Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(28) Always.

  «Abriéndose la bata y apartando el camisón, lo acomodó y guió, con mano impaciente. Lo había sentido afanarse, jadear, besarla, moverse, torpe y frágil como un animalito que aprende a andar. Lo había sentido, muy poco después, soltando un gemido, terminar».

El elogio de la madrastra, Mario Vargas Llosa[1].

ᅳTenemos una lista con diez mujeres asesinadas y sus respectivas autopsias. Asfixiadas, descuartizadas y sin identificar. Nada de nombres y apellidos...Tanto de Castilla la Mancha como de Castilla y León ᅳmanifiesta el psicólogo.

ᅳ¿Tantas? ᅳpregunta Jean Pierre, fastidiado.

ᅳSí ᅳsuspira el hermanoᅳ. Demasiadas... Y una lista mucho más grande de mujeres desaparecidas en España en los años que nos interesan... No preguntéis cuántas... Para ir cruzando datos.

ᅳEste caso me recuerda a las matrioskas rusas. Encontramos algo que está dentro de otra búsqueda y otra, y otra, y otra ᅳse quejó Helena.

ᅳPero vamos por buen camino, eso es lo importante ᅳdice Jean Josephᅳ. Es muy posible que una de estas mujeres sea la que nosotros buscamos. Estamos ante un sujeto muy peligroso, Helena, tú ya lo has podido comprobar. Cuando alguien usa un arma, un revólver, por ejemplo, la distancia hace que sea más fácil matar. El asesino no ve los mecanismos naturales de inhibición de la agresividad. O los ve tan lejanos que se difuminan. El llanto de la víctima, sus ruegos, sus gestos. Es mucho más difícil matar a alguien con las propias manos, asfixiándolo, como hace nuestro hombre. Y ni qué decir de luego descuartizar a una mujer. O peor aún, a tantos niños. Es un sujeto muy violento.

ᅳSanmartín dice que el ser humano es agresivo por naturaleza pero agresivo o violento por cultura ᅳexpresa Helena.

ᅳExactamente. Más o menos entre un cuarenta o un cincuenta y cinco por ciento, en una población, es asignable a la influencia genética. El resto, influencia del medio. Nuestro asesino tiene toda su maquinaria neurocognitiva... todo el cerebro... a disposición de su maldad... ¿No sería mejor que salieran ahora? Y prometedme los dos que no vais a discutir.

ᅳPrometido ᅳmanifestó Helena.

ᅳ¿Jean Pierre?

ᅳPrometido, también... Pero va a ser difícil... Ella siempre me está buscando las cosquillas.

ᅳIgual que usted a mí ᅳle recordó la chica.

ᅳBueno, pensaré en el trabajo para evitar nuestras rencillas. A ver si por lo menos podemos visitar a dos de las familias. No creo pero haremos el intento...Vamos, madamoiselle, el tiempo apremia.

ᅳSí, mi General ᅳbromeó Helena, haciendo la venia a Jean Pierre.

  Y se acercó al gemelo para plantarle un beso en los labios.

ᅳA ver cuánto le dura la obediencia, madamoiselle. Con sus antecedentes, seguro que muy poco ᅳdijo Jean Pierre con ironía, mirándolos, mientras abría la puerta de su piso.

ᅳ¿Lo duda, monsieur? ᅳpreguntó la chica, tocando el botón del ascensorᅳ. Tengo la intención de portarme bien con usted toda la tarde. Mire cuán serio es mi propósito que no voy a discutir y lo voy a dejar conducir el coche.

ᅳ¡¡No!! C'est incroyable! Ya veo que lo hace porque le ha dado su palabra a mi hermano.

ᅳ Igual que usted, monsieur ᅳle recordó, con una sonrisaᅳ. Aunque, en honor a la verdad, no creo que ponga demasiada voluntad. ¡Me mira con una cara!

ᅳHaré el intento, también, por el bien de nuestro caso. Siempre da la sensación de que estamos compitiendo, madamoiselle.

ᅳPor supuesto que sí, monsieur, siempre competimos a ver quién tiene la polla más grande. Usted o yo.

ᅳ¡Es cierto! ᅳse rió el hombre y cuando llegaban al garaje, preguntóᅳ: ¿Está segura de que no desea que tiremos una moneda?

ᅳSegurísima ᅳle respondió la chica, mientras se instalaba en el asiento del acompañanteᅳ. Hoy lo dejo controlar a usted, como le gusta. Y sin ponerle el más mínimo obstáculo, monsieur.

ᅳAsombroso ᅳmurmuró él, encendiendo el coche.

ᅳ¿Qué sucede, monsieur? Lo noto decepcionado. ¿Será que le gusto más cuando le llevo la contraria y soy combativa?

  Por toda respuesta el hombre abrió la puerta del garaje con el mando y empezó a sacar el vehículo. Estuvieron quince minutos, más o menos, sin hablar.

ᅳ¿Puedo poner música? ᅳle pidió, haciendo una mueca, y luego le aclaróᅳ: Para tapar el silencio.

ᅳVale ᅳ le respondió él.

  La chica encendió la radio y se escucharon las notas de Always, de Bon Jovi.

This romeo is bleeding

But you can't see his blood

It's nothing but some feelings

That this old dog kicked up.[2]

ᅳHoy hay que ser extremadamente diplomático ᅳle advirtió Jean Pierre, rompiendo el silencioᅳ. Estas familias ya han sufrido más de la cuenta, no podemos incrementar ese dolor. Además, a usted, como quién dice, la están probando. Aquí tiene su oportunidad. Mi jefe...ᅳy se cortó.

When he holds you close, when he pulls you near

When he says the words you've been needing to hear

I'll wish I was him 'cause those words are mine

To say to you till the end of time [3].

ᅳEntiendo, no necesita advertirme. ¿Adónde vamos primero?

ᅳEmpezaremos por la familia de David Girard.

ᅳPor orden. Usted, monsieur, siempre en orden... Aunque, en este caso, es lo mejor. Todos creemos que ahí está la clave.

ᅳViven en Le Chesnay ᅳcontinuó él, mirándola, como si ella no hubiese dicho nadaᅳ. Cerca de Versailles. Le va a gustar el paisaje, hay mucho verde... Muchos árboles...

ᅳ¿Me está proponiendo que hagamos el amor debajo de uno, aquí en el coche, Monsieur? -le preguntó Helena, con desparpajo.

And I will love you, baby - Always

And I'll be there forever and a day - Always

I'll be there till the stars don't shine

Till the heavens burst and

The words don't rhyme

And I know when I die, you'll be on my mind

And I'll love you - Always[4].

  Jean Pierre la miró, serio, y no hizo ningún comentario.

ᅳTampoco es como para que me ponga esa cara. Usted sabe que a mí me gusta abreviar... Si quería que hiciéramos el amor no necesitaba tanta cháchara. Me lo decía y punto.

ᅳ¿Tanta cháchara? ᅳse enfadó élᅳ. ¿Hacer un simple comentario sobre el paisaje, madamoiselle, le parece a usted demasiada cháchara?

ᅳYa empezamos ᅳsusurró Helena, molestaᅳ. Eso y la forma en la que me miró, monsieur, como pidiendo guerra bajo las sábanas. Pero olvídelo, no deseo discutir con usted.

  Comenzó a escucharse la canción de Adele Set fire to the rain.

I let it fall, my heart, 

And as it fell, you rose to claim it, 

It was dark and I was over, 

Until you kissed my lips and you saved me,[5]

ᅳ¡Bah! ᅳexclamó Jean Pierre.

ᅳViniendo de usted una mirada y un comentario simple bastan. Pero no es para que se lo tome así. Pensé que se podría sentir inspirado para hacer el amor. Tampoco sería la primera vez, no es para tanto... Por la forma en cómo nos encontró a su hermano y a mí el otro día, en el garaje. Tal vez quería dejarse llevar conmigo, nada más. Siendo cómo es... Quería saber si se me estaba insinuando y por eso se lo pregunté, para que no quedara la menor duda. Su cara ya me ha respondido que no. Que no se hable más, está todo bien.

Mon Dieu! ¿Es que usted sólo piensa en el sexo todo el día?

ᅳNo, todo el día y también por la noche...

ᅳ¡No me diga! No lo sabía ᅳse burló él.

ᅳNo sigamos con esta conversación porque vamos a terminar peleando. Hábleme de los árboles... así se queda más tranquilo.

But I set fire to the rain, 

Watched it pour as I touched your face, 

Well, it burned while I cried, 

'Cause I heard it screaming out your name, your name,[6]

  Jean Pierre la miró e hizo un gesto hacia el exterior.

