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2. El tatuaje

De: Payton

Iré con Isaac esta noche. No esperes despierta.

En cualquier otra ocasión, me hubiese permitido pensar mal al respecto, pero lo único que ellos se encontraban haciendo era buscando a los betas perdidos. Era increíble que pasáramos tanto tiempo de esta forma, cualquier adolescente normal pasaría su tiempo en fiestas y consumiendo alcohol, viviendo su vida loca, pero nosotros nos encontramos combatiendo seres sobrenaturales.

Increíble.

Escribí una corta respuesta y metí el teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón antes de entrar al Jeep de Stiles. Apenas recordaba cómo los tres solíamos salir todo el tiempo en este Jeep.

— Vaya, Scarlett, el viaje te sentó bien. Te ves...—balbuceó Stiles.

Una expresión confusa se asomó en mi rostro. ¿Qué mosco le picó a Stiles como para que me estuviera haciendo cumplidos? Digo, sé que no me ha visto en tres meses, pero me veo exactamente igual.

— Eh, ¿gracias?

Stiles sonrió, satisfecho consigo mismo y Scott dejó su cabeza caer contra el tablero del jeep.

— Entonces —comencé a decir—, ¿un tatuaje?

Scott alzó su cabeza y asintió con entusiasmo.

— Sí, siempre quise uno y llegó el momento —dijo, buscando en sus bolsillos un papel doblado y me lo entregó.

Sentí una pequeña emoción y curiosidad por saber cómo sería el tatuaje de Scott. Ya casi me podía imaginar algún tipo de lobo intimidante o algo así, pero cuando desdoblé el papel me sentí completamente confundida con lo que mis ojos estaban viendo.

Solo eran dos franjas y muy mal dibujadas.

— Wow, es...—busqué alguna mentira que decir para poder explicar lo que estaba pasando por mi mente en estos momentos.

— ...terrible —completó Stiles—. Traté de decirle, pero anda muy convencido de que es lo que quiere.

Ladeé un poco mi cabeza y volví a doblar el papel con el dibujo, entregándoselo a Scott, quien lo guardó de nuevo en su bolsillo. Su entusiasmo ante su magnífica obra de arte eran tiernos, pero era como ese dibujo que te entrega un niño de tres años y no tienes el corazón para decirle que está horrible.

— Yo lo apoyo. Es un tatuaje muy...eh...intrigante —concluí.

Stiles me dedicó una mirada desconcertada a través del retrovisor y yo solo pude encoger mis hombros en respuesta. No le iba a romper a Scott la ilusión. Llevaba mucho tiempo sin verlo tan entusiasmado por algo en su vida.

— Por cierto, ¿Melissa sabe de esto? —pregunté.

Scott y Stiles intercambiaron miradas.

— Digamos que ella prefiere vivir en la ignorancia —respondió Stiles.

Eso podía traducirse en un 'no, pero se enterará luego'.

El resto del camino hacia el estudio de tatuajes fue lleno de conversaciones triviales. Cuando llegamos al lugar, Scott casi sale corriendo hacia el interior, pero pude notar que se estaba resistiendo. Era como un niño pequeño al que llevas a la juguetería por primera vez.

En el interior el hombre que haría el tatuaje tenía una gran y espesa barba, en la cual, estoy segura, debe haber perdido más de una aguja. Sus brazos estaban llenos de tatuajes, pero lucía más amable que los motociclistas que ves normalmente en las calles.

— ¿Quién de ustedes es?

Tanto Stiles como yo, señalamos a Scott con nuestros dedos índice. El hombre condujo a Scott hacia la silla, haciéndole todo tipo de preguntas de rutina, mientras que Stiles comenzó a ver el libro de tatuajes, intentando de hacerlo cambiar de opinión.

Eso no iba a funcionar, pues Scott lucía bastante seguro de su decisión.

Tuve que reprimir mis ganas de reír cuando Scott le entregó el dibujo del tatuaje al hombre y él elevó sus, casi inexistentes. cejas.

— Amigo, menos mal que me hiciste un dibujo.

Mordí mi lengua para evitar soltar la gran carcajada que amenazaba con escaparse. Sería de mala educación y, realmente, no quería arruinarle la ilusión a mi mejor amigo.

— Oye, Scott, ¿seguro que no quieres algo así? —Stiles mostró un tatuaje que lucía como un kanima, pero con más picos saliendo de su cuerpo. Tanto Scott como yo le dedicamos una mala mirada—. ¿Demasiado pronto? —Miró de nuevo el dibujo del kanima—. Sí.

— Stiles, no vuelvas a hacer algo así, por favor —pedí, entonces mis ojos cayeron en un tatuaje de un lobo—. Oh, por Dios, Scott, tienes que hacerte este tatuaje.

Le quité el libro a Stiles y lo señalé con emoción.

— ¡Scarlett!

Resoplé, devolviéndole a Stiles el libro de tatuajes, quien inmediatamente continuó su tarea de convencer a Scott de hacerse un tatuaje distinto.

— De acuerdo, solo decía —murmuré.

— No sé, amigo, ¿estás seguro de esto? Estas cosas son bastante permanentes, ¿sabes?

— Stiles, creo que todo el punto de un tatuaje es que sea permanente —le recordé.

— No cambiaré de opinión —dijo Scott.

Stiles dejó el libro de los tatuajes y volteó a ver a su mejor amigo con una expresión interrogante.

— Bien, pero, ¿por qué dos bandas? —cuestionó.

Scott encogió sus hombros.

— Simplemente me gusta.

— Pero, ¿no crees que tu primer tatuaje debería tener algún tipo de significado o algo?

Fruncí mi ceño.

— Hacerse un tatuaje significa algo —protesté.

— Lo que Scarlett dijo —coincidió Scott.

— No creo que...

— Tiene razón —lo interrumpió el hombre, terminando de ponerse los guantes para comenzar el proceso—. Tatuarse se remonta a miles de años atrás. La palabra tahitiana "tatua" significa "dejar una marca". Como un rito de pasaje.

Vaya, eso fue un poco más profundo de lo que esperaba.

— ¿Ves? Él lo entiende.

— Está cubierto en tatuajes, Scott, literalmente.

— No me digas, Sherlock —murmuré con sarcasmo.

Stiles me dedicó una mala mirada y yo sonreí con inocencia.

— De acuerdo, ¿estás listo? —Scott se removió en su lugar y asintió—. No tienes ningún problema con las agujas, ¿verdad?

Nop.

El hombre comenzó a tatuar la piel de Scott y Stiles se acercó un poco para ver el proceso, rascando su mandíbula con una expresión de dolor ajeno.

— Yo tiendo a ponerme un poco nervioso, así que...—Miró el proceso unos cuantos segundos y se desmayó.

Esta vez, no controlé la carcajada que salió de mis labios. Saqué mi teléfono y tomé una foto de Stiles desmayado.

— ¿Me la envías? —pidió el tatuador—. Irá a la pared.

Esto iría a la colección de momentos en los que Stiles ha hecho el ridículo.

Alrededor de una hora después, los tres salimos del local con expresiones muy distintas. Scott estaba entusiasmado con su brazo vendado —bajo el vendaje estaba el tatuaje—, Stiles sostenía una bolsa de hielo contra su cabeza y yo terminaba de enviarle las fotos de Stiles inconsciente al tatuador. Stiles jamás se enteraría de ello a menos que fuéramos a hacernos un tatuaje de nuevo y eso sería poco probable.

Una vez en el jeep, Scott frunció su ceño, mirando su brazo y yo lo miré confundida.

— ¿Estás bien? —pregunté.

— Quema.

— Sí, acaban de atravesarte la piel unas cien mil veces con una aguja —puntualizó Stiles.

— Sí, pero no creo que debería sentir esto —acotó Scott. Entonces soltó un gruñido de dolor—. Dios, no. No debería de sentir esto. Tengo que quitarme esta cosa.

— No, Scott. Scarlett, no lo ayudes, por favor.

Con rapidez, le quité el vendaje a Scott y nos topamos con el hecho de que la tinta estaba desapareciendo de su brazo. Estaba sanando el tatuaje.

— Oh, no, no, no. Sanó.

— Gracias a Dios. Lo odiaba —suspiró Stiles. Los dos lo miramos sin poder creer que lo hubiera dicho en voz alta, aunque, después de todo, sigue siendo Stiles—. Lo siento.

En el camino de vuelta a casa, Stiles tuvo la magnífica idea de preguntarle a Scott si había hablado con Allison durante el verano y también si ella regresaría a la escuela este año. A veces pienso que a Stiles le falta sentido común porque era claro que el tema de Allison era delicado para ambos en formas muy distintas.

— Acordamos darnos el verano. Sin mensajes ni llamadas —explicó Scott.

— Entonces, ¿cómo sabes que no regresará a la escuela? —interrogó Stiles cuando nos detuvimos en una luz roja.

Scott resopló un poco.

— Después de todo lo que pasó, no sé si va a volver.

Fue en ese momento que miré hacia el lado y pude ver a Lydia junto a Allison dentro del auto de la primera. Por la expresión de Stiles, pude saber que ambos nos habíamos percatado de ese detalle.

— Yo creo que sí —aseguró Stiles—. Diría que es definitivo. Un cien por ciento.

Ante la mirada desconcertada de Scott, agarré su cabeza y lo obligué a mirar hacia la derecha, donde iba a tener una vista completamente clara de Allison.

— Oh, Dios mío —murmuró Scott, intentando ocultarse al hundirse en el asiento del jeep.

Stiles alzó una mano para saludarlas y le golpeé la cabeza.

— ¿Estás loco? Conduce, idiota —ordené.

— Scarlett, es una luz roja —se excusó.

— Eres el hijo del sheriff, estoy segura de que te perdonarán una luz roja —mascullé.

— Creo que deberías hablarle. Deberíamos decir algo —sugirió Stiles.

Rodé los ojos porque se notaba que Stiles no sabía nada de parejas que acababan de romper. No era como si yo tuviese mucha experiencia, pero era visible desde kilómetros de distancia la desesperación de Scott para no toparse con Allison. Él no estaba preparado para este encuentro, no todavía.

— No, Stiles, vamos.

Stiles hizo caso omiso y comenzó a bajar la ventana del jeep.

— Stiles, ¿qué demonios?

— ¡Heeeey!

Y justo en ese momento, Lydia arrancó a toda velocidad a pesar de que se trataba de una luz roja. Ella sí era una buena amiga que ayudaba a salir de la incomodidad, aunque pudiera terminar con una multa por pasar una luz roja.

— Probablemente no nos vieron —comentó Stiles.

Volví a golpearlo.

— La próxima vez, lo haré con mis poderes —amenacé.

— ¿Desde cuándo eres tan agresiva? Debes dejar de pasarte con Derek, estás adoptando sus conductas...—mi mirada lo hizo callar—. Oh, miren. Una luz verde.

Continuó conduciendo y Scott lo miró con un pequeño brote de pánico al ver que nos encontrábamos justo detrás del auto de Lydia.

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó Scott.

— Conduciendo —respondió con obviedad.

— Estamos justo detrás de ellas.

Esto estaba yendo cada vez peor.

— ¿Ves alguna salida?

— No quiero lucir como si las estuviéramos siguiendo —alegó Scott.

Tuve que reprimir mi deseo de golpearlos a los dos.

— ¿Qué quieres que haga?

— No lo sé, cualquier cosa —respondió mi mejor amigo.

Stiles presionó el freno de golpe y nos detuvimos. Entonces, para nuestra confusión, Lydia también detuvo el auto.

— Se detuvieron —observó Stiles.

— Gracias por la observación, Capitán Obvio —mascullé, aunque también me resultaba extraño que ellas se detuvieran, viendo cómo habían huido en la luz roja.

¿Quién rayos pasa una luz roja para después detenerse unos metros después? No hace ninguna lógica.

Entonces, vimos que algo impactó contra el auto de Lydia y todos salimos corriendo del jeep para ver qué había ocurrido. Había sido muy extraño y sin aviso.

Allison y Lydia salieron del vehículo, mientras que Stiles y Scott corrieron hacia ellas. Yo, por mi parte, me dirigí a ver qué había sido eso que se había impactado contra el auto. Ignorando las preguntas de ellos hacia las chicas, continué caminando y pude ver el ciervo espetado entre el parabrisas del carro, sangre caliente emanando de su cuerpo.

— ¡Yo no estoy bien! —exclamó Lydia—. Estoy muy asustada. ¿Cómo demonios fue que chocó con nosotras?

— Scott —lo llamé en voz baja.

Él caminó hasta mi lado, analizando la forma en la que el animal había impactado el vehículo.

— Vi sus ojos antes de que nos golpeara. Era como...como si estuviera loco —continuó diciendo Lydia.

Entonces vi el temblor presente en mis manos, pero era distinto. No era por miedo ni por nervios y mucho menos por frío. Era como si pudiera sentir lo que el pobre animal estaba sintiendo justo antes de impactar el vehículo.

— No, estaba asustado —dijo Scott.

Sin poder evitarlo, llevé una de mis manos hacia el pelaje del animal y un escalofrío se apoderó de mi cuerpo cuando sus emociones me invadieron.

— Estaba aterrorizado —corregí.

En mi mente solo pude recordar la última vez que había visto animales volverse locos del miedo. La noche en la que Peter había mordido a Scott.

Los animales estaban respondiendo ante la presencia de la manada de los alfa.

______________

¡Segundo cap!

Stiles, Stiles, Stiles, ¿qué diablos está pasando por tu mente chamaco?

Personalmente, me gustó mucho este cap. Necesitaba más momentos de los tres fenómenos juntos. Like si tú también.

Chau y hasta la próxima ❤️

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