CAPÍTULO VEINTICINCO

Geon tenía la costumbre de ser sobresaliente en todo lo que hiciera, deportes, artes, estudios, era buena en todo, y como si no fuera suficiente, llevaba consigo un rostro bonito, con facciones tiernas que a cualquier chico le gustaría. Por eso, a las demás les resultaba amenazante estar al lado de una muchacha tan competitiva como ella, ¿Y si les robaba el novio? ¿Y si las opacaba? Definitivamente, ser amiga de Han Youn Geon no era algo por lo que quisieran pasar, más bien, sonaba mejor ponerse en su contra, y el día que toda esa perfección decaiga… ¡Zas! Apuñalarla. La escuela entera, en especial quienes la envidiaban, se regodean con placer ante su decadente estado. De ser la mejor atleta juvenil el anterior año, a ser la decepción de su entrenador, quien públicamente admitió estar descontento con su cambio brusco.

No solo dejó la esgrima. Ella abandonó las expectativas y esperanzas que los demás ponían sobre su brillante futuro, el entrenador tenía pensado hacer una carta de recomendación a la universidad de Seúl, para que en un corto lapso de tiempo, sea admitida en el equipo de los juegos olímpicos. Las nacionales eran pan comido para ella, todos hablaban de la estrella en ascenso, la pequeña Han.

Eso ya no es más que una ilusión rota.

JungKook siempre pensó que la esgrima era tan importante para Geon como para él, aunque probablemente se equivocó, porque ella no parecía arrepentida de dejarla.

En la cafetería después de tocar la campana, con su estómago hambriento esperaba que la fila avanzara. Necesitaba levantar su decaída energía obscura, estaba cansado y hambriento, ahora que su madre no le hace un desayuno proteico, no tiene idea de cómo cocinarse, así que no le queda más opción que comprar pan y leche en la escuela. ¿Lo peor? La cafetería está llena, hay tanto alboroto que ni siquiera puede echarle la culpa a Jeom por ser ruidoso, todos hablan fuerte, parloteando chismes que parecen nunca acabar.

— Escuché que sus padres la harán tener el bebé y lo harán pasar como su hijo.

— Yo escuché que el padre, en realidad, es el entrenador… —murmuraban un par de niñas de primer año, mientras con atención veían un punto fijo. JungKook siguió sus miradas, temiendo que sea a ella a quien critican con esmero, y sin dudas, era Geon— Ha subido de peso, que mal. Antes presumía todo el tiempo de su figura.

— Disculpa —tocó el hombro de la pelinegra de baja estatura, con una tiara amarilla demasiado radiante y chillona—, tienes manchada tu falda con algo… creo que es rojo, o marrón… —mostrando una expresión asqueada, sonrió internamente cuando ambas chicas se miraron llenas de miedo para con leves gritos correr al baño— Mocosas, tch. —chasqueo la lengua.

El apetito se le fue en cuestión de segundos. Exhalo con los brazos cruzados saliendo de la fila, Jeom estaba muy entretenido jugando con su teléfono, pero lo seguía de atrás. Sin embargo, cuando se detuvo sin avisarle, la cabeza del pelinegro chocó contra su espalda, y el aparato cayó al suelo.

— ¡Idiota! ¿Por qué te detienes de la nada? —de cuclillas recogió su teléfono, y al subir, encontró la razón por la cual su amigo estaba tenso.

Ji Hyo y Chae Won hablando con Geon.

parte 01 / 05 del maratón ! espero sus comentarios y me gusta jiji