugar es más importante que sus amigos y su propia vida.
Si Scott se llega a transformar en medio del partido me aseguraré de que lo ataque a él y le diré "Bueno que te pase" al cabeza dura de nuestro profesor.
Mi teléfono suena, sacándome de mi monólogo interno y puedo ver dos mensajes uno de Scott y uno de Stiles.
De: Scotty 🐾
Ven a mi casa en cinco minutos.
Ruedo los ojos por su orden.
Creo que es momento de decir que Scott y yo nos hemos vuelto más cercanos, casi como hermanos por decirlo así. Yo puedo ser de más ayuda que Stiles en muchos aspectos y por eso me refiero a que es a mí quien Scott le pide ayuda en el romanticismo.
Respondo un simple "ok" y busco el mensaje de Stiles.
De: Sherlock Barato
Scott encontró algo en casa de Derek.
Y así es como te hacen un spoiler de la vida real. Aunque estaba claro que ya yo lo sabía. Bueno, lo suponía. Yo soy la Sherlock con clase, Stiles es el Sherlock Barato. Ahí estamos con los hechos.
Dejo mi teléfono a un lado y me pongo mis botas para poder salir. Aún tenía la ropa de la escuela por lo que no tenía que cambiarme de ropa para estar presentable. ¡Ja! Como si a mí me interesara estar presentable frente a los dos fenómenos.
Salgo de mi habitación y bajo las escaleras. Por suerte, mis padres no están en casa porque tienen una cita por su aniversario de casados, así que puedo salir sin que ellos se enteren.
Soy tan malota.
Como todavía tenía tiempo hice una parada en la cocina por unas galletas y entonces decidí salir de la casa.
Stiles acaba de llegar y va corriendo para entrar a la casa de Scott.
Exagerado, como si eso fuese a importar a la hora de contarnos las noticias.
Lo bueno es que ha dejado la puerta abierta y yo puedo entrar como Juan por mi casa. Subo las escaleras y entro a la habitación de Scott donde ya Stiles se encuentra haciéndole un interrogatorio inmenso.
—Gracias por esperarme —digo con evidente sarcasmo.
—No te has perdido nada —asegura Scott—. He encontrado algo en la casa de Derek Hale.
Stiles se emociona al escuchar eso. Lo cual es estúpido porque él ya sabía que Scott había encontrado algo. Probablemente tomó algún tipo de energizante porque puedo jurar que treparía las paredes si lo dejaran.
Stiles y su hiperactividad.
—¿Qué encontraste?
—Hay algo enterrado allí —dice Scott—. Puedo oler sangre —añade.
Alzo mis cejas con ligera sorpresa.
En mi mente puedo recordar la mitad del cadáver. La mitad que todavía no han encontrado desde hace una semana, aquella que creen que Derek ocultó luego de haber asesinado a la persona.
Algo en mis huesos me dice que Derek no debe ser el primer sospechoso aquí por el simple hecho de que es lo obvio. En los misterios nunca es el primer sospechoso.
—¡Eso es increíble! —Le doy un codazo a Stiles para que se retracte—. Digo, eso es terrible —corrige, poniendo expresión preocupada.
—¿Sangre de quién? —cuestiono.
—No lo sé —Scott se pone de pie, ya que estaba sentado en su cama—. Pero cuando lo hagamos tu papá... —Mira a Stiles—... atrapará a Derek por asesinato. Y luego me enseñarás a jugar Lacrosse sin transformarme porque no hay forma de que no juegue ese partido.
Carraspeo para que me hagan caso ya que yo parecía ser la persona más ignorada del mundo en estos momentos. A veces simplemente olvidaban que yo ya formaba parte de esto.
Parte de su equipo.
—¿Cómo haremos eso? —pregunto.
Ambos intercambiaron una mirada cómplice y supe que eso no traía buenas noticias.
◎
—Scarlett, tú vienes conmigo —murmura Scott.
—Creo que es mejor que me quede fuera —digo—. No es necesaria mi nariz en la morgue.
No es que soy cobarde, pero no me entusiasma la idea de estar rodeada de muertos y que uno de estos se levante de la nada para asesinarme. ¿Qué? Si hay hombres lobos nadie me puede asegurar que no existen los zombis.
Scott entra por la puerta que indica la dirección hacia la morgue y nosotros vigilamos que no lo vean o lo atrapen.
—Buena suerte, supongo —desea Stiles cuando ya Scott estaba entrando.
Caminamos cerca de la estación de las enfermeras y Stiles se pone nervioso cuando vio a Lydia sentada en los asientos de espera. Casi me golpeo con la pared cuando lo vi actuar de esa forma y acercarse a ella.
Dios, esto iba a terminar muy mal.
