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19. Los emisores de Argent

Payton

Salí del elevador junto a Scott y a Melissa, mis manos temblaban, así que las metí en el interior de los bolsillos de mi abrigo. Me sentía estúpida y nerviosa por estar en el hospital visitando a Isaac. Se suponía que lo estaba superando. De hecho, lo estaba haciendo, pero necesitaba verlo. No porque continuara queriéndolo, una parte de mí sabía que uno nunca olvidaba a su primer amor, sino porque todavía tenía que cerrar el capítulo con él.

Si quería superarlo por completo, tenía que decirle adiós. Eso era lo que había venido a hacer. Tal vez él no estuviera consciente, pero sería capaz de escucharme. Al menos yo necesitaba saber que me había despedido porque cuando rompimos solo huí y me encerré en mi habitación. Nunca le dije cómo me sentía.

Mis ojos localizaron a Allison dormida en los bancos de espera, su cabeza apoyada en la pared. Se notaba que estaba exhausta de los eventos sucedidos en el hospital la noche en la que le hicieron los exámenes a Stiles, la misma noche en la que Scarlett y él volvieron a desaparecer.

Habían electrificado el agua que estaba en el estacionamiento del hospital, Isaac se sacrificó para salvar a Allison justo antes de que ella tocara el agua, y a causa de ello, él estaba en la unidad de cuidados intensivos sin dar respuesta alguna.

Scott se acercó a su ex novia y le tocó el hombro con su mano izquierda para despertarla. Ella abrió sus ojos con rapidez y pegó un pequeño respingo, solo relajándose cuando vio a Scott.

— ¿Pasaste la noche aquí? —preguntó Scott.

Allison asintió, todavía adormilada, y se acomodó en el asiento.

— Sí, no me dejan verlo porque no soy de la familia —mencionó y dejó su espalda chocar contra la pared—. Les dije que no tiene familia.

Eso fue exactamente lo que yo quise darle.

— Nos tiene a nosotros —habló Melissa—. Y yo tengo una llave de acceso —añadió, mostrando su tarjeta.

Una sonrisa se extendió por mi rostro. Adoraba a esa mujer. Era la madre perfecta. Las de la familia Brann deberían aprender mucho de ella.

Melissa nos condujo hasta la habitación donde tenían a Isaac y nos permitió el acceso con su llave, abriendo las puertas.

— Que sea rápido.

Scott asintió por los tres mientras hicimos nuestro camino a la camilla. Allison agarró la mano de Scott en busca de apoyo, y pude notar que ella realmente estaba gustándole Isaac. Se preocupaba por él, y eso me bastaba para continuar con mi plan de superación. Isaac estaría en buenas manos. Después de todo, él solo era un chico necesitado de amor. Si él no quiso el mío, podía manejarlo, quizá no estaba destinado a ser algo grande. No todos los primeros amores son los duraderos.

Allison y Scott son un ejemplo de ello.

Terminamos de acercarnos a la camilla, ellos estaban por el lado izquierdo de esta y yo por el derecho. Desde esa posición pude ver la piel quemada de Isaac en toda la mitad izquierda de su rostro.

— Pensé que ya estaría sanando —dijo Allison con voz ahogada.

— Yo también —coincidió Scott.

Por mi parte, negué con mi cabeza.

— No es tan fácil cuando son verdaderas quemaduras. Un encendedor, una pequeña llama y fuegos así no provocarían marcas, pero entre más calor o electricidad se genera, deja daño en el tejido. Es el dolor lo que no le deja sanar —expliqué, agarrando su brazo.

— Espera, déjame hacerlo. Puedo tomar más de su dolor porque soy un alfa —me detuvo Scott, prediciendo mis actos.

Asentí.

Sabía que él solo quería hacer algo para no sentirse inútil o impotente como todos nos estábamos sintiendo. Ese juego del Nogitsune no me gustaba para nada. Se estaba deshaciendo de nosotros uno por uno.

— No lo sanará —advertí—. Solo aliviará su dolor. Eventualmente podrá hacerlo por sí mismo —expuse cuando Scott terminó de quitarle el dolor a Isaac.

Allison mordió la uña de su pulgar.

— ¿Stiles y Scarlett realmente hicieron esto? —preguntó.

— No —negué con rapidez. La palabra había brotado de mis labios antes de que pudiera retractarme—. Lo que sea que está controlando a Stiles, lo que tiene dentro. Eso hizo esto.

