A la mañana siguiente, desperté por el irritante chirrido de la alarma que puse para ir a la escuela. Estaba cansada, pero al menos ya no tenía problema con lo de mis nuevas ¿habilidades? No sabía con exactitud cómo llamarlas, solo sabía que lograban un descontrol enorme en la temperatura de mi cuerpo y estaba segura de que ese era solo el comienzo.

Después de haber ido al baño y haberme vestido para ir a la escuela, me aseguré de echar a mi mochila mis gafas oscuras en caso de que algo sucediera. Si algún profesor llegaba a regañarme, bueno, siempre podía utilizar la excusa de que tenía conjuntivitis. Una vez estuve lista, salí de mi cuarto dispuesta a no encontrarme con alguno de mis padres; era lo último que yo quería.

Pero estaba más que claro el hecho de que el destino tenía algo completamente distinto para mí, puesto que no había terminado de bajar las escaleras cuando escuché voces provenientes de la sala y no solo sonaban las de ellos. Me extrañó eso ya que rara la vez tenían visitas tan temprano. Terminé de bajar las escaleras silenciosamente, pero no sirvió de nada porque me interceptaron a mitad del camino cuando estaba llegando a la puerta.

— Scarlett, no seas irrespetuosa, ¿no ves que tenemos visita? —habló mi madre, obligándome a ir a la sala donde estaba sentada una joven de mi misma edad aproximadamente.

— ¿Y esta quién se supone que es? —pregunté manteniendo mi entrecejo fruncido.

— Es tu prima, Payton. ¿No la recuerdas?

Negué.

Según lo que sabía, yo no tenía primos. Quizá lo haya asumido porque mis padres nunca hablaron de su familia como tal. Nunca me importó.

Fijé mis ojos en Payton. Ella tenía el cabello castaño como yo, ojos cafés y parecía ser solo unos centímetros más baja que yo. No era tan diferente de mí si quitábamos que llevaba puestos unos tacones de más de diez centímetros y un atuendo que podría ser aprobado por Lydia.

— Bueno, Scarlett, es bueno que la vayas conociendo entonces porque ella se quedará con nosotros durante un tiempo —anunció mi padre—. De hecho, espero que la acompañes hoy a realizar la matrícula en la escuela.

Mis ojos se abrieron con pánico y traté de negarme a ello, pero no iba a tener mucha opción. Lo que me preocupaba realmente era el hecho de que yo estaba en el proceso de convertirme en algo desconocido y ella estando conmigo no me ayudaría mucho. Yo tenía muchos problemas de los cuales preocuparme.

— Sí, ustedes pueden llevarla. Yo tengo que irme ahora —comenté forzando una sonrisa y di unos pasos hacia atrás, señalando la puerta.

— No, yo tengo que irme a trabajar. Tú te irás con Payton —anunció papá dándome las llaves del auto.

Tragué en seco mientras sentía mis manos calentándose en medio de mi preocupación y el pánico que estaba inundando mi cuerpo. Miré a Payton y ella simplemente sonrió mientras enredaba un mechón de cabello en su dedo.

Ella no me daba buena pinta en lo absoluto.

* * *

Apreté con fuerza el volante del auto mientras sentía la mirada de Payton fija en mis manos o, mejor dicho, en mis guantes de cuero. Ella masticaba chicle ruidosamente y me estaba sacando de mis casillas.

— Lindos guantes —se burló reventando una burbuja de goma de mascar que había hecho. Lástima que no se le pegó a las mejillas. Me hubiera reído.

— Ajá —musité.

— Es extraño, ¿no crees? Digo, ni siquiera hace ese tipo de frío como para que estés tan abrigada. Es California, prima, no Seattle —argumentó dándome una palmada en el hombro.

Gruñí en mi mente y forcé una sonrisa mientras estacionaba el auto en un espacio libre. Apagué el motor, saqué la llave, guardándola en mi mochila y volteé a verla sin dejar de sonreír.

— ¿Sabes? Acabo de recordar que tengo una reunión a la que asistir. Quizá otra persona te pueda llevar a la oficina para que hagas tu matrícula —anuncié saliendo del auto.

Ella bajó también manteniendo el rostro fruncido en una mueca de confusión. Me despedí con un gesto para su sorpresa y me escabullí entre las personas para buscar a mis amigos. En realidad me ocultaría de ella prácticamente todo el día o algo así. No me interesaba encontrármela.

Visualicé a Scott y a Stiles sentados en las escaleras y pude escuchar un pedazo de la conversación, cosa que me causó mucha risa.

—...te amo más que...¡Ay por Dios, no puedo! Allison y tú tienen que comunicarse por otros medios —concluyó Stiles moviendo su cabeza en gestos negativos—. Hola Scar.

— Stiles —dije en modo de saludo—. Scott, él tiene razón. Si no conociera lo que hacen hubiera pensado que son pareja —mencioné. Scott me miró con ojos suplicantes—. No, yo tampoco serviré de mensajera.

Scott gruñó.

