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010. Disaster Club

OneShot Vinira


El incesante tic tac del reloj en la pared resonaba por todo el salón de clases, acompañado de varios suspiros.

-No puedo soportar ésto... ni un solo minuto más...- murmuró una estudiante en el fondo de la clase, mientras el profesor continuaba con su lección de hechizometria sin siquiera inmutarse.

-Agh, yo menos- le respondió Emira a quien sea que había hablado, sin importarle ser escuchada.

-Shhh- le siseó Edric desde el asiento a su lado, callándola. Ella le mostró la lengua en respuesta. A Emi no le gustaban las clases de hechizometria -¿Y a quién sí?- le parecían demasiado largas, inútiles y aburridas.

-Solo unos segundos más- le susurró Emi a su hermano, después de un rato, mientras ella observaba impacientemente el reloj.

-Tranquilizate un poco, Em- le respondió Edric.

-¿Tiene algo que comentar con la clase, señor Blight?- exclamó el profesor.

-¡No, nada! Señor...- se apresuró a decir Edric.

Emira ahogó una risa mientras el profesor le daba una mirada severa a todos los alumnos, pero específicamente a su hermano.

El chico solo se encogió -asustado- en su asiento.

-Dos segundos- le volvió a susurrar Emi, cuando el profesor ya no miraba. Edric la miró molesto, mientras efectivamente, la campana comenzó a sonar. -Oh, gracias titán- agradeció Emira dramáticamente, para luego recoger rápidamente sus cosas.

-Un día de éstos te enviaran a detención, Em. -le dijo Edric -¡Y a mí contigo!- agregó seriamente. Emi soltó un suspiro cansado.

-Eres igual a Mittens, Ed ¿lo sabías?- le dijo ella, saliendo rápidamente del salón.

-¡Claro que no!- exclamó él, corriendo detrás de ella para alcanzarla. Emi se detuvo y se dió media vuelta.

-Podria enumerar varias cosas en las qué te pareces a ella- dijo Em -pero me aburriría antes de llegar a la mitad, así que no lo haré-.

Él la miró sin saber que responder.

-Ven, vamos a al comedor- le ordenó Emi -tengo hambre...-.

💚

La cafetería estaba a tope de alumnos, con cada mesa y asiento ocupados, y aunque el aroma a comida flotaba en el aire, al llegar a la barra la cocinera fue firme:

-Disculpen chicos, solo queda esto- dijo ella, mostrándoles los restos de comida que se veían pegados en el fondo de las bandejas. Emi observó con indignación lo que les ofrecía, y miró a la cocinera con mucho enojo.

-¿Sabe usted quien soy?- le dijo ella muy lentamente, tiñendó de frustración cada sílaba.

-Somos- sugirió Edric. Em lo ignoró.

-Oigan...- les dijo la cocinera con la misma paciencia de alguien que ha tenido un largo día y lo único que desea es terminarlo ya -... Entiendo que tengan hambre, pero llegan muy tarde, algunos otros alumnos incluso vinieron por una doble ración. Simplemente pensé que ya todos habían almorzado-.

-¡Obviamente no!- le gritó Emi, muy, muy molesta.

-Hay una máquinas expendedoras en el pasillo- fué lo último que les dijo la cocinera, antes de recoger las bandejas vacías y llevarlas a la cocina, dejando a los dos chicos ahí.

Edric literalmente tuvo que tomar a Emi por la cintura cuando está se lanzó contra la cocinera, intentando atacarla. -Basta, Em. Conseguiremos galletas o algo así- intentaba tranquilizarla, mientras ella se retorcía y chillaba en sus brazos, y finalmente se detuvo, resignada.

-Quiero las que traigan más chispas de chocolate- sentenció Emi, soltándose de sus brazos y dirigiéndose al pasillo.

💚

La máquina estaba llena de bocadillos de todo tipo, y a Edric se le hacía agua la boca. ¡Quería uno poco de todo!

Y lo hizo.

Usó su dinero del almuerzo para llenar su mochila de galletas, dulces y chocolates, mientras que Emi se conformo con una de esas barras de avena, miel y semillas que supuestamente eran saludables y proteicas.

-Te vas a enfermar comiendo todo eso- le dijo Emi con asombro, al verlo intentar cerrar bien la mochila -con todo el botín de azúcar- sin que se saliera nada.

-¡Moriré siendo feliz!- exclamó él, logrando así cerrarla, mientras abría el primer paquete de galletas.

-Idiota- murmuró Emi con una sonrisa.

-Envidiosa- le devolvió Edric, mostrándole una galleta llena de chispas de chocolate. Ella se la arrebató de las manos y la mordió, alejándose de él y apoyandó su peso contra la pared contraría.

-Creó que talvez deberíamos...- comenzó a decir ella, cuando un extraño sonido mecánico se disparó, y la pared en la que se había recargado empezó a desplazarse hacia atrás, abriéndose como si de una puerta oculta se tratará, terminando con Emira de espaldas en el piso.

-¿¡Qué demonios!?- soltó ella, al tiempo que su hermano corría a ayudarla.

-Parece un pasadizo secreto- susurró él, mirandó a su hermana con una pregunta en sus ojos.

Ambos asintieron con la misma idea en la cabeza.

Los dos miraron a ambos lados del pasillo, y al asegurarse de que nadie los observaba, atravesaron rápidamente aquella puerta misteriosa, encontrándose al otro lado un pasillo de paredes recubiertas por telarañas y tenuemente iluminado por pequeñas luces -completamente diferente a los corredores habituales de Hexside- y más allá, descubrieron una habitación.

La puerta por la que habían ingresado se cerró lentamente detrás de ellos mientras avanzaban por el pasillo; y si se dieron cuenta, no les importó, pues el pensar cómo iban a salir sería problema para después. Ahora la curiosidad por descubrir que era aquel lugar era lo único que tenían en la mente.

-¿Qué crees que sea este lugar, Em?- le susurró Edric a Emi, después caminar por un rato en círculos por aquella habitación, dónde a su alrededor había, en paredes, suelo y techo, un sin fin de puertas y escaleras que llevaban a tantos lugares, y a ninguno al mismo tiempo.

-No lo sé- le susurró ella con asombro, siguiendo su mirada.

Fue el abrir inesperado de una de esas puertas lo que los sacó de su estupor, pues tres siluetas aparecieron a través de ella, y los miraron como si fuesen dos fantasmas.

-¿Quienes son ustedes?- preguntó una chica de cabello castaño, tomando la palabra del grupo, y dando un paso hacia los gemelos.

💚

Ahora que se les permitia tomar dos clases diferentes a cada uno -lo cuál era absolutamente fascinante- Viney y sus amigos ya no pasaban tanto tiempo juntos dentro de Hexside. Las horas libres como el almuerzo eran tan preciadas por eso mismo, porque los tres podían escapar por un rato a su exclusivo y super secreto, salón de los atajos.

-... Increíble, he descubierto una tipo de abono que permite que que mis abominables se mantengan enteras por más tiempo...- comentaba Jerbo entusiasmado, recibiendo ladridos en respuesta por parte de Barcus, mientras Viney asentía.

-Eso es genial- le respondió ella, mientras garabateaba unos apuntes para su clase de medicina mágica. Si, tenía mucha más tarea ahora que antes, pero le encantaba tanto aprender, que no le importaba dormirse hasta tarde por ello.

Los tres chicos ingresaron a su escondite secreto por una de las tantas puertas que conocían, pero al entrar, se encontraron con algo que no esperaban. En el centro de la habitación, bastante embobados, habían dos chicos -gemelos al parecer- los cuales se asustaron cuando Viney y los chicos entraron.

-¿Quienes son ustedes?- se apresuró a preguntar Viney, viendo cómo la chica se paralizaba y abría mucho los ojos, como un gato asustado, mientras que el chico se escondía sutilmente detrás de ella. Viney alzó una ceja, esperando una respuesta.

-Te están hablando- le susurró Edric a su hermana, empujándola en dirección a aquella chica, para no tener que hablar él. Emi por poco se estrella contra la otra bruja, pues había quedado a solo centímetros de ella. Trago saliva y busco las palabras adecuadas.

-Eh hola...- saludó -... yo soy Emi, y el es Edric- logró decir, alejando los nervios al ver que la otra chica relajada los hombros.

-Mmm, yo soy Viney- respondió ella fríamente.

-Lo siento...- se disculpó Emi -... no sabíamos que este lugar... existía siquiera. Solo nos encontramos con el por accidente- aclaró. Viney miró a Jerbo y Barcus, y éstos asintieron.

-Esta bien... ¿Cómo?- preguntó Viney. Emira la miró sin comprender. -Como entraron- volvió a preguntar.

-Oh, bueno. Estábamos en el pasillo y de pronto una puerta apareció de la nada...- dramatizó ella haciendo un gesto con la mano -... pero al entrar, esa puerta desapareció... y luego ustedes aparecieron- explicó.

-Ok, eso suena creíble- aceptó Viney, viendo cómo los dos chicos parecían relajarse un poco.

-¿Y ustedes cómo lo encontraron?- preguntó inocentemente Emira.

-Es una larga historia- dijo Viney.

-¡Bump nos arrojó aquí!- exclamó Jerbo desde dónde estaba, provocando más de una risa.

-Definitivamente suena como algo que el director Bump haría- dijo Em entre risas.

Viney observó a la brujita de ojos dorados y sonrió. Le agradaba.

💚

-... Y entonces, él rompió el jarrón con la punta de la varita- relató Emi.

-No hemos vuelto a ese salón desde entonces- agregó Edric.

-Cielos...- exclamó Viney -... tienen que invitarme a su casa algún dia, chicos-.

-Seguro- aceptó Em contenta con la idea. Los cinco chicos estaban en la habitación de los acertijos compartiendo el botín de azúcar de Edric, mientras conversaban sobre un montón de cosas.

Aunque la mayor parte de la atención de Emi estaba en esa chica, Viney.

Era fascinante, ella era una de los pocos estudiantes a los que se le permitía estudiar más de un tipo de magia. ¡Pensaba que solo Luz podía hacer eso!. Y también era una nerd, debía admitirlo; pero una nerd muy linda y encantadora.

Pocas personas despertaban un interés tan genuino como esa chica lo estaba haciendo ahora en Emi.

-¿Y a sus padres no les molestará?- preguntó Viney. Edric y Em intercambiaron una mirada ante la pregunta, a la que le siguió una sonrisa titubeante. Sus expresiones lo dijeron todo. -Oh bueno... no importa- aceptó Viney.

-Vere que puedo hacer- prometió Emira, mientras le sonreía a Viney.

-Veremos- corrigió Edric. Emi le mostró la lengua.

Siguieron conversando un rato más, hasta que Emi hizo una mueca y se llevó las manos al estómago.

-¿Te sientes bien?- le preguntó Viney al verla así.

-Si...- respondió Emi -... si, es solo que no he comido nada en todo el día...-.

-Hemos- dijo Edric.

-... los dulces no cuentan realmente- terminó ella.

-¡Definitivamente no!- exclamó Viney, poniéndose de pie. -Vengan conmigo- les pidió.

Viney los guío por un pequeño tramo de escaleras, hasta una puerta de color verde guisante, y al abrirla, un delicioso aroma flotó hasta la pobre Emi, que casi se desmaya al sentirlo. Los dos chicos siguieron a Viney a través de esa puerta, llegando a la cocina del instituto, dónde habían -y era evidente que la cocinera les había mentido- varias bandejas con comida. Emi ahogó un grito.

-Nos mintió- le susurró a su hermano.

-No realmente...- le aclaró Viney al escucharla -... está comida es para los maestros. Y además es más nutritiva- agregó.

-Naturalmente- suspiró Emi, tratando de localizar a las cocineras con la mirada, mientras Viney y Edric se escurrían hasta dónde estaba la comida y tomaban un poco de la que aún no había sido servida -para no dejar ninguna evidencia- y estaban por tomar también algún postre, cuando un ruido -pasos y risas- se escucharon desde una sala contigua, por lo que los tres chicos salieron corriendo de ahí, antes de ser atrapados con las manos en la masa, literalmente.

Puré de papas hechizas, ensalada y un poco pescado demoniaco, es lo que habían logrado robar, y lo que comieron como si fuese un manjar. Cuando terminaron, los gemelos siguieron a los chicos -los problemáticos, cómo se llamaban así mismos- afuera del salón de atajos, pues quedaban solo unos minutos para que la hora libre terminará.

La puerta los llevo hasta el salón de la clase de cuidado de bestias míticas, dónde Jerbo y Barcus se despidieron para ir a sus respectivas clases.

-Asi que aquí pasas la otra mitad del tiempo- dijo Em, observando con interés el salón. Nunca había entrado ahí antes. De hecho, el único otro salón que conocía aparte del suyo -él de la clase de ilusiones- era el de abominables, dónde estudiaba su hermanita Amity, a quien le había hecho un par de visitas en algunas ocasiones.

-Si, es aquí- admitió Viney con orgullo.

-¿Jamas te dió curiosidad estudiar ilusiones, Viney?- le preguntó Edric, recargandosé en el hombro de su hermana. Ambos chicos miraron a la otra bruja con una sonrisa en el rostro.

-Ehhh, no- admitió Viney. Emira fingió un gesto de dolor ante su respuesta, a lo que Viney río. -pero lo pensaré- le dijo.

Emi observó a la chica reír. ¿Porque sentía que le estaba gustando tanto le sonido de aquella risa? ¿Porque sentía que le estaba gustando tanto... ella?

Edric chasqueó un par de dedos frente a su rostro, trayendola a la realidad. -Tierra llamando a Em- dijo él -la siguiente clase espera- le recordó. Emira emitió un quejido. ¡No la siguiente hora de hechizometria!

Arrastró sus pies afuera del salón de cuidado de bestias míticas, dedicándole una última mirada a Viney, quien se despidió de ella con una sonrisa. Su hermano avanzó detrás de ella.

-¡Edric!- llamo Viney cuando los gemelos ya habían salido. Él volteó y se apuntó con el dedo. -Si, tú- le dijo Viney, haciéndole señas para que él se acercará. Emi vió como ellos dos intercambiaban sus números de penstagran, para luego despedirse.

Emi se sintió horriblemente excluida.

💚

Los gemelos suspiraron de alivio cuando la última clase del día termino. Pero Emi no estaba de tan buen humor como desearía.

-¿Porque estás triste?- le preguntó Edric al ver su expresión tan opaca.

-No es nada...- dijo ella con simplesa, pero evidentemente triste, mientras caminaba hacía la salida; Pero al doblar una esquina, una singular risa llegó hasta sus oídos, y al alzar su mirada, la vió.

Eran Viney y sus amigos, que reían al lado de sus casilleros, mientras ella parecía relatar algo con mucha emoción.

Emira salió corriendo de ahí, directo hacia la salida.

Afuera había comenzado a llover, pero a Emi no le importó empaparse, lo único que deseaba era llegar a su casa y envolverse entre las sábanas de su cálida cama, mientras se deshaogaba escuchándo alguna tonta canción de Emily Cartwright en su pergamino.

-¡Em, espérame!- le gritó Edric, quien corría detrás de ella para alcanzarla. -¿Qué te pasa?- le preguntó él, cuando finalmente la alcanzó, jadeando y notoriamente preocupado.

¿Que le pasaba? Ella no tenía idea...

-¿Esto tiene algo que ver con tu nueva amiga, o sí?- le preguntó él. Ella le respondió que no, pero su voz temblo al hacerlo. -Em, soy tu hermano. Puedes decírmelo-.

-¿¡Para que!?...- exclamó ella de pronto -... Si es obvio que ella gusta de tí- murmuró después.

-¿Qué?- le respondió Edric, completamente confundido. Pero luego de un momento, lo comprendió. -Ahhh, ya entiendo...- le dijo él -... te gusta esa chica- adivinó.

-NO- exclamó ella, cada vez más al borde de llanto. Edric sintió que algo se rompía en él al verla así, así que se acercó a ella y la tomó de los hombros, viéndola directo a sus ojos miel.

-Emi, si te gusta Viney, está bien, no tienes porque sentirme mal al respecto- le dijo él, tratando de consolarla con demasiada ternura de hermano mayor.

-Pero a ella...- lloriqueo Emi.

-Ella no gusta de mí, ni yo de ella- le aseguró. -¿Lo de hace rato? ¿Los números? Ella no pidió el mío...- le dijo -si no el tuyo-.

Emi sintió que el frío la invadía, ¿ella había...?

-¿El mío?- le preguntó, incrédula.

-Si, tontita. Parece que a nuestra amiga también le gustas- le confesó él, soltando sus hombros. Pero Emira Blight de estaba tan feliz por lo que su hermano acababa de decirle, que sin pensarlo, se abalanzó contra él, abrazándolo repentinamente, y casi derribandolo.

-Em, no respiro- jadeó el probre chico, pero su hermana no lo soltó.

💚

Emira salió de la ducha con el cabello envuelto en una toalla, y vestida con una pijamada estampada de pequeñas letras E en la parte inferior; y se acostó en su enorme cama, como había estado deseando hacerlo prácticamente desde que se despertó esa mañana. Lo de envolverse en una manta y escuchar música seguía en sus planes, por lo que hizo un círculo en el aire e hizo aparecer su pergamino, y lo primero que vió, fue que tenía tres mensajes de un contacto desconocido.

Ella sonrió con emoción porque sabía perfectamente quién era.

•≫────≪•

Viney: adivina.

Viney: las cocineras descubrieron la comida faltante y han gritado alarmadas desde la cocina. ¡Una incluso se desmayo! Jajaja.

Viney: por cierto, tú hermano me dió tú número. Deberías regañarlo por eso. Prácticamente soy un contacto desconocido.

•≫────≪•

Emira río ante eso en la soledad de su habitación, mientras sentía una dulce y embriagadora calidez invadir en su pecho.

•≫────≪•

Definitivamente debería hacerlo.

Pero me alegro de que lo haya hecho... porque me gustaría que fuéramos amigas.

Viney: a mi también me gustaría, Blight.

¡No me llames así!

Viney: ¡Tú me llamaste Luz 2 cuando te dije sobre las clases extras!

En mi defensa, estaba pensando en voz alta.

Viney: Está bien, Emira no Blight. ¿Te gustaría salir conmigo mañana después de clases?.

¡Claro! Aunque no se si Ed ya tiene planes.

Viney: No.

Viney: me refiero. A tí. Solo a tí.

•≫────≪•

Emi sentía que el corazón le latía más rápido.

Releyó el mensaje cinco veces antes de responder.

•≫────≪•

Viney: Em?

Sí, me gustaría.

Viney: ¡bien! Yo te busco mañana a la salida.

Viney: ten buenas noches, Emira no Blight.

Ten buenas noches, Viney.

•≫────≪•

Emira tenía una sonrisa radiante pintada en el rostro, y sentía que podía dar saltitos por toda la habitación de pura felicidad.

¿Entonces Edric tenía razón? ¿A ella le gustaba Viney?

Ella tenía la respuesta en la punta de la lengua, pero esa noche, deseaba guardarse ese secreto para ella sola. Por ahora.

Porque hoy eran amigas -amigas que se agendaban citas a solas- pero algún día... algún día podrían ser algo más.

💚💚💚














Capitulo dedicado a alguienpendeja, quien me solicitó hacer una capitulo con este Ship.

💚

Sus comentarios son los que me motivan a seguir escribiendo, gracias por leer este libro hasta este punto ❤


Atte y con amor, Harellow.

🌹

¡Elige el próximo OneShot!

🌹A Practice in the Starlight ( Lumity )

🌹The Adventure of Miss Calabaza

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