38. Las piezas encajaron
El padre de Allison arrancó a toda velocidad, dejando el hospital detrás mientras nos dirigíamos al punto medio donde nos encontraríamos con Derek para hacer nuestra versión de 'salvemos a Jackson, aunque se haya convertido en una marioneta asesina'. Todavía me sorprendía un poco el plan, quizá porque no me molestaba el hecho de que Jackson muriera, no después de que él fuese el que hiciera la herida en el abdomen de mi padre para dejarme a mí terminando su trabajo sucio.
Sabía que no había sido su culpa. Él estaba siendo manipulado por muchas personas que lo querían para completar su venganza. Sin embargo, no podía sacar de mi mente su versión mitad kanima atacando a mi padre en la sala de mi casa.
Era como si algo se hubiese roto en mi interior.
— ¿Estás bien? —me susurró Payton.
Sacudí mi cabeza, sacando mi mente de esos pensamientos dolorosos y dejé salir el aire de mis pulmones. Mis dedos juguetearon con mi teléfono, esperando noticias de Derek y Peter, quienes buscarían a Lydia para completar el plan.
Ellos tenían la teoría de que Lydia sería la única capaz de traer a Jackson a la normalidad porque él la amaba, aunque eso fuese difícil de creer. Jackson parecía una víbora sin corazón incapaz de amar. Tal vez es familia de Tom Riddle.
— Estoy bien —aseguré en un tono de voz normal.
Ni siquiera sé porqué se molestaba en mantener su voz en susurros porque estábamos rodeadas por hombres lobos y ellos serían capaz de escuchar nuestra conversación.
— Scarlett, sé que yo tengo que protegerte, pero...tengo miedo —admitió, bajando su vista para ocultar un poco su vergüenza.
— Payton, la mitad del tiempo estoy aterrada sobre lo que va a suceder —le confesé.
— ¿Qué sobre la otra mitad? —cuestionó.
Encogí mis hombros.
— La otra mitad intento mantenerme con vida. Tú mantente con vida, ¿de acuerdo?
Ella asintió.
— Es gracioso porque se supone que yo deba decirte eso —murmuró.
Chasqueé mi lengua.
— Está bien.
Chris Argent detuvo la camioneta en el lugar que Scott le indicó y todos nos bajamos del vehículo. Podía sentir el frío en mis huesos, los nervios correr por mi cuerpo y el peso de la daga de mi familia dentro de mi bota. Solo necesitaba una oportunidad para matarlo, solo una.
Gerard no era como nosotros, solo era un viejo decrépito y no tenía habilidades sobrenaturales. No podía sanar como nosotros. Un corte lo suficientemente profundo lo dejaría sin vida. Un corte para que todo esto acabara.
— ¿En qué piensas? —me preguntó Scott.
— En sobre cómo quiero que todo esto acabe —respondí, metiendo mis manos en los bolsillos traseros de mi pantalón.
Scott coincidió.
— Creo que dejó de moverse —habló Isaac, refiriéndose a Jackson.
No sé si eso debería aliviarnos o espantarnos más.
— ¿Dónde está Derek? —preguntó Argent.
Entonces comenzamos a escuchar el ruido de alguien corriendo hacia nosotros y pudimos ver a Derek dando una vuelta en el aire antes de caer frente a nosotros, sus ojos brillando rojos.
Rodé los ojos ante su entrada que buscaba atención mientras lo vi ponerse de pie, mirando fijamente al padre de Allison.
— Estoy aquí por Jackson, no por ti —aclaró.
— De alguna manera, no encuentro eso tan reconfortante —comentó Derek. Miró a Scott y a Isaac—. Llévenlo adentro.
Ellos obedecieron y llevaron la bolsa con Jackson dentro del lugar. Payton y yo les seguimos de cerca. Mi lado sobrenatural podía sentir la presencia de alguien más en el lugar, pero no sabía de quién exactamente.
— ¿Dónde están? —le preguntó Scott a Derek.
— ¿Quiénes?
— Peter y Lydia —respondió mi mejor amigo con un toque de obviedad. Derek ignoró su pregunta, acercándose a la bolsa y colocándose sobre ella para abrirla—. Espera un segundo. Dijiste que sabías cómo salvarlo.
— Ya pasamos de eso —habló el alfa.
