CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

- Tienes mucha fiebre, -Geon se hallaba a su lado en la cama, con una taza de té abundante esperando por ser tomada por el chico- por eso perdiste la conciencia en la parada de bus. Tuve que pedir un taxi para llegar a casa y...

- ¡El trabajo! -exclamó sobresaltado, sentándose de golpe en la cama llena de peluches y almohadas con lindos estampados.

- Ya me encargue de eso. -del bolsillo de su jersey, la muchacha sacó un móvil con carcasa azul, era el de JungKook.

- Mí móvil... -lo recibió entre sus manos.

- No tiene clave, así que me ayudó a contactar con tu hermano. Dijo que tu jefe te permitió tomar dos días hasta recuperarte.

- Mierda, -gruñó frustrado- que vergonzoso, apenas acabo de comenzar.

- Pero necesitas descansar, sigues siendo humano.

- Un humano con muchas responsabilidades que no puedo ignorar, no dejaré que una estúpida gripe me impida hacer mis tareas. -quitando las colchas de encima de su cuerpo, ni siquiera se percató de que no llevaba su uniforme, se levantó decidido a caminar hacia la puerta- Iré a trabajar, luego a casa a limpiar mí equipo de esgrima y luego... y luego yo...

- Vas a quedarte aquí y descansarás. -la puerta es abierta, y de está ingresa la madre de Geon sosteniendo una bandeja entre sus manos. Sorprendido, el joven sentía sus piernas débiles y su cabeza mareada, lo suficiente para hacer lo que la contraria pedía. Su mano fue tomada y empujada directo a la cama nuevamente, la chica lo hizo recostar mientras su madre colocaba la bandeja en el regazo de él- Come y duerme, te hará bien.

- Gracias, señora Han.

- Llámame madre. -dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

La sopa que había llevado a su boca parecía haberlo hecho atragantar, y entre el jadeo avergonzado de Geon y la enorme felicidad de su madre, no podía encontrar ayuda de nadie. Tosió, en busca de aire que lo haga poder mirar a la mujer. Ella acaba de pedirle que la llame 'madre', ¡¿Madre?! ¿Piensa que está en una relación con Youn Geon? ¿Nunca le ha aclarado que ambos sólo están juntos por el embarazo? No son nada, nada de nada, ni siquiera han sido amigos, pero de cualquier forma, no son extraños, y se conocen más que cualquier amigo común.

Oh, de nuevo esa inquietud. Al no saber cómo denominarse, conocidos, amigos, amantes, pareja, ¿ex enemigos que ahora son futuros padres?

- Mamá, deja de hostigarlo. -bufó- Jungkook, lo siento.

- N-No, está bien. Iré un segundo al baño, con permiso.

En un intento desesperado de desviar la conversación y huir de ese incómodo momento, corrió la bandeja a un costado para levantarse como podía e ir fuera del cuarto. Fue así que observó por primera vez con consciencia la acogedora casa de Geon, era un apartamento apenas más grande que el de su hermano, y este demostraba la palabra 'hogar' en cada parte, con el suave aroma a comida siendo horneada, los retratos en las paredes, los premios en las repisas...

Geon era amada enormemente por sus padres. Llegó a esa conclusión demasiado rápido, pues en grande había una foto de ella de hace algunos años, en su primera competencia femenina ganada, sostenía en lo alto su medalla de oro. La recuerda con exactitud, aunque él había competido en la categoría masculina, sabía que si por una segunda vez debía luchar contra ella, sería vencido.

- Una prodigio, ¿no? -una voz desconocida a sus espaldas lo hace girar con sorpresa. Así, se encuentra a una versión de Youn Geon un poco más mayor, lo miro de reojo, parecía conocerlo- Todo el mundo tenía grandes expectativas en ella, sería jugadora olímpica, la mejor de su generación. Y tendría la gloria en sus manos... -vio el cuadro, y suspiró- Pero supongo que eso sucede cuando presionas mucho a un niño, termina haciendo exactamente lo que más temias que haga, ser... un niño.

Jungkook inhaló, sintiendo remordimiento y culpa.

- Geon tomó una decisión...

- Geon es una niña inmadura, igual que tú. -escupió- Te tendré en la mira, Jeon.

La muchacha de ceño fruncido se alejó, entrando a lo que parecía ser su habitación en la casa.