97- Afianzando lazos de amor
Habían pasado varios acontecimientos importantes dentro de la realeza, como el nacimiento de la pequeña Desirée, fruto del amor entre Apolo y Antoine...
La princesita era la nueva mimada de Francia, habiendo hecho su aparición en público a un mes de nacida y colmando de felicidad a todo el reino. Con cabello aguamarina y hermosos ojos verde esmeralda era una digna heredera de la belleza francesa...
Antoine parecía que con cada embarazo su belleza se potenciaba y el pueblo galo amaba a su futuro regente y la familia que había conformado.
El pequeño Delfín ya contaba con cinco años, estudiaba con tutores y era muy inteligente y vivaz... sus padres y abuelos se sentían muy orgullosos del príncipe heredero.
En España, la familia real se agrandaba también... Emmanuel cursaba su quinto mes de embarazo y ya sabían que eran gemelos, varones, dejando a la pequeña Elena como la única infanta del reino...
Ángel trabajaba duro en el hospital y hacía turnos que le permitían regresar temprano junto a su familia.
Emmy cuidaba a los gemelitos que ya contaban con cuatro años y les daba clases para adelantarlos en su aprendizaje... cuando Ángel llegaba, todo era juegos y diversión en familia.
Elena no había mostrado signos de debilidad y los estudios realizados por su padre, no denotaban problemas de crecimiento ni hormonales... al parecer la pequeña no había sido afectada por los síntomas comunes del Síndrome de Turner y eso alegraba enormemente a la familia.
Con sus cabellos azules y ojos verdes, ambos gemelos tenían la belleza combinada de ambos padres, siendo idénticos a pesar del sexo.
Los jóvenes príncipes y sus familias habían encausado sus vidas, enorgulleciendo a sus mayores, que veían que podían ceder el trono de cada reino cuando lo desearan porque sus retoños estaban más que preparados...
************************************
Camus notaba extraño a Kanon, lo evitaba y más de dos veces se había hecho el que no oía su llamado, cosa que lastimaba al galo.
También huía de su presencia y Shura no le daba importancia cuando le contaba lo que sucedía...
La familia real francesa había venido de visita y todos disfrutaban en camaradería, menos Camus, que no podía cruzar palabras con su gran amigo.
Cuando llegó Apolo con su familia, todos corrieron a saludar y tomar los niños en brazos...
Felipe y Elena corrieron a buscar a Alejo y seguido, ya estaban jugando felices de estar juntos. La pequeña princesa aún no caminaba...
Kanon releía unos papeles cuando Camus entró al despacho y se encerró para que no pudiera escapar.
-¿Qué sucede contigo? Hay algo que me ocultas?
-No Camus, cómo crees?
Kanon no podía mentirle,conforme pasaban los años, el consorte Real lo leía con los ojos cerrados... tuvo que cambiar una mentira por otra más convincente
-Es sólo que estoy intentando preparar una fiesta sorpresa para Saga y él merodea todo el tiempo... ando nervioso y distraído, es todo...
-Supongamos que te creo...
Camus suspiró cansado... su amigo ya no le tenía confianza como para contarle qué le sucedía en verdad...
-Si necesitas ayuda, sabes que puedes contar conmigo...
-Claro que sí, muchas gracias...
Le sonrió sincero y le abrazó con fuerza mientras sentía un ligero temblor en el cuerpo del galo... al mirarlo, vio que tenía los ojos aguados
-¿Qué sucede amigo mío?
-Ya no confías en mí... me mientes...
Se dio media vuelta y destrabando la puerta, salió de la habitación dejando al gemelo con un nudo en la garganta.
-Camus... lo siento...
************************************
Habían pasado cinco días y la sorpresa para Saga ya estaba lista... era el cumpleaños de los gemelos pero Kanon le daría un regalo especial este año...
Ya estaban todos los invitados reunidos, algunos cómplices, otros sin tener idea de lo que planeaba Kanon...
Llegaron juntos, los reyes ibéricos y los gemelos mayores... venían vestidos con sus galas militares Shura y Saga y con esmoquin Camus y Kanon...
Con los años, sus físicos no se habían deteriorado, por el contrario, eran muy apuestos y el consorte real parecía embellecer aún más...
Un aplauso generalizado se dio lugar al entrar a la recepción y Saga se vio sorprendido por muchos amigos, conocidos y por supuesto la familia, que lo saludaban por su cumpleaños.
-¿Qué sucede aquí? También es tu cumpleaños mi vida... por qué esta fiesta es sólo para mí?
Kanon sonrió feliz
-Mi cielo, yo también festejaré en este día especial...
Los cuatro se encontraban en una especie de entrada muy bella, rodeada de árboles decorados con muy buen gusto... tanto los reyes como Saga observaban todo con detenimiento.
Un micrófono se abrió y la voz se escuchó fuerte y clara:
-Bienvenidos a la fiesta de cumpleaños organizada para nuestros padres...
Apolo y Ángel aparecieron delante de sus padres, trayendo un gran ramo de rosas para Kanon y una cajita forrada delicadamente para Saga.
-Aún no la abras papá, es parte de la sorpresa...
El gemelo mayor sonrió y abrazó a sus hijos feliz, viendo los ojos de su adoración brillar con intensidad y emoción.
Camus y Shura se disponían a salir de escena cuando otra voz se escuchó al micrófono:
-Papis, no se vayan por favor...
Alain venía con un ramo de rosas para Camus, que las recibió emocionado pero sin entender nada...
Shura recibió de Emmanuel, otra cajita forrada y con el mismo pedido de no ser abierta hasta más adelante.
Los tres jóvenes y el pequeño príncipe tomaron a sus padres del brazo, llevándolos hasta una glorieta, una especie de pérgola acondicionada con arreglos florales en blanco y mucha delicadeza... era una belleza...
-Padres, hoy es un día especial para ustedes y para nosotros...
Se cumplen veinticinco años desde que se unieron ante las leyes de Dios y, por eso, hemos preparado este lugar para darles un regalo especial a los cuatro...
En realidad a los reyes y a papá, porque todo fue idea de mamá, que desea renovar los votos matrimoniales y compartir este instante, con quienes en su momento, le dieron la máxima felicidad al traer un sacerdote que no veía su relación como algo prohibido o pecaminoso...
-Mamá desea retribuir ese gesto a sus mejores y amados amigos, los reyes de España...
Kanon se acercó a Camus y lo tomó de las manos, sus ojos brillaban como nunca...
-Amigo de mi alma, no imaginas lo que me dolía engañarte para hoy tenerte aquí sorprendido!
Tomemos juntos los votos matrimoniales, reafirmemos nuestro amor por estos hombres que son todo en nuestras vidas, con nuestros hijos y nietos como testigos...
Camus lo miraba con adoración y por toda contestación, se colgó de su cuello para abrazarlo y dejar un beso en la comisura de sus labios.
-¿Sabes que te amo con toda mi alma, amigo mío? Gracias por esta sorpresa y perdón por mi desconfianza...
-Nada que perdonar, mi amado amigo... vamos por Shura y Saga y renovemos nuestro amor por ellos...
Shura y Saga fueron conducidos al pequeño altar donde un sacerdote ya les esperaba y vieron con emoción, como los pequeños gemelos caminaban hacia ellos, lanzando al aire pétalos de rosas...
La marcha nupcial comenzó y Camus hizo su entrada junto a los dos príncipes, que lo traían del brazo... más atrás, Kanon hacía su entrada del brazo de sus retoños.
Era una imagen perfecta: el consorte real siendo entregado a su rey por sus herederos y Kanon, siendo llevado junto a Saga por sus gemelos, réplicas exactas de su madre.
Shura miraba enamorado a su consorte, le sonreía y buscó con la mirada a Kanon, a quién dedicó una gran sonrisa y susurró un "Muchas gracias!".
El gemelo menor sonreía, su rostro irradiaba felicidad plena y todo fue idílico cuando Saga susurró en su oído:
"Dicen que la perfección no existe, pero yo sé que sí... la tengo junto a mí en mi vida desde que nací y te amo como jamás podrás llegar a imaginar".
Besó su mejilla y la sintió húmeda por las lágrimas de su menor, que se había emocionado con sus palabras.
-Yo también te amo más que a mi vida!
Las pantallas puestas en lugares estratégicos, deleitaban a los espectadores con la boda doble, otro motivo para festejar, puesto era bien sabido el amor que ambas parejas se profesaban y que habían transmitido a sus hijos.
La ceremonia se llevó a cabo entre lágrimas de emoción y felicidad y mucha alegría!
Al decir sus votos, los cuatro contrayentes se juraron amor eterno, Saga y Shura abriendo las cajitas y encontrando cuatro alianzas idénticas, de oro blanco con un pequeño diamante incrustado, las cuales fueron colocadas en orden.
Las palabras del sacerdote sellando esa nueva promesa, llegaron con suma emoción, para luego estallar en aplausos y gritos de algarabía de parte de todos los presentes, sobretodo de Krest y Francisco, quienes debieron ahogar sus lágrimas de felicidad...
Sus hijos y nietos se abrazaban felices, todo había salido perfecto, como Kanon soñaba...
La sorpresa esta vez fue para los reyes y el gemelo mayor, era una deuda que tenía consigo mismo el menor de los griegos.
Veinticinco años de amor y felicidad, disfrutando del calor familiar y los amigos...
¿qué más le podía pedir a la vida?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro