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Capítulo 4 "Encuentro fatal"

Jeongyeon POV.

Abría lentamente los ojos debido a algo luminoso frente de mí, tenía algo de frío y sentía un dolor estomacal. Poco a poco mi visión se fue haciendo un poco más clara ante ese destello frente a mí.

-¿Dónde estoy?…- fue lo primero que dije al ver con más claridad a Momo, quien tenía los ojos cerrados y fruncía levemente el ceño, parecía estar tocándome.

Mi vista se aclaró por completo, tenía el saco y la camisa del uniforme escolar abierto y ese destello que me había despertado provenía de las manos de Momo, estas estaban posadas sobre mi estómago y vientre descubiertos…

Mi rostro se llenó de sorpresa, ese contacto me hacía sentir alivio, el dolor desaparecía poco a poco junto a la debilidad en mi cuerpo. Observé el rostro de Momo y una pequeña gota de sudor resbalaba por su mejilla mientras su expresión parecía cada vez más dolorosa, y justo cuando dejé de sentir dolor, ella se separó rápidamente de mí y sostenía su propio estómago mientras apretaba sus ojos con fuerza y respiraba pesadamente.

-¡Momo!- nuevamente la llamé, levantándome de golpe para ver si estaba bien y ella levantando despacio la cabeza, me dedico una cansada sonrisa.

-Estoy bien Jeongyeonha… en un momento pasara…- fueron sus únicas palabras mientras comenzaba a relajarse, por otro lado, no entendía absolutamente nada de lo que ocurría.

Fue hasta que Momo abrió sus ojos que pude recordarlo, esos ojos que miraba por primera vez, eran como los de un felino, y de un color ámbar, ella había matado a esas cosas que me hirieron, y al parecer me había curado con esa extraña luz en sus manos…

-¿Qué eres…?- dije aquello con un tono desconcertado y retrocediendo un poco, pegando mi espalda al respaldo de aquel sofá, realmente estaba confundida y desconocía lo que había sucedido atras de todo.

-Yo tan solo... no sé cómo explicártelo, pero ¿Me creerías si te digo la verdad, por más disparatada que suene?- me dijo aquello mirándome con preocupación, justo como lograba hacerme caer.

Me mire a mí misma un momento, ese lugar donde había sido atravesada por esos horribles monstruos estaba intacto, como si nada hubiera ocurrido. Ella había cerrado por completo la herida con solo posar sus manos sobre mi estómago... con solo recorrerlo con esa luz.

-Te creeré, nada puede ser más anormal y disparatado que lo que ya ocurrió ésta noche- dije por fin con algo de nervios en mi voz, estaba dispuesta a saber la verdad, por más increíble que fuera.

-Jeongyeon, el hombre al que llamo padre, realmente no es mi padre porque… yo no soy humana. Aunque tengo sangre humana gracias a la descendencia de mi madre… pero, mis verdaderos padres no son humanos- me dijo aquello primeramente y como lo supuse, me sorprendió escuchar la verdad.

-Entonces, si no eres humana ¿Qué eres?- pregunte manteniendo mi distancia de ella todavía, necesitaba sentirme segura de lo que escuchaba.

Su mirada me hacía sentir la necesidad de correr y abrazarla, decirle que no la odiaba por haberme mentido todo este tiempo, decirle que me quedaría a su lado aunque las demás se alejaran al saber la verdad, pero, era complicado, aún estaba en shock sobre lo que escuchaba.

-No sé muy bien lo que soy o cómo denominarme a mí misma, pero aun así, escucha. Soy hija de dos razas diferentes a la humana, dos razas de otro mundo, muy lejos de este planeta… Soy hija de dos seres diferentes conocidos como la raza Aliz y la raza Kerh, seres con fuerzas sobrenaturales y habilidades extraordinarias al ojo humano. En pocas palabras, soy a lo que en este mundo conocen como un extraterrestre…- me dijo y toda palabra en mi cesó… ¿Acaso dijo que es un extraterrestre? Pero...

Nuevamente no atinaba a decir algo, estaba tan sorprendida, ese poder, esos ojos…. ¿Por qué?

-Entenderé si  no me quieres cerca, de verdad, por más que me duela lo entenderé y respetare...- decía ella mientras notaba como agachaba la mirada y tras esto una lágrima resbalaba por sus mejillas… No, no quiero que llore…

Sin pensarlo, me levante lo más rápido que pude del sofá y la abrase tan fuerte como se me fuera permitido, sin ser brusca, solo sentí como ella se tensó ligeramente.

-¡No me importa nada de eso!- dije haciendo que me escuchara y se percatara que iba en serio –no me importa si eres algún extraño ser, si tienes fuerzas desconocidas y extraordinarias que pueden acabar conmigo. No me importa si un día intentas comerme o hacerme daño… No me importa que no pertenezcas a este mundo, solo me importa que seas parte de mi mundo… y que te quedes a mi lado, sin importar que- dije con total seguridad mientras no me despegaba de aquel abrazo que nos dábamos.

-Yo nunca te haría daño Jeongyeon…no podría hacerle daño a alguien a quien quiero… y menos si esa persona eres tú- me decía devolviéndome el abrazo, me sentía tan tranquila ahora, aunque deseaba saber más.

Lentamente me separe de ella dedicándole una sonrisa, ella hizo lo mismo mientras mantenía esa bestial mirada amarilla sobre la mía.

-Pero ahora quiero que hables, tienes que decirme que está pasando, ¿Qué eran esas cosas? ¿Por qué me intentaron matar? Y ¿Qué hiciste para curarme?- preguntaba a Momo, necesitaba saberlo ahora que ambas nos habíamos calmado.

-Muy bien, toma asiento, ya puedes cerrarte la camisa y el saco si quieres. Y bueno, esas cosas se llaman rondadores, son criaturas que rastrean algo en específico, no atacan nada que no tenga que ver con su objetivo ordenado- me dijo Momo causando más dudas en mí, ¿Por qué yo?

-Entonces ¿Por qué soy el objetivo de esas cosas?- preguntaba curiosa y Momo solo suspiro.

-Tú no eres el objetivo de ellos, el objetivo... Soy yo, por eso te atacaron a ti también, porque de alguna manera detectaron algún ligero rastro de mí en ti- me contestaba, ahora las cosas tenían un poco de sentido, sin embargo había algo que todavía no me cuadraba.

-Entiendo, pero entonces ¿Por qué te siguen a ti?-agregaba una pregunta más y esta vez la expresión en el rostro de Momo cambió.

-Como ya te había dicho, no soy humana, fui enviada aquí por mi madre al nacer hace 17 años atrás, una Aliz que buscaba protegerme de mi padre, el gobernante de la raza Kerh, una raza de apariencia humana y un singular signo que lo diferencia de las demás razas, estos ojos que vez Jeongyeonha, son los ojos que caracterizan a la raza Kerh, incluso el poder que manejo pertenece a características de la raza Kerh, sin embargo, poseo la mala visión nocturna de los Aliz, así como su gran fuerza y velocidad, la razón del porque me buscan esas criaturas es, porque mi autentico padre el gobernante Kerh, los envía para traerme de vuelta y matarme- me decía aquello Momo dejándome completamente sorprendida.

-Así que ¿esa es la razón del por qué te marchas todas las tardes después de la escuela?- le preguntaba otra vez y ella me dedico una sonrisa.

-Desde pequeña mi padre adoptivo y humano sabe lo que soy, él me enseñó a hacerme pasar por humana, esos animales comenzaron a llegar aquí cuando tenía 15 años, y debido a eso, para proteger a mi padre humano comencé a cazar a esas criaturas todas las tardes y noches, ya que es su tiempo habitual en el que salen a buscarme- respondía una vez más a mis preguntas Momo.

Me resultaba completamente increíble, Momo no era una humana, y sin embargo, lucía tan similar, a excepción de esos ojos felinos, sin duda eran lindos a pesar de todo…

-Si tu estas aquí siendo alguien que no es humana, significa que ¿podría haber más seres como tú en este mundo?- Le preguntaba otra cosa y ella se quedó pensante un momento.

-Tal vez no debería decírtelo, pero, conoces a alguien más así, esa chica es una Aliz de raza pura. Pude notarlo por sus características físicas y porque constantemente toca su espalda mientras está con nosotras, además, ella me vió esta tarde mientras era perseguida por los rondadores- me decía, causando que me inquietara… había más seres extraordinarios entre nosotras…

-¿Quién es? Espera… acaso esa chica es…- me quedé completamente sorprendida al pensar las cosas detenidamente.

-Tzuyu, ella no es humana, ella es un Aliz… Y no solo eso, hace cuatro días atrás, mientras cazaba a los rondadores, en la sima de un edificio encontré a otra chica rubia y hablamos, ella es un Elemtum, esa chica a diferencia de Tzuyu es muy inestable y peligrosa, su raza entera lo es. Aunque no sé cómo llegaron aquí, solo sé que cuando se encuentren… intentarán destruirse la una a la otra- me decía aquello y nuevamente comenzaba a inquietarme, era increíble saber que Tzuyu era un ser más, pero me preocupa el hecho de Momo mencione a una chica peligrosa.

-¿Destruirse mutuamente? De cualquier manera ¿Qué hace Tzuyu con Jihyo? ¿Acaso Jihyo sabrá lo que ella es?- preguntaba una vez más y Momo solo posó una mirada irónica.

- Preguntas muchas cosas, pero… lamentablemente no sé la respuesta de esa última pregunta, sin embargo, cuando ellas dos se encuentren, será peligroso estar cerca- afirmaba Momo causándome más inquietud aún.

-Bueno, esperemos que no sea así, por ahora creo que es importante que les digas a las chicas la verdad, estoy segura que todo estará bien y que nada cambiara- le decía a Momo, dedicándole una sonrisa tranquilizadora.

-Tengo algo de miedo, pero, creo que tienes razón, debo confiar en que ellas lo entenderán, además estoy segura que Jihyo se volverá loca de emoción al saberlo- me contestó dedicándome una miraba más tranquila y sonriente.

-Eso haremos, y una última pregunta ¿puedo hacértela?- decía un poco más avergonzada esta vez.

-¿Eh? Por supuesto- me contestaba sonriente y yo mientras jugaba con mis dedos un poco insegura hice mi última pregunta.

-Tu ¿me reviviste o solo me sanaste?- dije aquello temiendo un poco a su respuesta.

-Eso es secreto- fue su respuesta tras de guiñarme un ojo… Esos bestiales ojos que me parecían encantadores….

Jeongyeon POV END

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Tzuyu entraba a toda prisa al departamento de Jihyo con completa inquietud, esa chica que se había topado en el bosque sin duda alguna era Momo, y no obstante eso, vio aquellos ojos felinos color ámbar… Esa chica era una Kerh y estaba segura que ninguna de las demás chicas lo sabía.

Encogiendo sus alas para no ser estorbosas al entrar, camino entre la sala terminando por toparse a Jihyo en la cocina todavía.

-Tzuyu, ¿terminaste de practicar?- preguntaba la coreana, dedicándole una sonrisa a la recién llegada.

-No, yo tengo algo importante que decirte… pero ¿me creerás?- preguntaba Tzuyu mirando con seriedad a Jihyo que entendió aquella mirada.

-¿Por qué no lo haría? Eres Tzuyu y confió en ti- le dedicaba esas palabras a la castaña.

-Mientras practicaba en el bosque, yo me topé con algo entre los arboles…. Esa chica era de una raza no humana. Era de un planeta lejano también… Esa chica era Mom…- trato de decir Tzuyu, pero pronto el celular de Jihyo comenzó a sonar, causando que ambas prestaran atención inmediatamente a aquel artefacto.

-Lo siento Tzuyu, dame un minuto- dijo Jihyo observando aquel aparato y leyendo el mensaje de texto que recién había recibido. –Es de Jeongyeon, dice que mañana nos reunamos en el gran parque en la tarde para hablar algo importante respecto a Momo, dice que también invitara a todas las demás chicas- leía Jihyo entusiasmada, pocas veces podían juntarse todas, por otro lado Tzuyu al escuchar el nombre de Momo, se detuvo a pensar la razón… tal vez hablarían de eso.

-En definitiva iré contigo, quiero conocer más a tus amigas, y tal vez nos llevemos una gran sorpresa- aseguró la más alta con voz un poco seria mientras pensaba detenidamente lo ocurrido.

-¿De verdad iras conmigo? ¡Grandioso! Estoy segura que le encantará conocerte a las que falten, Nayeon por ejemplo. Me alegra que te estés involucrando un poco más con nosotras- Jihyo expresaba su felicidad mientras retiraba el delantal azul que llevaba puesto y caminó hasta la sala donde estaba Tzuyu. –Ahora sí, ¿Qué decías?- retomó la coreana, Tzuyu solo dejo escapar un suspiro.

-Nada, solo me impacte con un animal extraño mientras manobreaba entre los árboles, me causó mala sensación, eso es todo- dijo Tzuyu evadiendo lo de hace un momento, estaba casi segura que lo que sea que hablaran tendría que ver con Momo.

-¿De acuerdo? En fin, en un momento más estará la cena así que ve a tomar una ducha y ¡te vistes! No cenaras desnuda de nuevo- advertía Jihyo con voz ligeramente severa Tzuyu quien solo dejó escapar un suspiro más.

-Bien, bien, no volveré a sentarme a la mesa desnuda, limpiare mi cuerpo ¿está bien?- a regañadientes, Tzuyu fue levantándose y dirigiéndose al baño a tomar la ducha que la mayor le había pedido.

Cuando Tzuyu desapareció de su vista, Jihyo dejó escapar un suspiro más, se sentía feliz que tuviera compañía y principalmente de un ser que nunca creyó existiera, aunque Tzuyu fuera muy extraña a veces y por lo tanto también fría, incluso eso le agradaba, porque aquella castaña también solía ser espontanea, aunque solo llevaran seis días conviviendo.

-Me pregunto si esa chica Myoui seguirá buscándola- se preguntaba así misma, mientras se levantaba a preparar la mesa para cenar con Tzuyu.

¿Por qué estar en una guerra siendo seres tan avanzados?, realmente no lograba entenderlo por sí misma, aunque gracias a la breve explicación de Tzuyu, había logrado entender que los enemigos y los malos ahí… Eran la raza Elemtum.

-Listo, ya me puse las vestimentas que querías ¿contenta?- aquella voz la sacó de sus pensamientos, era Tzuyu quien había salido ya de la ducha.

-Te dije que te pusieras ropa antes de... Ah~ bueno al menos traes algo de ropa- Suspiraba derrotada, viendo a la alta castaña que traía puestos unos short y sujetador únicamente

-Bien degustemos los alimentos que preparaste ya- terminó por decir Tzuyu con una sonrisa en su rostro, amaba la comida terrestre, pero más si era Jihyo quien la preparaba.

Ambas se sentaron a la mesa y comenzaron a degustar lo que se había preparado. Tzuyu siempre amaba la hora de la cena, normalmente en su mundo tenían que estar siempre alerta, incluso a la hora de comer, pero en ese lugar con Jihyo podía tomarse todo el tiempo que quisiera.

-¿Esta bueno?- preguntaba a la castaña que comía gustosa.

-Bastante- contestaba de una manera contenta Tzuyu mientras seguía comiendo.

-Me alegro que te guste, me haces sentir halagada- dijo dedicándole una gran sonrisa a la Aliz.

Siempre que Jihyo sonreía de esa manera, Tzuyu sentía en su estómago una extraña sensación que nunca antes había experimentado, al principio creyó que era desagradable o algo malo, pero durante el poco tiempo transcurrido se percató que esa sensación incluso le gustaba y le hacía querer tener a Jihyo cerca ¿Por qué? Le era imposible saberlo porque simplemente no lo entendía.

Por otro lado Jihyo luchaba mentalmente a diario por convencerse a sí misma que la extraña sensación que sentía al tener a Tzuyu cerca, solo era emoción y admiración. Después de todo creía que la castaña era muy fuerte y admirable por proteger a capa y espada a su raza…

-Mi único amor son las constelaciones, además, si algún día pensara en estar con alguien, esa persona debería ser parecida a mí-

-dudo que alguien tan raro como tu pertenezca a este mundo-

No podía permitirse pensar de esa manera, y menos de un ser tan frio y extraño como lo era Tzuyu, pese a mostrar emociones humanas… No podía imaginársela sintiendo amor…

-Esto no puede ser amor ¿verdad?- susurro para sí misma, por suerte suya, Tzuyu no la escuchó y siguió comiendo.

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Nayeon llegaba a su apartamento con víveres para la cena, aquella rubia comía bastante y no parecía afectarle en lo más mínimo, tan solo la había tenido en su casa por cinco días y sentía que estaba quedándose sin dinero.

Entró sin sigilo alguno a su apartamento, esperando encontrar a Mina en la sala jugueteando con su perro, esos dos parecían llevarse bien después de lo ocurrido, pero para su sorpresa ella no estaba ahí.

-¿Dónde se habrá metido esa cosa? Más le vale haber ocultado su cola antes de salir- hablaba sola mientras dejaba todas las bolsas en la mesa.

Nayeon se había puesto a limpiar su casa y a preparar la cena de esa noche, le molestaba que Mina no le ayudara para nada en casa, aunque estuviera protegiéndola, también debía apoyar si vivía ahí.

-No hay remedio, tendré que salir a buscarla- finalizo cansada, saliendo completamente molesta de su apartamento al interior del bosque.

Mina se encontraba en medio del bosque, estaba, como siempre, buscando algún rastro de Tzuyu, le era sorprendente que después de tantos días no hubiera señal de ella, incluso llego a pensar que ella estaría muerta pero lo descartaba enseguida, quería aferrarse a que ella sería quien la mataría con sus propias manos.

Se encontraba practicando su manipulación del aire y tierra, solía usar más su manipulación del fuego pero contra aquella Aliz debía utilizar la ventaja del oxígeno en el cual ella también trabajaba. Mantenía a flote una gran roca la cual le parecía pesada incluso con su fuerza propia, se mantenía pensando también en aquella chica de cabello azabache con la que había hablado en el techo de aquel edificio. Últimamente le había dado muchas vueltas a lo que había dicho sobre su guerra ¿conocía la razón?

-Que concentrada te ves- aquella voz la sobresalto y dejo por completo lo que hacía para girarse a ver a Nayeon, quien era quien la llamaba.

-No aparezcas de repen…- se quedó a medias al hablar ya que gracias a cesar sus movimientos, la gran roca que levantaba le cayó encima, tumbándola por completo.

-¡Mina!- exclamo Nayeon corriendo hacia aquella gran roca, notando como lentamente se cuarteaba, pronto se partió en dos y notó que Mina la había partido con su mortífera cola.

-¡Estoy bien mujer! ¿Ves lo que me haces hacer?- se quejaba la menor, sacudiendo sus ropas llenas de polvo.

-Yo no tengo la culpa de que destruyas todo lo que tocas. Ahora deja de jugar a superman y ven a la casa, termine de preparar la cena- regañaba Nayeon a la rubia que solo frunció el ceño.

-¿Caminaste medio kilómetro en medio del bosque solo para decirme eso? Bien pudiste llamarme desde tu morada y te abría escuchado- le respondió la rubia caminando tras de ella.

-Pensé que estarías en casa, además, no deberías estar levantando cosas de esa magnitud, las heridas en tus brazos aun no sanan, si quieres ocupar fuego pronto, deberías dejar que sanen- regaño una vez más la mayor a Mina, quien solo dio un gruñido como respuesta.

-Estas heridas son insignificantes para mí- respondió la Elemtum con mala cara.

-Si sigues gruñéndome, le daré tu comida a Kokeeu- amenazó

-Al menos él no me grita a cada momento, aunque sea un perro molesto que exige atención  indiscriminadamente -terminaba por decir Mina, y Nayeon solo dio una leve sonrisa sin que la menor la viera.

-Bueno llévame a casa, me canse de caminar hasta aquí, así que corre, para llegar más pronto- pedía Nayeon mirando con travesura a Mina, que solo refunfuño una vez más. Nayeon le dio la espalda y rió para sí misma, le gustaba molestar a la rubia, pronto dejó de reír al sentir que algo cálido tomaba su mano.

-Tengo algo mejor en mente- dijo Mina mirando a la pelinegra que también le dedico una mirada confusa, lo que había tomado su mano había sido la bella chica de ojos color menta, y aunque la diferencia de tamaños era considerable, aquella mano de la pelirroja siempre era muy cálida.

-¿Qué vas a? …¡¡HACER!!- fue lo único que pudo decir Nayeon al notar que ambas despegaban del piso y se elevaban por los aires, no pudo evitarlo y termino por abrazarse a la rubia con completo pánico.

Nayeon sentía la brisa del viento golpeando contra su rostro con suavidad, por primera vez decidió abrir los ojos y mirar, quedó maravillada al ver desde lo alto el paisaje. Dirigió su mirada a Mina que tenía una tenue sonrisa en su rostro, el viento movía sus rubios cabellos, no pudo apartar la mirada de ella, simplemente sus ojos se negaban a obedecerle y pronto su corazón comenzó a latir con fuerza, incluso sintió como sus mejillas irradiaban más calor de lo normal…

"-¿Por qué solo con ella me siento así?-" se preguntó la mayor al notar lo sucedido.

-Nayeon… ya puedes soltarme- la voz de Mina la sacó de sus pensamientos, miro hacia abajo y noto que ya estaban en el piso frente a su departamento y esta seguía abrazada a la menor.

-¡Lo siento!- exclamo sobresaltada retirándose de aquel abrazo y sin mirar a la rubia, abrió torpemente la puerta entrando primero.

-Vaya huele muy bien- Halagó Mina, entrando y acomodando su cola alrededor de su cintura, terminando por dar una vuelta más por su hombro.

-Po-por supuesto, todo lo que cocino huele y sabe bien- dijo aquello Nayeon sin mirar a la más alta, se sentía muy tonta al reaccionar así por su cercanía.

La coreana comenzó a servir la comida y a llevarla a la mesa, una vez hecho eso se sentó con la rubia a comer, aun se sentía incomoda por lo sucedido. En ese momento se preguntó una cosa ¿Cómo sería el romance para esas criaturas? ¿sentían amor?

-Oye Mina-ya…- la llamó, haciendo que la rubia suspirara en respuesta.

-¿Cuántas veces vas a cambiarme el nombre?- se quejó, a lo que Nayeon rio un poco.

-No es eso, estoy llamándote cariñosamente, dios- refunfuño.

