La suerte del diablo, en otras palabras, la suerte de Nia

Son las 4 am, y estoy despierta.

¿Por qué? Pues para qué más que para leer en Wattpad.

Siempre me escondo debajo de mis sábanas, así mi madre piensa que estoy dormida y no me da con la chancla.

***

6 am, hora de cambiarme para ir al colegio.

6:20 am, desayuno mientras veo un anime en la televisión.

6:40 am, termino el desayuno, lavo mi plato y me cepillo los dientes.

En resumen, mi vida es diariamente lo mismo, aburrida, lo sé, pero en el colegio puedo dejar de ser la niña perfecta, a ser otra.

***

Cómo siempre, soy la primera en llegar al colegio, ni siquiera el auxiliar puede llegar antes que yo.

Se siente un poco solitario...pero ya me acostumbré a eso.

A los pocos minutos, llega Amín, mi mejor amiga.

—Hola perrita— me dice con un saludo de puños.

Hago un gesto de indignación, y luego le respondo.—Hola zorrita.

—Oye te cuento algo que me pasó mientras venía al colegio.

—¿Qué?— sabía que lo que me diría no sería serio, por eso pregunté.

—Me caí de culo wey— dijo con una voz de niña de primaria.

Estallé en carcajadas, la palabra "seria" no iba para nada con ella.

—Yo en cambio no me caí de culo, sino de espalda.— reí por mi comentario.

—Entendí esa referencia— me dijo con una mirada extraña, pero divertida.

Llegaron más alumnos, y también el auxiliar. Nos abrieron la puerta, y entramos al salón.

Ellen y yo, estábamos riéndonos de tonterías, todo muy normal.

También noté que Dian había llegado e hizo lo de siempre, hacía bromas con sus amigos y se sentaba al final del salón.

Por un momento pensé que hoy sería diferente...

No estoy triste ni nada, solo para informarles.

Cambiando de tema, hoy la profesora designará los grupos, estoy muy emocionada, y lo más seguro es que me tocará con Ellen, siempre hago equipo con ella.

La profesora llegó, todos le dimos su respectivo saludo. Puso unos papelitos con nuestros nombres en una bola de cristal con un agujero grande por la parte de arriba, supongo que será para sacar los papelitos.

Okey, todo bien, o eso creía.

—Bien, hoy habrá un cambio de planes— vociferó con una voz ronca.—Los grupos serán de tres.

Formé una "0" con mi boca, y Ellen se burló de mí.

La profesora nos molestó.

—Bien, primero usted señorita Ellen.

—Uff...pero qué suerte la mía.— me susurró. Yo reí bajo.

—Señorita Ellen, la puedo escuchar.

—Perdone mi sarcasmo, profesora.— dijo como si fuera una princesa.

Ellen adentro su mano en la bola de cristal, tomó un papelito con mucha seguridad y sonrió pronunciado las siguientes palabras:

—Nia Vásquez Rocca.

—Bien señorita, ahora el segundo papel.

Por segunda vez adentro su mano, todos la observaron con intriga.

Ellen desdobló el papelito lentamente, y leyó el nombre.

—

Dian Dammels Alis.

—Bien ustedes conforman el primer grupo, trabajen en equipo.— sonrió.

No...no, esto no puede estar pasando.

Quiero cambiar de equipo, pero no me atrevo a contestarle a la profesora.

Ellen nota lo que quería decir por mis gestos, a veces parecía que nos comunicábamos telepáticamente.

—Profesora, podemos conformar el grupo, yo, Nia y otra persona, no Dian— me guiñó un ojo.

Gracias Ellen, eres una Diosa. Te ganaste mi adoración, te compraré tu álbum de chinos y todo lo que quieras.

—Perdone señorita Ellen, pero eso no será posible.

Increíble, cuánta suerte tengo. Maldije internamente.

—Siguiente— pronunció la profesora con una gran alegría, ni así se veía joven.

Ellen volvió a mi lado, yo solo estaba haciendo una pataleta silenciosa. Lo menos que quería ahora era que me enviaran a la dirección.

—Me quiero morir— susurré con voz aniñada.

—Tranquila, recuerda que estarás conmigo— sonrió.

Es verdad, ella estaría conmigo, aún no era tiempo para ver todo negativo.

—Bien, reúnanse todos los grupos.

Fue muy temprano para pensar positivo. Ahora la tabla de posiciones había cambiado: Suerte de mierda - 2, Buena suerte - 0.

Ellen me animó a reunirme con Dian, pero por dentro deseaba morirme.

—Hola— saludó Ellen, con confianza.

—Hola, bueno, hablemos sobre el trabajo— exclamó muy alegre, tal vez le emocionaba el hecho de que Ellen haría grupo con él. Después de todo, eran amigos de la infancia.

—¿Qué tal si nos reunimos en casa de Nia?— opinó Ellen.

—Buena idea, ¿aceptas?— me preguntó.

—¿Qué?— dije un poco atontada, estaba tan sumida en mis pensamientos que no entendí de qué hablaba.

—Si te parece bien, reunirnos en tu casa— dijo con tranquilidad, con una voz suave que enamoraría a cualquiera.

Pero...yo no soy cualquiera, es mi enemigo, ni me daban ganas de verlo.

—Ah... sí está bien— respondí seca. No es como si fuera a ocurrir un problema si iba a mi casa.- ¿Qué día?

—El domingo de esta semana, ¿te parece?— dice con una expresión pensativa.

Yo estaba pensando: "Ni Albert Einstein se veía tan inteligente". Obviamente eso fue sarcástico.

—Sí.

—¡Bien! Entonces está decidido— exclamó muy fuerte. Todos la callaron con un "shhh" y ella se disculpó.

Volvimos a nuestro lugar, todo estaba tranquilo hasta el receso, y en la última clase pues...

—Ellen cambia de lugar con Dian— sentenció el profesor con una mirada penetrante.

—¿Eh? Pero por qué— se quejó.

—Usted y Nia hacen mucho ruido e interrumpen mi clase.

Ellen se quedó callada, y guardo sus cosas para cambiar de lugar.

Dian se acercó al asiento de Ellen.

—Bien, ahora como iba diciendo, la raíz cuadrada de 144 es...— explicó.

Lo único que escuchaba era bla bla bla. Hasta que el happy me empezó a hablar.

—Aburrido, ¿no?— bostezó.

—Eso no te lo niego— dije sin apartar mi vista de la pizarra, al menos podía fingir que prestaba atención a las clases.

—Tú me entiendes— dijo formando un puño, para hacer el típico saludo de amigos.

What? Debe estar loco para creer que chocaría puños con él.

—Sí sí...— lo ignoré.

Bajo lentamente su mano, parecía estar un poco... decepcionado, nah, no me importa.

No volvió a pronunciar otra palabra.

***

Terminaron las clases y de nuevo, me reuní con Ellen.

Te extrañe, sentí que estuve cien años sin ti.

O algo así, esperé que me dijera, pero ella no es así.

—La vida culera que te toca amiga— palmeó mi espalda, como si me estuviera dando sus más sentidos "pésame".

—Sí, lo sé— aparté su mano, no estaba de un humor agradable.

—Okey, hoy estás con el humor de un ogro— se cruzó de brazos, retirando un mechón que se le había pegado a la cara.— Vayámonos.

Le seguí el paso.

***

Llegué a mi humilde morada, como muchos dirían.

Todo estuvo tranquilo, no recibí ningún mensaje de Dian, no recibí ningún mensaje de Dian..., ¡No recibí ni un maldito mensaje de Dian!

Eso era raro...no es como si me importara, pero siempre me escribía sobre las tareas de clase.

Decidí ignorar aquello...

Pero escuche ese sonido peculiar que se escucha cuando te llega un mensaje, apenas lo escuché no dudé ni un segundo, y desbloqueé la pantalla de mi celular...era Ellen, pero eso me hizo sentir muy bien.

«Hola...»

«Hola :)»

«Emm...mañana no podré ir al colegio :(»

Lo que me faltaba... hoy nada me salía bien, bueno, también estaba acostumbrada a estar sola, no es tan negativo.

«¿Por qué?»

«Al parecer tengo una fiebre muy alta»

«Oh... espero que te mejores»

«Sí, bueno me voy, mi madre me está llamando»

«Vale, adiós»

Bien...Bien...¡BIEN!, lo admito...

Hoy fue el peor día de mi vida, pero hay que ver el lado positivo... que es... ,bueno, no sé, aun así debe haber algo positivo, ¿no?

Mejor me pongo a leer en Wattpad, eso si es positivo.

De todas maneras, ya no me importa si Dian me envía un mensaje, no soy su novia, ni su amiga, no soy nada para él, y él no es nada para mí, solo es mi enemigo.

No, esto no puede seguir así, tengo una mejor idea, me voy a dormir, así nada me preocupará.

Y así fue, caí rendida a los brazos de Morfeo. Cabe resaltar, que cuando yo me duermo, soy como el diamante, dura...pero de despertar.

***

Hola :)

¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

Aburrido, ¿no? :")

Pero esperen... tal vez creen que Dian no envió un mensaje a Nia porque estaba un poco molesto, o ¿miento?

En realidad, hay otra razón... pero les dejaré a su imaginación, hasta que llegue ese capítulo :)

Bye~