CAPÍTULO VEINTITRÉS

Los padres de JungKook fueron claros, no deseaban escuchar u oír de él hasta que desista a la idea de acompañar a Geon en su embarazo, por lo tanto, no podía ir a casa o seguir dependiendo de su dinero. Así que su última oportunidad estaba en JungHyun su hermano mayor de veinticinco años, quien hace tres meses había vuelto a Corea después de haber estudiado en Francia con una pasantia en Bellas Artes, volvió para abrir una galería donde exhibe sus cuadros, por supuesto que él es el verdadero orgullo de sus padres. Sin embargo, no le era nada fácil convivir con ellos, por lo que prefería mantener la distancia de sus absorbentes personalidades que a menudo en su infancia lo convertían en un niño al cual ningún otro quería acercarse.

Su hermano mayor es un chico bueno, tan bueno que muchas veces se sintió opacado por su brillo de bondad y destreza, había evitado llamarlo porque sentía que daría a conocer su fracaso, aunque ya no tenía más opciones. De pie frente a la puerta del apartamento, había estado ensayando en su mente cómo contarle la noticia durante todo el camino hacia allí, pero ahora que estaba frente a la realidad, se sentía abrumado por la ansiedad. Finalmente, reuniendo toda su valentía, golpeó la puerta con determinación. Después de unos momentos de espera nerviosa, la puerta se abrió y JungHyun apareció en el umbral, con una sonrisa amistosa en el rostro.

— ¡Jungkook! ¿Qué te trae por aquí? —preguntó con su típico tono lleno de alegría. El menor tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta mientras se preparaba para compartir la noticia.

— Hyung, necesito hablar contigo. Es importante —dijo, su voz temblorosa con la emoción contenida.

Frunciendo el ceño ligeramente, y notando la seriedad en la expresión de su hermano, le cedió el paso.

— Claro, pasa. ¿Qué sucede? —cerró la puerta detrás de ellos.

Una vez dentro, Jungkook se sentó en el sofá, sintiendo la tensión acumulándose en su interior mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.

— Tengo algo que contarte. Algo que... probablemente te sorprenda —comenzó, con su voz apenas un susurro. JungHyun se sentó a su lado, mirándolo con curiosidad y preocupación.

— ¿Qué sucede, Jungkook? ¿Estás bien? —preguntó, poniendo una mano reconfortante sobre su hombro tenso. El aludido inhaló profundamente, reuniendo toda su determinación antes de continuar.

— Voy a ser padre, hyung. Geon… ¿Recuerdas a esa chica de la que te hablé? La que es buena en todo y me molestaba sólo oirla, bueno, ella y yo... estamos esperando un bebé. —hubo un momento de silencio mientras el pelinegro procesaba la noticia. Luego, una sonrisa apareció en su rostro, llena de apoyo.

— ¿Cómo…? De acuerdo, no preguntaré como sucedió porque creo que es algo evidente —una risilla escapo de sus labios—, aun así… ¿Mamá lo sabe? —asintió— Y ella dijo que no podías volver, ¿no? —con extrema timidez, volvió a asentir. Conociendo de sobra la exigencia de sus padres, el pelinegro mayor rodeó con sus brazos al menor, se abrazaron con fuerza. Después de un momento, JungHyun se apartó ligeramente y miró a Jungkook a los ojos— Escucha, sé que las cosas pueden parecer abrumadoras en este momento, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Si necesitas ayuda, consejos o simplemente alguien con quien hablar, siempre puedes contar conmigo.

Jungkook asintió con gratitud, sintiendo un peso enorme levantarse de sus hombros al saber que tenía el apoyo incondicional de su hermano.

— Gracias, Hyung...