-Entiendo, está bien entonces. ¿Puedo comer ya?- Mina le restó importancia a lo que dijo la coreana, quien en respuesta solo asintió

-Retomando lo de hace un momento, yo quisiera preguntarte si ¿Sabes lo que es… cuando te sientes bien al lado de una persona? Cuando la quieres cerca de ti todo el tiempo, esa persona con la que te besas y tienes contacto físico que te agrada… ¿Sabes lo que es?- preguntó Nayeon con un leve sonrojo en sus mejillas y Mina solo la miro con curiosidad.

-No tengo idea de lo que me estás hablando- respondía sin expresión en su rostro, estaba más concentrada en lo que comía.

-Bueno… a lo que me refiero es que… ¿Nunca te has enamorado?- volvía a preguntar de una manera un poco tímida Nayeon.

-¿Enamorar?- Mina dejaba en claro que no estaba entendiendo el rumbo de aquella conversación.

-Si bueno, eso es como… umm… Tienes una persona a la que te gusta tener cerca, disfrutas de pasar tiempo con ella, tomas su mano, la acaricias, hace que tu corazón lata con fuerza y tu cuerpo aumente de calor. Te molesta que alguien más sea cercana a ella y harías lo que fuera para que esa persona sea feliz… Eso es- terminaba de explicar Nayeon su propia respectiva al respecto y Mina solo pareció pensativa ante esas palabras.

-Nunca he experimentado algo como eso. Mi mente siempre ha pensado en la guerra, pero ¿Tú has sentido algo como eso por alguien?- preguntó Mina de vuelta, aquella pregunta tomo por sorpresa a Nayeon, ella lo sabía muy bien, nunca se había sentido así después de un insistente desagradable, a partir de ahí solo se había dedicado a jugar con cualquiera que se le pusiera enfrente.

-Nunca me he sentido verdaderamente así, aunque si he besado…- aclaró con una voz un poco nerviosa.

-¿Qué es eso?- preguntaba de nuevo Mina, las preguntas de Nayeon comenzaban a confundirla y no las entendía.

-Bueno… no sé cómo explicarlo con palabras... Pero, podría mostrarte como se hace- dijo aquello inconscientemente para después golpearse mentalmente ¿Qué pasaba con ella?

-De acuerdo, solo te advierto que si duele no dudare en golpearte- amenazaba Mina. Por otro lado Nayeon se sorprendió, la chica gruñona había aceptado -¿debería hacerlo?- se preguntó a sí misma.

-Bien, solo… Cierra tus ojos y no los abras hasta que te diga- se aventuraba a decirle a Mina y esta última solo cerro sus ojos con ingenuidad. Nayeon se acercó a ella lentamente, no estaba segura si debía hacerlo, pero le daba mucha curiosidad ¿Qué se sentiría besar a un extraterrestre?

Su rostro se acercaba poco a poco al de Mina, apreciaba como ella permanecía con los ojos cerrados. Cada centímetro más cerca le dejaba ver cada detalle en ese hermoso rostro; como algunas cicatrices, la constelación de Aries impresa en lunares diversos y finalmente, esos rosados labios...

Justo cuando se disponía a romper la distancia, su teléfono sonó causando que Nayeon se detuviera en seco y que Mina abriera los ojos, ambas se miraron muy de cerca… carmín se posó en las mejillas de ambas al ocurrir esto.

-¿Pero qué…? Si esto es un beso no me agrada, así que aleja tu cara. Tu respiración caliente me molesta- terminó por decir Mina levantándose de donde estaba, llevando el plato vacío en el que había comido al lavabo, se había sentido sorprendida, incomoda y algo más la invadía por dentro, no supo descifrar que cosa era. Por otro lado la pelinegra se sintió irritada y sorprendida ante esa reacción.

-Estúpido teléfono, ¿Quién molesta?- maldijo Nayeon en un susurro, y tomó el artefacto, notando que el mensaje era de Jeongyeon.

''Nos vemos mañana en el parque que está atrás de la escuela, todas las demás irán, tenemos algo importante de que hablar''

-Mañana… ¿todas irán? Sin duda será genial- decía aquello guardando su celular y se dirigió a la sala donde Mina observaba al Pomerania blanco jugar a perseguir su cola.

-¿Saldrás mañana?- era lo primero que preguntaba la Elemtum, sin dejar de observar al perro.

-Si, iré con mis amigas a divertirnos- contestaba con tono molesto Nayeon, aun se sentía irritada por la reacción de la rubia de hace un momento. Técnicamente había despreciado un beso suyo.

-Iré contigo, estoy segura que si aparecen más rondadores no tendrás mejor suerte que la última vez- Mi a le aclaró a la pelinegra y está última se sorprendió, era la primera vez que Mina se ofrecía por cuenta propia a ir con ella.

-De acuerdo, pero más te lave comportarte y nada de intentar comerte a alguien- agregaba juguetona Nayeon y la menor solo suspiro.

-Sí, ya supéralo- finalizaba la charla la Elemtum.

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Era de mañana y Jihyo se levantaba entusiasmada, por fin podría presentarles a todas sus amigas a Tzuyu.

Como acostumbraba, se apresuró a tomar una ducha y preparar el desayuno, Tzuyu siempre despertaba con apetito. Además, tenía que pensar en que ponerse y que se pondría Tzuyu para no dar sospechas y poder ocultar esas alas.

-Tzuyu, a mover el cuerpo anda, tenemos cosas que hacer- se acercaba a la castaña que dormía en una colchoneta a su lado.

-…Ah~ no quiero…- fueron las primeras palabras de Tzuyu en el día mientras cubría su cabeza con las sabanas que la cobijaban.

-Anda, si vamos prometo compartir una gran copa de helado contigo- Sobornaba a la menor con voz traviesa y Tzuyu solo levanto la cabeza.

-¿Lo prometes?- pregunto la castaña.

-Por supuesto, anda, vamos a ducharnos y a buscar que ropa utilizar- comenzaba a decir Jihyo y la castaña opto por levantarse ya e ir a asearse como se lo pedía la chica humana.

El resto de la mañana trascurrió con normalidad, ambas se ducharon y tomaron el desayuno juntas, Tzuyu se sentía algo curiosa de saber la reacción de las amigas de Jihyo cuando hablaran sobre Momo. Estaba segura que tendría que ver, tal vez también se vería obligada a contarle a las demás que tampoco era humana.

-Tal vez esto te quede bien- le hablaba Jihyo mostrándole una camisa color negro, parecía lo suficientemente grande como para ocultar cualquier rastro de sus alas.

-Me parece bien, aunque su estructura parece frágil- contestaba Tzuyu tomando aquella camisa y observándola, al final opto por ponérsela.

-También ponte esto, así será menos notorio- ofrecía a una sudadera de color gris, parecía cómoda -bien, por último siéntate aquí, voy a cepillar tu cabello- decía Jihyo haciendo un ademan para que Tzuyu se sentara.

-Me gusta mi apariencia cuando tratas mi cabello- dejaba salir esas palabras la Aliz mirando su reflejo en el espejo y a Jihyo tras de ella cepillando sus castaños cabellos.

Para Tzuyu había sido muy agradable su estadía con Jihyo, nunca pensó en encontrar a un ser tan agradable en un planeta como la tierra. Le gustaba todo de ella, pero más que cualquier cosa disfrutaba verla sonreír y que acariciara su cabello, incluso había ocasiones en las que Jihyo lo hacía cuando no lograba conciliar el sueño. Dejando de lado eso, se encontraba ligeramente preocupada. Con los rondadores por ahí, no le parecía buena idea salir, sin embargo, no le importaba lo que sucediera…- protegeré de cualquier cosa a Jihyo- pensó mientras volvía su vista a la coreana de grandes ojos que mantenía una ligera sonrisa en sus labios.

-Termine ¿te gusta?- pregunto Jihyo terminando de cepillar el castaño cabello de Tzuyu y esta solo le dedico una tenue sonrisa.

-Es perfecto- termino por levantarse, ambas estaban listas para reunirse con las demás en aquel gran parque vacío.

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-Ya te dije que si la escondes en tu cintura todas la notaran- se quejaba Nayeon con la rubia que pretendía ocultar su cola en su cintura.

-¿Qué más puedo hacer con ella? Si por mí fuera, la llevaría como de costumbre- replicaba Mina frunciendo el ceño.

- ¿Acaso los humanos tenemos cola? ¡No! así que deja de gruñir y déjame darte una mano- se acercaba Nayeon, tratando de tomar aquella extremidad y Mina pronto la retiro de su alcance.

-¡No puedes tocarla! Es como si yo tocara tus pechos- renegaba la Elemtum y Nayeon solo se sonrojo levemente e hizo un mohín.

-Deja de ser tan terca y tonta, solo voy a ayudarte a ocultarla mejor- alzaba la voz la mayor y Mina solo se limitó a tallar sus oídos.

-Que mujer tan vulgar… y como grita…- susurro Mina sucumbiendo y permitiéndole a la coreana ayudarla.

Nayeon tocaba por primera vez esa extremidad, era como acariciar una serpiente, y al igual que una también era cálida, le gustaba como se sentía, pero también era pesada, lo notó al tratar de levantarla sobre los hombros de la rubia que la miraba con desagrado.

-Deja de verme así y pasa ésta cosa alrededor de tu torso- se quejaba la pelinegra y Mina sin decir palabra alguna lo hizo –ahora pasa la punta sobre tu pecho- termino por pedir, la rubia así lo hizo y una vez hecho, Nayeon la sujetó levemente y tiró de ella para terminar de ocultarla.

-Listo, ahora ponte esa camisa, así no se notara absolutamente nada- daba una camisa de vestir color azul obscuro a Mina, cuando ésta se la puso y la abotono se percató que Nayeon tenía razón, así no se notaba aquella extremidad.

-Buen trabajo… gra-gracias- finalizó Mina dedicándole una mirada a la de ojos oscuros que solo le sonrió.

-Listo, es hora de irnos-finalizo Nayeon dirigiéndose a la puerta.

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Jihyo llegaba junto a Tzuyu a aquel parque divisando a dos chicas que platicaban animadamente mientras reían.

-Eunha, Sana, por aquí- saludaba Jihyo a las dos chicas, se percató que Tzuyu se quedó parada un momento –no seas tímida, está bien, ellas son buenas chicas- animaba la coreana a la castaña y sin más, tomó su mano haciendo que caminara a la par con ella.

-Jihyoha llegan a tiempo- agregaba Sana sonriéndole a ambas chicas.

Cuando Jihyo llegó hasta ellas, Eunha observaban detenidamente a Tzuyu que aun parecía nerviosa, aun no entendía el cambiante comportamiento humano que podía llegar a tener esos seres.

-Vaya ¿Quién es la amiga de Jihyo?- preguntaba Eunha siendo la primera en acercarse.

-Soy… Xiou Tzuyu- se presentaba

-¡Zhou!... es Zhou Tzuyu, pero solo llámenla Tzuyu- corregía de inmediato Jihyo el pequeño error.

-Un gusto Tzuyu, soy Jung Eunbi, pero está bien si solo me llamas Eunha. Por cierto, ya había oído hablar de ti por Sana- se presentaba cortésmente la chica.

-Ella es bella….-dijo Tzuyu mirando aquel rostro tan inocente que se ruborizo al escucharla.

-¿Co-como?- apenas pudo articular.

- No, ¡es mi Eunha!- decía Sana abrazándose rápidamente a la chica, quien se ruborizó aún más.

-Oh no te preocupes por Tzuyu, ella siempre dice cosas extrañas, así que está bien ¿verdad?-decía Jihyo con voz juguetona a la castaña que no entendía nada de lo que veía.

-¿Si?- fue la única respuesta de la Aliz que les dedico una leve sonrisa a las chicas en ese lugar.

-Por cierto, ¿Dónde están las demás?- preguntaba la coreana de ojos grandes mirando a su alrededor notando que ellas eran las únicas presentes.

-Momorin esta con Jeongyeonha, dijeron que tardarían un poco, Nayeon no debe tardar en llegar- respondía Sana.

Las sospechas de Tzuyu se hacían cada vez más obvias ante como analizaba los sucesos que se presentaban, estaba segura de ello.

-Allá está Nayeon- mencionaba Eunha a las demás que enseguida giraron la mirada en esa dirección.

-Parece que está hablando con alguien pero, no se puede ver desde aquí quien es- comentó Sana, tratando de divisar pero no lograba ver a nadie.

-Tal vez… es su novio- dijo aquello Sana con pose deductiva y todas se callaron un momento.

-Entonces vayamos a ver- agrego con voz traviesa Jihyo.

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Nayeon observaba desde la distancia a las demás chicas que ya habían llegado, parecían bastante animadas y moría de ansias de presentarles a Mina, que por su parte estaba recargada contra un árbol dándole la espalda a la mayor, ni siquiera se había limitado a mirar el interior del parque.

-Vamos Minari, solo ve a saludar, si quieres después puedes quedarte aquí- pedía la pelinegra a la Elemtum que seguía sin inmutarse.

-No estoy interesaba en más chicas molestas como tú- respondía sin pena alguna, causando irritación en Nayeon

-Deja de ser tan arisca y hazlo, solo dirás hola y listo- volvía a insistir Nayeon, pero solo consiguió que la menor girara su cabeza en otra dirección -¡Dios! Que terca…- exclamó con pesadez al notar la negación de la rubia.

-Nabongs, ya que no venias, decidimos acercarnos nosotras- saludaba con cortesía Sana a la pelinegra.

-¿A quién ocultas ahí eh?- pregunto traviesamente Eunha, mirando de la misma manera a la mayor.

-Emm… Bueno, es una amiga, que es una completa amargada y… le apena salir- decía aquello Nayeon mirando a la rubia que seguía oculta tras de aquel árbol sin moverse.

-¿Amiga? ¿Cuál es su nombre?- preguntaba Sana curiosa de la chica que estaría tras del árbol.

Mina sentía irritación ante las constantes voces de aquellas chicas que no dejaban de hablar e insistir en que saliera.

-Mina… Myoui Mina- fueron las prontas palabras de Nayeon… Esas simples palabras que causarían que una tarde de diversión se convirtiera en una pesadilla…

-Myoui…- dijo Tzuyu con una expresión llena de sorpresa en su rostro y llamando con su reacción la atención de las demás.

Mina en cuanto escuchó aquella voz decir su verdadero nombre, se sobresaltó en gran manera, era inconfundible esa voz. Rápidamente salió de su escondite encarando a las demás, y ahí estaba la causante de la muerte de su padre… Azul y menta se encontraron peligrosamente por un par de segundos en los que el silencio reino…

-… Te encontré... ¡Zhou!- fue el grito de Mina, antes de lanzarse contra la castaña en un golpe que dejó sin aliento a las demás e incluso las hizo caer al piso sentadas por la magnitud de la fuerza, un golpe que causó que Tzuyu saliera disparada a metros de distancia de ellas, dejando un gran rastro en la tierra.

Tzuyu había sido verdaderamente lastimada por ese golpe, sin embargo desde la distancia se incorporó rápidamente y sin pensarlo dos veces, arrancó de su cuerpo aquella sudadera gris y aquella camisa negra de un solo tirón, dejando su torso semidesnudo y permitiendo que sus alas se desplegaran libremente.

Mina a una velocidad increíble llegó hasta ella, lista para golpearla nuevamente pero, Tzuyu fue quien la recibió con un golpe en el estómago que resonó en el ambiente ferozmente haciéndola elevarse a una gran distancia sobre el cielo, Tzuyu rápidamente se impulsó y llego hasta ella para, de otro golpe, regresarla al piso, Mina al impactarse dejo un cráter en la tierra, sin embargo, no pareció haberle hecho daño considerable pues enseguida se incorporó y al igual que Tzuyu, de un solo tirón arrancó aquella camisa de su cuerpo, dejando a la vista su larga y mortífera cola, Tzuyu notó sus brazos heridos, se aprovecharía de ello para vencerla y poner a salvo a las demás.

Nuevamente Mina se impulsó para elevarse por los aires y llegar hasta Tzuyu, donde sin descanso alguno, soltó golpes entremezclados, Tzuyu imitándola hizo lo mismo.

-… Tienen alas… Y cola…- dijo con dificultad Sana, mirando en lo alto a ambas criaturas pelear.

Jihyo se levantó de golpe al igual que Nayeon, observando a aquellas chicas pelear de esa manera tan sobre humana. No eran capases de articular palabra alguna, solo miraban en shock el cielo al igual que las demás.

Tras un golpe mutuo, se separaron a una distinta poco considerable, Mina aprovechó para comenzar a generar fuego en ambos brazos y con estos comenzó a atacar a Tzuyu con feroces ráfagas de fuego que la Aliz esquivaba con dificultad.

Mina con sus manos en llamas, comenzó a golpear a Tzuyu, esto hería en gran manera a la castaña que trataba de esquivar aquellos golpes, sin embargo, recibía la mayoría. Su escapatoria sería atacar los oídos de la rubia, con sus alas creo una onda de sonido que hizo que Mina se detuviera de inmediato y cubriera sus oídos.

-¡Maldita sea!... esto no… Te servirá de nada!- le gritó a Tzuyu, quien aprovechando el momento, golpeó ambos brazos de la Elemtum, causándole un grito de dolor y que algunas de las heridas que tenía en estos se abrieran de nuevo, después envistió a Mina, haciéndola estrellar contra el piso nuevamente, esta vez logro herirla considerablemente.

