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23. Castigados en la biblioteca

Justo a las tres de la tarde todos nos encontrábamos desfilando hacia la biblioteca —lugar donde se realizaría el castigo— con caras de pocos amigos. Mis manos se encontraban vendadas, aunque ya hubieran sanado, si iba a ver a Harris tenía que asegurarme de seguir en mi papel de herida, así que eso seguí haciendo.

Scott, Stiles y yo nos sentamos en una mesa, mientras que Matt, Allison y Jackson se sentaron en otra. Érica se nos unió segundos después.

— Uh, no podemos estar en detención juntos, tengo una orden de restricción contra estos  —dijo Jackson.

— ¿Todos estos idiotas? —preguntó Harris, mirándonos a todos por igual.

Esto no iba a salir muy bien, teniendo en cuenta que Jackson siempre estaba acostumbrado a que le concedan lo que quieren y Harris es una persona que simplemente odia el universo. No iba a dejar que se marchara del castigo así porque sí.

— No, solo nosotros los idiotas —respondió Stiles, señalándose a sí mismo y luego a Scott.

Harris asintió.

— Bien. Ustedes dos, siéntense allá —señaló a otra mesa. Scott y Stiles se pusieron de pie para irse a la mesa que Harris les indicó. Yo intenté de seguirlos, pero el profesor me detuvo—. Brann, ¿usted también está entre los idiotas con orden de restricción?

Apreté mis labios en una fina línea y me quedé en mi lugar al lado de Érica. Estaba siendo forzada a pasar tiempo con personas que no me agradaban.

Genial.

Miré a Jackson y fui capaz de apreciar la mueca de disgusto que tenía en su rostro, pues Scott y Stiles no se encontraban tan lejos de él, sino a unos cuatro metros como mucho. La orden de restricción exigía que fueran mínimo cincuenta pies de distancia, pero para Harris no hay orden que valga para zafarse de un castigo.

— Sé que Jackson es el kanima —comentó Érica en voz baja. Ni siquiera me inmuté—. Tú lo sabías, ¿no?

Arqueé una de mis cejas, mirándola de reojo.

— ¿Por qué te interesa tanto? —inquirí.

— ¿Sabes? Tú y yo tenemos mucho en común, Scarlett. Ambas tuvimos un enorme enamoramiento con Stiles y ahora Derek...—la interrumpí antes de que pudiera continuar hablando.

— Primero, nunca tuve un gran enamoramiento con Stiles. Segundo, tampoco estoy enamorada de Derek —Érica sonrió—. Tercero, no creo que ambas tengamos tanto en común como piensas.

— No estoy segura de en cuál de todo lo que dijiste mentiste más —comentó sin borrar su sonrisa—. Aunque no entiendo verdaderamente, la razón por la que Derek se preocupa tanto por ti.

— No lo sé, Érica. ¿Por qué no vas a preguntarle a Derek? Es tu alfa —mascullé.

— Exacto. Es mi alfa y con todo y eso, se preocupa más por ti que por su propia manada. Tú no perteneces a ella y a veces dudo de que pertenezcas a la de Scott —observó.

Y a veces yo también lo dudaba, pues no parecía encajar en ninguna de ellas. Quizá era el hecho de que no me atraía la idea de estar todo el tiempo bajo las órdenes de alguien más o...simplemente no sabía. Pero de una cosa sí estaba segura: si alguna vez Scott me necesitaba, siempre iba a ayudarlo.

El tiempo en el castigo pasaba lento —demasiado— y me irritaba la forma en la que Matt se encontraba masticando de forma ruidosa. Jackson lucía como si estuviera constipado y Scott estaba prácticamente dormido sobre su mesa. Érica a mi lado escribía en una libreta.

Me removí en la silla y comencé a sentir un ligero escalofrío recorrer mi espalda. Lo encontré extraño, pero lo ignoré por completo.

— Tengo que ir al baño —anunció Jackson, agarrando su mochila y apresurándose fuera de la biblioteca. Tenía una mano colocada en su cabeza como si esta le doliese demasiado.

— ¿Te encuentras bien? No te ves como si lo estuvieras —observó Harris, poniéndose de pie.

— Estoy bien. Solo necesito tomar agua —aseguró antes de salir.

Harris nos miró a todos. —Nadie se mueve de sus asientos —dijo y salió tras Jackson.

Tan pronto desapareció del campo de visión, Scott y Stiles corrieron a sentarse en la mesa donde Érica y yo nos encontrábamos.

— Stiles dice que sabes cómo murieron los padres de Jackson —mencionó Scott.

— Quizá.

Arqueé una de mis cejas. ¿Érica sabía ese detalle y yo no? Vaya, estoy realmente impresionada de cómo he pasado eso por alto. Jamás lo hubiera pensado de ella, pero bueno, siempre es el que menos esperas, ¿no?

— Habla —pidió Scott.

Érica cerró su libreta y la colocó sobre su laptop en la mesa.

— Fue un accidente automovilístico —comenzó a decir—. Mi padre fue el investigador de seguros y cada vez que ve a Jackson conducir con su Porsche, hace este comentario sobre la gran cantidad de dinero que recibirá cuando tenga dieciocho.

Abrí mis ojos con sorpresa.

— ¿Entonces Jackson no solo rico ahora, sino que se volverá más rico a los dieciocho? —preguntó Stiles.

— Y yo con suerte podré pagarme la universidad en Nueva York —murmuré—. Quizá deba casarme con Jackson para volverme millonaria. —Los tres me miraron sin poder creer mi comentario—. Bromeo.

— Hay algo profundamente mal con eso —acotó Stiles.

Érica pareció recordar algo.

— ¿Saben qué? —sacó la libreta de encima de su laptop y la abrió—. Puedo intentar encontrar el reporte del seguro en la bandeja de entrada de mi padre. Mantiene todo allí.

Scott McCall, por favor repórtese en la oficina del director.

Mierda.

¿Ahora en qué otro lío se metió Scott con los Argent?

Stiles, Scott, Allison y yo intercambiamos miradas preocupadas porque eso solo traía malos augurios. No necesitábamos más problemas. Scott se dirigió a la oficina y en eso, Jackson volvió a la biblioteca, sudoroso, como si hubiera pasado por algo extremadamente atemorizante y doloroso.

— No te olvides de las fechas —le dijo Stiles a Érica.

Los pasajeros llegaron al hospital D.O.A*. La hora estimada de la muerte...9:26pm, 14 de junio de 1995. —Leyó Érica de la pantalla.

— El cumpleaños de Jackson es el 15 de junio —dije y los tres nos miramos entre nosotros.

Harris comenzó a recoger para marcharse y todos hicimos lo mismo, pensando en que nos marcharíamos por fin. Sin embargo, eso no ocurrió, pues él comenzó a reírse de repente.

— Oh, no, lo siento. Sí, yo me voy, pero ninguno de ustedes lo hará. Podrán irse cuando terminen de acomodar los libros en las estanterías —anunció, palmeando algunos libros. Demonios, eran demasiados libros. Maldigo a todos los que no saben colocar un libro en su lugar antes de marcharse de la biblioteca—. Disfruten el resto de su tarde.

* * *

—...significa que nació por cesárea después de que su madre murió —explicó Stiles—. Tuvieron que sacarlo de su cadáver —añadió.

— Entonces, ¿fue un accidente o no? —preguntó Allison.

— La palabra sobre todo el archivo es 'inconcluso' —respondí, acomodando un libro en la estantería. No sé ellos, pero yo no pretendía quedarme en la escuela hasta que se hiciera de noche. La última vez que hice eso, terminamos todos encerrados en el aula de química porque Scott estaba a punto de matarnos por presión de Peter.

— Entonces, ¿sus padres pudieron haber sido asesinados? —interrogó Scott.

Tanto Stiles como yo, encogimos los hombros sin tener la respuesta.

— Si lo fueron, entonces cae en línea con el mito del kanima —acotó Stiles—. Sale en búsqueda y mata a asesinos —citó.

— ¿Pero mata para él mismo o para la persona que lo controla? —cuestionó Allison.

— El bestiario dijo que era una arma de venganza, ¿no? Supongo que será para la persona que lo controla —dije.

Los tres me miraron, pero era la teoría más lógica. Agarré un libro y mis ojos se fijaron en el título, cosa que me hizo sobresaltar. «Ella te necesita.» Cerré mis ojos y cuando los volví a abrir estaba escrito en este «La Metamorfosis».

— ¿Scarlett? —Allison me tocó el brazo—. ¿Estás bien?

Tragué en seco y asentí, desviando mi vista del libro. Scott había salido en búsqueda de Jackson para 'advertirle' de lo que sucedía con él, aunque fuera muy poco probable que Jackson le creyera.

Entonces escuchamos la lámpara de la biblioteca romperse y libros caer al suelo.

— ¡Érica! —la llamó Scott.

Volvimos a escuchar otra lámpara romperse y otra más. Allison cayó al suelo y Stiles también. Yo me cubrí con mis brazos para evitar que los cristales provocaran cortadas en mi rostro. Érica emitió un pequeño alarido de dolor y luego escuché al kanima empujar a Scott sobre una de las estanterías. Este se ocultó con nosotros.

Jackson estaba levemente convertido en kanima, sus ojos eran semejantes a los de una serpiente, colmillos larguísimos y tenía escamas cubriéndole la mitad del rostro. En su mano derecha sostenía una tiza con la que comenzó a escribir en el pizarrón que estaba en la biblioteca. Era escalofriante porque ni siquiera miraba el pizarrón al escribir y movía su cabeza de forma extraña, como si de una marioneta se tratase.

Salgan de mi camino o los mataré a todos.

Eso era lo que se podía leer en el pizarrón. Acto seguido, Jackson saltó fuera de la ventana de la biblioteca y desapareció por completo. Nos pusimos de pie, observando el desastre que había en la biblioteca, y vi a Érica convulsionando en el suelo.

— ¡Chicos, creo que está teniendo una convulsión! —exclamó Stiles, agarrándola.

Allison se dirigió hacia Matt, quien estaba inconsciente.

— Está vivo —anunció.

Qué pena.

— Tenemos que llevarla a un hospital —dijo Scott.

— ¡No! —exclamé con firmeza. Scott y Stiles me observaron sin poder creer mi respuesta y rodé mis ojos—. Tenemos que llevarla a Derek. Él es el alfa y sabrá qué hacer.

— A Derek —pronunció Érica como pudo—. A Derek.

— Vayan —nos dijo Allison.

Scott salió corriendo hacia el otro lado de la estantería para poder estar cerca de Allison.

— Me quedaré contigo —anunció.

Allison negó. — No, ellos no la pueden llevar solos, no así y Matt... tengo que llamar una ambulancia para él. Solo váyanse.

— Esto no se siente correcto —habló Scott.

En estos momentos deseé que dejara su mente clara. Hasta yo que no soy muy amigable con Érica reconozco que ella necesita más atención en este momento. Ella es una mujer lobo, no se supone que tenga convulsiones, en especial cuando la mordida suele curar las enfermedades.

Luego de una batalla de pareja entre ellos, Scott caminó hacia nosotros y cargó a Érica en sus brazos. Yo aproveché es momento para enviarle un mensaje a Derek para avisarle que íbamos hacia el almacén.

* * *

— Mantenla arriba —ordenó Derek.

Stiles la sostuvo.

— ¿Se va a morir? —preguntó.

— Podría...—levantó la manga de la chaqueta de Érica y colocó sus manos en esa zona—. Es por eso que esto va a doler.

Yo estaba a un metro de distancia y pude escuchar claramente el crac de los huesos al quebrarse bajo la fuerza. Érica gritó de dolo y Stiles lucía histérico por ello.

— ¿Le rompiste el brazo?

— Desencadenará el proceso de curación —explicó Derek—. Todavía necesito sacar el veneno y es aquí donde realmente va a doler —acotó antes de clavar sus garras en el brazo de Érica.

La sangre salió de la herida por montones y ella gritó con todas sus fuerzas. Entonces dejó de convulsionar y pareció debilitarse en los brazos de Stiles.

— Stiles...haces un buen Batman —le dijo Érica antes de quedar completamente inconsciente.

Luego de dejar a Érica en una condición estable, Scott y yo salimos del vagón en desuso y seguimos a Derek. Scott parecía que necesitaba hablar con Derek urgentemente.

— Tú sabes quién es —acusó Scott.

Derek se detuvo y volteó a mirarlo para luego suspirar. — Jackson.

— Solo querías que Érica lo confirmara, ¿no es así? —Derek asintió sin decir nada más al respecto. Sabía que una parte de él deseaba que no fuese así, pero al mismo tiempo era mejor conocer la identidad del kanima—. Te ayudaré a detenerlo como parte de tu manada. Si me quieres dentro, bien, pero lo haremos con una condición. Vamos a atraparlo, no matarlo.

Derek lucía bastante sorprendido por la propuesta de Scott. Pero de alguna forma sabía que la propuesta no terminaba ahí, por lo que cruzó sus brazos y alzó sus cejas.

— ¿Y...?

— Y lo hacemos a mi manera.

Derek me miró directamente a los ojos.

— ¿Qué tú piensas al respecto, Scarlett? —preguntó.

— ¿Qué? —musité sin poder creer que Derek me estuviera consultando al respecto.

Apenas podía procesar el hecho de que eso estuviese sucediendo. Siempre había pensado que si en algún momento Scott se ofrecía a pertenecer a su manada, Derek no lo pensaría dos veces, pero tal parece que me equivoqué.

— Me escuchaste la primera vez.

— Sí, lo hice, pero, ¿por qué me preguntas a mí? Tú eres el alfa y Scott...Scott sería tu beta. ¿No es eso lo que estabas buscando desde un principio?

Scott nos miraba a ambos sin comprender nuestra conversación. Supe que iba a tener un largo interrogatorio de su parte en el camino a casa porque no se quedaría con la confusión.

— Sigues sin responder lo que te he preguntado, Scarlett.

— Estoy bien con ello, siempre y cuando no me metan en sus peleas y conflictos matrimoniales —respondí finalmente.

Y ambos parecían de acuerdo con eso.

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D.O.A: del inglés Dead on Arrival, significando muerto al llegar.

Holi. No sé ni qué escribir acá, jsjsjsjs. Estoy perdiendo mi toque, verga. Bueno, segunda actualización 7w7 soy un amor de persona.

Estamos cerca de pasar a unos capítulos que llevo tiempo queriendo escribir, jujujú. Estoy re emocionada por ello, ahq. Les daré una pista: en esos capítulos se sabrá un poco más sobre lo que es Scarlett y el propósito de Payton en Beacon Hills.

Pregunta seria: ¿les gustaría que se hiciera un grupo de Whatsapp sobre el fic o no? Ahre, llevo todo el día dándole cabeza a eso, chau.

Los amo.

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