Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

xxvi. laboratorios enterrados


DEMENCIA,
capitulo veintiséis: laboratorios enterrados!



          JOY NI SIQUIERA SABÍA CUANTO TIEMPO HABÍA PASADO DESDE QUE ABANDONARON LA SUPERFICIE. Juzgando por la cantidad de pasillos que investigaron, ella podía jurar de que trataban de horas y horas merodeando por terreno peligroso, cuidando su munición para casos realmente extremos. La rubia investigó junto a Chris cada una de las habitaciones, mientras que Jill permanecía en la retaguardia vigilando que ningún infectado se atreviese a acercarse para intentar algún movimiento divertido contra ellos. Los comunicadores se encontraban en absoluto silencio y eso podía deberse a dos simples cosas: 1. Probablemente el anfitrión de la fiesta esté interviniendo en sus comunicaciones o 2. Que los cadetes y veteranos realmente habían muerto mientras eliminaban cualquier rastro de un arma bio-orgánica suelta en la superficie. Ninguna de las dos eran conclusiones certeras o cómodas, si no era como Joy podía ver las cosas en situaciones como aquella.

          (Verán, su fe es igual de caótica como ella.)

          Nada fuera de lo normal.

          Chris se mantenía sereno a su lado, sus orbes café mezclados con un poco de verde en su centro se mantenían alerta ante cualquier movimiento y concentrados en más búsqueda de información. Se toparon con un par de salas donde se llevó más experimentación humana y hubo algunos experimentos fallidos en el camino, provocando que la rubia apretase la mandíbula por la gran injusticia que se estuvo llevando a cabo por muchísimos años y ellos recién en ese momento se habían enterado. Encontró archivos donde se identificaron sujetos de experimentación secuestrados de todas las partes del mundo, gracias al tráfico de personas o simplemente por venta ilegal de personas al mejor postor. Joy esperaba simplemente de que se tratasen de adultos, nada de niños involucrados en una masacre clandestina que los dejaría sin dormir por el resto de sus vidas.

          —Esto es sinceramente asqueroso—dijo Chris a sus espaldas—. No tienen nada de piedad por la vida humana.

          —Por eso estamos aquí—respondió Joy mirándole fijamente, como si fuese la única persona que ella podía comprender sin problemas, demostrando una mirada igual de dura como la de él—. Para evitar que esto vuelva a suceder en otros lugares del mundo. No es el trabajo ideal, pero es la única cosa correcta que podemos hacer.

          Ella lo dejó solo en la habitación, moviéndose hacia otra para poder investigarla en silencio mientras que Jill vigilaba el pasillo con mirada de halcón. La rubia abrió la puerta para encontrarse con una camilla en su centro, justo como las otras habitaciones que investigaron antes, pero esta tenía una única diferencia y era que había un tubo con líquido azul dentro. Joy alzó su arma para acercarse lentamente hacia la camilla, encontrándola increíblemente limpia — dirigió su mirada al tubo, donde se encontró con un cuerpo siendo intubado por un sistema de soporte vital; su cuerpo estaba mutado hasta el punto de no poder reconocer más al ser humano que portaba con tal infección. Había un latido, eso estaba marcado por el monitor que había a un lado, pero Joy apretó los labios al ver que ella podía terminar con ello.

          —Lamento que hayas terminado así—murmuró ella antes de desconectar el cable que le brindaba el soporte vital.

          El pulso fue cayendo, poco a poco, perdiendo su saturación y presión sanguínea; consiguiendo que el monitor pitase de manera intermitente, adelantando una falla en el proceso de respiración y funcionamiento de sus órganos — dejando que la rubia simplemente se limitase a mirar cómo aquella mutación moría lentamente. Joy encontró una carta escondida dentro de una carpeta donde se exponía información del sujeto con el que condujeron experimentos. Ella la abrió rápidamente, encontrándose con una nota hecha a mano con letra tan clara y unas manchas de sangre que terminaron por darle un escalofrío feroz. A su lado, como si fuese muy lejano, el pulso del monstruo bajaba rítmicamente y Joy lo sintió algo tan ajeno a su entorno que ni siquiera se dio cuenta de que Chris estaba en la puerta esperándola.

