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11. A Promise


Flashback, 1919

— ¿Crees que alguna vez podamos irnos de aquí, lejos? — le preguntó Bella a Elijah mientras el deslizaba sus dedos sobre su espalda.

Ella estaba sobre su pecho desnudo disfrutando de la comodidad.

— ¿A donde te gustaría ir? — ella sonríe y se levanta, se cubre con la sabana blanca

— Lejos del drama. Donde solo haya un gran bosque, que huela a fresco y tenga unas hermosas flores. Donde pueda ver un atardecer. Que solo haya una linda cabaña donde tu y yo podamos estar. Comida exquisita, tranquilidad y conocer el mundo.— expresa con entusiasmo y el brillo en sus ojos cautivaba al vampiro — Donde pueda usar mi magia sin ser amenazada o despreciada.— el suspira y se recarga en la cabecera de la cama

— Te amo tal y como eres, Bella. No hay mujer más hermosa y extraordinaria que tu.— ella sonríe enternecida — Iremos a donde tu quieras. Comenzáremos nuestra vida. Una donde seas libre y feliz.— se lanza a sus brazos dándole un gran beso en esos labios tan suaves como un algodón

— No creí ser capaz de recuperar mi humanidad hasta que te conocí.— el acaricia su rostro — Me regresaste la vida. Te amaré incluso después de la muerte.— le deposita un beso en su frente

— Hasta la muerte...— se recuesta en su pecho

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Presente
Abro mis ojos y siento lágrimas escurriendo. Ver esos recuerdos es de una persona que no reconozco. No soy yo misma.

Cambie y no se si eso sea algo bueno. Solo se, que mi corazón late por el hombre que está en el suelo.

De pronto, se escucha un quejido proveniente del cuerpo de Elijah. El estaba despertando y hacía ruidos como de sufrimiento preocupándome.

Me levanté de donde estaba para acercarme a el.

— Elijah.— le hablo y me ve consternado — Lijah, hey.—las venas grisáceas se iban desapareciendo de su cuerpo

— Arabella...— susurra y sonrío

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New Orleans, 1919

— ¿Que traes entre manos? — cuestionó Elijah al ver que la castaña escondía algo

— Algo que hice para ti. Solía hacerlo todo el tiempo con mi amiga Emily.— lo cubre entre sus manos y el se acerca

— ¿Y que es? — ella sonríe ampliamente y el disfruta de ver el gesto

— Míralo tu misma.— abre sus manos y le muestra un anillo que hizo con sus propias manos

— Es hermoso.— le sonríe y lo toma — Eres muy buena en estas cosas.— la castaña asiente

— Soy muy buena en todo.— Elijah se ríe y lo mira enternecido

Hace siglos que nadie le daba un detalle. Que no se habían tomado el tiempo para crear algo para el.

El anillo consistía en la letra "E" como predominante. Era de oro y lucía perfecto.

Se lo puso y no le quito la mirada de encima a la castaña. El se idolatraba al verla.

— Cada vez que lo mires, quiero que pienses en mi. Que recuerdes quien lo hizo para ti.— Bella toma sus manos — Que fue hecho con amor.— el acaricia su rostro

— No creí capaz de amar tanto a alguien. Creí que había perdido eso hace tanto tiempo.— le sonríe — Gracias por regresarme a la vida.— se dan un corto y delicado beso

— Tú hiciste eso por mi.— el pega su frente con la suya

— Elijah...— se abre la puerta y se separan al instante — Bella, ¿que haces aquí? — cuestiona Klaus

— Ya me iba.— se acerca a la puerta y Klaus no deja de verlos con sospecha

— Ella termina conmigo y vas a sobre ella. Típico de ti, hermano. Te creía más astuto.— reprochó el híbrido

— No estoy para tus niñerías, Niklaus.

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Presente
Me ve fijamente para luego dejarse apoyarse en el suelo. Tomo la daga e intento tocarlo, pero al hacerlo se levanta y retrocedo asustada

— No puedo...No puedo respirar.— se tira al suelo fatigado — ¿Qué esta pasándome? — me ve asustado y meneo la cabeza confundida

— Yo...no — se mueve rápido y choca contra la pared sobresaltándome.

Me levanto del suelo confundida.

— No puedo...no puedo.. no puedo estar en esta casa.— lo apoyo en mi y me quedo perpleja

— No estás invitado.— murmuro asombrada

— Sácame de aquí.— pide desesperado y asiento

El sigue chocando con todas las cosas hasta llegar a la salida. Se miraba algo chistoso, pero tenía que ponerme seria en la situación.

Voy detrás de el y se queda agachado en la entrada.

Voltea a verme lentamente y se levanta molesto. Trata de atacarme pero la puerta lo detiene

— ¿Qué paso? — lo callo señalándole que están arriba y pueden escuchar

— Te lo diré.— murmuro y me ve fijamente — Aquí no. ¿Puedo confiar en ti ? — el resopla

— ¿Y yo puedo confiar en ti? — inquiere en voz baja y respiro nerviosa.

Le doy la daga demostrando mi confianza y el la toma de mis manos. Tenemos contacto visual y me voy con el

De alguna forma, nunca le tenía miedo. Me sentía a salvo con el.

Tome mi auto y conduje por algunos suministros.
Básicamente solo sangre.

Elijah entró a robarla como un extraño fetichista con la sangre. Aveces me da curiosidad de cuál será su sabor.

— ¿Como vas? — pregunto nerviosa mientras me estaciono

— Mejor.— volteo a verlo y termina de beber de una bolsa — ¿Como conseguiste la daga?

Va directo y ni siquiera me miraba.

— Te lo contaré todo, pero debemos trabajar juntos, Elijah. Necesito tu palabra.— pido sincera y ladea su cabeza para verme

— Tú oportunidad de hacer exigencias ya pasó. Elena me apuñaló y me engañaron.— explicó y baje la cabeza apenada

— Lamento eso, no quería hacerlo si te sirve de algo.— voltea a verme — No son exigencias. Estoy ofreciéndote mi ayuda. A cambio, quiero la tuya.

— ¿Por que debería considerarlo? — pregunta incrédulo y nos vemos fijamente

— Por la misma razón por la que no me has matado...— me interrumpe

— No te he matado por que te amo.— soltó a la ligera — Así funciona el amor.— me quedé sorprendida

— Ese no es el punto.— volteó a ver al frente nerviosa

Da la casualidad que parece encantarle ponerme de esa manera. No sabía que contestarle.

— Necesitas nuestra ayuda para matar a Klaus. Y nosotras te necesitamos.— volteo a verlo de nuevo y me penetra con su mirada

El tiene era mirada que te hace temblar. Es demasiado apuesto para su propio bien.

Suena mi celular, y veo la pantalla.

Era Stefan.

Inhalo hondo y me quedo pensativa, pero atiendo

— ¿Donde estás? ¿Estás bien?— resoplo

— Si, estoy bien.— aclaro

— ¿Donde está Elijah?— pregunta preocupado

— Está aquí. Se cuidarme sola.— comento directa

— No, parece que no. ¿Donde estás? Voy para allá.— Elijah y yo nos miramos

— No, Stefan. Elijah y yo necesitamos tiempo a solas. Déjame hacer esto.— aclaro

— Escucha, no puedes confiar en el. Te usará para llega a Klaus...— lo interrumpo y hago una mueca

— Elijah es un hombre noble, Stefan. Tiene un código de honor. Confío en el. El no me hará daño...—me interrumpe

— No puedes hacerlo sola...

— Es mi decisión, Stefan. Debes respetarla. Ya no soy una niña a la que deben controlar. Asegúrate de que Damon no haga nada estúpido. Me mantendré en contacto.— cuelgo y me muestra para que le de mi celular.

Inhalo hondo y se lo entrego. Lo guarda en lo que queda de su saco.

— Lamento lo de...— señalo su atuendo — Eso.— resopla

Damon el piromano.

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Narrador omnisciente
— ¿Te colgó el teléfono? — le pregunta Damon incrédulo y Stefan alza sus cejas asintiendo

— Si.— responde sorprendido

— Se volvió loca. Más de lo que ya está.— comenta Damon preocupado

— Puede convencerlo de ayudarnos a matar a Klaus. Sabemos que el la amaba.— opina Stefan añade Elena y voltean a verla

— Piensa que Bonnie está muerta, ella es nuestra oportunidad.— insiste Damon y la castaña niega

— Pero morirá.— se acerca Elena — Estamos buscando otra manera.

— Acabarán muertas a su manera. Debemos encontrarla y detenerla.— ordena Damon confiado y se levanta del sofá 

— No, no debes intervenir.— advierte Stefan algo irritado

— ¿Qué? — le contesta Damon confundido y Elena los ve con atención

— Tampoco me agrada, pero tenemos que confiar en ella y dejar que lo intente.— expone

— Tal vez ese sea tu plan, el mío es mejor.—alardea y lo deja hablando solo.

Stefan lo detiene de golpe y Elena se levanta del sofá sorprendida.

— Dije que no intervengas.— le advierte Stefan en un tono serio

— Soy su hermano mayor, y no dejaré que termine muerta por tu inaptitud.— expone y se suelta de su agarre

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Arabella
— El está aquí. Me secuestró y eso. Ya sabes, tipifico Klaus.— mencionó y me mira sorprendido

— ¿Klaus está aquí? — murmura preocupado y asiento

— Es el mismo idiota. Se apropió del cuerpo de Alaric.— explico y a Elijah eso no parece sorprenderle

— No lo dudo. Es uno de sus trucos favoritos.— aclara y nos vemos fijamente

— ¿Que hará ahora? Tu eres el único que lo conoce. Yo aún tengo la memoria vaga.— pido comento ansiosa

— Si, lo conozco.— menciona divagando y suspiro

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Nueva Orleans, 1919

— Te prohíbo cualquier interacción con Bella. Podemos no estar juntos, pero ella sigue siendo muy importante para mi.— advierte Klaus entrando a la biblioteca

— Yo soy un hombre libre de hacer lo que quiera. No debo dejar de...— lo interrumpe

— Con ella no, hermano. Ella es especial para mi. No puedo con la idea de que estes con ella.— bebe su trago

— ¿Por que es tan importante para ti? — cuestiona

— Por que ella me hizo sentir que está bien no ser perfecto. Que puedo ser capaz de ser amado.— expone y Elijah lo ve sorprendido — Intento remediar lo que hice. Tal vez asi regresemos.

— Me alejaré si es lo que deseas. Lo prometo.— impone Elijah

— Gracias, hermano, sabía que entenderías.

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Arabella
Me había pedido que lo llevara a la mansión Lockwood. La verdad, no sabía el por qué estábamos aquí.

Pudimos ir a cualquier otro sitio, pero no, el quiso venir a la casa de la risa.

Estábamos esperando a que abrieran. Si que tardaban.

— No entiendo por que venimos aquí.— menciono observando la puerta

— ¿Tienes que cuestionar todo lo hago? — volteo a verlo — Siempre lo hiciste.— suspiro

— Por que siempre eres reservado.— murmuré y la puerta se abrió

— ¿Elijah? ¿Bella? ¿Qué hacen aquí? ¿Qué sucedió?— pregunta la Sra. Lockwood sorprendida.

Supongo que el aspecto del hombre quemado deja mucho que decir.

— Tuve un pequeño incidente, Carol. Esperaba que pudieras ayudar.— le dice Elijah y frunzo el ceño

— Bueno, tengo una junta, así que...— el se le acerca y frunzo el ceño

— Solo tomará un minuto de tu tiempo.— comenzaba a hipnotizarla

— Por supuesto. Todo lo que necesiten.— comenta con una sonrisa

— Esa me gustó.— alardeo y me da el pase

— Gracias, Bueno, primero lo primero. Necesitaré un cambio de ropa.— pide Elijah mientras vamos por la casa

— Buscaré uno de los trajes de mi esposo. No los he guardado todavía.— la Sra. Lockwood sube y veo a Elijah

— ¿Como sabes que no toma verbena? — pregunto curiosa

— Por que yo hice que dejara de tomarla, justo antes que Elena y tus amigos me mataran, dos veces.— sonrío — Si me disculpas, bajaré en un momento.

Todo estaba tan tenso entre nosotros. El estaba molesto por lo que le hice, y justa razón.

El no hizo nada más que ayudar. No debieron hacerle eso. Pero nunca me escuchan.

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Narrador omnisciente
— Tenemos un problema.— le dice Avery a Stefan al teléfono

— ¿Y ahora que?

— Jenna volvió de la universidad y Alariklaus está en mi cocina. ¿Qué rayos se supone que debo hacer? — murmura desde su habitación

— Okey, Avery, yo me encargo. Voy para allá.— cuelga

— Me encantaría ayudarte.— escuchan a Damon y voltean a verlo — Pero no quieres que haga nada estúpido.— Elena lo ve molesta

— ¿Enserio vas a portarte así?— se queja Stefan decepcionado

— No importa, Stefan. Solo vámonos.— pide Elena y ve de reojo a Damon

— Tú y tu novia son los que deciden, yo no voy a intervenir, Stefan.— el solo asiente y se va de ahí con la castaña.

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Arabella
Elijah se terminaba de arreglar mientras yo esperaba en el sillón. Mil ideas pasaban por mi mente al solo estar sentada.

Mis recuerdos me abruman y los sentimientos ni se digan. Siento todo mi cuerpo revuelto y confundido.

— Asumo que los brujos Martin ya no están con nosotros.— habla Elijah y volteo a verlo.

— No. Lo siento.— expreso sincera

— ¿Y Katerina? Debió de haberse liberado de mis hipnosis cuando morí.— suspiro y nos vemos fijamente

— Klaus la tiene. No quiere matarla, el quiere torturarla.— menciono y suspira

— Tienes razón. No es el estilo de Klaus. La muerte sería poco después de lo que.— suspiro

— No entiendo. Dices que quieres muerto a Klaus, pero hiciste que Katherine pagara por traicionarlo.— expreso confundida

— Tengo mis razones para querer que Katerina pagara. En una época yo habría hecho todo por Klaus.— expone y alzo una ceja

— ¿Fueron pareja o algo? — murmuro incómoda

— ¿Por que? ¿Te interesaría? — insinúa y bebe de su té

— Entendería por que la odias. Digo, yo aún le quiero arrancar la cabeza y ponerla de trofeo. Ella me mintió durante 145 años. Ni siquiera se por que aún la dejo respirando.— me quejo y bebo café

— Por que, a pesar de todo el daño, sabes que matarla no te regresará nada de lo que perdiste.— bajo la taza

— Tal vez tengas razón. Ya no soy una asesina a sangre fría como alguna vez lo hice. Todo cambió. Aunque el vacío persiste.— menciono — Cuéntame sobre tu familia. Casi no lo recuerdo.

— Mi padre era un rico terrateniente de un pueblo de Europa Oriental. Nuestra madre dio a luz a siete hijos...— lo interrumpo asombrada mientras se agarra el cuello de la camisa frente al espejo

— Entonces tus padres eran humanos.— comento confundida

— Toda nuestra familia.— alzo mis cejas — Nuestro origen como vampiros es una historia muy larga, Bella. Ahora, somos los vampiros más antiguos del mundo. Somos la familia original, todos fueron creados por nosotros.— lo veo asombrada.

— Entiendo, pero Klaus es tu hermano. ¿Lo quieres muerto? — le pregunto incrédula y me ve fijamente

— Necesito tomar aire. Aun me siento un poco, muerto. Ven.— suspiro y le sigo el paso.

De las pocas cosas que recuerdo, es que el amaba a su familia. Aunque fueran unos malditos, la muerte no era parte de su venganza.

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Narrador omnisciente
— Supuse que seguías viva. Alari-Klaus estaba adaptándose fácilmente. Imaginé qué debió de haber tenido algo de ayuda.— Damon le enseña un frasco de verbena

— ¿Es eso...? — expresa Katherine ansiosa

— Verbena, tu salvación.— alardea Damon

— No podrá deshacer nada.— añade crédula

— Siempre hay una laguna. ¿Te dijo que te quedaras aquí hasta que te ordenara que te fueras?— Katherine de queda bocabierta, no podia responder — No puedes decirlo. ¿Te dijo que hicieras todo lo que el diga hasta el fin de los tiempos? — ella niega

— No.— contesta asombrada

— Ahí esta tu laguna. Tómala e impedirás qué vuelva a hipnotizarte.— ella se acerca pero Damon la guarda

— Dámela.— pide desesperada

— Primero contéstame algo. Nos traicionaste con Isobel. ¿Por qué? — pregunta con interés

— Pensé que no podrían vencer a Klaus. Estaba cuidándome.— alardea Katherine cínica y el vampiro sonríe

— ¿Y a dónde te llevó eso? — se regodea y Katherine rueda sus ojos — Toma. Ten cuidado con ella. Si averigua que la tienes, nunca saldrás de aquí. Estas a deuda conmigo, y me cobrare el favor.

Camina a la puerta junto a Andie. A la castaña le pasa una idea por la cabeza.

— Tú hermana.— el se frena — Klaus y Elijah están a sus pies. Tal vez te sirva de algo. Klaus aún la quiere como si fuera ayer. Y es mucho decir viniendo de él.— el asiente

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Arabella
Caminábamos por el patio de la mansión. Era muy pacífico. Es casi como el sueño que siempre quise sobre alejarme de todo el drama y vivir lejos.

No soy chica de ciudad, eso siempre lo he sabido.

— Como puedes ver, nada puede matar a un original. Ni el sol ni el fue, ni siquiera una mordida de hombre lobo...— alzo mis cejas sorprendida — Únicamente la madera de un solo árbol, un árbol que mi familia hizo arder.— una idea cruza por mi mente

— De ahí viene la ceniza blanca de daga.— expreso impresionada

— Si. Los brujos no permitirían algo inmortal sobre la tierra. Las criaturas deben tener una debilidad para mantener el equilibrio.— explica Elijah y asiento

— Si el sol no mata a un original, ¿que importa a Klaus la maldición del sol y la luna?.— pregunto con confusión

— Claro. La maldición del sol y la luna. Suena muy bíblico ¿no lo crees?— murmura y sonríe viéndome

— ¿Qué es lo gracioso? — menciono curiosa.

Elijah comenzaba a contarme algo acerca de qué Klaus hizo el pergamino.

Todo fue una estrategia del señor egoísta para que consigamos algo que quiere. Para que todos lo busquen por el. Típico de el.

— Entonces, ¿Klaus hizo los dibujos aztecas sobre la maldición? — pregunto abrumada

— Rollos romanos, grabados tribales africanos y cualquier otra cultura o continente que quisiéramos incluir.— menciona a la ligera y frunzo el ceño

— Me imagino el porqué.—murmuro molesta

— La manera más fácil de descubrir al doppelgänger, a la bruja Blackwood o de conseguir una piedra lunar perdida, es que todos los miembros de dos especies enemigas los busquen.— asiento

— Entonces, ¿ni siquiera es azteca? — pregunto incrédula — Por que suena a un chiste. Y creo que el hizo todo este drama para conseguir lo que quiere. Como...— me interrumpe

— La maldición del sol y la luna es falsa. No existe.— explica y lo veo perpleja.

Lo sabía! Lo sabía!

Se aleja y le sigo el paso.

— ¿Qué? — pregunto sorprendida

— Klaus y yo inventamos la maldición, tenía más de mil años.— asiento

— Pero si no hay maldición...— me interrumpe

— Si hay una. La verdadera es mucho peor. Es una maldición sobre Klaus.— elevo mis cejas con interés

— ¿De qué hablas? — pregunto confundida

— Klaus intenta romperla desde hace mil años, y tu y Elena son su única esperanza.— menciona directo y nos detenemos.

Tenemos contacto visual.

— ¿Cuál es esta maldición? — pregunto curiosa y un teléfono vibra, el mio

— Tu teléfono vibra incesantemente. Contéstalo, por favor.—me lo da y atiendo

— Damon, ¿cuando vas a dejar de sobreprotegerme? — me quejo

El día que estes muerta.— ruedo los ojos — Pronto, si sigues haciendo estupideces.— resoplo

Estoy bien, ¿de acuerdo? Estoy averiguando más de lo que crees. Y esta conversación no me sirve de nada.

Ara, no puedo evitar no preocuparme por ti. Eres la impulsiva suicida.— abro mi boca ofendida

Damon, te voy a colgar. Adiós.

Apago el teléfono y volteo a ver a Elijah. El sonríe asintiendo

— El te quiere mucho.— menciona y suspiro asintiendo

— Soy la menor de ambos. Súmale que soy una chica. Siempre han querido controlar mi vida.— caminamos juntos

— Me recuerdas a Rebekah.— sonrío y volteo a verlo — Tenía el mismo espíritu independiente. No le gustaba que le dijeran que hacer con su vida.

— Recuerdo fragmentos de ella. Éramos buenas amigas. Ella confiaba en mi y yo en ella. Casi como hermanas.— expongo sincera — La extraño.

— Somos dos.— volteo a verlo — Klaus la mató. Y por eso estoy aquí. Por venganza.

— ¿No fuiste tú el que me dijo que la venganza no te da nada? — da un suspiro largo y entramos a la casa

— Aveces el orgullo puede mas que la conciencia. Y eso es una penitencia.— bajo la mirada pensativa

El tenía mucha razón.

— Dime. ¿Cuál es la maldición de Klaus? — pregunto con interés y me quito mi abrigo

— Por favor.— me señala que tome asiento y lo hago — Mi familia era muy unida, pero Klaus y mi padre no se entendían. Cuando nos volvimos vampiros descubrimos la verdad. Klaus no era hijo de mi padre.— frunzo el ceño — Mi madre había sido infiel muchos años antes. Ese era su secreto más oscuro. Klaus formaba parte de otro linaje. Por supuesto, cuando mi padre lo supo, buscó y mató al amante de mi madre y a toda su familia.— alzo mis cejas sorprendida — Sin saber que estaba iniciando una guerra entre especies que continua hasta este día.

— ¿Guerra entre especies? — pregunto confundida

— Los vampiros y los hombres lobos.— aclara y me quedo pensativa

— ¿El verdadero padre de Klaus tenía un linaje de hombres lobos? ¿Qué es Klaus entonces? ¿Hombre lobo o vampiro? — cuestiono ansiosa y el solo me mira intrigado

— Ambos.— me quedo bocabierta — Igual que tú. Eres mitad lobo y bruja. Ya eres superior. — se me va el aliento — Un hibrido es más peligroso que un hombre lobo o un vampiro. La naturaleza no toleró tal desequilibrio. Los brujos, servidores de la naturaleza lograron que su parte de hombre lobo permaneciera latente.— Elijah me mira fijamente y me quedo analizando todo

No esperaba que Klaus fuera dos especies. No creí que fuera posible después de ser vampiro.

Se supone que solo puedes ser uno después de entrar en transición. Eso nos pone en peligro a todos.

— Eso es su maldición.— murmuro y elevo mis cejas asombrada

— Quiere despertar su parte de hombre lobo que Diana y mi madre sellaron. De poder hacerlo, Klaus engendraría su propio linaje. Crearía su propia raza poniendo en peligro no solo a los vampiros sino a todos.— me levanto perpleja

— Pero tu lo ayudaste.— señalo directa y suspira

— Lo ayude por que lo amaba. Eso ha cambiado. El debe morir.— menciona con frialdad y lo veo sorprendida

— Tenemos la daga ahora, podemos detenerlo.— comento confiada

— Un hombre lobo puede sanar si lo hieren con plata. Solo puedes matar a un original con ceniza blanca en una daga de plata. ¿Ves el dilema? La daga no sirve.— aclara y camino de un lado a otro inquieta

— ¿Estás diciendo que no se puede matar a Klaus?

— La manera de matar a cualquier especie sobrenatural, es en manos de los servidores de la naturaleza. Como tú.— nos vemos fijamente

— Un brujo.— sugiero y asiente — Si puedo canalizar todo ese poder.— suspiro es desanimo — Pero lo mataría.— apoyo mi cabeza en la pared

— La maldición debe romperse en la luna llena, cuando Klaus esté en transición. Entonces será mas vulnerable. Un brujo con suficiente poder puede matar a Klaus.— se me acerca — Tú no puedes por que eres parte del ritual. No existe criatura en la tierra que sea bruja y licántropo. Pelear contra el también sería una sentencia de muerte.— suspiro

— ¿Y si te dijera que se de una bruja que puede canalizar ese poder? — cuestiono curiosa

— Entonces te diría que hay una cosa que debes saber.— expone y frunzo el ceño

Comenzaba a contarme que unos brujos encontraron una forma de perdonarle la vida a la bruja que oficiaba el ritual.

Cosa que hizo que mi cabeza estallara. No imaginaba que hubiera una solución para traer a la vida a alguien. Al menos, no sin la ayuda de un hechizo.

— ¿Encontraste una manera de salvarle la vida a la bruja? — pregunto asombrada

— Si, Bella. Así fue. Por desgracia, Katerina tomó el asunto en sus propias manos antes. Se llevó a la bruja. Creo que ya sabes como resultó eso.— asiento

— Tú las querías, ¿verdad?— el voltea a verme y su mirada se puso opaca

— Me han dicho que es un error común.— nos vemos de forma intensa — Un error que no repetiré.

Se aleja y bajo la mirada abatida. Era demasiado que procesar en un día.

— Si matabas a esa bruja, no habría más linaje Blackwood.— le hablo y se frena — ¿Por que la querías dejar vivir?

— Me mostró humanidad.— voltea a verme — Alicent era mi mejor amiga. No era nada romántico lo que teníamos, era un vínculo único. Me hizo sentir que no era solo el vampiro que vivía en la oscuridad. Lo que tú me hacías sentir.— me le acerco

— ¿Por eso me borraste los recuerdos? Me escondiste durante 91 años? — expuse y sus ojos castaños se impactan con los míos

— Por que eres todo lo que me queda, Bella. Sin ti, no tengo a nadie.— noto el nudo en su garganta — Cada momento en tu vida, estuve ahí. Te vi conocer el mundo. Dejar tu pasado para iniciar sin el dolor. Te vi amar...— mi corazón se acelera — Tu viste en mi algo que nadie más ha hecho. Me hiciste sentir hombre de nuevo. Alejaste a la bestia. Viví un infierno y tú lo apagaste. Tú me salvaste.— se cristalizan mis ojos

— Tú también me salvaste. En mi oscuridad tú fuiste la luz. Me sentía perdida y tú encontraste mi camino. Desearía poder recordar todo. Pero, aún intento recuperarlos.— se me derrama una lagrima y la limpia

— Recuerda esto...— me jala del rostro y pega sus labios con los míos

Al momento sentí fuegos artificiales. Todo mi cuerpo simplemente se elevó.

Era exquisita la combinación de su boca con la mía. El iba a una velocidad lenta, pero apasionante a la vez. Única.

Sus grandes manos sujetaban mi cara mientras me quedé inmóvil dejando que el hiciera el trabajo.

Mi corazón se me quería salir del pecho y la mariposas se sintieron. Como esa típica metáfora. Puso mi cuerpo a temblar con un solo beso.