Podía sentir la tensión acumularse en el ambiente. Ya no teníamos un plan, Derek estaba siendo él al irse por lo primero que veía y Scott seguía intentando salvar a todos. Mientras que a mí me daba igual cuál opción eligieran.
— ¿Qué hay sobre...? —Derek lo interrumpió.
— Piensa en ello, Scott. Gerard lo controla ahora. Ha convertido a Jackson en su perro guardián personal y preparó todo esto para que Jackson se volviera más grande y más poderoso.
Tiene un poco de razón en lo que dice. Esto sucedió porque Gerard así lo quiso, es como si todos estuviésemos jugando su propio juego y él se encontrara viéndonos hacernos pedazos los unos a los otros.
Un momento...Gerard quiso que esto sucediera.
— No —comenzó a decir Argent—. Él no haría eso. Si Jackson es un perro, se está volviendo rabioso y mi padre no dejaría vivir a un perro rabioso vivir.
No dejaría a un perro rabioso vivir.
No, no, no, no.
Derek.
— Claro que no —dijo Gerard anunciando su presencia—. Algo tan peligroso y fuera de control está mejor muerto.
Derek sacó sus garras para apuñalar a Jackson con ellas, pero este actuó más rápido clavando las suyas en el pecho de Derek. Un grito ahogado salió de mi garganta cuando vi que Jackson se ponía de pie, arrojando al alfa hacia el otro lado del lugar.
— ¡Derek!
Payton me agarró antes de que yo pudiera moverme de mi lugar. En especial mis manos para evitar que me agachara a buscar la daga dentro de mi bota. El sonido de su voz me ponía los pelos de punta.
— Bien hecho al final, Scott —felicitó Gerard. Como el amigo preocupado que eres, le trajiste a Jackson a Derek para salvarlo. Solo no te diste cuenta de que también me traías a Derek.
Entonces una flecha salió disparada de la nada en dirección a Scott, pero este fue más rápido y la esquivó. Isaac no lo fue tanto y la flecha se clavó en su hombro.
Allison.
Scott y Payton se dirigieron a ayudar a Isaac, mientras que yo me enfoqué en otro objetivo. La única manera de llegar a Gerard era pasando el kanima, quien estaba siendo disparado por Chris. El kanima envolvió su cola alrededor del arma y se la arrebató de las manos.
Hice mis ojos brillar al mismo tiempo que todos nos dirigíamos tras el kanima para atacarlo. Derek, Payton, Isaac y Scott se encontraban completamente transformados, así que yo también hice lo mío. Las llamas de fuego comenzaron a aparecer en mis manos y en mis brazos.
Era una habilidad que había descubierto luego de tener mis poderes completamente. No solo podía hacer que el fuego apareciera de la nada, sino que también era resistente a él, formaba parte de mí.
Derek fue el primero en atacar al kanima, pero este lo hirió con sus garras. Luego fue Scott y luego Isaac y Payton. El kanima se deshacía de ellos con facilidad.
Cuando me acerqué a él, le di una patada en el abdomen y lo empujé con mis manos envueltas en fuego. Lo escuché sisear por las quemaduras que aparecieron en su piel escamosa, pero estas sanaron en cuestión de segundos. El kanima me golpeó en la mejilla, haciendo que diera tres pasos hacia atrás y pude sentir el ardor del corte de sus garras en mi piel.
Derek le brincó en la espalda y comenzaron a pelear. Como pasó anteriormente, el kanima lo hirió y lo dejó en el suelo. Isaac quiso acercarse, pero Allison apareció de la nada con cuchillos en sus manos y los clavó en el torso del cachorro y luego en su espalda.
Y eso me hizo enfurecer aún más.
¡Isaac no tenía culpa!
— Scarlett —habló Allison al verme.
— Argent —mascullé su apellido con tanto veneno que el kanima seguramente pudo sentir envidia de él.
Con una mirada, sobre calenté sus cuchillos y ella los soltó, emitiendo un pequeño gemido de dolor.
Sabía que su objetivo final era Derek, pero antes tendría que vencerme a mí y estaba claro quién tenía la ventaja.
A pesar del calor, Allison agarró uno de los cuchillos y me lo lanzó. La hoja de metal se clavó en mi abdomen y me lo saqué con una sonrisa de suficiencia. No tardé ni tres segundos en sanarme.
— ¿Qué eres? —preguntó.
Mis ojos volvieron a brillar y el fuego volvió a aparecer en mis brazos.
— Lo que tu familia me convirtió —pronuncié y justo cuando estaba preparada para pelear contra ella, el kanima la sostuvo del cuello y su cola se enredó en mi cintura, empujándome lejos.
Payton me sostuvo para evitar que cayese al suelo.
— No aún, cariño —habló Gerard.
Allison miró a su abuelo completamente confundida con el repentino ataque hacia ella.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó.
— Está haciendo lo que vino a hacer —explicó Scott.
La confusión se apoderó de mi cuerpo y del de la mayoría de los presentes. Payton me sostuvo con más fuerza, tanta que creí que me lastimaría o me quebraría los huesos.
— Entonces lo sabes.
— ¿De qué está hablando? —interrogó Allison.
— Fue la noche afuera del hospital, ¿no? Cuando amenacé a tu madre. Sabía que había visto algo en tus ojos. Podías olerlo, ¿verdad?
Fue en ese momento que me di cuenta de un detalle, la razón por la que no sentí el calor de Gerard al llegar. Era como una llama apagándose.
— Te estás muriendo —mascullé.
— Lo estoy. Lo he estado por un tiempo —admitió—. Desafortunadamente la ciencia no tiene una cura para el cáncer todavía, pero lo supernatural sí.
Su vista bajó hacia Derek, quien estaba en el suelo. Sus ojos brillaban rojos y sus colmillos eran visibles, aún desde mi distancia.
— Tú monstruo —manifestó Chris.
— No aún.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó Allison, las lágrimas rodando por sus mejillas cuando el kanima apretó su agarre en el cuello, asfixiándola un poco.
— ¿La matarías también? —El padre de Allison sonaba histérico y desesperado.
— Cuando se trata de sobrevivir, mataría a mi propio hijo.
Todos nos quedamos en silencio. A Gerard no le importaba nadie que no fuese él mismo y su capacidad de sobrevivir. Él era un maldito hipócrita, matando a lo sobrenatural cuando al final quería convertirse en uno de ellos.
— Déjame ir, Payton —pedí.
Ella solo fortaleció su agarre.
— Scott.
Mi mejor amigo dejó salir un pequeño gruñido y comenzó a volver a su estado humano. Me miró por un breve segundo en el que el pánico comenzó a invadirme y él se dirigió hacia donde estaba Derek. Lo agarró del cuello, obligándolo a ponerse de pie.
¿Qué demonios estaba haciendo?
— Scott, no lo hagas —pidió Derek—. Sabes que me va a matar después. Será un alfa.
— Eso es verdad, pero creo que él lo sabe, ¿no, Scott? Él sabe que el premio mayor es Allison. Hace esta pequeña tarea para mí y ellos pueden estar juntos. Tú eres la única pieza que no encaja, Derek. Y en caso de que no lo hayas aprendido aún, no hay competencia contra el amor juvenil.
Gerard se quitó el saco y con cada movimiento podía sentir el nudo de mi garganta engrosarse, impidiéndome respirar.
— ¡Scott, no lo hagas! —supliqué con voz ahogada.
Él ni siquiera me miró.
— Lo siento, pero tengo que hacerlo.
Con un movimiento forzó a Derek a inclinar su cabeza para que Gerard pudiese poner su brazo entre los colmillos. Lo estaba obligando a darle la mordida.
Me removí en mi lugar y forcejeé para que Payton me dejara ir. Ni siquiera lo hizo cuando le quemé las manos. Estaba completamente determinada en mantenerme inmóvil para que no pudiese ayudar a Derek.
Gerard gritó cuando recibió la mordida y luego levantó su brazo, mostrándonos su triunfo. Pero este duró muy poco porque de la herida comenzó a brotar sangre negra por montones.
— ¿Qué es esto? —preguntó—. ¿Qué hiciste? —exigió saber.
Scott me miró y le dedicó un leve asentimiento a Payton para que me dejase ir.
— Todos decían que Gerard siempre tenía un plan. Yo tuve un plan también —anunció.
El alivio comenzó a correr por mis venas y no pude evitar la lágrima que se escapó de mi ojo.
Gerard buscó la cápsula de sus pastillas en su saco y luego las aplastó en su puño.
— ¡Ceniza de montaña! —exclamó antes de caer al suelo de rodillas. La sangre negra saliéndole de cada orificio, hasta de sus ojos y luego la vomitó.
Cerré mis ojos para evitar ver esa escena y que mi fobia controlara mi cuerpo.
— ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó Derek.
— Porque puedes ser un alfa, pero no eres el mío —le dijo Scott a Derek.
Giré para ver a Payton.
— Lo sabías —la acusé.
Ella me dedicó una pequeña sonrisa.
— Te dije que iba a protegerte —dijo con simpleza.
Gerard se arrastró, escupiendo más de la sangre negra y nos miró a todos. Parecía que estaba a punto de explotar de la cólera en su sistema.
— ¡Mátalos! ¡Mátalos a todos! —gritó, dirigiéndose al kanima, pero de inmediato quedó sin conocimiento.
Allison se liberó del kanima, propinándole un codazo en el rostro y este la empujó. Antes de que pudiese atacarnos a los demás, un vehículo entró al lugar y lo derribó.
Era Stiles junto a Lydia en el jeep.
— ¿Le di? —cuestionó, abriendo uno de sus ojos.
El kanima saltó sobre el jeep y pudimos escuchar los gritos de Stiles, mientras ambos salían del vehículo.
— Jackson —lo llamó Lydia—. ¡Jackson!
Levantó una llave y el kanima detuvo todo lo que estaba haciendo, enfocando sus ojos hacia el pequeño objeto de metal. Poco a poco comenzó a transformarse de vuelta en humano, estando solo la mitad de su rostro cubierto en escamas verdes. Sus ojos dejaron de ser de reptil y volvieron a la normalidad, cuando sostuvo la llave entre sus dedos, los cuales todavía tenían largas garras. Dio unos pasos hacia atrás y de la nada apareció Peter y entre él y su sobrino, le clavaron las garras a Jackson.
Derek retrocedió hasta que estuvo a mi lado y me sostuvo. No fue hasta ese momento en el que pude notar lo agitada que estaba mi respiración, mis manos temblaban por todo lo que había sucedido y no pude evitar ocultar mi rostro en su cuello, rodeándolo con mis brazos.
— Estás bien —susurré, mis dedos rozándole el cabello.
Prácticamente le estaba dejando saber lo aterrada que había estado por el hecho de pensar que Gerard pudo convertirse en hombre lobo para luego asesinarlo. No puedo imaginarme a Derek muriendo. Simplemente...no me cabe en la mente.
— ¿Lo estás tú? —preguntó.
Asentí de manera efusiva.
Un ligero ruido se pudo escuchar y me separé de su cuerpo lo suficiente para poder ver lo que estaba sucediendo.
Jackson abrió los ojos, estos brillando azules como los de un hombre lobo y se puso de pie, dejando salir un rugido de sus labios.
Se había convertido en hombre lobo.
Lydia corrió hacia él y lo abrazó como si su vida dependiese de ello.
Y en ese momento me permití respirar con tranquilidad. Todo estaba bien. Dentro de lo que podía ser considerado 'bien', claro está, pero estaba bien.
Scott y Payton habían atrapado a Gerard dentro de sí mismo por las cenizas de montaña, impidiéndole hacernos más daño.
— Gracias —le susurré a mi prima, dedicándole un leve asentimiento.
Ella encogió sus hombros como si no fuese nada y agarró la mano de Isaac, quien le dedicó una de sus deslumbrantes sonrisas.
Miré a Derek y le sonreí antes de volver a abrazarlo, dejando que su calor rodease mi cuerpo.
No me importaba que los demás pudieran ver mi repentina muestra de afecto hacia él. De hecho, no me importaba nada, porque en mi interior sentía un poco de paz. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía como si todo hubiese caído en su lugar y no me molestaba en lo absoluto la forma en la que estas se habían acomodado.
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AY AY AY AY, este es el último cap. Calmaos que falta el epílogo y los agradecimientos donde revelaré el título de la tercera temporada.
Preguntas: ¿Pelea de gatas entre Allison y Scarlett? Se esperaban que Payton ayudara a Scott con su plan? ¿Les gustó el último cap? ¿Ansiosos por leer el epílogo y saber más de la historia?
Porque yo sí xD
Chau y hasta mañana ❤️
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