          La carta hablaba sobre un hombre, un hombre que le arrebataron todo en vida.

          Un hombre que simplemente le prometieron la libertad y lo traicionaron.

          Otro soldado iraquí, metido en una guerra.

          (Una guerra muy cerca donde ella estuvo con su equipo.)

          Todo lo que ella vio en esas instalaciones podía tratarse de una simple coincidencia, de algo muy lejano a lo que sucedió aquel año de manera desafortunada para su equipo. En el mundo siempre había coincidencias, esta podría ser tranquilamente una — solamente que Joy debía convencerse a sí misma, no continuar buscando tantas pruebas para encontrar una verdad que ni ella sabía. El monitor mostró una fina línea recta color roja, marcando el final de aquella vida la cual ella quitó a forma de simple misericordia; ahorrándose un percance para ella y una tortura para un hombre que fue utilizado como conejillo de indias.

          Se dio cuenta que debía indagar más sobre el asunto.

          Y, tal vez, eso se convertiría en un propio demonio personal.

          —¿Encontraste algo?—le preguntó Chris sacándola de su trance.

          Joy soltó un respingo, llevándose la mano al pecho mientras que el castaño se limitaba a cruzarse de brazos para mirarla con una sonrisa ladina. Había veces en las que Joy se preguntaba cómo él era capaz de encontrarla en situaciones donde ella estaba tan recaída en sus profundos pensamientos y ser capaz de no darse cuenta de que el bastardo arrogante estaba justo ahí mirándola mientras ella mantenía su mente absorta en pensamientos.

          —¿Hace cuanto estabas allí?—le preguntó Joy mirándole de manera inexpresiva.

          Como si fuese instantáneo, Chris se mostró algo nervioso y eso Joy no lo dejó pasar por alto.

          El castaño se rascó la nuca—Huh, solo unos dos minutos.

          —Pareces un maldito ninja escurridizo cuando lo haces.

          —Mejoré mi táctica cuando volvía a casa luego de una cita mientras mis abuelos dormían—declaró Redfield mientras Joy pasaba por su lado, guardándose la carta dentro del chaleco—. Es casi infalible.

          —Claire te descubrió una noche—sentenció la rubia antes de caminar hacia el frente.

          —¿Qué te hizo saltar a esa conclusión?

          —Es como un sexto sentido, solamente que eso no está aplicado a las mujeres que no tienen hermanos—bromeó Williams ladeando su cabeza a un costado—. Claire logró descubrirte una noche y por esa razón tu táctica no llega a ser infalible.

          —Decidiré no darte la razón—concluyó Redfield siguiéndola.

          —No, tú decides no darme la razón por que no soportas que yo tenga la razón—contraatacó Williams caminando hacia el frente con su rifle de asalto en las manos, provocando que Jill silbase algo bajo—. Tómalo o déjalo.

          —Sigues siendo igual de insoportable.

          Joy le miró de reojo—No estarías aquí si no me soportaras.

          Eso, definitivamente, era muy cierto.

          Y le quitó las palabras a Chris de la boca.

          Una muy buena jugada, diría su hermana con gran orgullo.

          (Él se limitó a cerrar la boca por primera vez en su vida ante la declaración.)

          Continuaron por el pasillo de manera lenta, deteniéndose abruptamente por una señalización que hizo Joy al cerrar el puño, indicándoles que había peligro justo a la vuelta de la esquina. Joy se adelantó de manera muy lenta, señalando a Chris que se pusiese al otro lado para poder confirmar a un enemigo hostil — un hunter que tenía una mutación floral muy similar a la que tenía Alexia Ashford cuando demostró su mutación con su saturación del Virus T-Verónica. Joy estuvo dispuesta a disparar, pero Chris colocó una mano encima de su rifle, deteniéndola en silencio para negar lentamente con la cabeza. Ella le fulminó con la mirada, hablando con él en la clásica jerga militar donde uno debía hablar a los gritos; pero en aquel lugar no debían llamar la atención de alguien indeseado. Chris sacó una granada incendiaria y le señaló a la rubia de que sacara la suya para poder lanzarla.

          —¿Estás loco?—le preguntó ella en silencio.

          —¿Tienes alguna otra idea?—insistió él en un murmullo.

