“Antes de empezar, quiero agradecer a los que lo leyeron, no importa si no votaron o comentaron, solo espero que les haya gustado”

Más y más secretos, que pronto serán revelados

Lo de mi horario hasta que empiecen las clases... pues ya lo saben, además no es muy importante.

Llegué al salón, saqué mis audífonos y me puse a escuchar canciones de Avril Lavigne.

Todos empezaron a llegar de a poco, como siempre...

¿Dian?, pues él estuvo...normal creo, aunque parecía un poco raro. Normalmente él apenas llega muestra una gran sonrisa de oreja a oreja, habla con sus amigos y así.

Pero hoy no vino así, cuando llegó no tenía su singular sonrisa, no estaba serio, solo parecía distraído, mirando a todos lados, ligeramente boquiabierto, no sé cómo explicarlo.

 Sus amigos le hablaron, y el volvió en sí. Y por un momento sentí el peso de su mirada en mí, dirigí mi vista hacia él para confirmar mis sospechas.

No me equivoqué.

Se volteó a ver a sus amigos, aún así noté que me miraba raro, tal vez era por lo de ayer. 

Que alegría, eso significaba que mi odio ahora sería bilateral. Es mi enemigo oficial.

***

Sentí una incomodidad inmensa durante todas las clases, ¿quién no la tendría?, si alguien se te queda mirando, sin ninguna discreción.

Dian, no sé que quieres de mí, pero solo dímelo directamente

Esto no se iba a quedar así, se lo iba a preguntar cara a cara. No iba a ser difícil.

En la salida, solo lo vi con Adén, su mejor amigo, y Siena, su casi novia (ella sabía que a él le gustaba, y tuvieron uno que otros momentos románticos, pero aún no eran novios oficiales). Lo seguí como una acosadora, hasta que se quedara solo.

¡Eureka! 

Me tomó mucho tiempo, pero lo valió, Siena y Adén lo dejaron después de comprar unas bebidas en lata. Era mi momento de preguntar.

—Di...— me oculté, por lo que vi.

Una chica muy llamativa se acerco a Dian, y lo abrazó con mucha confianza y cariño, pero él no mostraba ninguna expresión que se podría decir agradable.

—Y bien...¿pensaste en lo que te dije? bebito lindo— dijo acariciando su cabello

—Sí, pero...primero: Deja de abrazarme; segundo: No me llames así, es un apodo horrible; y tercero: No actúes así en un lugar público, tal vez alguien conocido nos pueda ver— sentenció, apartándola bruscamente.

Oh...amiguito, alguien ya los vio, y  ese alguien te conoce muy bien. Analizando la situación, Dian actuaba diferente, normalmente es el chico happy que no mataría ni a una mosca, mas justo en ese momento era todo un fuck boy.

—Wow, hoy estás de mal humor, ¿tu noviecita te dejó?, ¿o acaso tu querida madre... — no terminó, debido a que Dian la calló, literalmente.

—Cállate, eres estresante.

—Okey, bueno, el líder me dijo que tienes tres meses para "eso", si no lo cumples, pues ya sabes lo que te pasará—se cruzó de brazos y sonrió de forma inocente.

Aunque su inocencia se notaba falsa, no tenías que conocerla para saber aquello.

—Lo entiendo, yo puedo con eso, después de todo, ella no es nadie para mí— dijo con un semblante serio.

Iban a pasar cerca de mí, así que corrí como alma que se lleva el Diablo.

Me aleje lo suficiente para que no quedara rastro de ellos, ahora estaba tranquila, pero...¿Quién era esa chica?¿A qué se refería con "eso"?¿Por qué Dian se enojo cuando ella mencionó a su madre?, muchas preguntas y ninguna respuesta.

Vamos cerebro de Nia, reacciona, sé que no soy inteligente, pero activa por lo menos una de mis neuronas.

Es inútil, el día en que haga funcionar la última neurona que me queda, es el fin del mundo.

Caminé decaída, tenía información única sobre Dian, y no sabía cómo interpretarla, un solo error y todo se iba a la quiebra.

Seguí mi camino hacia la nada. Hasta que me llegó un mensaje.

«Hola»    

«Hola...»

«¿Cómo estás?»

«Bien»

«Que bueno, pensé que estarías triste»

¿Triste?¿Por qué?...No entiendo el por qué pensó eso. Que extraño.

«¿Por qué pensaste eso?»

«Porque ayer no te envié ningún mensaje»

Oh...genial, solo por ¿eso?, Dian, yo solo estoy triste por algo relacionado a mi familia o porque mi historia favorita de Wattpad se terminó, eso si me rompe el corazón.

«Ah, pues te equivocas»

«Por un momento me había ilusionado»

«Mañana nos vemos en tu casa»

«¿Sabes donde se ubica?»

«Sí, Ellen me lo dijo»

«Ya, adiós»

«Emm...bueno, adiós»

Cerré el chat, y algo me pesaba en la espalda, era...¡Mi mochila!, debía ir a casa lo más pronto posible, y también debía rezar porque no me cayera la chancla sagrada.

Corrí, como el superhéroe Flash, no era muy tarde, solo estaba atrasada por treinta minutos, mi madre solo se enojaría si me retrasaba por una hora.

***

Como supuse, mi madre me preguntó qué me había pasado, yo...le mentí, había dicho que el tráfico me retraso. Ella me creyó, me sentí mal por mentirle, pero cómo le diría que perseguí a mi compañero de salón solo porque me miró raro, pensaría que lo acosé. 

Y no es así...

Me dirigí hacia mi dormitorio, necesitaba apuntar toda la conversación entre Dian y esa chica, porque me conozco y sé que en un día esos recuerdos se los llevará el tiempo.

Saqué un lapicero azul, una libreta con un diseño de Barbie, era lo único que tenía cerca de mí, apunté todo detalladamente.

Ahora sí, tranquila y pues un poco somnolienta, dormiré por un rato...

Pero mi cerebro tenía otros planes, en mi mente se repetía: "Dian tiene un gran secreto que debes descubrir"

—Oh...genial— bufé.

No cerebro, tú no me ayudas en nada, así que no esperes que te ayude.

Me dormí. Adiós preocupaciones.

Cuando duermo, mis sueños son un poco raros. Aunque por hoy agradecí a mi sueño raro, ¿quieren saber por qué?

Mientras dormía empezé a soltar palabra sin sentido—No...—. dije frunciendo el entrecejo.—No toques eso por favor— dije con la voz un poco temblorosa.—¡Detente!— grité con énfasis.—¡Mi pudín!

Mi madre abrió la puerta apresurada.— Hija, ¿estás bien?.

—Yo... yo— hablé entrecortado.— Mamá, ¿aún queda pudín en la refrigeradora?— solté con una voz aguda.

—Sí, por qué...— la interrumpí, salí a toda velocidad atravesando la puerta.

Me dirigía al refrigerador, todo por comer el pudín. Llámenme loca, pero todos mis sueños tenían un significado muy intenso, más de lo que parece, si no seguía lo que mi sueño me decía salía algo negativo.

Entre verduras, queso, un helado, y etcétera; encontré el pudín.

—Bien, pudín, tú, yo, juntos, yo comiéndote y tú en mi boca— sentencié, ese pudín no se escaparía de mis manos, le di un bocado y solté un suave ronroneo. El pudín te hacía sentir una frescura inimaginable, su suavidad recorría todo tu cuerpo y su sabor dulce, te enviaba directo al paraíso.

Lo terminé en unos cuatro bocados, no había mucho, pero fue muy delicioso.

Volví a mi dormitorio, mi madre estaba apoyada en la entrada, y me miró estupefacta.

—¿Qué pasó?

—Ah, nada, solo me apetecía pudín— respondí con tranquilidad.— Ahora si me permites, tu hija debe dormir, sino mañana lo que tendrás será un zombie.

—Bueno, ya son las 8 PM, puedes dormir.— sonrió dulcemente.

—Gracias mamá— sonreí, y entré a mi dormitorio, me eché en la cama con gran satisfacción.

Por un momento, de nuevo, escuché el tinteo del celular, un mensaje había llegado.

«Debes saber algo, yo lo siento y mucho»

Ladeo la cabeza extrañada, era de un número desconocido, y no sabía si preguntarle o no, pero yo no necesito dormir, ¡Yo necesito respuestas!

«No entiendo a qué te refieres, ¿te conozco?»

«No lo sé..., perdón me tengo que ir»

Ok, eso fue extraño.

No obtuve respuestas concretas, solo abstractas. Otras dudas para mí pequeño cerebro.

¿Quién era esa persona?... Ya me daré ideas mañana, ni que fuera el FBI.

***
¿Les gustó el capítulo de hoy? A mí sí (porque es mi historia 🍒🖤)

¿Cuál creen que es el secreto de Dian?

¿Creen que Nia era la chica de la que hablaba Dian?

Tantas preguntas, pocas respuestas