(4) Interferencias en la parabólica.
—¿Me comprendes? ¡Estoy segura de que tengo razón! —se enfadó Madame Lucien.
Helena asintió sin pronunciar palabra. Las preguntas de madame eran retóricas.
—¡Por supuesto que sí! Se queja pero todos la conocemos.
Quitó el polvo de las cajas de lápices, de los rotuladores, de los paquetes de hojas. Le pasó un plumero a los libros. Bajó un poco el volumen del televisor. Siempre estaba encendido, le hacía compañía.
—¡Es una arpía, chérie!
—¿Y cómo va el negocio? —Helena cambió de tema, no era aficionada al chismorreo.
—Si quiere potenciar su negocio, su empresa —voceó la televisión—contrate nuestros seguros, no se arrepentirá. Seguros Soleil, la mejor opción.
—Muy bien, ¡pero no gracias a Madamoiselle Marie! ¿Qué ruidos puede haber en una librería? ¿Que le baje el arriendo porque le resultan insoportables lo ruidos molestos? ¡Bah! No le renuevo el contrato y punto.
—¡Pamplinas! —exclamó la chica, pensando en la televisión a todo volumen.
Helena consideró que afortunadamente el edificio de principios del siglo pasado, contaba sólo con cuatro plantas y dos pisos en cada una de ellas, lo que le ahorraba a Madame Lucien, la propietaria de todos ellos, sinsabores con inquilinos molestos. El viejo ascensor funcionaba igual que la arrendadora, como un reloj suizo. Y por la parte trasera del inmueble podía accederse a un garaje para diez plazas. Enfrente la Place des Arbres le alegraba la vida. A una calle la biblioteca, su sitio predilecto y tres más allá, el Sena.
—Aunque me temo que con las grandes superficies y esas máquinas horribles que quieren acabar con nuestros libros, es casi un milagro —manifestó, moviendo con exageración las manos—. Pero no me puedo quejar. Dentro de poco la jubilación y, ¡vuelta a Madrid!, para estar con los nietos... Y tú, chérie, ¿cuándo ves a tu novio?
—No somos novios, ya se lo dije. Sólo amigos con derecho a roce.
«Follamigos», no sonaba tan bien. Pensó en el perfume y suspiró: todo lo que no fuera Él se le hacía muy lejano.
—Amigos de alquiler, el mejor servicio de acompañantes —chilló el televisor—. Si tiene que asistir sola o solo a esa fiesta, a esa reunión de empresa, a ese compromiso, no lo dude. Contamos con personal cualificado, serio y responsable. Y con la mejor preparación universitaria, no dude más, Amigos de alquiler.
—¡Esas relaciones a distancia nunca funcionan! Hazme caso, ya verás que pronto te volverá loca un parisino...
—Sólo somos amigos no segu...
—Amigos de alquiler, su mejor opción, contrate a un profesional.
—... y ¡voilà!, a comenzar otra historia. París invita al amor, no a esa tontería de coger un avión premeditadamente e ir y venir, ir y venir —continuó sin interrupción Madame Lucien—. Mira sin ir más lejos ahí en la plaza, tienes un chico, no está nada mal. Mejor pájaro en mano que pájaro volando en un avión...
—Perfumes de Jean Paul Gautier, Le Mâle... Classique, Fragile, Fleur du Mâle... Con la compra de dos unidades iguales le regalamos un bolso para dama o caballero... Perfumería Algalia, hasta vaciar estanterías. Es Él, ese perfume de Jean Paul Gauthier, no se equivoca: Le Mâle, la fragancia más vendida en la Unión Europea...
—Por ahí no, ¡por allá! —le cogió la cabeza y se la giró en la dirección correcta—. Muy guapo, no está mal, ¿qué tal?
—¿Qué tal qué? —preguntó, haciéndose la tonta, no le gustaba que le hablasen de otros hombres.
—¿Te gusta? Es muy guapo. ¡París, París! ¡Quién se resiste!
—No me gusta, fuma —respondió haciéndose la quisquillosa, para sacársela de encima.
Era más fácil decir eso. Estar colada por un desconocido que no le hacía caso requería demasiadas explicaciones. Prefería escuchar a hablar.
—Cigarrillos Warrior, light, con menos nicotina y alquitrán...
—Sí, fuma, no soporto el tabaco —repitió, recalcando las palabras.
—¡Bah!, tonterías, chérie, mi marido lleva treinta años fumándome encima y no me pasa nada, te acostumbras.
—¡Exactamente!, nadie tiene que acostumbrarse a eso, la salud lo primero, el tabaco causa...
—¿No consigue acostumbrarse a la rutina? —bramó la televisión—. ¿Le pesa el cuerpo? ¿Siente como si tuviera cien años? ¿Está con estrés? ¡Desconecte! Soleil Méditerranée, instalaciones de cinco estrellas y tratamientos especiales... Mesoterapia, barro, piedras calientes, tratamientos de belleza con diamantes... Soleil Méditerranée, a un paso del centro de...
—¡Tonterías, chérie! —la cortó Madame Lucien—. No se puede ir por la vida profetizando catástrofes por fumarse algunos cigarrillos. Hay que tomarse las cosas con filosofía. Mi bisabuela murió a los ciento quince años y con un puro en la boca, ¡es un cuento chino que el tabaco haga tanto daño!
—Y un cuento chino que no lo haga...
—Inundaciones en China. Se trata de Yiliang, la región que fue sacudida hace pocos días por un seísmo de 5.7 grados, en el que ochenta y dos personas murieron. Las labores humanitarias tras el terremoto han tenido que ser suspendidas por las lluvias. Las inundaciones han azotado decenas de asentamientos provisionales ocupados por los supervivientes del seísmo y han obligado a evacuar a miles de personas de la zona.
—Tienes que olvidarte de esas tonterías y salir con alguien, no puedes seguir enganchada a una relación del pasado. ¡Que la vida son dos días y hay que disfrutarla, chérie!
—¡Pamplinas!, enganchada no estoy. Antes teníamos un proyecto de futuro pero ahora no tenemos ninguno, sólo amistad, los dos somos libres como pájaros...
—A vuelo de pájaro, con el helicóptero, puede contemplarse un panorama desolador. No se esperan que continúen las lluvias en esta región, por lo que...
—Por supuesto, pero deja de decirle que sí cuando te dice que viene, tienes que conocer a alguien de aquí.
—¿Conocer? Estoy muy ocupada investigando para mi libro, no tengo tiempo para conocer personas —dijo Helena, sacudiendo la cabeza negativamente .
— «Mentirosa» —se reprendió.
—No tengo mucho tiempo libre, estoy todo el día en la biblioteca —continuó con las mentiras.
—Para ligar, chérie, una siempre se hace tiempo, las bibliotecas son sitios ideales, recuerdo que...
—... y cuando llego a casa sigo leyendo y estudiando, mi vida es bastante aburrida.
—Si su vida es aburrida, no esté más sola —se escuchó el sonido de bombos, platillos y redoblantes—. Infinito, su Agencia Matrimonial... Encuentre pareja estable con seriedad y garantías... Nosotros se las damos... Búsquese una pareja y no piense más: su vida necesita un cambio...
—A tu edad yo no tenía tiempo para aburrirme, París era una fiesta. Recuerdo que una vez nos echaron del Folies Bergère a mi marido, a unos amigos y a mí por causar escándalo. ¡Nos pusimos encima del escenario y lo hacíamos tan bien, chérie, que el público gritaba para que no nos echaran!
—Hace sólo unos días, como quién dice, que estoy en París. Ya me las ingeniaré para que me echen. Deme un poco más de tiempo.
—¡Qué risa! —expresó, carcajeándose.
—¡Pero antes de echarme que me dejen practicar el idioma, aún se me traba la lengua!
—Tienes un problema de apertura de boca, chérie, a todas nos pasa cuando llegamos. ¿Ves? Así —le mostró, riendo—. ¡Ábrela más, como si estuvieses haciendo un francés!
— ¡Tendré que esperar, entonces, para hablar bien! —exclamó la chica, a las carcajadas—. Ando un poco oxidada con el tema sexual... Además, aburrirme no me viene tan mal, al menos por un tiempo, hasta que me relaje un poco... Barcelona era un estrés total.
—¡Relájese y desconecte de la rutina! Soleil Méditerranée, instalaciones de cinco estrellas y tratamientos especiales... Soleil Méditerranée, a un paso de usted...
Se escuchó el sonido de la puerta al abrirse.
—Bonjour, Monsieur! —saludó Madame Lucien, haciéndole un guiño a Helena.
La chica se giró. No lo podía creer. Ahí estaba ... Él... ¡Qué extraño! Sin Le Mâle y con un peinado distinto. Pero era Él. Inconfundible. ¿Qué diantres hacía allí? Olfateó, sin disimular. ¿Acaso no estaba usando L'Homme, de Yves Saint Laurent? Y no la saludó, el muy desgraciado. ¡Con todo lo que le había costado que lo hiciera por primera vez en la biblioteca!
—Bonjour! —exclamó Helena, esbozando una sonrisa.
Él la miró como si fuese una mosca de las pesadas, esas moscas cojoneras que no te dejan en paz, de las que te persiguen por todos los sitios. Ella, en cambio, se quedó contemplándolo, con cara de enfado.
Anuncio del perfume L'Homme Yves Saint Laurent.
https://youtu.be/uX0_vgNi-r8
NOTA.
ESPERO QUE OS GUSTE Y QUE HAGÁIS COMENTARIOS Y LE DÉIS A LA ESTRELLA. En el vínculo externo dejo el enlace a la página de Facebook de esta novela.
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