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13. Carrera en el bosque

Me escabullí en el vestuario de los chicos cerrando mi sudadera. Algunos chicos me silbaron por lo bajo y gruñí porque odiaba los ajustados pantalones de ejercicio que Payton me había obligado a ponerme para la clase de educación física. Les saqué el dedo del corazón y continué mi camino hasta llegar a los casilleros donde mis amigos se encontraban hablando sobre el cliente de Deaton que desapareció de la nada luego de haber salido de una consulta con el veterinario.

— Buscamos en todos lados. Es como si se hubiera ido. Dejó su auto, su perro —continuó diciendo Scott, me dedicó una ligera sonrisa de saludo al verme.

— Bien. ¿Era...? ¿Podría haber sido virgen tal vez? ¿Parecía virgen? ¿Crees que era virgen? —interrogó Stiles, balbuceando las preguntas de un modo que me causó mucha gracia.

— No, definitivamente no. Deaton me hace tener sexo con todos sus clientes. Es una nueva política. —Stiles se quedó completamente serio y confundido ante la broma de Scott y no pude evitar reírme a carcajadas. Esa había sido una buena broma, tenía que admitirlo—. No, no sé si era virgen. ¿Y por qué hablas como si hubiera muerto? Solo está desaparecido.

— Scott tiene un punto —dije, señalando a mi mejor amigo.

— Gracias, Scarlett.

— De nada, Scotty —le sonreí.

Stiles rodó sus ojos.

— Y presuntamente muerto, porque probablemente sea virgen —continuó Stiles. Sonaba completamente paranoico con todo este asunto de los sacrificios—. ¿Y sabes quién más es virgen? Yo. Yo soy virgen. ¿Tú eres virgen, Scarlett? Porque si lo eres, deberías estar preocupada también.

Elevé mis cejas con una expresión divertida en mi rostro.

— No te preocupes por mí. Estoy segura de que si tuviese un problema con mi presunta virginidad, tengo un novio que podría encargarse de ello con gusto —respondí sin borrar mi sonrisa.

Sabía que era una forma extraña de soltar la bomba de que estaba en una relación con Derek, pero era algo que ellos ya suponían desde hace mucho. Solo confirmaba con más énfasis mi nueva relación con él, por más incómodo que me pareciese. No iba a ir a decirles: "oigan, ¿recuerdan cuando pensaban que era novia de Derek y yo lo negaba a todo el mundo? Pues, no tengo por qué seguir negándolo".

Tanto Scott como Stiles se pusieron completamente serios por mi comentario. Scott lucía más como un hermano sobreprotector, pero Stiles...Stiles lucía más como si estuviese celoso. ¿Qué demonios estaba ocurriendo aquí?

— ¿Ella está hablando en serio? —cuestionó Stiles, mirando a Scott mientras me señalaba con su dedo índice.

— ¿No es eso ilegal? —interrogó Scott, ladeando su cabeza un poco y se apoyó de su casillero.

— No hablen de mí como si no estuviese presente —pedí, rodando mis ojos.

— De todas formas, ¿sabes lo que eso significa? Que mi falta de experiencia sexual amenaza mi vida. Necesito tener sexo ahora mismo. Alguien debe tener sexo conmigo hoy. ¡Debo tener sexo ahora mismo! —dramatizó Stiles, cerrando su casillero de forma estrepitosa.

Danny a su lado se apoyó en los casilleros y pude sentir que iba a hacer una de sus bromas.

— De acuerdo, yo lo haré —anunció y Stiles se sobresaltó—. Ven a mi casa a las nueve. Quédate toda la noche, me gusta acurrucarme.

No pude aguantar más y me senté en el suelo a reírme, sosteniendo mi estómago para intentar controlar mis carcajadas.

— Eso fue muy dulce —susurró Stiles—. ¿Bromeas?

— Sí, bromeo —puntualizó Danny, continuando su camino.

Le dediqué un pequeño saludo y choqué mi puño con el suyo antes de limpiar las lágrimas que habían salido de mis ojos por mi ataque de risa.

— No juegues así con las emociones de alguien, Danny. No es agradable, ¿sí?

En ese momento, Isaac entró a los vestuarios y Finstock notó su presencia.

— Señor Lahey, estoy contento de que estés de vuelta. No me alegra que llegue tarde —habló el entrenador y me miró—. ¿Qué demonios estás haciendo aquí, Brann? ¿Las palabras 'vestuario de chicos' significan algo para ti?

Hice una mueca y levanté el silbato que llevaba alrededor de mi cuello.

— Tengo el poder, Finstock —le recordé.

El entrenador me dedicó una mala mirada y el cachorro se disculpó con él, continuando su camino hacia su casillero. Fue en ese momento que noté el pequeño chupetón que comenzaba a sanar en su cuello. Payton y él se estaban poniendo salvajes, demonios. No pensaba que fueran tan traviesos.

— Les recuerdo a todos que correr no es opcional para los jugadores de lacrosse. No quiero ver que se convierten en obesos durante el receso de temporada —comenzó a decir Finstock.

Miré a Danny y a Isaac, quienes se encontraban quitándose la camisa en estos momentos, revelando sus abdómenes bien marcados. Ladeé mi cabeza.

— Dudo que eso suceda —murmuré.

— Así que trabajen en ello —concluyó Finstock antes de marcharse.

Luego de su discurso/regaño/advertencia hacia los jugadores de lacrosse, Scott, Stiles y yo salimos de los vestuarios y nos dirigimos hacia el lugar donde a Finstock se le había ocurrido castigarnos al obligarnos a correr en el bosque. Solo a él se le ocurría algo tan descabellado, pero no había forma de hacerlo cambiar de opinión.

Nos reunimos con los demás estudiantes, Payton se unió a nosotros luciendo despampanante aún con su ropa de hacer ejercicio y el cabello amarrado en una coleta. Algunos chicos le dirigían miradas lascivas y tuve ganas de quemarles los ojos a todos. Era mi prima, menor que yo y, según la apariencia de las cosas, tenía novio. ¿Acaso ya no tenían respeto por la propiedad ajena? No es que la estuviese considerando un objeto, pero bueno, se entiende mi punto de vista.

— Oye, Payton, deberías bajarle un poco a los chupetones o el entrenador se molestará mucho si Isaac llega tarde a la clase —comenté.

La expresión de Payton fue un poema en ese momento y en mi interior hice un baile de victoria. ¡Karma, querida prima!

Le guiñé un ojo cuando la vi sonrojarse y me coloqué al lado de Scott en la carrera. Vi a Payton caminar hacia Isaac, quien se encontraba agachado atando sus zapatos y fue cuando noté los gemelos nuevos colocarse a sus lados. Uno estaba al lado de Isaac, mientras que el otro estaba al lado de Payton. No podía descifrar cuál era cuál, pero no me gustaba cómo pintaban las cosas.

Finstock sonó un silbato.

— Brann, si no terminas esta carrera, me tendrás que devolver el silbato —amenazó Finstock.

¿Acaso mi trasero lucía gordo como para que no me creyeran capaz de completar una carrera? Hace unos días me había encontrado corriendo por el bosque también, ¡persiguiendo hombres lobos! Una carrera contra unos adolescentes no podría matarme.

— Ya veremos, Bobby —dije, llevando mi propio silbato a mis labios, sonándolo una vez.

Scott a mi lado rió.

— ¿Cuándo van a detener esa competencia que tienen entre ustedes? —preguntó.

— Nunca —respondí, poniéndome en posición para correr cuando Finstock sonara el silbato nuevamente, esta vez más fuerte como si quisiera dejar en claro quién tenía el verdadero poder en el campo.

Tan pronto lo escuché iba a salir corriendo cuando noté que Isaac y Payton lucían completamente furiosos con los gemelos. ¿Qué demonios est ocurriendo? Scott y yo intentamos detenerlos.

— ¡Regulen el ritmo, vamos! ¡Brann, no te veo corriendo!

Ignoré al entrenador y me dirigí a mi prima, agarrándola del brazo para detenerla.

— Payton —la llamé.

Ella se volteó a verme con una expresión completamente enojada y gruñó.

— Son ellos —masculló antes de salir corriendo junto a Isaac.

Intercambié una mirada con Scott y ambos salimos corriendo tras ellos lo más rápuido que podíamos. Los gemelos eran rápidos, pero Payton y Isaac también lo eran. Mi prima tenía una velocidad sorprendente para ser tan pequeña, pero supongo que tiene algo que ver con que su bajo peso la hace más ligera.

No me permití a mí misma cansarme al correr. Podría llegar a alcanzarlos. Si pude correr tras Boyd y Cora durante una noche entera, podía correr un corto camino en el bosque para perseguirlos a ellos.

Apresuré mis pasos cuando llegamos a un área más solitaria y pude ver cómo cada uno de los gemelos sostenían a Isaac y el otro a Payton.

— Ethan, siempre olvido, ¿cuántos huesos hay en el cuerpo humano? —preguntó uno de ellos.

Le dirigí una mirada a Scott y asentí. No fueron necesarias las palabras para saber que nos preparábamos para una pelea.

— No lo sé. Contemos —dijo el otro.

Scott me pasó por el lado y le dio un fuerte puñetazo al gemelo que habló primero. Se escuchó un 'crack' de su mandíbula al quebrarse bajo la fuerza de mi mejor amigo, fuerza que no se esperaban.

— Ese es uno —habló Scott.

Me acerqué por la espalda del otro gemelo y cuando se giró, estampé mi puño en su nariz, escuchándola crugir bajo mi toque. La abrí y la cerré varias veces porque golpear a un alfa había dolido como el infierno.

— Esos son dos —conté.

Isaac y Payton se pusieron de pie y sus ojos brillaron. Los de Scott también lo hicieron, al igual que los míos y los de los gemelos. Lo único que los diferenciaba a todos ellos de mí era que mientras ellos sacaban sus garras, yo hacía que llamas de fuego salieran de mis brazos.

Justo cuando estaban por comenzar a pelear, se escuchó un grito de horror proveniente de una chica al otro lado donde la carrera estaba ocurriendo. Scott y yo nos miramos entre nosotros antes de salir corriendo con dirección al ruido de los gritos colectivos. Los demás nos siguieron los pasos.

Nos reunimos con los demás y pude ver lo que había causado los gritos de horror. Un chico se encontraba atado del cuelllo a un árbol con la garganta cortada y sangre seca por toda su ropa.

— Es él, ¿no? —le preguntó Stiles a Scott.

Mi mejor amigo asintió.

Ya el conteo de los muertos había aumentado.

Cuatro. Ya iban cuatro personas muertas de la misma forma y quién sabe hasta dónde planifiquen llegar.

— ¡Quítense de en medio! ¡Atrás! —escuché la voz del sheriff, quien no tardó mucho en hacer acto de presencia en la escena del crimen—. Acordonen la zona antes de que pisen las evidencias.

La ayudante del sheriff les gritó a todos que retrocedieran, dándoles el espacio suficiente para que ellos pudieran trabajar. La escena en sí era tormentosa, pero no me quitaba el sueño tampoco. No sabía cómo, pero me estaba comenzando a acostumbrar a encontrarme con tantos cadáveres.

— Entrenador, ¿puede darnos una mano? —pidió el padre de Stiles.

— ¡Ya oyeron al hombre! ¡No hay nada que ver! Probablemente sea un chico sin hogar —habló Finstock, intentando calmar a los estudiantes, pero lo que él no se había percatado era que el chico era un estudiante en la secundaria Beacon Hills.

— Entrenador —lo llamó Scott.

— ¿Sí?

— Era de último año —le notificó.

La expresión de Finstock cambió a una de preocupación.

— No estaba en el equipo, ¿o sí? —preguntó.

Me golpeé el rostro con la palma de mi mano sin poder creer que eso era lo que le preocupaba a este hombre de todo. ¡Un chico inocente había tenido una muerte desastroza y horrible, y él solo se preocupaba por su equipo de lacrosse! Ese hombre necesitaba ordenar sus prioridades.

— ¡Kyle! —gritó una chica, la novia del chico que se encontraba muerto en el árbol. La ayudante del sheriff la aguantó antes de que pudiera tocar el cadáver de su novio—. ¡Por Dios, Kyle!

No pude evitar sentir pena por la chica. En especial porque yo había sentido la misma preocupación y casi estuve en un lugar parecido cuando Derek pudo haber muerto en el interior del cuarto de calderas.

El sheriff nos obligó a irnos y Payton colocó una de sus manos en mi hombro en un gesto de que fuera con ellos. No sin antes notar la mirada de confusión que se encontraban dirigiéndose los gemelos. Era como si ellos no tuvieran ni la menor idea de lo que había ocurrido con ese pobre chico.

— ¿Vieron cómo lo miraban los gemelos? —preguntó Isaac.

— Sí, como si no tuvieran idea de lo que pasó —respondí.

— No, ellos lo sabían —protestó el cachorro.

— El chico fue estrangulado con un garrote —le dijo Stiles—. ¿Solo Scarlett y yo notamos la falta de características de lobo en estos momentos?

Stiles tenía un buen punto.

— ¿Crees que es una coincidencia que ellos aparecen y las personas comiencen a morir? —increpó Isaac en un tono que no me gustó del todo.

No es como si quisiera defender a los gemelos, ellos también eran asesinos, pero esto que estaba sucediendo era mucho más de lo que podríamos controlar o siquiera pensar. Ellos no se tomarían mucho tiempo para matar a alguien, ¿por qué lo harían? Tienen fuerza sobrehumana, garras y pueden sanar con rapidez, no hay razón alguna por la que necesiten estrangularlos, romperles la cabeza y cortarles el cuello. Ni siquiera por entretenimiento. Su entretenimiento era más dirigido a hacer que Derek mate a su manada.

— No, pero igual no creo que sean ellos —respondió Stiles.

En esta ocasión, estaba del lado de Stiles. Miré a Payton y por su expresión vi que estaba del lado de Isaac y lo entendía. Los cuatro nos detuvimos y miramos a Scott, esperando que él fuese el desempate en todo esto.

— ¿Scott? —lo llamó Payton—. ¿Tú qué dices?

— Aún lo sé —dijo en respuesta.

— ¿Aún no lo sabes? —cuestionó Stiles sin poder creer que Scott no hubiese tomado su lado sin pensárselo dos veces.

— Él tiene un buen punto, tiene sentido —se defendió Scott.

— ¿Es en serio, Scott? Hemos visto hombres lobos, sabemos cómo atacan —protesté.

Él era un hombre lobo y sabía cuáles eran sus propios instintos. Yo vivía rodeada de hombres lobos, literalmente. Mi prima era una, mi vecino era uno, el novio de mi prima también era uno, ¡incluso mi pareja era un maldito hombre lobo! Creo que puedo saber cómo reaccionarían.

— Es que...¿en serio piensan que son sacrificios humanos? ¿Sacrificios humanos? —Trató de razonar Scott.

Isaac y Payton nos miraron a Stiles y a mí con una expresión de satisfacción y suficiencia.

— Scott, tus ojos se vuelven de un amarillo brillante. Te crece vello en las mejillas y de repente desaparese, y si te apuñalara de cuarías mágicamente. Eso sin contar que Scarlett puede hacer que fuego, literalmente, fuego salga se sus brazos y manos —mencionó Stiles, enumerando las características sobrenaturales que teníamos—. Pero, ¿me estás diciendo que tienes problemas para entender que son sacrificios humanos?

Casi tuve ganas de aplaudir ante el pequeño discurso que Stiles había dado. Eran buenos argumentos.

— Ese también es un buen punto —reconoció Scott.

— No me importa —intervino Isaac—. Mataron a ese chico. Mataron a la chica que nos salvó a Payton y a mí. Yo los mataré a ellos.

Eso me sentó como una patada en el trasero porque sabía que Payton estaría de su lado y dos betas yendo en contra de dos alfas era demasiado peligroso. Ellos no eran alfas cualquieras, si Deucalion quería que Derek matara a su manada, no me sorprendería si ellos lo hubieran hecho también. Y eso solo los convertía en algo más peligroso de lo que podíamos manejar. De lo que ellos serían capaces de manejar.

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Tengo que decir que me he muerto de risa con los comentarios del capítulo pasado. Son geniales, en serio xD Me hicieron la semana en la universidad, en especial el de @xMalik_nigga69x que decía "Tan siquiera jálasela, pobrecito :c". Juro que estuve riéndome por cinco minutos seguidos. JAJAJAJA.

Comenten y el comentario más creativo y que más me llame la atención se ganará la dedicatoria del próximo cap. Ahr, ando aburrida y quiero hacer esas cosas distintas xD

Preguntas: ¿Cómo creen que se haya sentido Stiles cuando Scarlett mencionó lo de tener novio? ¿Solo a mí me gusta la rivalidad de poder entre el entrenador y Scarlett? ¿Isaac y Payton siendo más pillines?

Chau y hasta la próxima ❤️

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