—Hey, Lydia —dice y se apoya de la pared con su mano izquierda—. Probablemente no me recuerdes. Me siento detrás de ti en Biología. —Veo que Lydia realmente estaba hablando por teléfono con un manos libres. Retiro lo dicho anteriormente: esto va a ser muy divertido. Busco mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón para grabar esto—. De todos modos, siempre pensé que teníamos una especie de conexión. —Casi me echo a reír—. Una no hablada, por supuesto. Tal vez sea buena idea llegar a conocernos mejor.
Puedo jurar que estoy roja de aguantar la risa tanto, mi labio está sufriendo las consecuencias de eso. Dios, esto es tan divertido.
—Espera, dame un momento —dice Lydia quitándose el manos libres—. No he entendido nada de lo que acabas de decir. ¿Vale la pena repetirlo?
No aguanto más y río como loca. Pauso el vídeo y seco las lágrimas causadas por la risa. Esto fue lo mejor del mundo.
—No —murmura Stiles un tanto pasmado con lo que acababa de ocurrir—. Lo siento. Voy a sentarme. —Se acomoda a mi lado—. A ti no te importa.
—¿Deseas ver el vídeo o te lo envío por mensaje? —pregunto.
La cara de Stiles en este momento es un poema.
—Me...tú...sabías que...—Asiento—. ¡No puedo creer que hicieras eso, Scar!
Frunzo el ceño ante el apodo.
—Ese apodo suena como el malo del Rey León —protesto.
—Pues te queda muy bien porque eres mala —farfulla Stiles.
Lo miro indignada con lo que me dijo y lo empujo con fuerza del asiento, provocando que caiga sobre su trasero.
—Larga vida al rey león —imito al personaje de Scar viendo como Stiles se cae al suelo.
Somos tan infantiles.
◎
Cuando salimos del hospital nos dirigimos a casa de Derek, aunque yo no tenía tantos ánimos de desenterrar un cadáver en el patio de esa casa quemada donde murieron muchas personas en el pasado. Así que yo sostengo la linterna y los veo a ellos trabajar. Si algo llega a ocurrir, bueno, les aviso...cuando me encuentre a salvo.
Estar aquí de día es aterrador, pero estar aquí de noche es el doble. Miro la casa quemada que está casi en ruinas y me pregunto cómo demonios hace Derek para vivir ahí.
¿Tiene un carro de lo mejor y no puede comprarse una casa? ¿Dónde está la lógica? Ah, sí, se perdió en el momento en el que comenzaron a aparecer los hombres lobos y cazadores en el asunto.
Aunque la lógica pierde el sentido cuando traes a la mesa que es un hombre lobo que está a punto de ir a la cárcel.
—Scarlett, agradecería si dejaras la linterna quieta —habla Stiles.
Ups, ¿la estaba moviendo?
—No es por ajorarlos, pero este lugar me pone los pelos de punta —menciono mirándolos cavar—. Oigan, ¿no es mejor que Scott se convierta en perro y cave con sus garras?
Tanto Stiles como Scott me dedican una mirada de "¿hablas en serio?" y encojo mis hombros. Tenía que sugerir la idea.
—Esto está tomando demasiado —comenta Scott.
¡Amén! Ya era hora de que alguien esté de mi parte.
—Solo sigue —ordena su mejor amigo.
—¿Qué si él vuelve?
—Entonces nos vamos. —Stiles parece tener todas las respuestas.
—¿Y si nos atrapa? —pregunto.
—Tengo un plan para eso.
—¿Cuál? —interrogamos Scott y yo al unísono, curiosos por conocer cual es el magnífico plan de Stiles Stilinski.
Stiles encoge sus hombros.
—Ustedes corren a una dirección y yo corro a la otra. A quién atrape primero, lástima.
Me pego con la linterna en la frente sin poder creer el brillante plan de Stiles Stilinski. Es por esa razón que él es el Sherlock barato y yo soy el que tiene clase.
—Odio ese plan —dice Scott.
Yo también, Scotty. Yo también.
Cuando dejan de cavar, miro a otra parte porque no quiero volver a encontrar con el cadáver. Prefiero vivir en la ignorancia de los muertos. Miro de soslayo cómo desatan algo dentro del agujero y mis manos tiemblan.
De repente, ambos salen gritando y yo también lo hago por el susto al mismo tiempo que tiro la linterna dentro del hoyo. Esta cae exactamente en un punto estratégico donde deja a la vista un lobo.
—¿Qué demonios es eso? —cuestiona Stiles.
—Es un lobo, idiota —respondo, poniendo una mano en mi pecho.
A este paso voy a terminar con problemas cardíacos si me sigo juntando con este par.
—Sí, puedo verlo. —Mira a Scott—. Pensé que habías dicho que oliste sangre, sangre humana.
Scott encoge sus hombros. —Dije que había algo distinto.
—Esto no hace sentido —comento.
—Tenemos que irnos de aquí.
Coincido con Scott.
—Ayúdame a cubrir esto —le dice Stiles a su mejor amigo.
Entonces yo veo algo que capta mi atención. Una especie de planta que recuerdo haber visto cuando buscaba información para mi artículo de hombres lobos. Es acónito, una especie de mata lobos, como suelen llamarle también.
Me acerco lo suficiente y la agarro para arrancarla, pero en vez de raíces, una cuerda sale de la planta.
—Ayúdenme aquí —pido.
Stiles sale del agujero y me ayuda a arrancar la cuerda, enterrada alrededor del agujero en forma de espiral.
—Stiles, Scarlett...
—¡Wow! —exclamo cuando veo que el lobo se había convertido en la otra mitad del cadáver, aquella que vimos en el bosque cuando mordieron a Scott.
Entonces decido dejar de vivir en la ignorancia respecto a los muertos porque esto que acaba de ocurrir se convertirá en el menor de nuestros problemas una vez Derek nos descubra aquí.
◎
Al amanecer, los policías se encuentran arrestando a Derek Hale por el cadáver —la mitad de este—enterrado en el patio de su casa. Algo no me pinta bien de todo esto porque fue demasiado fácil. Si hay algo que he aprendido de los libros y películas es que estas situaciones nunca son tan sencillas. Siempre es mucho más complicado de lo que parece.
—¡Por Dios! —exclamo mirando a Stiles sin poder creerlo. Dejo caer mis brazos a ambos lados de mi cuerpo—. Tienes las agallas para desenterrar un cadáver en la casa de un hombre lobo, pero no te atreves a esto. Es increíble.
Lo escucho bufar.
—¡No es lo mismo! Además, estás loca.
—Claro que no.
Me encuentro peleando con Stiles por una simple razón: quiero entrar a la patrulla para hablar con Derek. ¿La razón? Sigue sin cuadrarme todo este rompecabezas. Sigo diciendo que todo fue demasiado fácil y que el malo de la historia jamás es el primer sospechoso.
Dudo que Derek haya sido el asesino.
—Bien, pero iré yo solo —accede.
Antes de que yo pueda protestar, Stiles corre a la patrulla y puedo ver a Scott hacerle señas para que no lo haga. Resoplo y sigo a mi amigo dentro del auto. Casi puedo escuchar las protestas de Scott, pero es mi interrogatorio del que estamos hablando.
—¿Qué demonios haces aquí, Scarlett? —pregunta Stiles cuando me ve dentro del vehículo.
Lo hago callarse con mi mirada y clavo mis ojos en Derek, quien me mira con el rostro serio e inexpresivo.
—Te dije que te mantuvieras alejada de esto —masculla el hombre lobo.
—Fuiste muy estúpido si pensabas que lo haría.
Stiles pone una mano en mi boca y mira a Derek.
—Okay, solo para que lo sepas no estoy asustado de ti. —La mirada de Derek se vuelve más oscura y seria. Fácilmente puede espantar a los leones—. Vale, tal vez sí. No importa. —Suspira—. Solo quiero saber algo, la chica que mataste...—lo interrumpo.
—Si es que fue él quien la mató —le recuerdo.
Si las miradas mataran yo estuviese tres metros bajo tierra en estos momentos.
—...era una mujer lobo —continúa—. Ella era una especie diferente, ¿no? Quiero decir que ella podía convertirse en un lobo real y sé que Scott no puede hacer eso. ¿Es por eso por lo que la mataste?
Iba a decirle algo a Stiles sobre culpar a Derek, pero este habla primero.
—¿Por qué estás tan preocupado por mí cuando es tu amigo el problema? Cuando se transforme en el campo, ¿qué crees que van a hacer? ¿Seguir animándolo? Yo no puedo evitar que juegue, pero tú sí. —Me mira—. Ustedes sí —se corrige—. Y créeme, ustedes quieren.
Abren la puerta del pasajero por donde Stiles se encuentra y veo al sheriff Stilinski sacando a mi amigo de la patrulla. Esto me da unos segundos a solas con Derek antes de que decidan sacarme a mí o se den cuenta de mi presencia en el vehículo.
—Si realmente nos quieres ayudar —comienzo a decir, mirando como el Sheriff le decía algo a su hijo—. Sé que quieres ayudarnos con Scott por alguna razón que no entiendo todavía. ¿Cómo se supone que Scott lo controle si nosotros no sabemos nada de lo que es ser un hombre lobo? —Silencio. Este tipo me desespera—. Bien, dejaré que juegue. Gracias por decirme.
Abro la puerta para salirme cuando escucho a Derek decir algo incomprensible, creo que maldijo.
—Scarlett, mantente fuera de esto —repite como si fuera una especie de mantra.
Le doy una última mirada antes de bajarme del auto y digo:
—Tú sabes que no lo haré.
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