Ya en el piso Tzuyu sujetó del cuello a Mina y lo apretó con todas sus fuerzas mientras esta trataba de aflojar el agarre y tomar aire.

-Esto es por los inocentes que mataste frente a mis ojos- Tzuyu estuvo a punto de romper su cuello cuando, Mina tomando por los hombros a la castaña, la acercó a su cuerpo y alcanzo a morder y arrancar una parte de una de sus alas haciendo gritar esta vez a Tzuyu que la soltó de inmediato.

La Elemtum piso con fuerza la tierra levantando el montículo donde Tzuyu estaba parada y de una patada la hizo caer, sin embargo, la castaña aprovechó la cercanía para sujetar la cola de Mina, incorporándose nuevamente y con gran fuerza tiro de ella azotando a la rubia contra un árbol el cual se partió en dos para después estrellarla contra el piso, este último impacto causo una abertura profunda en la cabeza de la Elemtum que no tardo en emanar sangre que corrió hasta su rostro.

Tzuyu la tomó nuevamente del cuello levantándola del piso y mirándose a los ojos cada una, ojos que reflejaban odio, solo le dedico una sonrisa.

-Se acabó- fueron las palabras de Tzuyu lista para matar a Mina, cuando esta sin pensarlo dos veces, empuño su mortífera cola en lo alto y de un solo tajo, corto por completo una de las alas de Tzuyu. La alta castaña lentamente fue soltando su cuello y se quedó mirando a la nada mientras su rostro comenzaba a reflejar el inmenso dolor que eso le había causado, no lograba reaccionar.

Mina una vez libre, dedicándole una breve mirada a Tzuyu, la pateo directamente en el estómago haciéndola estrellarse con fuerza contra un árbol a un par de metros, lo sabía, había triunfado y era hora de acabar con esa vida que para ella, no tenía ningún valor.

Tzuyu solo miraba a Mina acercarse lentamente con una expresión seria en su rostro cubierto de sangre, se sentía completamente débil tras haber perdido una de sus alas, su vista comenzaba a ponerse borrosa y respiraba con dificultad. Una vez teniendo cerca a Mina, la vio envolver sus brazos en llamas, hasta que…

-¡No mates a Tzuyu!- aquella voz la hizo abrir los ojos con sorpresa… Jihyo se había aproximado hasta ella y se posaba justo en medio, cubriéndola y pretendiendo protegerla de Mina.

-Bien... Te matare con ella entonces- fueron las secas palabras de Mina, elevando una de sus manos formando una gran ráfaga de fuego.

Nayeon corrió a todo lo que pudo y a espaldas de Mina, alcanzando a sujetar su cola y tirar de ella con todas sus fuerzas, las cuales solo causaron una breve distracción en Mina, que la miró confusa y con sorpresa a la vez.

-…¿Nayeon?...- fueron sus palabras con completa confusión.

-¡No lo hagas!- le gritó Nayeon, y antes de siquiera poder responder, un destello amarillo atravesó por la cabeza de Mina quien tras ser atacada, cayó de espaldas al piso completamente desfallecida.

-¡Mina!- grito Nayeon corriendo de inmediato a la chica que yacía en el piso y poso sus manos sobre su pecho… Su corazón  seguía latiendo.

Todas miraron la dirección de donde había provenido aquel ataque solo para encontrarse con Jeongyeon y a su lado Momo, quien no traía puestas sus gafas y de su mano emanaba una energía amarilla.

-Casi llegamos tarde- fue lo primero que dijo Momo, terminando de caminar y observando a Nayeon quien parecía querer llorar mientras miraba a Mina.

-¿Qué le has hecho?...- preguntó Nayeon quien no se apartó de Mina y miraba con preocupación a Momo quien solo le dedico una leve sonrisa.

-Tranquila, solo la puse a dormir. Así que démonos prisa antes de que despierte- le decía Momo acercándose a Jihyo, quien tenía en brazos a Tzuyu, esta última tenía en su rostro una expresión llena de dolor.

-… Mo-Momo...- fue lo primero que alcanzo a decir Jihyo al ver aquellos bestiales ojos color ámbar en su amiga.

-Todo estará bien Jihyossi, solo necesito su ala amputada y dejare a Tzuyu como nueva- fueron las palabras de Momo tratando de tranquilizar a la temblorosa coreana.

Sana se acercaba lentamente junto a Eunha, las dos estaban completamente petrificadas y asustadas, sin embargo, firmes ante sus amigas y esa extraña y peligrosa rubia que Nayeon no dejaba de sostener sobre sus piernas.

-Momo… es hora de que les digas la verdad… Incluso a esas dos- decía Jeongyeon a la pelinegra, que posó una mirada preocupada en su rostro.

-Si, es hora de decirles quien es el verdadero enemigo aquí….-finalizaba Momo dejando escapar un ligero suspiro.

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El las penumbras del bosque tres chicas caminaban sin preocupación alguna mientras miraban a su alrededor con curiosidad.

-Este ambiente huele increíble- decía una chica de cabello largo y plateado, sus ojos eran bestiales y amarillos, así como su piel blanca, tanto como la nieve misma.

-Es una lástima que tengamos que destruirlo todo cuando encontremos a esas tres- agregaba otra chica de cabello corto y rubio, un bonito lunar adornaba bajo sus labios.

-No tenemos de otra, así que comiencen a rastrear, no deben estar muy lejos- terminaba por decir una alta chica de una larga cabellera castaña obscura y de bestiales ojos grandes, quien recogía una blanca pluma del piso, una pluma perteneciente a Tzuyu.

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Bueno, espero disfrutarán el capítulo de hoy uwu

No tengo mucho que decir, steam The feels y esperemos ansiosos Formula of love ❤️

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