ᅳPuede verlos usted misma, ya casi llegamos...

    Helena había estado tan inmersa en la discusión que no se había percatado del cambio de paisaje.

Sometimes I wake up by the door, 

And heard you calling, must be waiting for you, 

Even that when we're already over, 

I can't help myself from looking for you,[7]

ᅳPreferí coger este camino para que pudiéramos disfrutar con las vistas. Ya sabe qué nos espera al llegar... Piense que Jérémie y Claude están bien. Así eso le da fuerzas.

ᅳGracias ᅳdijo ella, mirándolo fijamente.

ᅳDe nada ᅳle respondió él, suspirando.

  Se hizo el silencio, nuevamente, entre ellos. La chica no podía decir cuánto tiempo pasó hasta que Jean Pierre volvió a hablar.

ᅳLlegamos ᅳle comunicó, con voz decidida.

  Habían aparcado frente a una casa de dos plantas en la Rue de Versailles. Tenía muchas ventanas de madera, abiertas hacia el exterior. Helena tuvo la sensación de que el sitio le daba la bienvenida. La pared del frente, recubierta de hiedra, se le hacía un tanto incongruente. Por la asociación de esa planta con la inmortalidad. Tocaron el timbre.

ᅳBuenas tardes ᅳdijo la mujer que les abrió la puerta, en francésᅳ. Los estaba esperando.

ᅳBuenas tardes ᅳsaludaron Jean Pierre y Helena a un tiempoᅳ. Mi jefe ya le comentó por qué estamos aquí ᅳcontinuó el hombre.

ᅳSí, me dijo que querían ver fotos de mi hijo y de sus amigos ᅳexpresó ella, con pesarᅳ. Pero me resulta muy difícil creer que alguien cercano...

ᅳEntiendo. Pero tenemos que descartar todas las posibilidades ᅳle aclaró él, hablando con amabilidadᅳ. Ésta es una más de las líneas de investigación que estamos siguiendo. Hay muchos profesionales trabajando en el caso.

ᅳ«Y yo, una no profesional» ᅳpensó Helena, con fastidioᅳ. «La diversión de vacaciones».

ᅳ¿Les sirvo un café? ¿Un té? ᅳpreguntó la madre de David.

ᅳUn café, por favor ᅳdijo Jean Pierre.

ᅳLo mismo, gracias ᅳmanifestó Helena, cuando la señora miró en su dirección.

ᅳLes dejo las fotos para que las vayan viendo ᅳexpresó ella.

  Mientras decía estas palabras colocó sobre la mesa, que estaba frente a ellos, una decena de álbumes, de esos que cabían cuatro fotos por página. Luego abandonó la habitación.

ᅳPues sí que tenemos información aquí ᅳ expresó la chicaᅳ. ¿Puedo empezar a mirarlos?

ᅳClaro, cuanto antes mejor ᅳle contestó Jean Pierre, haciéndole un guiño.

ᅳ¿Un guiño? Cuidado, monsieur, no se vaya a ablandar conmigo. No sea que pierda su coraza ᅳse burló Helenaᅳ. Ya ve, le advierto a tiempo, para que después no me haga responsable. Mire que todavía nos queda el viaje de regreso.

ᅳCierre el pico y empiece, madamoiselle ᅳle ordenó él, serio de nuevo, abriendo uno de los álbumes.

  Helena empezó a pasar las hojas del primero que cogió al azar. Ahí estaba David, con el pelo rubio y los ojos azules brillando de alegría. A medida que iba pasando las páginas le resultaba imposible encontrar una imagen en la que el niño estuviese serio.

ᅳ¡Es tan triste! ᅳexclamó la chica y de repente tuvo una ideaᅳ. ¿Y si elige a los niños precisamente por eso, porque son felices? Los psicópatas son incapaces de tener sentimientos como nosotros. Quizá lo hace por envidia.

ᅳSiga mirando, madamoiselle ᅳla cortó Jean Pierreᅳ. Como todos los investigadores primerizos, pretende sacar conclusiones sin haber empezado.

ᅳ¿Por qué? ¿Ha encontrado alguna foto en la que David esté triste?

ᅳPues no... Pero quedan muchas por ver...

  Siguieron mirando. En todas las fotografías el chico lucía con una sonrisa.

ᅳTampoco encuentro al niño con el que soñé. Quizás estas fotos sean demasiado recientes. Son las últimas... Iguales a la que yo tengo colgada en mi pared...

ᅳTienes razón ᅳdijo Jean Pierre, olvidando tratarla de usted, como hacían siempre para chincharse, pero se interrumpió al ver que Madame Girard entraba con los cafés.

ᅳNo se molesten ᅳexpresó la mujer, al ver que ellos se movíanᅳ. Hay mucho espacio, se los dejo aquí.

ᅳDígame, madame ᅳle preguntó el hombreᅳ. ¿No tendría fotos más antiguas?

ᅳDe dos años para atrás, más o menos ᅳ agregó Helena.

ᅳPues sí... Pero no pensé que... Ya se las traigo, esperen un momento ᅳy volvió a abandonar la sala.

ᅳAlgo me dice que lo voy a encontrar enseguida ᅳdijo Helena, convencidaᅳ. Estoy muy inquieta. Como cuando me encuentro a punto de dar de bruces con una de las señales que me envían.

ᅳY yo también, madamoiselle ᅳexpresó él, riendoᅳ. Estoy seguro de que cuando salgamos voy a encontrar petróleo debajo de un ciprés.

ᅳCon usted no se puede hablar. ¡Es tan exasperante! ¿Por qué no intenta copiar un poco el carácter de su hermano? ᅳsusurró Helena, enfadada.

ᅳ¿El carácter de mi hermano?, ¿para qué? ¿para que los dos bailemos al ritmo que usted nos marca, madamoiselle?

ᅳ¿Por qué, monsieur, siempre parece que el enemigo soy yo y no el asesino?

ᅳ¡Bah! ᅳexclamó él, por toda respuesta.

ᅳPues no me contesta la pregunta. ¿Por qué?

ᅳPorque no me gusta que intenten dominarme ᅳrespondió, molesto.

ᅳ¿Dominarlo, yo?, ¿y cuándo usted ha hecho algo en contra de su voluntad? Dígamelo, tengo curiosidad.

  Jean Pierre la miró, con doble intención. Helena no pudo continuar. Entraba Madame Girard con las fotos.

ᅳAquí están... Tengo de años anteriores a éstas ᅳdijo, moviendo la mano.

ᅳGracias ᅳmanifestó la chica cogiendo, impaciente, uno de los álbumes.

  Pasó un par de hojas y lo vio. Serio, tímido y triste, como pidiéndole ayuda desde la página.

ᅳEs élᅳle señaló a Jean Pierre la fotografíaᅳ. Éste es el niño que buscamos.


Os dejo la canción de Adele Set fire to the rain.


https://youtu.be/1twUUM0KxDg


[1] Página 145, Tusquets Editores, S.A, Barcelona, 2002.

[2] Este Romeo está sangrando
Pero tu no puedes ver su sangre
No son nada esos sentimientos
De este viejo perro pateado

[3] Cuando él te tiene cerca
Cuando él se acerca a ti
Cuando dice las palabras que tu quieres escuchar
Desearía ser él, y que esas palabras fueran mías
Para decírtelas hasta el fin de los tiempos.

[4] Y yo te amaré, nena, siempre
Y yo estaré allí por siempre y un día más, siempre
Estaré allí hasta que las estrellas no brillen
Hasta que los cielos estallen
Y las palabras no rimen
Yo sé que cuando muera, tú estarás en mi mente
Y yo te amo, siempre
Siempre.

[5] Prendí fuego a la lluvia
Y dejo que caiga, mi corazón,
y según cayó, tú apareciste para reclamarlo,
está muy oscuro, y yo estaba acabada,

[6] Pero prendí fuego a la lluvia,
y la vi caer, mientras tocaba tu cara,
ardió mientras yo lloraba,
porque la escuché gritando tu nombre,
gritando tu nombre.

[7] A veces me despierto por un golpe de la puerta,
y te oigo llamarme, todavía te debo de estar esperando,
incluso cuando sé que esto ya está acabado,
no puedo evitar buscarte.

NOTAS.

   Arriba del todo en multimedia os dejo la canción de Bon Jovi, Always, y en el vínculo externo  el enlace a la página de Facebook de esta novela.

  Hacedme feliz y acordaos de que la estrella existe. :) 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro