35- Un amor único
Shura se recuperaba lentamente y Camus no se despegaba de su lado.
En el tiempo que estuvo herido e inconsciente, hizo preparar un camastro para que no ocupase demasiado lugar y se mudó a la misma habitación que el herido.
Le hablaba, le leía literatura francesa y una que otra obra en español... lo acariciaba y le pedía que despertase pronto...
Dormía profundamente cuando escuchó una voz suave que lo llamaba; se sobresaltó pero pronto vio a Kanon a su lado sonriendo y ofreciéndole la mano para que se incorporase.
Al hacerlo se encontró a Shura con los ojos abiertos, mirándolo con dulzura... aún no podía hablar, pero le sonreía y Camus que se emocionó hasta las lágrimas.
-Creí que te perdía, Shura... no me vuelvas a asustar así...
Lo acariciaba y besaba suavemente los labios resecos
-Te amo tanto...
Kanon los dejó solos esperando por el doctor que llegó en seguida para revisar al recién despierto paciente.
Un mensajero le alcanzó una carta cuyo remitente era su gemelo, cosa que lo llenó de felicidad... la abrió rápido y se sentó a leerla...
"Kanon,
Más tiempo pasa sin que estés a mi lado y más me arrepiento de no haberte dicho mis verdaderos motivos para alejarte de mi...
Yo tenía miedo, miedo a perderte... miedo a que Shura se fuera a desquitar contigo de una decisión que tomó el príncipe y te hizo partícipe... miedo a que luego de esa noche se sucedieran otras y terminaras por alejarte de mi...
Sé que fui un tonto por pensarlo pero los celos me enceguecieron... yo había sido el único hombre en tu vida, a quien te entregabas sin reservas... sabes que para mi lo de Shura no cuenta porque tú no pudiste evitar lo que sucedió pero... el príncipe te amaba y tú a él... yo sentí que me volvía loco aquella noche mientras tú estabas con él...
En la mañana sentí su perfume en tu cuerpo, su esencia y... sentí que ya no eras mío... yo sabía que sólo aceptaste porque era Camus y porque yo te dije que estaría todo bien, pero con el pasar de las horas, mi mente me empezó a mostrar imágenes de ustedes juntos, mil ideas se apoderaron de mi hasta dormirme... y en la mañana al cruzarnos, todo volvió a mi memoria y te traté de esa forma...
Yo no espero que me entiendas... he tenido mucho tiempo para reflexionar y entender que tú no querías hacerlo, que siempre haces todo lo que se te pide... que el trauma que dejó Shura en ti te hace vulnerable y por eso siempre estás para todos, a pesar de ti mismo...
Perdóname hermano, perdóname Kanon... te amo como a nadie en el mundo y ya no soporto tu ausencia... este silencio me está matando...
Voy a buscarte y si es necesario, me postraré ante ti para pedir perdón por ser tan...yo... a pesar de todos mis defectos, te amo con toda mi alma y no puedo vivir sin ti.
Sólo tuyo, Saga"
Lágrimas rodaban por el rostro sereno de Kanon que releía cada palabra escrita por su igual...
-Perdóname amor...
-Saga?
Volteó a ver de donde venía esa voz y se encontró con su espejo, sus ojos aguados en una mezcla de emoción, miedo, expectativa...
-Lo siento tanto... yo no...
Las palabras se ahogaron en los labios de su gemelo, que se tiró a sus brazos besándolo con desesperación, como si tuviera miedo de que no fuera real... lo abrazaba y le acariciaba el cabello que era bien diferente al suyo ahora...
-No pidas más perdón, te lo pido... pero no me dejes nunca y no dudes de mi amor por ti... eso me lastima mucho...
Volvió a abrazarlo y Saga lo sentía temblar entre sus brazos, ahogando sollozos...
- Mi amor... mi vida... te lo juro, jamás volveré a dudar de ti...
Lo besó con todo su amor y lo siguió cobijando en su abrazo; eran gemelos, pero Saga había desarrollado ese instinto de sobreprotección sobre su menor...
Kanon era un fuerte guerrero, pero su corazón era sensible y lo podían lastimar fácilmente si sabían cómo hacerlo... no volvería a permitir que eso pasara, él no lo volvería a lastimar...
-Ven Saga... te necesito...
El mayor sonrió ante el rubor en las mejillas y ese gesto infantil que tanto amaba en su igual, cuando le daba pena pedirle algo que deseaba mucho...
-Estoy aquí por y para ti... te sigo, mi vida...
Lo tomó de la mano y lo alejó del sector donde estaban para llevarlo a su propio aposento.
Ni bien entraron, volvió a tirarse en sus brazos, sin cuidado, sabiendo que su hermano lo sostendría siempre... se besaban con desesperación, había fuego en sus caricias que recorrían los cuerpos en espejo...
Saga acariciaba el corto cabello de su gemelo, se perdía en su aroma que tanto amaba y había extrañado... enredó sus dedos con las finas hebras y lo atrajo en otro beso cargado de pasión y deseo...
-Te necesito... necesito tenerte ahora...
Kanon sonrió
-Toma lo que es tuyo sin medida...
Saga lo levantó en brazos sin dejar de besarlo y lo llevó hasta la cama donde lo bajó con una suavidad y ternura infinitas...
A pesar de sus ganas, se tomó el tiempo de volver a enamorarse de la belleza sin igual de su amado, esa que compartían pero Saga entendía que Kanon tenía un ángel que él mismo no poseía... su mirada era transparente, no había maldad en ella y todo de él era lo más puro para su amado...
Le fue quitando la ropa lentamente, besando y adorando cada detalle de su piel...
Kanon gozaba de las caricias y besos que recibía y sus gemidos iban en aumento, conforme Saga hacía avances en su cuerpo...
Se besaban y tocaban con lujuria, con un amor que tal vez pocos comprendían pero que ellos necesitaban como el aire que respiraban.
La ropa de Saga voló de su cuerpo y ya juntos, abrazados, deseándose, tocándose... encontrándose...
Dieron rienda suelta a su amor, a la lujuria y el deseo compartido; al placer de los cuerpos que se consumían en el fuego que los invadía...
Habían estado tanto tiempo separados y ahora allí estaban, Saga conquistando nuevamente el paraíso más anhelado, clamando como suyo el cuerpo y el corazón de Kanon, embistiéndolo con pasión y desenfreno, mordiendo, besando, marcándolo como propio...
Kanon se sentía morir en cada beso, cada toque que recibía, se movía en sincronía con su igual, su cuerpo ardía de pasión y deseo pero también de felicidad y por sentirse pleno nuevamente...
El orgasmo los golpeó al mismo tiempo y mientras Saga trataba de recuperar el aliento, veía que Kanon sonreía agitado.
Se recostó a su lado y lo atrajo a sus brazos para cobijarlo en un abrazo lleno de amor...
-No te imaginas lo que te he extrañado, mi amor... te amo tanto...
Kanon sonrió en su pecho y abrazándose aún más al cuerpo de su amante, le respondió:
-No vuelvas a dejarme solo nunca más... otra vez no lo podría soportar... te amo con todo mi corazón, Saga... eres mi razón de vivir...
Y Saga sonrió, feliz de estar junto a la persona que más amaba... la noche recién empezaba...
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