15-Toma de decisiones
Degel estaba terminando su entrenamiento junto a los dos gemelos, Kanon le estaba enseñando la técnica de hacerse uno con el caballo al igual que lo había hecho con el príncipe menor...
El heredero al trono se lo había pedido puntualmente tras haber presenciado cómo su corcel los trajo por el camino de vuelta, cuando rescató a su hermano y él resultó herido de gravedad; el animal obedeció a su amo sin necesidad de ser guiado...
Caminó hacia el interior del palacio, a sus aposentos pero en el camino se detuvo frente a la habitación de su hermano.
-Camus... permiso...
No obtuvo respuesta pero entró de igual modo; todo lucía en orden, sus numerosos libros acomodados en la biblioteca y un par sobre el escritorio... su desayuno no había sido tocado y seguía allí en la bandeja, ya frío... caminó hacia el dormitorio y lo vio aún durmiendo, tapado hasta la cabeza.
Era muy tierno verlo así, a sus diecisiete años y meses, Camus seguía teniendo rostro de niño, sus facciones varoniles eran perfectas pero guardaba esa pureza infantil intacta. Totalmente lampiño con esa piel nívea parecía etéreo... pero no lo era...
Eso también era porque su enfermedad no le permitía desarrollar su físico en su total potencial y, aunque todo su cuerpo era armonioso, con rasgos perfectos, esa belleza escondía los estragos internos de su organismo.
Degel se acercó sin hacer ruido con la intención de sorprenderlo con cosquillas, pero la respiración agitada del menor lo puso en alerta.
Lo observó un segundo y vio su piel más pálida de lo normal y al acariciarlo lo sintió muy caliente.
Inmediatamente corrió hacia la puerta y llamó a gritos a los lacayos para que avisaran de prisa al rey que el príncipe no se sentía bien. En momentos todo el palacio estaba movilizado y Krest venía corriendo junto al doctor.
Tras media hora de revisaciones y tomar muestras para analizar, el doctor salió preocupado de la habitación.
-Majestad, el príncipe está muy delgado y débil... su piel da signos de que no está ingiriendo suficiente líquido y vitaminas y seguramente no está comiendo tampoco... en su estado, ésto es grave... él debe mantener la dieta equilibrada para fortalecer sus defensas y huesos! ¿está atravesando algún problema que yo deba saber? tiene que alimentarse o puede morir!
Krest sólo se abrió paso hacia donde dormía Camus, la debilidad hacía que nada fuese suficiente para dar calor a su cuerpo y temblaba.
La fiebre comenzaba a ceder a fuerza de los fuertes antibióticos que le habían suministrado por vena pero no estaba fuera de peligro.
Le acarició el rostro y pudo sentir que el doctor tenía razón, su piel no estaba tersa como siempre... ¿tanto había descuidado a su pequeño? ¿cómo había permitido que su retoño se dañara a sí mismo de semejante manera? Recordó las palabras de Kanon, que él era quien lo estaba lastimando realmente y las lágrimas se dejaron ver al instante...
-Perdóname...
Tras dejarle un beso en la frente, salió hacia su despacho con el rostro ensombrecido y muy triste
Tantos años había cuidado, velado por su retoño, tantos episodios peligrosos, tanto sufrimiento, para que ahora su hijo estuviera así por su culpa...
Hablaría con el rey de España y pararía la boda, sería egoísta por primera vez en su vida y dejaría la seguridad del reino en manos de sus guerreros, mientras que él libraba la batalla más difícil de su vida que era salvar a su pequeño...
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España
-Todo está listo majestad! la misiva ya fue enviada al rey Krest; el joven príncipe lo aguarda junto a la guardia real.
-Gracias, en un momento salgo...
El rey Francisco tomó un cofre con documentos y varios presentes, lo puso bajo su brazo y salió rumbo a la entrada del palacio para luego subir a su carruaje.
-Vámonos hijo, tu futuro te espera... haremos todos los arreglos para la boda junto al rey Krest...
-Sí, padre... yo... sólo quisiera...
-Nada hijo, lamento que las cosas sean de este modo, pero no hay alternativa... ustedes lo prometieron...
-Así es, señor...
-No se hablará más de ésto, Shura... la palabra se debe de cumplir...
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-El rey Francisco de España y su hijo Shura están en camino, majestad... el soberano pidió audiencia para ultimar los detalles de la boda real.
-Muchas gracias...
Krest suspiró cansado; debía enfrentar a su nuevo amigo, renunciar al tratado de paz y aceptar la guerra que se desataría sin ayuda del reino ibérico...
Sólo deseaba tener tiempo, si el reino era atacado la familia real sería el tesoro a buscar y Krest debía velar por sus dos jóvenes hijos, uno de ellos en mal estado de salud...
-¿Qué sucede padre?
Degel veía con preocupación a su progenitor; siempre había sido un hombre tierno pero firme, querido pero respetado y hasta temido... sin embargo lo que Degel veía frente a él era una sombra de ese rey, estaba triste, callado y si no estaba en la habitación de Camus, sentado a su lado, se lo pasaba en la propia sumido en sus miserias.
-El rey y el príncipe de España están viajando hacia aquí, por la boda real...
-Ya? Tan pronto?
El príncipe se dejó caer en el sillón y tomó su cabeza con las manos, poniendo los codos en sus rodillas
-No quiero padre... yo... yo estoy enamorado de alguien... no me quiero casar...
El rey levantó su ojerosa mirada y la posó en su hijo; Degel tenía los ojos llenos de lágrimas y no hacía contacto visual...
-¿Qué has dicho?
-Que estoy enamorado de alguien, padre... perdón... no lo pude evitar, sólo pasó...
-Ya no puedo más... Camus se está dejando morir, no quiere luchar por su vida... tú no deseas el matrimonio con Shura y ahora me dices que estás enamorado... todo se está desmoronando en el reino...
-¿Tú no puedes desposarte con el rey Francisco? ambos son viudos y jóvenes...
-¿Qué dices, hijo? una de las condiciones por las que se enlazan a los príncipes es para asegurar la descendencia! ni él ni yo somos donceles para dar vida! pero tú sí puedes!
-¡Pero no quiero! ¡No ahora que encontré a alguien con quien deseo compartir mi vida y mi amor!
-¿Y se puede saber de quién te has enamorado?
-De Marié, padre... de ella...
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