— Son los únicos en los que confío. ¿Vendrá al juego esta noche? —preguntó.

— Sí —confirmó Stiles. Uh, información que había olvidado—. Ahora cuéntenme sobre lo que dijo tu jefe —miró a Scott.

Quité mi mochila de mi hombro y me senté al lado de Scott.

— Dijo que los Argent tienen una especie de registro de las especies que han cazado. Como un libro —habló Scott.

— Un bestiario —dijimos Stiles y yo al unísono.

— ¿Qué?

— Un bestiario –repetimos.

— Creo que quieren decir 'bestialidad' —trató de corregirnos.

Nosotros negamos. Me parecía extraño que estuviéramos actuando de la misma forma, pero lo dejé pasar porque la ignorancia de Scott respecto a algunos temas me abrumaba.

— No, estamos seguros de que no —replicó Stiles—. Es un libro de criaturas mitológicas.

Scott nos miró a ambos sin poder creerlo.

— ¿Cómo es que soy el único que no sabe ese tipo de cosas? —cuestionó.

Stiles y yo arqueamos nuestras cejas como diciendo 'eres nuestro mejor amigo, es nuestro deber saberlo' y él rodó los ojos.

— Necesitamos ese libro —concordamos los tres al mismo tiempo.

— Oye, ¿por qué no respondiste nuestras llamadas anoche? —preguntó Stiles luego de unos segundos de silencio.

— Tuve ciertos problemas —respondí y vi que Payton caminaba por el pasillo atrayendo varias miradas por su forma tan diva de ser—. Ella está encabezando la lista.

— Es linda —comentó Stiles.

Quise golpearlo con mi mochila en ese preciso momento y Scott apretó sus labios en una fina línea para evitar decir lo que estaba pensando.

— Sí, bueno, esa linda como tú dices podrá ser nuestro mayor problema. Es mi prima, se llama Payton y mis padres la quieren a mi alrededor todo el tiempo —anuncié.

— De acuerdo, esto es malo —coincidió Stiles.

Sí, era malo. En especial cuando había acordado tener ciertas sesiones con Derek para intentar controlar mis poderes. Observé a Payton y luego una idea se instaló en mi mente.

* * *

— Allison, no te burles por favor —pedí.

— Vale, ¿pueden describirme el bestiario? —cuestionó.

Bien, esto de explicarle a Allison lo del bestiario no era tan fácil como parecía, aunque quizá era el hecho de que Stiles estaba corriendo de un lado a otro mientras trataba de hacerle entender la importancia del asunto.

— Es un libro...

— No me digas, Sherlock —murmuré con sarcasmo.

— Gracias por tu apoyo, Scar —masculló—. Es un libro, puede que esté desgastado.

Allison frunció el ceño como si hubiera recordado algo.

— ¿Está empastado en cuero?

No terminó bien de decirlo cuando Stiles salió corriendo para decirle a Scott. ¿No era más fácil llamarlo o escribírselo por mensaje de texto? Bueno, quizá Stiles estaba comenzando una rutina de ejercicio.

A los pocos minutos volvió Stiles casi sin poder respirar y dijo: — ¿En dónde lo guarda?

— En la oficina —respondió ella.

Él volvió a marcharse corriendo y volvió con un inhalador en su mano.

— ¿Sabes? Los traficantes han utilizado teléfonos desechables con mucho éxito —mencionó recuperando el aliento.

Me reí.

— Mis padres revisan mis mensajes, llamadas y correos que envío. Créeme cuando te digo que lo encontrarían —explicó.

— ¿Y si los mensajes son enviados desde el teléfono de Stiles? —sugiero.

Ella hace una mueca.

— Podría ser.

Stiles bufa.

— ¿Puedes conseguir el bestiario? —cuestionó.

— No sin las llaves.

Y ella tenía un buen punto.

Entonces vi a Payton acercarse a nosotros y me hundí en el asiento, tratando de cubrirme con mi mochila.

— Avísenme cuando se haya ido —pedí.

— ¡Scar, tontita, ya te he visto! —exclamó Payton, sentándose a mi lado sin invitación.

Gruñí.

— ¿Qué se te ofrece, Payton? —pregunté con falsa amabilidad.

— ¿Sabes que juegan Lacrosse aquí?

— Sí, llevo estudiando aquí muchos años —respondí.

Ella rió.

— Bueno, ¿iremos al juego? Muero por uno de los jugadores —mencionó mordiendo su labio inferior.

Volteé a ver a Allison y ambas intercambiamos una mirada cómplice. Ya sabíamos cómo distraer a Payton para sacarla de mi espalda.

— Claro que sí —asentí sin dejar de sonreír.

— ¡Eres la mejor! —exclamó y se marchó contoneando las caderas con cada paso que daba.

Mi sonrisa se borró.

— Vamos a conseguir esas llaves —le dije a Allison y ella me sonrió.

______________

Jujujú nuevo personaje 🌚 Payton pondrá las cosas más interesantes en la historia, aunque ¿será para bien o para mal?

Díganme qué opinan 7w7