Emmanuel no podía dormir y daba vueltas constantemente en su cama... todo había cambiado de un momento a otro...

Ahora ya no tenía impedimentos en su relación con el gemelo menor; estudiarían juntos, pronto sería su consorte... estaba tan feliz que su mente divagaba en un sinfín de posibilidades...

Totalmente desvelado, decidió levantarse a buscar un vaso de leche y mirar televisión hasta que el sueño volviera...

Despacio para no despertar a su pequeño hermanito que dormía junto a él cuando se ponía mimoso, se colocó la bata y las pantuflas y salió de la habitación rumbo a la cocina...

Estaba amaneciendo y el príncipe seguía con los ojos abiertos; en ese instante escuchó risas y murmullos y pudo ver desde su silla, a Apolo que llevaba a su primo en brazos, cargado estilo princesa y se besaban apasionadamente y se acariciaban con deseo.

-Por favor... quiero que me lo hagas de nuevo... ya no quiero estar lejos tuyo, duerme conmigo Apolo...

-Tus deseos son órdenes, mi hermoso... te sientes bien para repetir?

-Podría seguir por siempre, contigo... te amo y te lo demostraré con mi cuerpo...

Apolo sonrió y comenzó a caminar hacia los aposentos del heredero galo.

Emmanuel no daba crédito a lo que había visto y escuchado, el romance entre su primo y el gemelo ya había sido consumado!

Una fuerte angustia se instaló en su pecho, al pensar que él no podría disfrutar de Ángel del mismo modo...

No se atrevería a pedirle que intimaran, después de todo lo ocurrido y lo que debieron pasar hasta llegar a ese momento en que el psicólogo le dio el alta definitiva...

Emmy tenía muy en claro que no sería jamás lo mismo... Ángel no era el doncel, él lo era y sería quién recibiera gustoso el cuerpo del gemelo, pero aún así, no se animaba a dar ese paso por miedo al rechazo y a todos los recuerdos que podría despertar...

Subió con pesar las escaleras, el rostro de su amado Ángel en sus pensamientos...

Se recostó en su cama y con una sonrisa triste, los besos y caricias que se habían brindado estando en Grecia, golpearon su memoria...

Eran hermosos instantes que se habían regalado y lo habían disfrutado mucho... sin darse cuenta, sus manos habían comenzado a recorrer su cuerpo y ahora acariciaba su miembro...

Al notar de pronto lo que hacía, una increíble vergüenza se apoderó del ibérico y lágrimas brotaron traviesas...

Lloró hasta que se durmió...

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El día amaneció nublado y los reyes planearon una salida entre los mayores para recorrer aldeas cercanas y ver las necesidades más urgentes de los moradores...

Era época de elecciones en el país y los candidatos se deshacían en promesas que jamás cumplían... Shura deseaba sondear por sí mismo la magnitud de las distintas situaciones...

Los pequeños se quedarían con Lune y Amelié, ya que en su pequeña cabaña al lado del palacio, había más juegos y diversiones y se lo pasaban genial...

Antoine dormía como un bendito y nadie notó que a su lado estaba Apolo; Ángel se había preparado para ir pero desistió cuando vio el rostro pálido y desencajado de su amado Emmanuel...

-Emmy, te sientes mal? Ven, recuéstate y te revisaré... avisaré que me quedo contigo...

Emmanuel estaba triste, su congoja no desaparecía pero le alegraba que Ángel se quedara a su lado...

-Gracias, mi ángel...

Una vez que todos se marcharon, el gemelo menor fue hasta el auto y extrajo un maletín donde tenía todos los implementos necesarios para atender a un paciente...

Aún no era médico, pero en Grecia las prácticas eran reales y ya contaba con mucha experiencia atendiendo pacientes en urgencias...

Volvió junto a su príncipe y le desabrochó la camisa del piyama, acción que le valió un enorme sonrojo al español... Ángel sonrió y le besó tiernamente

-Ahora sé un buen paciente y déjate auscultar...

Lo fue revisando, tomando su presión,  viendo su garganta, oídos, masajeando el cuello en busca de ganglios inflamados... nada...

Sus manos comenzaron a detallar el pecho buscando anomalías, siguiendo hasta el abdomen, donde masajeó y presionó el hígado...

Tomó la cintura del pantalón y Emmanuel se puso rojo de la vergüenza y el nerviosismo que lo tomaron de pronto...

-No... no lo hagas, por favor...

-Sólo será un poco para observar el apéndice

Sin esperar una respuesta, lo bajó y la acción del príncipe lo sorprendió... le quitó las manos de mal modo y lo empujó, para luego salir corriendo y dejar al futuro galeno sin entender nada.

Salió corriendo tras el príncipe, pero éste se encerró en el baño y lo oía llorar 

-Perdóname Ángel, no fue mi intención... no quería...

-Abre Emmy... hablemos... por favor...

-No-no puedo... me odiarás...

-Abre y hablamos tranquilos... mi amado príncipe, no hay nada en este mundo que pueda hacer que yo te odie... abre la puerta...

Se escuchó la traba y el príncipe se mostró todo sonrojado, agitado, lágrimas en sus hermosos ojos y una prominente erección...

-Yo-yo no quería que-que me vieras así... yo he tenido pensamientos contigo pero sé que esto puede acarrear malos recuerdos para ti... lo siento...

Ángel sonrió y lo abrazó fuerte

-Lo siento, Emmy, no pensé en eso...

El príncipe ocultaba su rostro avergonzado entre el cuello y el cabello del menor.

-Ven, vamos a tu habitación... yo nunca estaría más seguro que entre tus brazos, mi vida...

Juntos caminaron abrazados, al llegar Ángel trabó la puerta y recostó a su novio en la cama con mucha dulzura...

Lo miraba con adoración, le sonreía y acariciaba el rostro...

Se acercó suavemente a sus labios y los besó con una suavidad que todos los sentidos de Emmanuel se despertaron inmediatamente...

Los labios se movían lentos, la lengua acariciaba y sus manos acicalaban su cabello. Era todo muy sensual...

Las manos de Emmy comenzaron a devolver las caricias y se colaron debajo de la remera que traía el menor, tocando el bien trabajado pecho y abdomen... era delgado pero en total armonía con su sensual cuerpo y los músculos daban una vista sexy al príncipe...

La ropa fue desapareciendo, también la vergüenza y pronto se hallaban ambos desnudos, conociéndose en detalle, tocando, sintiendo, aprendiendo, gozando de las nuevas sensaciones que se regalaban uno a otro...

Ángel fue bajando con su boca dejando marcas de fuego en el vientre del mayor, hasta situarse entre sus piernas y tomar su sexo con su boca. Emmanuel no podía creer lo que su cuerpo sentía ante esta nueva experiencia!

Sus miradas nunca se separaban, el gemelo le sacaba gritos de placer al príncipe, que recibía su primer beso negro, la punta de un dedo que se introducía de a poco en su entrada y una mano que masturbaba su miembro... lo estaba enloqueciendo y nunca supo en qué momento ya tenía un dedo dentro suyo...

Lo fue preparando con hasta cuatro dedos bien lubricados con saliva... el príncipe era un cuadro erótico para el gemelo, pidiendo a gritos que ya lo tomara...

Entonces se posicionó él mismo para entrar en ese paraíso virgen y  tan deseado... tras colocarse un preservativo, lo fue tomando con cuidado, lo esperó todo el tiempo que necesitó para adaptarse y cuando Emmy movió un poco sus caderas y pidió por más, todo fue único...

Ángel embestía ese punto que dejaba sin sentido a Emmanuel, lo masturbaba y le besaba, le decía lo mucho que lo amaba y deseaba...

Se sentó sobre sus piernas y en el mismo movimiento levantó a Emmanuel para que quedase a horcajadas suyas... el cambio de posición hacía delirar al príncipe, la estimulación era increíble... llegaron al orgasmo en esa posición, el mayor abrazado del cuello del gemelo, acabando entre sus vientres y él dentro del condón... sus respiraciones descontroladas, el sudor, sus sonrisas... lo habían hecho... su primera vez por fin había llegado...

-Gracias Emmy por darme tu cuerpo, tu corazón... todo... fue hermoso y quiero estar así contigo por siempre...

-Mi amado Ángel... no sabes lo que he esperado por este momento! Te amo tanto y deseaba demostrarte que yo te cuidaré siempre, que todo de mí te pertenece... eres mi dulce tentación, mi vida...

Los besos, caricias y abrazos volvieron y se entregaron hasta que sus cuerpos dijeron basta...

Emmanuel y Ángel se quedaron dormidos abrazados, felices, más unidos que nunca...