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O39

CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

Jungkook no es fan de celebrar su cumpleaños, ni tampoco lo eran sus padres, así que no recuerda haber tenido una fiesta jamás. Le daban el mismo obsequio todos los años, un sobre con dinero, el cual gastaba en zapatillas deportivas nuevas. El día donde cumple diecisiete años prefirió pasarlo en tranquilidad, y saber que tendrá una niña sana, ese era su mayor regalo.

Aunque por supuesto, para Geon qué una persona no quisiera celebrar un día tan especial era absurdo, o mucho más. ¿Quién no quiere estar rodeado de pastel, comida deliciosa y obsequios? Así que en secreto junto a su madre le había organizado una pequeñita fiesta en el apartamento, invitó a sus amigos -bueno, 'amigos' es mucho decir, solo era YugJeom y Mingi, ¿ella cuenta?-. Estaba todo preparado, debía hacer algo de tiempo para que su familia terminará de cocinar.

Oh, ¿el único problema? aún no tiene un regalo que darle.

Lo pensó durante una semana de corrido, e incluso anoche no había dormido buscando referencias en internet sobre los mejores obsequios que dar, pero Jungkook es muy difícil. Su única pasión es la esgrima, se la pasa leyendo libros, entrenando, estudiando. Son parecidos en cuanto a personalidad, en una gran parte, sin embargo él sigue siendo un chico, y ella una chica. ¿Qué se le da a un chico en su cumpleaños? Llegó a pasarle la idea de darle un libro de matemáticas, hasta que cayó en que eso era demasiado aburrido hasta para ella.

Y entonces, esa tienda de deporte apareció. Probablemente era muy típico darle un conjunto de esgrima, o un bolso para llevar su ropa, así que, ¿por qué no unos zapatos? el conjunto era perfecto para él, más teniendo en cuenta que el suyo ya le quedaba algo pequeño. Creció mucho en un año.

- ¿Por qué no vas a comprarme una malteada? -estando a unas calles más lejos, le preguntó para distraerlo.

- ¿Ahora?

- Mmh, si... necesito ir a la tienda por unas cosas.

- ¿Qué cosas? -cuestionó.

- Cosas de mujer, no seas metiche. -molesta lo empujó- Ve ahora, quiero una de chocolate.

- Bien, bien. -suspiró- Ten cuidado al cruzar la calle.

- Si, si... -girando los ojos, esperó a que se diera la vuelta para meterse en la tienda, así a paso rápido caminar a aquella vidriera que habían pasado de largo antes. Sin embargo, era tanta su desconcentración que a punto de llegar a la otra calle, no se percató del cambio de semáforo. Y si no fuera por unos brazos externos que la abrazaron para moverse, hubiera sido otro su final. Jadeó cuando fue arrastrada a la senda, su corazón latiendo a mil después de escuchar un eufórico '¡Cuidado!'. Subió la mirada, atemorizada- JungKook...

- ¡Lo sabía! Sabía que no ibas a mirar bien la calle, por esta misma razón no puedo dejarte sola, Youn Geon. -él realmente estaba muy enojado- ¿Y si no estaba ahí para mirarte, mmh? ¿Qué te hubiera pasado? -la soltó para tomar su propio cabello, terminó por liberar aire pesado de sus pulmones y tratar de calmarse. Se había asustado mucho- Yo... siento que algo malo puede pasarte en cualquier momento, y me está atormentando.

- Nada malo va a sucederme. -lo tomó de sus mejillas, obligándolo a verla fijo- Tranquilo, estaremos bien las dos. -su barriga que era notoria, lo hizo apenas sonreír- Lo siento, estaba yendo a por tu obsequio, supongo que arruine la sorpresa.

- No necesito nada, está bien.

- Pero yo de verdad quiero darte algo, sería nuestro primer obsequio... de ambas para ti.

- Está bien. -asintió, sonrojado y con una leve timidez.

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