14. Brotherhood
Estaba sobre el sofá con mis hermanos observándome. Ambos estaban sin palabras y con muchas dudas.
Solté la bomba, y ahora ellos lidian con los escombros.
Yo tenía un terrible dolor de cabeza y apenas podía verlos por que el sol lastimaba mi vista.
Ayer fue el funeral de Jenna. Fue muy emotivo y tranquilo. Su familia se despidió de ella de una forma decente, y yo tenía las horas contadas.
Debía tomar una decisión. Morir para siempre o beber sangre humana para convertirme en híbrido. No tenía una elección aún.
— ¿Como en transición? Intento procesar lo que sale por su boca.— soltó Damon en blanco
No se miraba bien. Estaba algo pálido y sudoroso. Como si estuviera enfermo, cosa que no es posible.
— ¿Como te sientes? — se me acerca Stefan — ¿Necesitas agua, comida...? — Damon se levanta y lanza su botella contra la pared
Me sobresalto y Stefan se voltea a ver sorprendido.
— Tú no debías pasar por este infierno. Contigo iba a ser diferente, de esto te queríamos proteger.— gritó y bajé la mirada
Estaba muy furioso y desesperado. Yo no sabía que hacer.
— ¿Te puedes calmar? Necesitamos estar para Bella, no para tu drama.— lo regaña Stefan
— ¿Como puedes estar tan calmado? Nuestra hermanita está en transición a hacerse híbrido, y todo su mundo cambiará. Es la vida que no queríamos para ella.— contraatacó
— Lo que menos necesita, Arabella, es tener a dos hermanos sin control.— expone y sus voces hacían eco en mi cabeza — Bella, se que estás pasando por algo difícil, quiero ayudarte.— Stefan toma mi mano y asiento
El me hacía sentir tranquila, Damon me ponía de nervios. Me hacía todo complicado.
— Necesitas beber sangre humana.— impone Damon y volteo a verlo — No hay de dos opciones. Si no bebes, mueres. Y no dejaré que mueras.
— ¿Puedes parar? — me levanté molesta — Mi cabeza esta a punto de explotar. Mis encías me duelen, tengo un apetito feroz, mi magia desapareció y parece que lo único que te importa es que mi vida no resultó como tú querías.— bombardeé y me vió sorprendido
— Lo siento, pero quiero que despiertes.— negué
— Y yo quiero que por una vez, dejes de tratarme como mi padre.— solté y se quedó perplejo — Deja de controlarme, me asfixias.
Mi mirada se quebró y noté el dolor en sus ojos. Stefan sólo nos veía.
— Siempre he querido lo mejor para ti. Necesito que creas eso.— se muestra sincero y asiento
— Lo se. Pero también necesito que respetes mis decisiones, y me dejes elegir.— insisto y frunce el ceño
— ¿Eso que significa? — pregunta Stefan — ¿Estas considerando no beber sangre humana? No seguir la transición? — me quedé en silencio
— Eso si, no, Arabella Diana Salvatore. No te vas a morir, no...— se pausó al tambalearse, fruncí el ceño
— ¿Damon? — me acerque preocupada y Stefan también— ¿Qué sucede? — suspiró
— Bueno, parece que Tyler Lockwood me dejó un regalo.— fruncí el ceño y se levantó la manga de su camisa
Me quedé inmóvil al ver la evidente mordedura, mi estómago se revolvió y me giré para vomitar
— Bella...— me tiré al suelo y todo se puso oscuro
— No, Stefan, ¿qué le pasa? — preguntó Damon asustado mientras el Salvatore la lleva a sus brazos
— No ha comido y está en transición, su cuerpo está cambiando...— la pone en el sofá — Trae alcohol. Necesita algo que la ayude a despertar.
El vampiro va enseguida y se escucha la puerta, entra Avery.
— ¿Qué sucede? — preguntó asustado y va enseguida con la castaña
— Se desmayó por una impresión, esta en transición y todo su cuerpo está desajustado. No ha comido desde ayer.— explica nervioso
— ¿Qué? ¿En transición? — soltó el Gilbert perplejo, Damon se acerca
— Únete al club, niño.— Damon puso un algodón en la nariz de su hermana
— ¿Como pasó todo esto? — cuestiona Avery y Stefan sólo observa a su hermana
Abro mis ojos de impulso y el aire se incrusta en mis pulmones. La luz me cegó y me sentía aturdida.
— Bella...— me habla Damon pero su voz hacia eco en mi cabeza
Los tres me abordaron y esto me abrumó por completo. Me sentía sofocada.
— Necesito aire.— se despejan — Y bourbon.— Damon se ríe
— Esa es mi hermana.— alardea y me levanto del sofá — Lo sacaste de mi.
— Iré a hacerte algo de comer. Necesitas carbohidratos o te vas a desmayar de nuevo.— menciona Avery y me sirvo licor
— Necesitamos encontrar una manera de salvarte. Me niego a tu muerte.— impuse y bebí de golpe
— Sabes lo que le pasó a Rose.— explicó y negué
— No me importa.— dejé en claro y me serví mas bourbon — No morirás hoy.— bebí
— ¿Cuál es tu plan, supergirl? — ironizó e inhalé hondo — Ya acepté mi muerte.
— Encontraremos una solución.— intervino Stefan
— Si. Una cura milagrosa. Buena suerte con eso.— se burló y suspiré
— Tengo a Bonnie buscando algo, lo que sea.— informó
— Siempre el héroe, Stefan. Sólo díganme adiós, supérenlo.— pidió y nos vimos entre los dos
— Me niego a aceptarlo.— deje en claro y comenzó a toser, cayó al suelo — Dios...— fui hacia el, y había sangre en el suelo
— Quédate quieto. Conserva tu fuerza.— indico Stefan y ayudé a Damon a levantarse
— Iré a llevarlo a un lugar cómodo...— Stefan negó y se acercó
— Déjamelo a mi.— Damon se apoyó en el — Lo conozco. No dejará este drama.— fruncí el ceño y se lo llevó a velocidad vampírica
Me dejé caer en el sofá cubriendo mi rostro. Me sentía muy mal, mi cuerpo exigía sangre. Era una idea que no dejaba de pasar por mi mente.
— Un sándwich de jamón.— se acercó Avery y me descubrí — Fue lo mas rápido que pude hacer.
— En realidad, no tengo apetito.— se puso junto a mi dándome el plato
— Necesitas comer. Te ves enferma.— sonreí y dejé el plato en la mesa
— No estoy reluciente. Me siento...— me pausé al ver como su carótida latía con fuera.
Como mi garganta salivaba por aquella vena. Mis papilas gustativas la deseaban, mi estómago rugía con una fuerza, que estaba conteniendo.
— ¿Bella? — me nombra y regreso a la realidad
— Necesito...Necesito aire.— voy hacia la puerta
Me estaba volviendo loca. Ya no podía contenerlo más. Me estaba matando el hambre.
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Narrador omnisciente
Klaus despertaba de haber estado en su forma lobuna por el bosque. Elijah lo esperaba por sus respuestas.
— Has estado ocupado.— el vampiro le lanza ropa
— Eso fue asombroso.— comenta extasiado— ¿Cuanto tiempo ha pasado?— se va vistiendo
— Casi dos días.— el asiente — Pasó la luna llena. Seguiste siendo lobo.— Klaus ladea una sonrisa mientras abrocha su pantalón
— Puedo cambiar a voluntad.— alardea — Es bueno saberlo.— sonríe complacido — ¿Qué sabes de Bella?
— Aún nada. No soy capaz de dar la cara después de lo que hice.— Klaus voltea a verlo — Le prometí a Bella y su hermano la venganza, y la defraudé. No he reunido el valor.— el híbrido asintió
— Deberías agradecerme que le di mi sangre, si no, no estaría viva.— aclara y se pone los zapatos —Probablemente ya sea híbrida.
— Yo no te voy a agradecer nada.— soltó hostil — Tú arruinaste todo. Yo la iba a salvar, y tú le arrebataste su humanidad.— Klaus suspiró
— No sabía que tenías planes. Olvidaba tu increíble obsesión por mi ex novia. No respetas el código de hermanos.— se burló y se puso la playera
— La dejé entrar.— soltó y su voz se quebró — No dejo a las personas entrar.— Klaus notó el dolor en su mirada
El vampiro sentía resentimiento y un odio. Despreciaba ver como a su hermano no le importaba en lo más mínimo lo que él sentía, o lo que Bella significaba para el.
— Ella va estar bien.— mencionó con tacto ante su hermano, el original negó — No murió.
— No me va a perdonar por que la traicioné. Por ponerme de tu lado.— explicó con tristeza — La necesitaba, y tú me rompiste.
El híbrido se quedo sorprendido. No sabía que el amor de su hermano hacía la chica, era tan profundo. Hasta el punto de verlo soltar lágrimas.
— No será lo mismo. La perdí.— soltó con nostalgia
— Búscala, Elijah. Dile la verdad.
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Arabella.
Estaba en mi patio. Sólo dejando que el silencio guíe a mis pensamientos. Que ayude a darme las respuestas que necesito. A darme algo de paz.
Sólo veo traición, dolor y miedo. Elijah no cumplió con su parte del trato, Klaus me condenó, y mi hermano está por morir. Debía haber una forma de que todo esto no estuviera tan arruinado.
— Escuchamos que estás en transición.— escucho a Elena y me levanto — Quería ver cómo estabas.
— No tengo una descripción.— aclaré y se acercó con Caroline
— ¿Como te sientes? — preguntó la rubia — Debes estar confundida y adolorida.— suspiré
— La encía me duele, mi estómago ruge como loco y la luz me lastima la vista, de ahí en fuera, estoy de maravilla.— ironicé
— Quiero que sepas, que estamos aquí para ti. Nos apoyamos entre todos, y me alegra que estes viva. Aunque no era la forma en que querías.— menciona Elena con empatía y sonrió
— Gracias, Elena. A mi me alegra que también estés con vida, y que no seas vampiro. Aún eres joven y tienes una vida que descubrir y llena de decisiones.— expuse y sonrió
— También merecías algo mejor, lamento lo de tu magia.— mencionó Caroline y suspiré
— Bueno, todos merecíamos algo mejor esa noche. Aún no puedo creer que Klaus siga vivo. Debes cuidarte, el no puede saber que estás viva.— sugerí
— Si, lo se. Iremos a ver una película para despejarnos de todo el drama, ¿vienes? — planteó Elena y negué
— Debo ayudar a Stefan y buscar mis respuestas. Es un día de decisiones.— solté y fruncieron el ceño
— ¿Aún no sabes si beber sangre humana? — se mostró Caroline incrédula
— Si, aún tengo una decisión que afrontar. Una que es de mi destino.— hice gesto de incomodidad ante la luz, todo me era molesto
— Bueno, si algo se, es que esta en ti elegir como quieres que sea tu vida. No pienses en los demás, solo en ti.— me aconsejó Elena y sonreí
— Tienes toda la razón.— se acerca y me abordan con un abrazo
Me tomó por sorpresa, pero fue un gesto lindo. Es la primera que siento una amistad. Un abrazo de cariño. Hace mucho tiempo no lo había tenido, no desde Rose. La extraño.
— Espero elijas lo que dicte tu corazón.— murmuro Caroline y asentí
— Yo también.— añadió Elena y di un suspiro hondo
— Pues, ya somos tres.— sonrieron
— Iré a ver a Stefan para luego irnos.— mencionó la castaña y asentimos
— Ven, necesitas un trago.— Caroline me rodea con sus brazos y sonreí
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Narrador omnisciente
— Hey.— Elena lo llamó mientras el bebía su trago
— Pensé que estarías con Jeremy en la plaza, para alejarte de todo esto.— el bajó su vaso y ella se acercó
— Tú hermana está pasando por algo difícil, vine a ver qué estes bien. Se que te haces el fuerte por ella, pero te duele.— el se sentó en el sillón y ella lo acompañó
— Estoy asustado. Quiero verme sereno para ella, no quiere al Stefan sin control.— Elena tomó su mano — No quiero que muera, Elena. No puedo perderla de nuevo, pero tampoco quiero que se convierta en algo que odiará el resto de su vida por mi egoísmo.— la castaña asintió — No se que hacer, tengo tanto encima, que no puedo sentarme a llorar.— se levantó
— Stefan, tienes sentimientos. Esta bien que necesites un respiro de todo el peso que están viviendo.— opinó
— Si, pero debo resolver el tema de Damon, el de Bella y...— Elena lo interrumpió
— ¿Que tema de Damon? — cuestionó confundida y el dio un suspiro largo
— Hay algo que debes saber.— la castaña arrugó sus cejas ante la seriedad — La otra noche cuando Damon ayudó a Tyler, algo pasó. El se estaba empezando a transformarse y Damon fue mordido.
— ¿Qué? — soltó perpleja — ¿El...? ¿Va a...?
— Si.— notó el dolor de Stefan
— Dios mío. Esta mañana vino a la casa y trato de disculparse. Casi le cerré la puerta en la cara.— mencionó con culpa — ¿Bella sabe? — el asintió
— Ella está viviendo un infierno. Me dijo, Damon, que no te lo dijera, pero si quieres hablar con él...Yo no esperaría.— la castaña lo ve con tristeza
— Stefan...
— Esto no ha terminado.— se acercó Bella y voltearon a verla — Tal vez haya una cura. Debo encontrar a Klaus para obtenerla.— fruncen el ceño
— Te matará.— soltó Stefan perplejo — No te dejaré ir a cometer suicidio.
— Si el me hubiera querido muerta, no me hubiera dado su sangre.— aseguró
— ¿Y como estás muy confiada de que Klaus tiene una cura? — cuestionó Elena
— Bonnie me llamó, los ancestros mencionaron su nombre, y si uno cabos...— se tocó la cabeza con incomodidad — algo debe de haber con su nueva transformación.
— Sigues débil.— se le acercó Stefan — Tienes que descansar. Tu cuerpo está desajustado y no puedes actuar como si nada sucediera.— negó y la sentaron en el sofá
— Debemos enfocarnos en Damon, no es mi...— se pausó y Avery se acercó con un vaso de agua
— ¿Donde está Damon?— preguntó la castaña y Bella bebió agua
— En el sótano, tiene un deseo suicida. Trató de quemarse con el sol.— explicó Stefan y lo vieron sorprendidos
— No hubiera sido una tragedia.— soltó Avery y Bella lo fulminó con la mirada — Sólo decía.
— Necesito...— Bella intenta levantarse, pero le es difícil
— Nada, te llevaré a tu habitación a descansar.— Stefan la apoya en su brazo
— No, yo quiero ir contigo. No dejaré que esto suceda. No te dejaré ir sólo con Klaus.— ordenó y Stefan la tomó del rostro
— No estas en condiciones. Déjame hacerlo. Tú cuida a Damon y que Elena que ayude.— impuso
— El y yo tenemos historia. El me va a escuchar a mi, tú eres una amenaza que trató de matarlo. Querrá venganza.— insistió
— Todo lo que hizo Damon, lo que lo condujo hasta aquí...soy yo el que lo hizo convertirse en vampiro. Entonces si existe una cura, es mi debes con el encontrarla.— explicó y la castaña negó con sus ojos cristalizados
— No los puedo perder a ambos.— mencionó con tristeza y el pego su frente con la suya
— Y yo no quiero perderte a ti.— murmuro y se dieron un abrazo — Ve a hablar con él. Dile que todavía hay esperanza.— asintió — Te prometo, que si todo se complica, te hablaré para que me rescates.— se separaron
— Cuídate, por favor.— asintió y se despidió de Elena
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Arabella
Estaba en mi habitación sacando ropa para ponerme, iría con Stefan, no me importa si no lo desea.
Conozco a Klaus, y se, que algo planea. Se que, si alguien puede conseguir esa cura para mi hermano, soy yo, y debo hacer todo lo que esté en mis manos.
— Sabía que harías esto.— escuché a Avery y me saqué la blusa
Se giró al instante, y en realidad, no le tomé importancia.
— Es mi hermano, no lo dejaré morir. Y tengo que proteger al otro.— tosí con debilidad
Aún me sentía muy enferma, y todo me estallaba. Las voces eran más fuertes, las luces más brillantes y el calor era insoportable. Como una fiebre o influenza.
— Stefan intenta protegerte.— me pongo el vestido
— Y yo no soy una niña que necesita que la sobreprotejan. Me he cuidado durante ciento cuarenta y cinco años, puedo ayudar.— me dejé caer en la cama al sentirme borrada
— No puedes ayudar en estas condiciones. Apenas puedes mantenerte en pie.— inhalé hondo recuperando fuerza
— Damon está en el sótano agonizando, yo debo elegir la vida que quiero, y mi hermano es un mártir que va a su muerte. No me puedo acostar a descansar si mi familia está en peligro. Tú no harías eso. No mientas.— expuse y tuvimos contacto visual
— Sólo estoy preocupado por ti.— mi pulso se elevó — Te haces la fuerte, pero te estás desmoronando. Te duele perder tu magia, y temes la decisión que guiará el resto de tu vida.— lo vi sorprendida
— ¿Como me conoces tan bien? — solté impresionada y sonrió
— Por que te he tratado, te he puesto atención. No puedes seguir aferrándote a ser la salvadora.— suspiré
— Suena irónico el Salvatore, ¿no? — me levanté e hizo lo mismo
Me sacaba de altura, podía ser muy intimidante cuando se lo proponía.
— También se, que nadie en este mundo puede ser capaz de detener cuando quieres algo.— sonreí
— Puede que seas mi único amigo.— le pase por un lado y se río nervioso
— No se si eso sea algo bueno.
Fui al sótano para ver a Damon y despedirme. No sabría si nos volveríamos a ver. Tal vez, el se salve y yo ya no tenga tiempo de escoger.
Me quedan pocas para completar la transición, y todo se volvía mas difícil.
— Debes beber sangre.— pidió Damon y me asomé de la ventanilla — Sigue tu vida.
— ¿Como te sientes? Le dije a Elena que te preparara un trago.— informé y jadeó apoyándose en la pared
— Olvidaba lo buena que eras para evadir los temas de conversación.— sonreí
— Lo aprendí de ti.— ladeó la cabeza para verme
— Prométeme, que si yo muero, y tú vives, intentarás ser feliz.— negué — Arabella...
— Vivirás. Es una presentimiento de...— me pausé ante la nostalgia — Vivirás.
— Te gusta soñar, desde que eras niña, querías ser doctora.— sonreí — Te memorizabas los huesos, las partes corporales y siempre querías curar a los enfermos. Casi como muestra madre.— bajé la cabeza
— Y tu querías ser libre. Tener las riendas de tu vida y vivir del amor. Eso decías, cuando aún creías en ello.— mencioné y dió un suspiro
— Cuando aún tenía esperanzas y era humano. Ser vampiro te cambia...— jugué con mis dedos — Pero no para mal, Bella. Tú eliges quien quieres ser, no en lo que creen que eres.— asentí
— Gracias por eso, Damon. Lo tendré en mente.
— Sólo...no quiero saber que moriste, Bella. Por favor, toma la decisión correcta.— tuvimos contacto visual
El tenía miedo, pero no por el, si no, por mi. Me dolía verlo tan asustado.
— Nos volveremos a ver. Es una promesa.— expuse sincera y me sonrió
Lo dejé en la celda y subí a la casa. Vi a Avery y notó mis ojos cristalizados.
— Elena y yo lo cuidaremos. No puedo creer que haré algo por Damon Salvatore.— sonreí
— ¿Seguirás la transición? — me preguntó Elena e inhalé hondo — Escuché que le prometiste a Damon volverse a ver, y ya no te queda tiempo.
— No tengo otra opción. Si quiero salvar a mis hermanos, debo seguir viva.— expuse sincera
— No hagas esto por ellos, hazlo por ti. No es cualquier cosa, en un gran cambio.— sugirió Avery y baje la cabeza pensativa
— Tengo que irme. Se los encargo mucho.— pedí y asintieron
Salí de la casa con un espantoso dolor de cabeza. Me puse las gafas de sol, por que literal, el sol me quemaba los ojos. Tomé valor y me subí al auto.
Apreté mis manos al volante y vi la hora. Tenía una hora antes de morir de forma permanente. Solo, debo hablar con Klaus y dejar las cosas en claro.
Pedirle un favor, pero de cualquier forma, conseguiré esa cura. Así deba morir por ella.
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Narrador omnisciente
— ¿Por que estás tan alterada? — le cuestionó Jeremy a la Bennett que entraba a su casa
— Las brujas...las brujas me dijeron algo de Bella. Necesito decírselo a alguien de confianza, y pensé en ti y...— se sentó en el sofá
— ¿Que sucede? — preguntó preocupado y ella tomó aire
— Bella será híbrido.— soltó y el asintió
— Si, ya nos enteramos, parece que aún no decide si completar la transición, o...— lo interrumpió
— Ella se convertirá en la primer híbrido sin señor.— Jeremy frunció el ceño
— ¿A que te refieres? Bella murió con sangre de Klaus. El la convirtió.— ella negó
— Ella revivió con el suero que le dio Elijah, el suero que hicieron las brujas para el. El que, Alicent hizo. Bella no será cualquier híbrido, Jeremy. Ella será un híbrido original.— la vió perplejo — Diana, robó el hechizo que usó la bruja original para crear híbridos. Alicent lo recreó, para salvar su vida. Es el mismo que Elijah le dió a Bella.— se levantó del sofá
— ¿Estás diciendo que Bella será una original? ¿Igual de poderosa que Klaus? — asintió
— Será capaz de crear su propia especie. Pero, ella no lo sabe, nadie.— soltó sin aliento y el Gilbert se quedó sin palabras
— Tiene que saberlo. Vamos a buscarla. Esto lo cambia todo.
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Arabella
Estaba frente al departamento de Alaric. Quería ver si Katherine tenía respuestas, así debía sacárselas, debe saber algo de él.
Entré, y me encontré con el diablo en persona. No sólo, venía acompañado de su traicionero hermano.
Stefan estaba ahí, junto a Katherine, el me veía con los ojos bien abiertos, y la otra con curiosidad.
— Siempre sigues apareciendo, ¿no? — soltó Klaus y alcé mis brazos
Elijah no me quitaba la mirada de encima, parecía que quería venir corriendo a darme una explicación, pero yo no mostraba ninguna emoción.
— Necesito tu ayuda.— voltee a ver a Stefan — Para mi hermano, Damon.
— Bella, ¿que haces? Te pedí que no vinieras.— me regañó y suspiré
— Como si Bella hiciera caso cuando le dicen que no a algo.— añadió Katherine y rodee los ojos
— Sea lo que sea, deberá esperar. Tengo una obligación con mi hermano, que requiere mi inmediata atención.— expuso — Tengo más Salvatores de los que puedo contar.
— Vete a casa, ahora.— me ordenó Stefan y lo vi fijamente — No has bebido. Aún te ves débil.
— ¿Aún no eres híbrido? — preguntó Katherine sorprendida
—No, y a ti que importa.— solté hostil y rodó los ojos
— No me imagino un híbrido con tu pésimo humor. Nadie te aguantará.— intento ir sobre ella, pero Stefan me frena
— Bella.— escuché a Elijah y volteé — Necesitas una explicación.— negué
— En realidad, no necesito nada de ti.— aclaré — Y no quiero hablar contigo.
— Sabes que la familia es importante o no estarías aquí.— explicó y lo observé
— Si, pero dejamos nuestros planes, por que tú prometiste que lo matarías.— me queje
— Sigo aquí.— se anunció Klaus y me crucé de brazos
— ¿Por que aún no eres híbrido...? — se me acercó Elijah y retrocedí — Arabella...
— No, por que no seguiré con la transición.— frunció el ceño — Prefiero morir, antes de que ser una de sus híbridos.— expuse
— No, Bella, escúcheme. Tienes que seguir la transición, no puedes morir, no puedo perderte. Mira, te prometo que...— lo interrumpo
— No es tu decisión. De ninguno.— impuse viéndolos alrededor — No quiero ser vampiro.
— Mi hermano me prometió que me reuniría con mi familia.— lo vi fijamente — Después de eso, tú y yo podremos irnos lejos.— negué
— No hay tú y yo, Elijah. Ya no.— me vio herido — Nos engañaste a todos. Nos hiciste confiar en ti, y al final, sólo nos...— me pauso al escuchar su grito de agonía, retrocedí — ¡Dios! — me cubrí la boca
Klaus lo apuñaló con la daga. Me quedé perpleja. Nos quedamos en un silencio de suspenso.
El cuerpo de Elijah quedó en el suelo y me inmovilicé. El estaba, ahí, muerto. Con una daga que lo mantenía dormido por un largo periodo.
— Le mentiste.— solté y voltee a verlo
— No, le dije que lo iba a reunir con su familia, así que lo hice.— negué y me sonrió malévolo— Ahora, ¿como que no vas a seguir la transición? ¿Estás loca? — se me acercó
— No quiero ser híbrido.— vi a Stefan — Nací siendo bruja, moriré con mis creencias.
— Ustedes las brujas, tan dramáticas.— alcé una ceja — Lo lamento, que mal educado, casi olvidé que Stefan estaba aquí.— fruncí el ceño
— Bella, no hemos tenido tiempo de...— va sobre el y lo azota contra la pared
— ¡Klaus! — solté asustada — Déjalo.— comenzó a ahorcarlo
Se lo quería quitar de encima con magia, pero no podía. Ya lo más.
— Ahora, ¿qué voy a hacer contigo? — interrogó Klaus ante Stefan
— Déjalo, por favor.— me acerqué — Venimos en son de paz. Solo queremos hablar.— toqué su hombro y Stefan me vio
— Sólo tratan de ayudar a su hermano.— apoyo Katherine
— Las brujas dijeron que tenías una cura.— intervine — Hagamos un trato.— voltea a verme — Dame la cura y haré lo que quieras.— sonríe
— No uses esa palabra con un hombre, amor.— alcé mis cejas y lo soltó
— Arabella, no.— exclamó Stefan — Yo me encargo. No te metas en esto.— retomó el aire
— El problema es que no se para que me servirías muerta. Digo, no quieres seguir la transición.— fue a la mesa y pasé saliva
— ¿Qué ofreces? — sugerí y noté que se preparaba un trago de sangre
Mi estómago rugió con fuerza y miré mi reloj. El tiempo se me agotaba y mi hambre podía mas que yo. Cada vez, sentía que tenía menos energía.
— La cosa es, que los quiero a los dos.— fruncí el ceño y nos vimos
— ¿Qué? — solté confundida y el se acercó a mi hermano
— Oí hablar de un vampiro, un muchacho loco que consumió intermitentemente durante décadas. Y cuando estaba consumiendo, era magnífico.— Klaus estaba agachado frente a él — En 1917, fue a Monterey y barrió con todo un pueblo de migrantes. Un verdadero destripador.— alcé mis cejas y Stefan agachó su cabeza avergonzado — ¿Te suena familiar?
— Hace mucho tiempo que no soy así.— aclaró y asentí
— Klaus, el cambió su rumbo de vida. Ambos lo hicimos.— añadí
— Con esa clase de vampiro puedo hacer un trato. Es la clase de talento que necesitaré cuando deje este pueblo.— Stefan se levanta del suelo— Katerina, ven aquí.— la nombra y ella se le acerca.
Le pide su mano y se la entrega. El le da un mordisco y lo veo perpleja
— No.— expresó alterada — No. No, no.— me quedé sin palabras
Voltee a ver a Stefan y estaba igual de impresionado que yo.
— ¿Por que lo hiciste? — pregunté confundida y el mordió su muñeca
— Para probar algo.— fruncí el ceño y el puso su brazo en la boca de Katherine.
Ella bebe desesperada y Stefan y yo lo vemos con atención. Klaus quita su brazo y me quedo anonadada al ver como se iba curando.
Estaba sin palabras, en shock. Su sangre había borrado la mordida, como si nunca hubiera estado ahí. Como si, lo que sucedió, fuera cualquier cosa.
Sonreí aliviada al saber que había la posibilidad de que mi hermano se salvara, de que no tuviera que morir hoy. Solo debía conseguirla.
— ¿Quieres su cura?— le pregunta petulante — Ahí está.— se limpia la sangre de la boca
— Tú sangre es la cura.— solté impresionada y me sonrió
— Debes amar a la madre naturaleza.— tenemos contacto visual — Si salvo a tu hermano. ¿Qué me darías a cambio? — suspiré
— Yo...— me tambaleo y el viene sobre mi — No me siento bien.— caí al suelo con debilidad
— Bella.— me nombró mi hermano y Klaus me tomó del rostro revisándome — ¿Qué sientes?
— Tienes que alimentarte.— pidió Klaus y vi a Stefan detrás de él, negué — Tú cuerpo ya no aguanta más. Te lo está ordenando.
— No quiero. No quiero ser vampiro.— insistí y sentí el nudo en la garganta — Solo sálvalo.— acarició mi rostro
— No puedo perderte.— negué y mis ojos se cristalizaron — Para bien o para mal, sigo enamorado de ti. No puedo dejarte solo morir.— suspiré
— ¿Por que? Lo de nosotros terminó antes de que tu padre quemara el teatro. Decidimos que nos hacíamos daño el uno al otro.— expliqué y asintió
— Pero aún así, eres la mujer más importante para mi. No importa que no estemos juntos.— lo vi sorprendida
No creí que el aún me quisiera de esa forma. Después de todo lo que me hizo, no puede ser real lo que siente. Es un impostor.
— No te creo.— solté hostil — Si me hubieras amado, no me hubieras sacrificado o me hubieras dado tu sangre.— apartó la mirada
— Tenía que hacerlo, Bella. Esto era más grande que tú o yo. Era mi libertad.— negué y se levanto
— Era tu obsesión por el poder.— fue a la barra — Esa manía por ser mejor que los demás.— agarró una bolsa de sangre
— ¿Qué haces? — le preguntó Stefan y un sentimiento de nervios me recorrió
— ¿Quieres salvar a tu hermano? ¿Qué tal una juega de una década? — negué y se acercó
— Lo haré por ella.— intervino Stefan negándole que se acercara a mi — Seré el destripador.
Yo seguía en el piso sin poder levantarme, ya estaba muy débil. Mi cuerpo no aguantaba.
— Tengo grandes planes para ambos, cuando dejemos este pueblo.— indicó y empujó a Stefan quitándolo de en medio
— Por favor, sólo salva a mi hermano.— se agachó ante mi — No me hagas esto.
— Haz todo lo que digo y salvaré a tu hermano. Ese es el trato.— impuso y lo vi con tristeza — Completa la transición, y todo terminará.— negué
— ¡No! — gritó Stefan — Se hombre y ve tras de mi. Déjala que decides, no la obligues.— Klaus volteo a verlo — Haré lo que pides.
— La quiero primero a ella. No tiene mucho tiempo. Contigo lidio después.— impuso y regresó su vista a mi — ¿Que harás? — mi mirada se quebró
Sentía una impotencia gigante. Una tristeza profunda que no tenía cura. Solo sentía dolor.
Mis ojos derraban lagrimas mientras el ni siquiera parpadeaba. Ya no tenía mas opciones. Si no hacia lo que pedía, mi hermano moriría. Ya no importaba lo que yo quisiera.
— Deja este pueblo conmigo.— me ofreció la bolsa de sangre — Y sálvale la vida a tu hermano.— alcé la vista a él con los ojos hinchados
El nudo en mi garganta apenas me dejaba respirar. Mi estómago ansiaba esa sangre. Mi corazón quería estallar y mi cerebro se quería apagar.
No dejaba de llorar por aceptar esta decisión. Por, seguir un camino que no elegí. Por saber, que este era el final de la chica que alguna vez fui, y que no la salvaría.
— Bella...— escuché a Stefan y mi corazón se partió aun más — No lo hagas.— le arrebaté la bolsa de la mano
— Nunca seré leal a ti. Jamás.— solté y abrí el tubo que contenía la bolsa, la acerqué lentamente hasta mis labios
Klaus me vio con sorpresa y succioné la sangre cerrando los ojos, cayeron lagrimas por mis mejillas.
— Oh, Dios.— soltó Katherine y una insaciable satisfacción me llegó al cuerpo
Apreté aquella bolsa con fuerza para que toda la sangre me llegara a la boca. Solté un gemido ante el delicioso sabor.
— Tranquila.— mencionó Klaus mientras me avorazada la bolsa, no podía parar
Los colmillos me fueron frotando causándome un dolor pasajero. Cada músculo, hueso y nervio en mi cuerpo se estaba fortaleciendo.
Sentía como me iba curando, y estaba caminado. Todo era más brillante, caliente y sensible. Como si no tuviera nada en la piel.
Mi cuerpo se degustaba de la sangre, la sed lo llamaba. El hambre lo dominaba.
Dejé caer al sangre al terminar, y sentí como mis ojos dorados salieron a relucir, acompañado de venas debajo de mis ojos.
— Eso era lo que quería ver.— cerré mis párpados e inhalé hondo — Mi primer híbrido.
Jadeo adaptándome a la realidad. Me sentía fuerte, confundida y algo aturdida. Mis emociones estaban disparadas, y había este sensor. Este que pide que abandone mis emociones.
— Bella.— Stefan se tiro al suelo junto a mi — ¿Como te sientes? — abrí mis ojos y relamí mis labios
— Hambrienta. Asustada y confundida.— solté y me abrazó, me aferré
— Lo siento. Se que esto no es lo que querías.— suspiré — Debí hacer más. Te fallé.— me separé
— Estaré bien. Nos tenemos el uno al otro.— sus ojos verdes estaban opacos por las lágrimas — Debemos salvar a nuestro hermano.— me levanté y Stefan hizo lo mismo
— Estoy de acuerdo.— Klaus se sentó a beber de su trago
— Tenemos un trato. Yo a completo la transición, y tú me das la cura.— expliqué y asintió
— Bien. Eso haré.— suspiré aliviada — Cariño...— va tras Katherine — llévale esto a Damon y regresa de inmediato.— la hipnotizó y fruncí el ceño
— ¿Quieres que me vaya? — preguntó serena y Stefan volteó a verme
— No.— se queja Stefan
— Este no era el trato.— intervine molesta y el me ignoró
— Si...— le contestó Klaus y alcé mis cejas — Y si fuera tú...— ella sale disparada — me apuraría.— Klaus se sienta y veo a Stefan inquieto
— Ve tras ella.— me pide Stefan — Nunca se la llevará. Nunca se la llevará.— se muestra decepcionado
— No juegues conmigo, Niklaus.— me acerqué molesta — Ella tomaba verbena, no se la dará. Odia Damon, lo prefiere muerto.— sonrió
— Cumplí. Le di la cura por ti sacrificio.— mencionó cínico y fui sobre el molesta, lo tiré de la silla
— Bella.— intervine Stefan separándome
— Me convertí en esto, por tu culpa. Prometiste que le darías la cura, y ahora, se la diste a la mayor perra de todo los tiempos.— exclamé desesperada
— Te queda sólo esperar, amor. Solo esperar.— me llevé las manos a la cabeza y Stefan me rodeó con sus brazos
— Te juro, Klaus, que si mi hermano muere por ti culpa...— volteo a verlo — Te daré una eternidad de miseria. Lo juro
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Narrador omnisciente
Mientras los Salvatore estaban con el diablo en persona, había un caos en el pueblo de Mystic Falls. Como usualmente.
Empezando, por que la sheriff Forbes le disparó a Jeremy Gilbert, al grado de matarlo. Pero, Bonnie lo revivió con ayuda de las brujas. Fue un milagro que Alaric y Avery agradecieron.
Con Damon haciendo caos por sus alucinaciones por el veneno, se había escapado, y casi asesina a Elena al beber de su sangre.
Ella lo llevó a casa y le dio cuidados. Todo se puso más íntimo, y confesiones fueron lanzadas. Sentimientos que no sabía que existían, y verdades, que eran mejores guardadas.
Elena Gilbert, ahora estaba metida entre dos hermanos, con el corazón latiendo ya no sólo por Stefan, si no también por Damon, ese beso que le dió, demostró aquello.
Ahora, una escurridiza vampira, venía con la salvación del vampiro del momento. Con la cura que lo exhortaría de la muerte.
— Deberías agradecerme a mi.— habló Katherine y voltearon a verla — Es decir, yo soy la que trajo la cura.— Elena se apartó de Damon al instante
Katherine caminó hacia el con un frasco
— Creí que estaba muerta.— mencionó la vampiro
— Lo estaba.— aclaró Elena y Katherine se sienta en la cama junto a Damon
— Te liberaste.— habló el vampiro con debilidad y ella le da la cura, el la bebe
— Si. Finalmente.— le quita el frasco y Elena los ve con atención
— ¿Y aún así viniste?— le pregunta incrédulo y ella acaricia su rostro
— Te debía una.— se aparta de él
— ¿Donde están Stefan Arabella?— preguntó la castaña preocupada — Ella estaba en transición cuando se fue.
— ¿Seguro que te importa?— cuestionó y ella la vio con molestia
— ¿Donde está?— insistió
— Están pagando por esto.— le enseña el frasco —Se entregaron con Klaus. No esperaría que regresen pronto.— le ve perpleja
— ¿Como que "se entregaron"? — preguntó ansiosa — ¿Arabella a completó la transición?
— Si, Klaus se lo pidió para darle la cura.— volteó a ver a Damon — Ella solo...Sacrificó todo para salvar a su hermano.— la ve sorprendida y Damon se queda anonadado
— No...— murmuró con culpa
El sabía que su hermana no deseaba ser vampiro. Que, ella había dado su vida, por salvar la suya, su corazón se partió en mil pedazos. Era un dolor que se le metía por las costillas y le costaba respirar.
— Que bueno que Damon te hará compañía. Adiós, Elena.— la castaña la fulmina con la mirada y camina a la puerta — Oh. Esta bien amar a la dos. Yo lo hice.— le lanza el frasco con la cura y desaparece
Damon se levantó al instante en búsqueda de su teléfono. Elena se quedó en shock tratando de entender todo lo que salió de la boca de Katherine.
— ¿Qué harás? — el camino de un lado a otro
— Necesito hablar con ella. Necesito pedirle perdón, no puedo pensar.— tartamudeó
— Damon...— lanzó la lámpara contra la pared sobresaltando a la castaña
— ¡Maldición! — estaba lleno de frustración
— ¿Donde esta Arabella? — llegó Avery agitado a la habitación de Damon
— No sabemos.— mencionó Elena — Sólo que con Klaus y Stefan.
— Necesita saber la verdad.— mencionó desesperado y fruncieron el ceño
— ¿Qué verdad? — se acercó el Salvatore
— Que es un vampiro original.
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Arabella
Klaus nos había obligado a ir con el y seguirlo a donde fuera. Se mostró vago con sus indicaciones; sólo mencionó que tenía un transporte en una clase de bodega, pelee bastante para subirme al auto.
No dejé de pensar en mi hermano ni un segundo. Solo esperaba señales de que la perra de Katherine no haya huido. La ansiedad me estaba matando.
— ¿Qué es este lugar? — pregunte viendo alrededor
Se veía viejo y abandonado. Había ataúdes y sujetos lo acompañaban. Parecía que el tenía una funeraria.
— Pónganlo con lo demás. Partiremos está noche.— les indico y se llevaron la caja
Supongo, que en uno de ellos, estaba Elijah. No quiero pensar en el, me hace sentir culpable e idiota
— Solo haremos una pequeña parada. Ya no estaremos aquí por un tiempo.— indicó acercándose
— Sólo quiero saber si mi hermano está vivo, y lo demás, ya no me importará.— aclaré y tuvimos contacto visual
Sonó el celular de Stefan y vio un texto, le dió alivio
— ¿Qué? ¿Katherine llegó a tiempo? — pregunté con esperanza
— Lo hizo.— sonreí ampliamente y fui a abrazarlo con alivio
Era todo lo que necesitaba. Solo quería saber que el estaba bien. Que habría una oportunidad de vernos una vez más. No era el final.
— No volverás a verla.— mencionó Stefan y me aparte de el
— ¿Porqué tomó verbena? — asintió — Tengo muchos años, Stefan. Rara vez me engañan. Además no llegará muy lejos. Me ayudarán a asegurarme de eso.— impuso y suspiré suspiro
— ¿Qué quieres realmente de nosotros?— me mostré curiosa y el se acercó a mi
Teníamos un increíble contacto visual, todo lo que sentía por el, o sentí, era más fuerte. Mucho más.
Confundía todo: pero, no era sólo de amor o deseo, era de odio y venganza. Solo quiero que no lo vea venir.
— Todo será explicado a su debido tiempo. Una vez que dejemos este trágico pueblo.— indicó y rompí el contacto visual
— ¿Entonces ya terminamos aquí? — preguntó Stefan hostil
— Todavía no. Verás tengo un regalo para ti.—fruncí el ceño — Ven aquí cariño. No tengas miedo.
— ¿De que...? — me pausé al ver a una mujer salir de entre las sombras
Mi corazón comienza a acelerarse ante el mal presentimiento.
— Quiero asegurarme de que honres nuestro trato de que serás util para mi.— le habla a Stefan y Klaus muerde a la chica
La sangre me llamó al instante, mi garganta se humedeció y el hambre me llegó. Como algo sin control.
— No, ¿qué estás haciendo? — me mostré alterada y me acerqué a Stefan — No lo escuches.
El se veía perdido, como si su mente se hubiera a otro lado y Stefan estuviera aquí con nosotros.
— Podría haberla compelido a obedecer, pero un verdadero destripador disfruta la cacería.— suelta a la chica y ella sale corriendo, Stefan se queda estático
— No, espera.— volteo a verlo — No dejes que el saque lo peor de ti. Estamos juntos en...— Klaus me llevó a sus brazos — ¡Suéltame! — me retenía
— El lo necesita.— negué y Stefan se fue tras la chica — Te mostraré el lado oscuro de un vampiro. Lo que serás.— mi pecho se hundió ante el acto
Quería zafarme pero no podía, me sentía impotente aún siendo vampiro, el tenía mucha fuerza.
— ¡Stefan! — le grité y vi como desangró a aquella chica al beberla desenfrenadamente.
Fue como si mi hermano no estuviera ahí, solo el depredador, el vampiro.
Mis ojos se cristalizaron al ver en lo que se transformó, en lo que yo me convertiría.
El cuerpo cayó, y el me vio cubierto de sangre. Se mostró avergonzado mientras me quedé sin aliento.
— Ahora si podemos irnos.— me solté de Klaus y bajé la vista — Que la cacería comience.
Este era el inicio de un nuevo mundo, de un nuevo yo. Íbamos a perder la libertad, y lo que alguna vez fuimos. Mi humanidad quedaría expuesta. La cordura de Stefan, todo en nombre de...
Klaus Mikaelson.
Este viaje sólo significaba una cosa. Sacrificio. Y si yo caigo, Klaus caerá conmigo. Por que me voy a vengar, así como me llamo...
Arabella Diana Salvatore.
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