No creí que eso fuera posible.


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Narrador omnisciente
— ¿Como va todo? — le pregunta Stefan a la Gilbert

Estaba abrumada por todo lo que pasó hoy.

Klaus había ido a la casa de los Gilbert a armar un caos. Por fin se reveló la verdad de los vampiros a Jenna y se estaba adaptando.

— Pues, algo bien. Avery no quiso irse de la casa, aunque Klaus pueda entrar. Se quedará con Jeremy. Es muy testarudo.— explica — Y Jenna si, si no te molesta, iré a instalarla.— sugiere y el asiente

— Estas en tu casa.— le sonríe y va en búsqueda de su tía

Stefan iba por la casa y vió a Damon beber en la biblioteca.

— Dejas mucha libertad sobre, Bella.— suelta el vampiro

— Te guste o no, Damon, ella es una adulta. Es capaz de tomar sus decisiones.— expone y Damon se levanta

— ¿Incluso aunque la llevan a su muerte? — cuestiona — Por que, le encanta meterse en la boca del lobo y no me apoyas.— se le acerca

— Por que Bella es fuerte. Desde que éramos niños siempre fue la que nos limpiaba las heridas y la de la mente sensata.— el vampiro niega

— Ahí te equivocas, Stefan. A Bella la mueven sus emociones. Actúa de acuerdo a cómo se siente. Por que mató a la manada de lobos de Jules y hace cosas impulsivas.— reprocha desesperado

— Es como tú...— soltó y Damon lo vió sorprendido — Y por eso te da miedo. Por que en el fondo sabes que vives miserable por tus decisiones.

— Ella es mejor que yo. Pero terminará muerta si no deja de pensar en su compasión.— insiste

— Ella es lo mejor de los dos. Bella es una mujer honorable y humilde. Ella jamás dejaría que alguien muera por ella...— Damon lo interrumpe

— Y yo mataría a cualquiera para salvarla.— expuso sin tacto

— La vas a perder si la proteges tanto.— señala

— Prefiero que me odie a extrañarla toda una vida. Ya lo hice una vez, y fue una vida de vacío. No lo haré de nuevo.

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Arabella
Después de aquel apasionante beso, íbamos de regreso a mi casa para hablar con mis hermanos.

No podía borrar la sonrisa de mi rostro. Estaba muy feliz por aquel beso. Me hizo volver a sentir cosas que creí perdidas hace mucho tiempo.

No se por que, pero siempre sentí un vacío. Estaba con Marcel, y lo quería. Pero en el fondo, sabía que no me entregaba por completo. Creo que ahora se por que.

Entramos a la casa y se escucha un alboroto, me muevo enseguida hacía el lugar de donde provenía el ruido.

Me quejo perpleja al ver el acto que tenía frente a mi. Hasta me daba vergüenza.

— ¡Basta! — les hablo entrando con Elijah.

Ambos estaban peleando. Como niños chiquitos. Me dió un deja vu.

Voltean a verme y se separan. Se veían por la presencia de Elijah.

— ¿Le permitiste entrar? — me pregunta Damon molesto y asiento

— Elijah y yo tenemos un acuerdo.— aclaro y me ve incrédulo

— ¿Enserio?— me contesta burlón y suspiro

— Ustedes no correrán ningún peligro en mi presencia. Solo pido una cosa a cambio.— habla Elijah y mis hermanos lo miran

— ¿Que cosa? — le pregunta Damon petulante

— Una disculpa.— expone Elijah sereno y Damon ríe.

— ¿Una que?— pregunta incrédulo y suspiro.

Solo los observo sin emoción alguna. Había un silencio incómodo y Stefan dió el primer paso

— Lamento el papel que yo desempeñé en tu muerte. Estaba tratando de proteger an Elena y Bella. Siempre voy a protegerlas.— explica y sonrío 

— Entiendo.— contesta Elijah sincero.

Vemos a Damon esperando a que de una respuesta. El niega con la cabeza

— El sacrificio ocurrirá, Damon. Bonnie matará a Klaus sin hacerse daño y Elijah sabe cómo salvar mi vida y la de Elena. Te dije que hallaría otra forma, y así fue.— le digo confiada y me ve fijamente

— ¿Es eso cierto?—le pregunta Damon a Elijah y el asiente

— Si.— contesta Elijah firme

— ¿Y tú confías en el? — me pregunta Damon con interés y asiento

—Si.— respondo segura y se queda viéndonos sin parpadear

— Todos ustedes pueden irse al diablo.— bajo mi mirada decepcionada y sale de la habitación.

El viejo Damon inmaduro y orgulloso. No se por que me sorprendo.

— Está enojado conmigo en este momento, pero entrará en razón.— expone Stefan y volteo a ver a Elijah

— Quizá.— contesta y suspiro

— Debo hablar con el.— me voy de ahí para ir en su búsqueda.

Se que se preocupaba por mi y solo quiere cuidarme. Pero no podemos funcionar si el quiere que personas mueran por salvarme. No puedo permitir eso.

— No quiero escuchar tus sermones, Arabella.—me quedo en el marco de la puerta y lo observo en la cama

— Tú me conoces, pero no del todo. Hay facetas de mi que no he mostrado. Pero algo que jamás va a cambiar, es mi compasión.— levanta la mirada — No esta en mi dejar que una niña muera para que yo tenga un par de años más. Una persona inocente. ¿Qué clase de monstruo sería si yo hiciera eso? — se levanta

— Ya te perdí una vez. No podré soportar hacerlo de nuevo. Eres mi hermanita.— expresa alterado y mi corazón se achica

— No voy morir. Elijah consiguió la solución.— me toma del rostro — Confío en el.

— Tú no puedes confiar en el.— expresa desesperado y me aparto

— Es la única opción que tengo. Ya no hay escapatoria. Ya no hay mas soluciones. Es todo. Tienes que entenderlo.— expongo y solo me ve con tristeza

— No puedo creer que no te importe tu vida. Que hagas esto.— me pasa por un lado saliendo de su habitación.

Sus ojos se miraban apagados por que el estaba triste por mi.

Con los años, dejé de tenerle miedo a la muerte. Cuando vives mucho tiempo, es algo que esperas.

Conoces que en algún punto, el reloj se detiene y todo lo que queda, es buscar alguna clase de paz.

Lo difícil, es cuando el duelo viene. Y lástimas a las personas que amas por tu ausencia.

Eso es la penitencia de una muerte precoz. El dolor de extrañar.

Salgo de su habitación para ir a la biblioteca por un bourbon. Necesitaba un buen trago después del drama de hoy.

— El está asustado.— escucho a Elijah mientras voy por la sala — No quiere perderte.— suspiro y me apoyo en el barandal

— El me perdió durante 145 años gracias a Katherine. Odio que haya desperdiciado tanto tiempo.— menciono abatida y asiente — ¿Por que te quedaste? — da un suspiro largo

— Estoy asustado.— frunzo el ceño — Pongo toda mi fe en ese elixir. Si no funciona, te perderé para siempre.— me acerco

— No me gusta los malos presagios.— suspira — No me des mala suerte. Esas cosas se atraen.

— En serio, Bella. No estoy listo para verte morir. No cuando no hemos...— se pausa y lo veo con atención —...No hemos compartido una vida.

— No puedo escapar de mi destino. No se que más hacer. Solo tengo esa solución.— toma mis manos y me recorre un escalofrío

— Ese elixir va a servir. No soy capaz de creer en algún tipo de idoneidad, pero, quiero poner mi fe en que te volveré a ver y podremos ser feliz.— sonrió y me toma del rostro — No creo ser capaz de perderme esta belleza por siempre.— pega su frente con la mía

— Va a funcionar. Creo en eso.— murmuro y nos separamos — Mejor, invítame a cenar después de esto. Aun te debo una cena, ¿no? — sonríe

— Lo recuerdas.— menciona sonriente y asiento

— Claro, cuando un hombre guapo, en traje y rico me invita a salir, no me niego.— se ríe asintiendo

— Es un buen punto. Iremos a donde tú quieras. Pero, nos veremos.— alzo mi mano y frunce el ceño

— Lo voy a prometer, anda, levanta la mano.— lo hace y muestro el meñique — Prometo que después del ritual sátanico, iremos a cenar.— menea su cabeza riendo

— Es una promesa.— entrelaza su dedo con el mío y sonrío ampliamente

— Una promesa.

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Narrador omnisciente
Maddox y Greta hacían un hechizo para traer a Klaus en su cuerpo original.

Llevaban horas en el hasta que el cántico se detuvo y Alaric regresó a su cuerpo.

Despierta aturdido y ve fijamente a Katherine

— ¿Elena? — pregunta confundido y se desmaya.

Greta se acerca al ataúd y lo abre. Katherine se acerca con miedo a ver el espectáculo donde alguien esperado sale.

La vampira se quedó perpleja al ver al hombre que la arruinó la vida por siglos. Un miedo regresó a ella. 

— Así esta mejor.— alardea Klaus y se muestra en en su verdadero cuerpo.

El tenía una mujer en mente, una que le vió la cara y lo engañó. El quería venganza. Una hacía...

Arabella Salvatore.

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