— Entonces, ¿cómo diablos lo sacamos?

Scott levantó su mirada con decisión brillando en sus ojos marrones.

— Estoy trabajando en ello.

Confiaba en que él realmente estaba buscando una solución porque yo necesitaba a mi prima de vuelta sana y salva. Ella era la única en nuestra familia que me aceptaba con mis errores. Nos aceptábamos mutuamente y no sabía si podía sobrevivir sin ella.

* * *

Scarlett

Cuando llegué al loft de Derek, pude sentir la anticipación correr por mi sistema. Scarlett tenía un novio muy atractivo. Sus ojos verdes eran cautivantes, contornos perfectos, una ligera barba que cubría su mentón, gran cuerpo. Era el hombre que cualquier mujer podía desear y aun así, él decidía estar con una niñata. La lógica se había ido por el despeñadero.

Arreglé mi cabello antes de bajar del auto y me adentré en el edificio, mentalizándome para lograr encajar mi papel a la perfección. Si las cosas salían según lo había planificado, tendría un buen revolcón.

Pon tus manos sobre él y te juro que...

Aparté la voz de Scarlett de mi mente antes de que pudiera terminar su amenaza. Poco me importaban sus palabras. Ella era tan insignificante y no se daba cuenta de ello. Me detuve frente a la puerta de metal y la abrí con lentitud.

Derek estaba frente a la mesa del centro, apoyando sus manos contra la madera de esta.

— ¿Derek? —lo llamé con voz temblorosa. Inmediatamente volteó para verme, dudando entre si verdaderamente era ella o no. Lástima que fuera tan buena actriz, ¿no?—. Soy yo, Derek. Lo juro —murmuré con voz ahogada.

La mirada en sus ojos se suavizó y se acercó a mí en cuestión de segundos. Antes de darme cuenta de lo que estaba sucediendo, Derek había rodeado mi cuerpo con sus musculosos brazos.

— ¿Estás bien?

Asentí, para acto seguido negar.

— No lo sé. Todo es muy confuso, no puedo recordar lo que hice —dije en un tono apesadumbrado.

— Oye, todo va a estar bien, ¿de acuerdo?

— Trato de convencerme de ello, pero...—Derek cortó mis palabras con un beso. Gracias a Dios que lo hizo porque no estaba segura de qué mentira decirle. Eran muchos escenarios posibles y todos eran mis favoritos.

Si se te ocurre darle un beso con lengua, buscaré la manera de separarme del cuerpo y cortártela.

Solo por hacerla rabiar, profundicé el beso, moviendo mis labios con fuerza sobre los de Derek. Él pareció sorprendido de mi repentino ataque a su boca, pero no protestó, sino que me siguió el beso con la misma cantidad de fuerza que yo ejercía. Lamí su labio inferior, pidiéndole el acceso y él me lo permitió al separar sus labios. Su pecho vibró cuando un gruñido se escapó de sus labios ante la calidez de nuestro beso.

Hija de...

Tsk, somos productos de la misma madre, Scarlett.

Con más razón lo digo.

Estaba a punto de buscar el borde de su camisa cuando Derek dejó de besarme, poniendo atención a su alrededor y una sola palabra salió de sus labios:

— Argent —dijo mirando el emisor que estaba en el balcón del loft.

Pero yo sabía la verdad tras ello.

El nogitsune.

* * *

Payton

— ¡Atención! —escuché la potente voz del entrenador cuando me escabullí en los vestuarios de los chicos para una pequeña reunión de manada. Scott me había dejado saber que hablaría con los gemelos y, ahora que Isaac no estaba para respaldarlo tampoco, me necesitaba más que nunca—. Si alguien ve a Stilinski o a Brann, me refiero a...ya saben a cuál Brann me refiero, llamen al primer profesor que vean. ¿Entendido? ¡¿Entendido?!

— Sí, entrenador —respondieron al unísono.

— En mi escritorio tengo una tarjeta para Isaac Lahey, y todos ustedes perdedores, además de firmarla, van a escribir un mensaje personal tan profundo que me van a hacer llorar. ¿Quién va primero?

Aparté la conversación del entrenador con los chicos de mi mente y seguí el olor de Scott hasta uno de los casilleros, de modo que estaba más oculto del resto de los chicos. Los gemelos ya estaban frente a él esperando.

— Ni Scarlett ni Stiles aparecen, y ni hay ninjas demoníacos —habló uno de los gemelos, el cual identifiqué como Aiden. Tenía que agradecerle a Lydia por ello.

Le dediqué una mirada a Scott para que se reservara que Scarlett había aparecido porque no sabía lo que ellos estaban tramando. No confiaba en ellos.

— Las cosas están muy tranquilas —dijo Ethan.

— Lo sé —dijo Scott—. Me está empezando a preocupar.

Justo en ese momento un pequeño pitido invadió mis oídos. Era uno que reconocía bien de la vez en la que los pusimos por todo el bosque para guiar a Boyd y a Cora hacia la escuela.

— Es un emisor de los Argent —murmuré. Con rapidez, salí de los vestuarios, escuchando los pasos de Scott y los gemelos a mis espaldas. Enfoqué mis sentidos en el lugar de procedencia del emisor—. Viene del sótano —notifiqué.

Los cuatro salimos en dirección al sótano y, al bajar las escaleras, pudimos divisar una figura entre las sombras. Stiles nos estaba dando la espalda en el sótano mientras sostenía el emisor en su mano derecha.

— Sé lo que piensan —comenzó a decir, dándose la vuelta para mirarnos—. Lo juro, soy yo.

Los gemelos gruñeron a mis espaldas y salieron corriendo para abalanzarse sobre Stiles. Ethan lo agarró del cuello, levantándolo unos centímetros del suelo y provocando que el emisor cayera. Este hizo un ruido metálico al chocar con el concreto.

Me interpuse entre ellos y clavé el talón de mi mano en su esternón con tantas fuerzas que soltó a Stiles y salió abalanzado hacia el otro lado.

— ¡Dije que pararan! —gritó Scott dirigiéndose a Aiden.

Este le rugió con ojos brillantes y Scott se lo devolvió más fuerte, mostrándole sus inconfundibles ojos de alfa.

— Soy yo. Lo juro —repitió Stiles en un tono atemorizado—. No sé dónde estuve estos dos días, ni qué hice, pero soy yo. Lo juro.

— ¿Sabes qué pasó en el hospital? —preguntó Ethan.

Stiles nos miró con una expresión enseriada.

— Sé más que eso —avisó caminando hacia una mochila que estaba en el suelo y sacó un plano doblado—. ¿Ven esto? Es un plano del cableado eléctrico del hospital —dijo, extendiéndolo sobre la mochila—. ¿Ven esas marcas en rojo? Es mi letra. Sé que fui yo. Yo causé el accidente.

— ¿Qué hay de Scarlett? —quiso saber Aiden.

Stiles movió su cabeza en un gesto negativo.

— No tengo pistas de haber tenido ayuda, su ayuda específicamente. De haberla obtenido, estoy seguro de que ella habría hecho un plan mucho más sofisticado —explicó—. Todo lo que hay en esta bolsa, podría ser parte de algo más grande —continuó diciendo.

Ethan se agachó y sacó una sierra de la bolsa. Con ella en el aire, miró a Stiles.

— ¿Qué diablos has estado haciendo?

— No lo juzgues mucho o utilizará esa sierra en ti —advertí.

Stiles bajó su cabeza, pero aun así pude ver un rastro de sonrisa en su rostro, aunque luego cayó.

— Creo que algo peor. Mucho peor —respondió finalmente.

Unos minutos después, los gemelos se encontraban sacando los objetos de la bolsa. Sogas, cinta adhesiva, cadenas, espirales, entre otros.

— ¿Qué demonios hacías, construir un terminator?

— Todo esto se ve un poco perverso —admití.

— Gracias por ello —dijo Stiles, tomando lugar a mi lado.

— Chicos, esto es un mapa —Scott llamó nuestra atención.

Desdobló el papel y lo extendió sobre la mesa para poder ver con más claridad qué tipo de mapa era. En este había una ruta marcada.

— ¿No es ese el camino a campo traviesa? —pregunté, frunciendo mi ceño.

— Ese es el auto de los Tate, en el que murió la familia de Malia Tate —observó Scott, señalando un punto en el mapa.

— O sea, ahí fue donde el padre puso las trampas dentadas.

Ay, no.

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Mejejé, cada vez más estamos profundizando en el lío del Nogitsune y de BadScarlett 7w7r

Los amito. Espero que el viejo panzón se haya portado bien con ustedes ❤️

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