          —Disparar—señaló la rubia moviendo su arma como énfasis.

          Jill no podía creer que aquellos dos estuviesen discutiendo por algo tan estúpido, otra vez.

          —Yo estoy a cargo—masculló Chris fulminándola con la mirada.

          —Te detesto.

          Jill lanzó dos granadas incendiarias al mismo tiempo, tomando a los dos agentes por sus chalecos para tironear de ellos y quitarlos de aquel punto cuando el Hunter empezó a prenderse fuego. Un poco de humo salió de allí y las alarmas de incendio resonaron en el pasillo, para luego detenerse abruptamente — claramente siendo controladas por el misterioso anfitrión que les dio la bienvenida al lugar como si fuese un festival de carnaval. Joy agradeció en voz baja que no se activaran los aspersores de agua, lo cual terminaría empapándolos por completo y eso podía llegar a ser un problema para los tres.

          Valentine los miró desde arriba, mientras que los dos agentes estaban recostados en el suelo.

          —Ustedes dos parecen niños—replicó ella fulminando a los dos con la mirada—. Así que les daré una simple orden a los dos, a pesar de que no estoy a cargo—miró a Joy—. Tú deja de cuestionar todas las órdenes que él te da, si él las hace es por algo muy justificado, agradezco la comunicación con sarcasmo agregado así que no te detengas con eso, pero por favor, haz lo que te ordenan—se giró para mirar a Chris—. Tú tienes que ser más claro con tus órdenes y si tienes que gritar para atraer la atención del enemigo, simplemente grita y nosotras te seguiremos, pero no te pases de listo. Y por el amor de Dios, deja de discutir con Joy sobre cosas estúpidas en momentos de peligro.

          Joy apretó sus labios, al ver que la castaña de cabellos cortos soltaba un suspiro que contenía muchísimo aire luego de mucho tiempo hablando sin hacer pausas. La rubia sofocó una carcajada mientras que Chris golpeaba la pierna de Joy para mascullarle de que no había nada gracioso en ello — pero Valentine podía conocer el humor que podía tener su mejor amiga y rodó los ojos sin más, tendiéndole una mano a los dos para que se pusieran de pie al mismo tiempo.

          —¿Entendieron?—preguntó Valentine con pocas esperanzas.

          Williams y Redfield se miraron otra vez, mirada verde contra mirada marrón, donde en un principio se libraba una batalla para saber quién era el mejor de los dos o hasta incluso para lanzar dagas y cuchillos para buscar a herir el orgullo del otro — donde todos podían verlos como una simple competencia estúpida que resultaba ser importante para ambos con tan pocas acciones que podían separarlos o unirlos al mismo tiempo. Joy pudo notar un cambio en eso durante el tiempo en el que los dos permanecieron unidos a la fuerza, ya que se trató de algo muy forzado para ellos en su momento y cuando los dos tuvieron que juntar fuerzas para salvar a Claire, eso había evolucionado.

          Algo había cambiado.

          Algo era diferente en ellos.

          (Y Joy no sabía qué era eso exactamente.)

          Pero podía limitarse a acatar la orden que dio su compañera de manera excepcional, si eso los sacaba de allí con vida, al menos.

          —Tranquila, Valentine—le dijo Joy antes de guiñarle un ojo—. Te entendimos fuerte y claro—dirigió su mirada hacia Chris—. Y tú no te pases de listo.

          Chris levantó las manos a forma de rendición frente a la declaración de Valentine y dejó que Joy pasase frente a él para poder alejarse lentamente y vigilar el pasillo. El castaño la siguió con la mirada en silencio, observando como su figura contrastaba con las paredes de color gris y apenas se perdía con el traje blanco y sucio que ella llevaba. Jill carraspeó un poco, enfocando su mirada azul en Chris, esperando una simple respuesta.

          —Está bien, lo entendí—respondió él con derrota—. No me pasaré de listo.

          —Si intentas hacer algo otra vez—advirtió la castaña señalándolo—. Los esposaré juntos otra vez.

          —Tú no tienes esposas.

          Con un pequeño ruidito leve, Jill mostró los grilletes metálicos y resplandecientes de un juego de esposas. Chris gruñó en voz baja al ver que ella realmente hablaba en serio.

          —Entendido, señora—asintió Chris.

          Jill sonrió con suficiencia, antes de seguir a su compañera al final del pasillo, dejando al castaño solo y luego de un momento de silencio — Chris Redfield negó lentamente con la cabeza antes de seguir a sus compañeras hacia la siguiente sección del laboratorio enterrado que pertenecía a la Corporación Umbrella.




━━━━━━━━




          Había un sector que casi provoca que Jill soltase toda su cena y Joy no podía culparla, ya que ese olor asqueroso en el ambiente era totalmente fétido. Chris ordenó silenciosamente que avanzasen junto a él. El trío se movió suavemente hasta un par de escaleras que los llevó a una zona que se encontraba fuera de servicio, donde había un par de cables provocando chispas a sus costados. El ambiente se tornó oscuro, donde tuvieron que encender las linternas que llevaban para poder iluminar lo poco que tenían de camino. Justo debajo de ellos había un par de tubos donde se encontraban cepas y armas en su etapa de fabricación, flotando en líquidos de color rojo y azul.

          Era algo escalofriante.

          —¿Cuántas cosas hicieron aquí?—murmuró Jill en un susurro.

          —Demasiados experimentos para mi parecer—señaló la rubia mirando con completa cautela el lugar—. Vladimir se está haciendo el difícil haciéndonos dar vueltas y vueltas en círculos, me está agobiando.

          Chris ladeó la cabeza un poco, enfocando su mirada en las dos chicas que venían detrás de él—Quiero creer que estamos cerca, pero si no avanzamos, no podremos saberlo.

          El grupo avanzó hacia una puerta que se deslizó hacia arriba, permitiéndoles la salida hacia otra hilera de pasillos. Estos eran metalizados, con luces blancas ubicadas en sus columnas, donde había sensores de movimiento desactivados. El equipo se dirigió a investigar hacia una de las puertas, pero todas ellas se vieron bloqueadas e imposibles de abrir y eso los obligó a continuar su camino, al menos por unos metros hasta que vieron una figura con cabello blanco masticando con muchísima energía a un cuerpo humano.

          Chris se detuvo, señalizando que las dos chicas se detuvieran también.

          La rubia ladeó su cabeza a un costado, buscando ver qué era lo que Chris veía justo en frente de ellos.

          Era una criatura peluda, con una cola y estaba en cuatro patas.

          —¿Eso es...?—preguntó Joy antes de perder el hilo de la pregunta.

          El castaño alzó una ceja con confusión—¿...un mono?

          Repentinamente, el sujeto se giró, mostrando su rostro y confirmando de que se trataba de un mono lleno de sangre humana y dientes afilados — saliendo a correr por una esquina haciendo un gran escándalo para poder alejarse de ellos. El trío se movió rápidamente hacia la esquina, encontrándose con el mono alejándose antes de sacar una puerta de la rendija, la cual permitió la entrada de unas moscas con patas peludas muy largas y mutadas; justo como ocurrió en el laboratorio de la mansión Spencer.

          Y Joy se estremeció al recordar como una de esas cosas la empapó de sustancia viscosa.

          —¡Ugh!¡Esto ya es asqueroso!—se quejó la rubia en voz alta.

          —No me trae tan buenos recuerdos—añadió Chris antes de girarse al escuchar movimiento a sus espaldas—. ¡Permanezcan alerta!

          Abrieron fuego en cuestión de segundos, así pudiendo eliminar a los bichos mutados de su camino para poder perseguir al mono que se les estaba escapando. Joy soltó un gruñido cuando tuvo que recargar, así perdiendo de vista al mono mientras más de esos bichos se acercaban a ellos. Durante su primera vez en la mansión, la rubia esperó no volver a cruzar camino con tales seres viles y asquerosos; pero su destino volvía a traerla contra ese enemigo viscoso y apestoso, con patas largas y colmillos en sus dientes.

          —¡Ese mono se escapará!—exclamó Jill por encima del fuego.

          —¡De eso nada!—bramó Joy antes de verlo doblar en una esquina—. ¡Me adelantaré!

          Ella se movió más rápido que Chris, quien le miró agitado—¡No!¡Espera!

          Pero Joy había ido a matar al maldito mono.

          —¡UGH!—gruñó él con fastidio antes de seguir disparando.

          Joy corrió con su rifle de asalto en las manos y observó como el mono corría rápidamente, saltando de una pared a otra y así aumentando su velocidad. La rubia soltó el aire por la boca, sintiendo que su corazón se agitaba de manera frenética y su respiración se entrecortaba, pero sus pies no pararon de moverse. En ese entonces, Jill y Chris estaban intentando de seguirle el paso rápidamente. Williams encontró al mono caminando por lo que parecían ser detonadores láser y ella aprovechó para lanzar una granada cegadora que eliminó las trampas con un gran estruendo.

          El anfitrión tenía trucos bajo la manga.

          Eso significaba que ellos estaban cerca de su objetivo.

          —¡Joy!—llamó Chris a la rubia en el pasillo—. ¡Maldita sea!

          (Como persona tan obstinada, ella siguió el rastro del mono.)

          Disparó otra trampa que encontró y giró en otro pasillo donde vio al mono entrar a un pasillo demasiado iluminado para su gusto, ella levantó el arma y disparó hasta que el mono cayó tieso en el medio — su sangre manchando el suelo de la misma. La rubia se acercó a la habitación lentamente y podía jurar que hacía calor. Cuando estuvo cerca del alcance del mono, ella lo movió un poco para ver si verdaderamente estaba muerto y acertó: el primate mutado había abandonado el mundo de los vivos. Las respiraciones de Chris y Jill se acercaron lentamente a su posición, a unos metros alejados de la puerta que condujo a Joy allí.

          —Se nota que no entendiste una mierda de lo que dije antes—bramó Jill negando con la cabeza.

          Joy se encogió de hombros, mostrando sinceridad en su comentario—Estaba cerca y decidí tomar el riesgo.

          —¡Fue un riesgo estúpido!—exclamó Chris enojado.

          —Tú tomas muchos riesgos estúpidos y nadie te dice nada, eso sí que es injusto.

          —¡Porque soy el líder!

          —¡Eso no tiene nada que ver!—contradijo la rubia enojándose.

          —¡Tiene que ver perfectamente!—añadió Redfield completamente enfadado y señaló el lugar donde estaba parado—. ¡Ven aquí ahora mismo, soldado!¡Y esa es una maldita orden!

          Joy soltó un gruñido antes de rodar los ojos y dar un paso hacia adelante, logrando que las luces blancas que una vez la iluminaban de manera completa terminasen cambiando a un color rojo muy intenso, marcando que ella había caído en una de las trampas hechas por el mismísimo anfitrión y eso no podía terminar tan bien. Joy corrió hacia la puerta, dispuesta a no tomar el riesgo de terminar siendo carne para cañón y esta se cerró frente a ella rápidamente; apartándola de sus dos compañeros que no lograron en gritar su nombre. Ella intentó abrir la puerta metálica en un arrebate de desesperación y vio que Chris intentaba exactamente lo mismo.

          —¡Mierda!—masculló Joy.

          —¡¿El maldito sistema de seguridad se ha activado?!—preguntó Chris al otro lado.

          Jill gruñó a su lado—¡Eso parece!

          Joy se giró, encontrándose con dos líneas finas de lo que parecía ser láser acercándose frente a ella desde el fin de pasillo — cosa que terminaría cortándole la cabeza si ella no se apuraba. La rubia miró a sus compañeros antes de correr para poder hacer un rol hacia adelante, logrando esquivar las primeras dos líneas láser que se vinieron. Ella se agitó cuando otras tres más dispuestas en diferentes posiciones empezaron a acercarse. Joy tomó impulso para hacer una voltereta hacia atrás y conseguir momentum para poder voltear en el aire y caer en el suelo de manera horizontal. En cuestión de segundos, ella volvió a ponerse de pie, antes de que se formase una especie de reja con cubos pequeños que sí iba a matarla — así que saltó para agarrarse de una hendija y pateó con toda su fuerza la puerta que daba a un conducto de ventilación, así pudiendo escapar de aquella trampa mortal.

          Definitivamente se sintió como el personaje Neo de Matrix.

          Las luces rojas se volvieron blancas y Joy se permitió soltar un suspiro de alivio.

          Creo que seguiré a Chris de ahora en más, pensó antes de mirar por la rendija.

          —Eso estuvo demasiado cerca—masculló ella.

          Chris se acercó de manera alerta y vio que su compañera estaba metida en el ducto de ventilación, por lo cual él se llevó una mano al pecho antes de silbar por lo bajo. Su mirada café se dirigió a la de Jill, quien se encontraba en la puerta.

          —Ella está bien, Jill.

          Joy sonrió de lado antes de tomarse del borde y bajarse, sintiendo las manos de Chris sosteniendo su cintura para ayudarla a no tropezarse en la bajada. En cuanto la rubia puso ambos pies en el suelo, ella se colgó el rifle de asalto al hombro y al levantar la mirada, se sorprendió de tener a Chris tan cerca de ella — cosa que la puso algo nerviosa en ese momento.

          ¿Por qué diablos él estaba tan cerca?

          Las mejillas de Williams empezaron a teñirse de rosa.

          Las de Chris, también.

          Ambos se separaron y Jill no tardó en palmarse la cara ante la acción tan abrupta que tomaron los dos agentes.

          —No creía que fueses una acróbata—le dijo el castaño antes de apretar la mandíbula—. Y, cómo dije antes, eso fue totalmente imprudente. Si eso no te mataba, lo iba a hacer yo.

          —Te dije que Satán tiene trucos bajo la manga—sonrió ella con suficiencia antes de dirigirse a la otra puerta que estaba cerrada—. Puedes intentar matarme, pero aún seguiré apareciendo en tu vida cuando menos te lo esperes, me divierte molestarte.

          Chris le miró como ella se alejaba y Jill no paraba de sonreír de oreja a oreja, previamente antes de seguirla por el pasillo, dejando a Chris como última persona para poder salir de aquella trampa mortal. El equipo continuó en profundo silencio durante una sección que estaba completamente iluminada por luces blancas y puertas más reforzadas que las anteriores — allí había más experimentos que estaban intubados con mutaciones más extremas y desconectaron todo sistema de soporte vital para poder quitarles la vida a todas esas criaturas que habían sido humanos u animales alguna vez antes de caer como prisioneros. Joy encontró sangre esparcida por otra habitación y se dio cuenta de que era fresca.

          —Debe ser reciente—murmuró ella tocando la sangre con sus dedos—. ¿Experimentos de último momento?

          —Eso parece—respondió Chris a sus espaldas—. Algunas de estas armas habrían despertado antes de que llegásemos a esta zona, pero no pudieron sobrevivir a las condiciones.

          —Significa que estamos cerca—añadió Jill desde la puerta—. No montarían todo un espectáculo si no fuese por algo muy importante que valga la pena mantener escondido.

          Joy puso los ojos en blanco antes de enderezarse—Ya me temía que ibas a decir algo sobre eso.

          —¿Alguna noticia de la superficie?—preguntó Chris acomodándose la correa del arma en el hombro—. Pasó mucho tiempo desde la última vez.

          Jill apretó su comunicador en la oreja derecha y esperó a que alguna de las tropas de la superficie se conectase para poder dar un informe de la situación en la superficie; pero nadie respondió y Joy no tardó en soltar un suspiro antes de hacer ademán para retirarse de la habitación. Mientras avanzaron más y más en los pasillos, una puerta metalizada doble los esperaba al final del mismo, con cerrojos más grandes que los anteriores y eso consiguió darles la pauta de que se acercaban a un gran laboratorio que contendría lo que ellos buscaban. Repentinamente, escucharon la transmisión de sus comunicadores, revelando que las tropas que se encontraban limpiando la superficie habían logrado con grave certeza su objetivo — teniendo muchas pérdidas. Chris les ordenó que avanzasen hacia la fábrica y que empiecen a limpiar por dentro.

          —¿Estás seguro de eso?—le preguntó Jill.

          —Necesitamos toda la ayuda posible—asintió el castaño.

          Joy se acercó a la gran puerta—Parece que estamos en un camino sin salida, muchachos.

          Y como si fuese por simple arte de magia, las puertas metálicas se abrieron ante ella.




━━━━━━━━

sin editar

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro