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4. Luna llena en la estación de policía.

                
En los pocos minutos que llevamos en el interior del sótano de los Lahey, específicamente después de haber quemado a Scott, mi mejor amigo, con el simple contacto de mi piel, he llegado a tres distintas conclusiones. La primera y mejor de todas para mí, es que no me estoy convirtiendo en mujer lobo, no tengo garras y tampoco colmillos, simplemente estoy emanando calor. La segunda, nadie puede tocarme porque mi piel está excesivamente caliente y no por fiebre, cosa que no es tan bueno si quiero ayudarles con este pequeño lío. La tercera, pero no menos importante, no tienen ni la más remota idea de lo que está ocurriendo conmigo.

Derek mismo dijo que jamás ha visto algo como yo, aunque no sé si eso es bueno o malo, de modo que sigo en un limbo. ¡Se supone que Derek es como un Maestro Oogway que conoce de todo lo que sucede!

Inhalo por mi nariz varias veces, intentando recuperar el control de mi cuerpo y no dar rienda suelta al pánico. Ponerme histérica no me ayudará en nada. Solo empeorará todo y terminaré siendo un caos quebrado frente a un lobo gruñón y uno adolescente. Estoy casi segura de que pueden olfatear mi histeria.

— Tengo que llamar a Stiles —anuncia Scott, palmeando sus bolsillos para buscar su teléfono.

Lo menos que deseo ahora es que llamen a Stiles y es lo primero que se les ocurre. Él debe estar muy preocupado escabulléndose en casa de Lydia para asegurarse de que no se está convirtiendo en mujer lobo. No me sorprendería si lo está haciendo a pesar de que mis pensamientos son sarcásticos. Tengo el ligero presentimiento de que la vida tiene un pequeño, pero potente karma en mi contra.

— Scarlett, es la única opción que tenemos. Es una luna llena, yo no tengo control completo y Isaac sigue encerrado en un lugar bastante público diría yo —manifiesta, marcando el número de Stiles sin darme oportunidad de continuar protestando.

Gimoteo, frustrada y bastante derrotada porque Scott tiene razón. Tengo ganas de salir corriendo e irme de aquí antes de que pueda seguir siendo torturada por todo lo que me está ocurriendo. Sin embargo, ni siquiera me muevo, la verdad es que no me atrevía a tocarlo o a tocar las cosas en general. Un nudo se forma en mi garganta, dejándome saber que las ganas de llorar están presentes, pero no lo hago. Me mantengo fuerte ante la situación.

Derek extiende una mano hacia mí y la coloca sobre mi hombro cubierto por mi camisa y un abrigo. Está probando cómo el calor traspasaba mi ropa ya que la fuente de este parece estar en mi interior, pero se siente extraño que establezca un contacto físico. Es Derek Hale a fin de cuentas.

— Caliente, pero soportable. Vas a poder venir con nosotros —anuncia, y no sé si sentirme aliviada o mortificada—. Solo tienes que asegurarte de que tu piel no toque nada.

Asiento, relamiendo mis labios.

Estoy sudando ligeramente en las zonas de mi frente y cuello, por no mencionar que casi podía sentir las gotas deslizarse por mi espalda y el valle de mis pechos. Técnicamente, me están diciendo que tengo que mantenerme abrigada hasta más no poder para que el calor que emana mi cuerpo no resulte insoportable para los demás. Tiene sentido de cierto modo, pero no para mí que puedo sentir un volcán haciendo erupción en mi interior.

Estoy sofocándome.

— Stiles viene de camino. Deberían salir para que los recoja —sugiere Scott, cerrando sus ojos mientras lucha por mantenerse en control, detalle que todavía no ha logrado del todo. Aunque es solo su tercera luna llena.

Él piensa quedarse en la casa de los Lahey, específicamente en el sótano, para pasar la luna llena sin atacar a nadie. No es el mejor plan, pero carecemos de tiempo. Además, tenemos que sacar a Isaac de la cárcel antes de que lo encontraran los cazadores que iban a matarlo. De paso, tenían que averiguar cómo lidiar conmigo y mis ondas de calor.

Una noche muy interesante está por comenzar en este momento y no estoy segura de que estoy preparada para enfrentarla.

* * *

— Scarlett, trata de no quemar mi Jeep, por favor —pide Stiles, mirándome a través del retrovisor.

Gruño por lo bajo, frustrada y exasperada ante sus constantes comentarios que sacaban mis impulsos homicidas. Si antes había tenido ganas de llorar, ahora quiero derretirle la cara a cualquiera que se me cruce en frente. Es solo una casualidad que Stiles es la persona que se encuentra frente a mí, lo juro. Una perfecta coincidencia de la vida porque es justo a él a quien quiero herir.

Muerdo el interior de mi mejilla y aprieto mis manos en fuertes puños, clavando mis uñas en las palmas de estas para liberar un poco de la tensión que se acumula en mi cuerpo. Si llego a perder el control no quiero saber lo que pueda llegar a ocurrir. Creo que, por primera vez, estoy aterrada de mí misma y no sé si eso pueda ser algo bueno.

«Dudo que lo sea.»

— Mejor concéntrate en cómo sacar a Isaac —sugiero entre dientes, y cierro mis ojos durante unos segundos para reunir la poca paciencia que existe en mí.

Nos encontramos dentro del Jeep que está aparcado frente a la estación del sheriff, lugar donde Isaac está sufriendo los primeros efectos de la luna llena; al igual que yo. Aquí se supone que intentemos idear un plan que no involucre a Derek golpeando a las personas hasta la inconsciencia —uno que probablemente sea la única opción en algún punto del plan— y que no incluya mi ayuda.

No es que no quiera estar presente en una pelea. Me siento lo suficientemente fuerte como para intentarlo, pero lamentablemente me encuentro sufriendo de una condición llamada «te toco y probablemente te dejo una quemadura de primer grado». Tremenda condición si me preguntan.

Nótese mi sarcasmo, por favor.

— Bien, las llaves de las celdas están en una caja fuerte protegida con contraseña en la oficina de mi padre. El problema es pasar frente al mostrador principal —explica Stiles, señalando el lugar con su mano.

Se ve un poco del mostrador por la puerta y, efectivamente, hay un guardia en el lugar. Eso dificulta un poco las cosas. En especial teniendo en cuenta que el cazador del que intentamos salvar a Isaac se encuentra vestido como policía.

— La distraeré —anuncia Derek, dispuesto a bajarse del Jeep inmediatamente, sin siquiera dar lugar a opiniones.

Stiles actúa con rapidez, agarrándolo de la chaqueta para evitar que baje del jeep.

— ¿Tú? No vas a entrar ahí —dice, y Derek mira la mano de Stiles en su hombro. Desde mi lugar puedo interpretar que esa mirada dice que aparte la mano antes de que tenga que despedirse de ella—. Estoy retirando mi mano.

«Bien pensado, Stiles, porque con esa mirada que te lanzaron probablemente ibas a terminar con el brazo roto», pienso, ladeando un poco mi cabeza. Continúo prestando atención a la discusión que ya veo venir entre ellos. Es lo normal cuando están juntos.

— Fui exonerado —le recuerda Derek.

Stiles rueda los ojos.

— Sigues siendo una persona de interés.

Bufo porque sé muy bien la razón por la que Derek terminó en la cárcel en primer lugar. Tiene mucho que ver con adolescentes, uno de ellos muy enfocado en jugar lacrosse para ganarse a la chica de sus sueños, mientras que el otro es un tarado de primera. Yo solo fui la tonta que los siguió en su plan.

— Stiles, es inocente y no sé si recuerdas, pero nosotros lo pusimos en esa cárcel en primer lugar —intervengo antes de que se pongan a discutir más. Tienen que enfocarse en sacar a Isaac de la estación porque es inocente y también porque es su primera luna llena; no queremos que una desgracia lo condene a una vida en la cárcel.

— De acuerdo, ¿cuál es tu plan? —interroga mi amigo, rindiéndose con burla.

Ruedo mis ojos, sabiendo que esto irá para largo si no se ponen de acuerdo con un plan, si no se deciden qué hacer. Derek quiere distraer a la policía, Stiles piensa que por eso se refiere a que la golpearía en la cara, cuando en realidad solo significaba que hablará con ella. Derek tiene su encanto, con ese físico de seguro la distraerá fácilmente y de eso no me cabe duda. De hecho, incluso a mí logra desenfocarme a veces, solo que Stiles no confía en su criterio.

Al final, amenazo con tocarle la cara a Stiles si no deja a Derek bajar del Jeep y accede pensando en que no quiere que mi contacto vaya a derretirle el rostro. Las noticias viajan bastante rápido al parecer. Los tres bajamos y Derek es el primero en entrar para comenzar su plan de seducción, digo, distracción.

Sin poder contenerme, observo a hurtadillas la manera en la que le habla a la mujer del mostrador, sorprendiéndome enormemente. Mis ojos apenas dan crédito a lo que ven cuando Derek esboza una radiante sonrisa encantadora.

Nunca había visto sonreír a Derek de esa forma. Cuando dije que tenía su encanto, fue porque en realidad lo tiene, aunque no estuviera tan consciente de ello al pronunciar mis palabras. Él se encuentra coqueteando con la policía que está en el mostrador descaradamente, pero la estaba distrayendo. Hasta yo estoy distraída con su sonrisa, tanto que Stiles está a punto de tocarme la mano para arrastrarme con él, pero lo pensó dos veces.

— Vamos —susurra, insistente, y me trae de vuelta a la realidad donde estamos intentando de salvar a un hombre lobo adolescente en peligro.

Sacudo mi cabeza, concentrándome y lo sigo rápidamente hacia la oficina del sheriff. Observo a Stiles marcando la contraseña, pero el panel se mueve de manera extraña, quedando entre sus dedos. Eso solo puede significar una cosa: los cazadores han llegado antes.

Me apresuro en salir de la oficina, pegada a una de las paredes cuando vi pasar a un oficial de la estación que casualmente anda sangrando por la pierna, un pedazo de madera que identifico como una flecha partida sobresale de su muslo. Stiles no es tan cuidadoso al salir, topándose de frente con él.

— Solo estoy buscando...—alcanza a decir antes de fijarse en la herida, dejando la oración en el aire al percatarse de su error.

El cazador le tapa la boca a Stiles con su mano para evitar que emita sonido alguno y se lo lleva a rastras por el pasillo que dirige hacia las celdas.

Maldición, ahora tengo que preocuparme por tres cosas: no tocar nada, Isaac y Stiles. ¿Cómo se supone que saque a Isaac, ayude a Stiles y lidie con el cazador si no podía tocarlos sin quemarlos? Detengo mis pensamientos, una idea formándose en mi cabeza y apresuro mis pasos, corriendo por el pasillo donde se llevaron a Stiles.

A mis oídos llega el sonido de la alarma de incendio y, por un segundo, me asusta que pueda ser por mi culpa, pero me tranquiliza que no lo sea. Lo descubro cuando llego al área de las celdas solo para encontrarme a Isaac peleando con el cazador. Busco a Stiles con la mirada y lo encuentro detrás de un escritorio escondido. Suelto el aire de mis pulmones para proceder con mi idea que comienza por deshacerme del abrigo.

Dejando caer la tela al suelo, camino hacia Isaac, quien acaba de dejar al cazador inconsciente.

Recuerdo la lección que Derek le había dado a Scott cuando estaba comenzando a ser hombre lobo: el dolor es lo que te hace humano.

Lo siento, Isaac, pero esto te dolerá —susurro más para mí, que para el adolescente que se ha convertido en hombre lobo.

—¡Scarlett! —grita Stiles.

Isaac se abalanza sobre mí y cubro mi rostro por instinto cuando caemos sobre el suelo. Un gimoteo se escapa de mis labios por el dolor que azota mi espalda con el impacto, pero el miedo de que Isaac llegue a herirme es mayor que el dolor. Estiro mis manos y logro alcanzar el rostro del hombre lobo, enfocando el calor en estas hasta que suelta un rugido dolorido. Sin embargo, no es suficiente para apartarlo de mi cuerpo. Su ira y sed de sangre son más potentes que mi minúsculo ataque.

Justo cuando Isaac elevaba su mano para cortarme con sus garras, se escucha el quiebre de un cristal en el lugar y luego el potente rugido de alfa haciendo eco en las paredes. El beta se aleja se mi cuerpo, acurrucándose en una esquina como un cachorro regañado, volviendo a su estado natural.

Alzo la vista para ver a Derek, quien deja de hacer que sus ojos brillen rojos y voltea a mirarme con furia nadando en ellos. Casi puedo predecir el regaño venir.

— ¿Estás loca? —me pregunta y, aunque sabía que se quemaría, agarra mi mano para ponerme de pie. Creo que está tan molesto conmigo que ni nota que su mano está roja.

—Sabía lo que hacía, Derek. El dolor es lo que nos hace humanos, ¿no? —le recuerdo, utilizando sus palabras en su contra—. Tenía que hacer algo, vi mi oportunidad y la tomé.

Derek no responde a mis palabras, quizá porque sabe que lo he atacado con su frase o porque no quiere discutir conmigo, cualquiera que sea la razón, me basta. Yo tampoco quiero discutir con él, detalle que parece ocurrir frecuente desde que descubrí que es el nuevo alfa y me llevó a la escuela.

— ¿Cómo hiciste eso? —le pregunta Stiles a Derek, rompiendo la conversación que estaba teniendo con el alfa, y señala a Isaac con su mentón.

El lobo adolescente se encuentra todavía en una posición fetal, cubriendo su rostro normalizado de su alfa. Derek logró que se controlara solo con un rugido. ¿Qué más podía hacer con las habilidades que vinieran en su nuevo rango? Porque parecía ser mucho más que un título tonto, yendo a un control completo sobre sus cachorros.

— Soy el alfa —le recuerda Derek, una pequeña sonrisa asomándose en su rostro.

«Y vaya alfa que es», no puedo evitar pensar mientras comienzo a sentir que todo mi sistema se normaliza; el efecto de la luna llena aminorando y controlándose, detalle que me permite relajarme.

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Baia baia Scarlett 7u7

Capítulo aquí, no se me desesperen señoras que esto va de viento en popa, más o menos xD Espero que les haya gustado el capítulo. ¡Sigan haciendo sus teorías! Pónganse en modo Sherlock de ser necesario é.e

Chau 👋🏻

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