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-Epílogo-

La pareja empezó a convivir después de algunos meses, debido a que poco a poco fueron diciendo a la gente más cercana que estaban juntos "otra vez". Aunque ellos sabían a la perfección que jamás cortaron, simplemente el destino los separó, haciéndoles pensar que jamás se verían de nuevo.

Taehyung se mudó a la pequeña casa en la que residía su novio pelinegro.

Y desde el día que volvió, en sus sueños ya no aparecía aquel chico, suponiendo que realmente lo había matado. Él solo caminaba por la carretera de Estados Unidos, en la que poco a poco se creaba una barrera sin final de piedra. Cada día se hacía más alta y estaba quedándose encerrado en esa carretera.

Quizás aquel era el final y por fin podría quedarse ahí para siempre.

El grupo de 6 amigos se volvieron a reencontrar poco después de la vuelta de Taehyung Williams. La boda de Namjoon y Jin fue un éxito, e incluso durante la celebración vieron algunas fotos de su adolescencia, en las que salían todos juntos en su último año de instituto, haciéndoles recordar mucho. Taehyung le hizo un discurso a los novios, pero sobre todo a Jin y lloró en este.

Los novios se veían preciosos, pero los tres amigos (Yoongi, Hoseok y Taehyung) lloraron al ver a Jin vestido con el traje blanco, se veía precioso en su día especial.

La pareja de Jimin y Yoongi poco a poco aprendieron a convivir sin discutir y su amor se hacía cada vez más grande.

Hoseok y el chico con el que estaba, llamado Jackson, eran una pareja muy divertida, ambos igual de aventureros y bromistas.

Sin embargo, ahora, la pareja conformada por Jungkook Taylor y Taehyung Williams estaban dirigiéndose a Salt Lake City, el lugar en el que se conocieron.

Fue un viaje en coche bastante corto, quizás de una hora y poco.

Pasaron por esas calles y carreteras conocidas, pero ahora estaban muy diferentes a como las recordaban cuando paseaban y vagaban por allí.

Fueron directos a casa de la familia Williams, en la que estaban sus padres y más tarde llegaron los hermanos menores de Taehyung, comieron allí antes de irse al aeropuerto de Salt Lake City, para recoger a los padres de la familia Taylor.

Taehyung conocería por primera vez a los padres de su novio y estaba bastante ansioso, debido a que sabía que el padre de Jungkook era un hombre serio y que no podías tratarlo con informalidad, pero su novio lo tranquilizó.

Aunque entre la comida y la ida al aeropuerto, aprovecharon para ir a un lugar en el cual vivieron muchas cosas, el instituto en el que estudiaron.

Se notaban las reformas que habían hecho a lo largo de los años y lo moderno que parecía. Se adentraron a este, ellos ya habían contactado con el instituto para poder visitarlo.

Y también aprovecharían para ver a sus antiguos entrenadores, los cuales les habían pedido si podían dar charlas o estar en el entrenamiento de los actuales adolescentes jugadores.

Los pasillos seguían prácticamente iguales, las taquillas también, todo seguía igual excepto por las renovaciones de pinturas.

Saludaron a algunos de los profesores, entre ellos, la profesora de literatura. La mujer estaba bastante más mayor, pero fue muy amable con ellos, recordando momentos en los que estudiaban, aquella vez que los castigaron o su presentación, de la cual había fotos y se las enseñaron.

Sonrieron al verlas, y rieron un rato junto a la profesora, también explicaron sobre lo que hacía cada uno con sus vidas en ese momento.

Más tarde fueron hacia el campo de futbol, en el que se encontraron al antiguo entrenador de Jungkook.

— ¡Ey! — Los llamó. — Aquí están mis chicos favoritos. — Pasó los brazos por las espaldas de estos. — ¿Qué tal vais, pareja? —

El entrenador sabía de la pareja de ambos chicos como todo el instituto en su momento. Esto se sabía también debido a la charla que tuvo con Jungkook después de ganar el partido final de temporada en el año 2006 y su último como estudiante de High School, en el que le explicó respecto a la relación que tenía con el anteriormente rubiom aquel problema que tuvieron en su momento y el mayor le aconsejó.

Estuvieron hablando antes de que el señor que los había recibido estupendamente llamase a los chicos que entrenaban.

— Os presento a estos dos chicos, fueron mis alumnos hace 14 años. — Les dio unas palmaditas a los nombrados. — Son muy buenos chicos, aunque andaban de castigo en castigo. —

Ambos se miraron y sonrieron, recordando aquella vez que el castaño le dio un puñetazo al pelinegro.

— No os recomiendo seguir su ejemplo en ese aspecto. Pero eso sí, os recomiendo seguir el ejemplo de este chico de aquí. — Dio un pequeño empujón a Jungkook. — Este es Jungkook Taylor, ya sabéis que es muy importante en la historia del equipo de futbol de este instituto, tendréis una charla con él. —

Los adolescentes murmuraban entre ellos, parecían emocionados al ver a su novio presente.

Jungkook fue muy buen jugador y marcó gran cantidad de puntos en el momento en el que estudió en aquella institución e hizo historia siendo el capitán en la temporada de 2005-2006.

El castaño se despidió de su novio y el entrenador para dirigirse al pabellón de voleibol. Nada más entrar, oyó los sonidos chirriantes de los zapatos en el suelo, de las pelotas chocando contra las pieles de los chicos que jugaban.

Había pasado tanto tiempo desde que jugó por última vez en aquel lugar.

Saludó a su entrenador, contento de verlo ahí.

— Te he traído una sorpresa, aprovechando que has venido. — Dijo el señor con el pelo canoso. —

Entonces salieron sus excompañeros de voleibol, Seojoon, Wooshik y Hyunsik.

Sonrió de inmediato y fue corriendo a abrazarlos, los cuatro se dieron un abrazo grupal y charlaron un rato.

Ellos también habían hecho historia en el equipo de voleibol, ya que el torneo que ganaron, fue el primero que ganaron en más de dos décadas.

Tuvieron una charla con los nuevos jugadores, los cuales estaban muy emocionados por ganar ese año, después de eso, visitaron lugares de la zona de deportes.

Vieron el trofeo en la zona de vitrinas junto a las fotos del equipo de aquel entonces y rieron de cómo se veían durante su adolescencia, recordando algunas anécdotas, entre ellas algunas de las concentraciones junto a Nathan y Rowdy.

— ¿Sabéis qué es de ellos? — Preguntó curioso. —

— Sé que Rowdy está viviendo en Canadá y que Nathan está en Arizona jugando en un equipo profesional, tengo su número por si lo queréis. — Explicó el ex capitán. —

Hacía 14 años que no veía a sus amigos y claramente les pidió los números de ambos para poder contactar y verse.

Rato después, llegó el pelinegro, el cual llevaba una coleta y algo de sudor en la frente, seguramente había jugado con los chicos del equipo. Los cuatro exjugadores de voleibol se giraron en su dirección y se saludaron con cordialidad.

— Debería irme, chicos. — Les dijo. — Nos podemos ver un día de estos, tenemos mucho de lo que hablar. —

Se despidieron y la pareja se fue, ya que debían irse al aeropuerto.

Y a medida que el tiempo pasaba, los nervios aumentaban.

Iba a conocer a los Taylor.

Puesto que iban a encontrarse con los padres de su pareja, sabiendo que el padre del mayor era un empresario importante, se vistieron algo formales, puesto que fue algo que le recomendó su novio.

El castaño, con las raíces rubias saliendo de su cuero cabelludo, llevaba una camisa blanca con algunos botones abiertos y unos pantalones de traje negros, los zapatos eran también formales.

Jungkook, sin embargo, llevaba una camisa negra, también entre abierta, y los pantalones de vestir del mismo color.

Taylor condujo hasta llegar al aeropuerto y aparcaron antes de dirigirse a la zona de salida de los viajeros. De inmediato, reconoció a los padres del chico, a demás de porque los había visto en fotografías, también era porque eran muy parecidos al hijo.

El hombre llevaba un traje completo de color azul y la madre del chico una blusa formal de color burdeos junto a unos pantalones blancos, con unos tacones con poca altura negros, esto con un abrigo encima de color negro.

— Tú deberás ser Taehyung. — Saludó la madre con un abrazo. — Me alegro mucho de conocerte. —

Probablemente, el chico estaría rojo hasta las orejas, pero la saludó con una sonrisa, sorprendido de la amabilidad de la mujer. Sin embargo, aquello se le fue cuando el padre del chico se acercó y le tendió la mano.

La familia de Jungkook por parte paterna era muy homofóbica y por lo que le contó su novio, la reacción de su padre, al enterarse de que su hijo estaba con un hombre, no fue muy buena, aunque con el tiempo lo medio aceptó.

— Soy el padre de Jungkook, encantado. — El señor trató de sonar amable mientras le estrechaba la mano. —

Su sonrisa de forma cuadrada salió a la luz al ver lo mucho que el señor se parecía a su hijo y por su intento de amabilidad.

— Encantado señor Taylor, soy Taehyung Williams. —

El hombre asintió antes de que la pareja agarrara las maletas y caminaran hacia el aparcamiento donde estaba el coche.

Los nervios se le habían ido de repente, sin embargo, el ambiente era bastante tenso, cosa que trató de solucionar la madre del mayor hablando de distintos temas, preguntando por la vida del rubio o contando pequeñas anécdotas familiares.

Los padres del pelinegro solo dejarían las maletas en la casa de Salt Lake City y se dirigirían a realizar unos negocios por la zona. Pero los días siguientes lo pasarían juntos con Olivia y su novio.

Estaba oscureciendo y se adentraron con rapidez.

Después de despedirse de los padres del mayor, miraron la casa, aquella en la que residía Jungkook durante su adolescencia junto a Olivia.

Pero había algo que ambos querían ver.

Aquella pintura que tantos años atrás había realizado Jungkook para expresar sus sentimientos y donde se hicieron pareja inconscientemente.

Cuando entraron a la habitación visualizaron la luz medio naranja entrando por la ventana debido a que estaba anocheciendo. En ese pequeño cuarto, no había nada más que dos pufs en el centro de la habitación, eran los mismos que años atrás pero con otras fundas. Y lo más importante, era aquella pintura, que poco a poco se había desgastado, pero seguía igual de preciosa en lo alto de la habitación.

Las estrellas dibujadas, la luna y todos los pequeños detalles seguían ahí. Pero a pesar de que aquello estuviera desgastado, se podía ver a través de esa pintura el tiempo que había pasado, lo mucho que había aguantado aquella pintura, pero que a pesar de haber pasado 14 años, seguía en pie, al igual que el amor de ambos.

Y los sentimientos de melancolía se le vinieron encima.

— Charlemos un rato. — Invitó el pelinegro mientras se sentaba en el puf. —

Sonrió y se sentó a su lado.

Aquellas vistas que se observaban a través del ventanal eran preciosas, al igual que 14 años atrás. Se miraron mientras sonreían.

— Deberías renovar la pintura. — Propuso. —

— No creo tener esa mano actualmente. —

— ¿Por qué no? —

— Dejé de dibujar y pintar cuando empecé a olvidar tu rostro. — Suspiró mientras miraba el cielo, en este desaparecía el color anaranjado bajo el color oscuro de la noche. —

— Pues ahora que puedes verlo siempre, creo que sería hora de empezar a dibujar y pintar otra vez. —

Jungkook chasqueó la lengua mientras apartaba la mirada con un movimiento de cabeza y una sonrisa ladina algo tímida.

Taehyung rio y giró el rostro del pelinegro para poder darle un pico.

— Deberías renovar eso y lo digo en serio. —

— Taehyung... —

— ¡Si quieres te ayudo! —

Jungkook carcajeó y asintió.

— Si lo hacemos juntos me parece bien. —

Se besaron con una sonrisa en los labios, aunque con los segundos aquel beso se intensificó. Volviéndose más sucio y pasional.

— ¿Vas a follarme aquí? — Preguntó el menor pícaro mientras se sentaba a horcajadas sobre el contrario, acto seguido se mordió el labio con una mirada provocadora. —

— Si me lo dices así... — No acabó la frase al ser besado por su novio. —

Taehyung empezó a moverse sobre el chico, provocando cada vez más. Aquellos últimos días había tenido muchas ganas de tener sexo, aunque ninguno tenía tiempo por sus trabajos.

Durante esos meses desde que llegó, habían tenido bastante sexo, debido a que querían recuperar el tiempo perdido en aquellos años.

Anhelaban el cuerpo contrario.

Se sacó la camiseta él mismo antes de tirarla hacia donde fuera y seguir besando a su novio, quien jadeaba debido a la gran intensidad con la que estaba yendo.

Las veces que habían tenido intim

idad, fueron delicadas y llenas de amor.

Pero Taehyung estaba yendo más allá aquella vez, quería volver a su adolescencia por un momento, donde se llenaban de sexo puro y duro.

— Fóllame ya, Jungkook. — Dijo mientras besaba y succionaba suavemente el cuello del pelinegro. —

El nombrado accedió y se dejó sacar la ropa, hasta quedar completamente desnudos sobre los pufs, bajo la luz de la luna.

Taehyung estaba tumbado sobre el puf , Jungkook saboreaba su cuerpo y pezones, mientras dos dedos estaban en el interior de Williams.

— Mmmm. — Gemía mientras se agarraba donde podía. —

Sacó los dedos, llenos de lubricante y después de girar al cuerpo del contrario, dejándolo a cuatro patas, se alineó en el anillo de músculos sin importar si tenían condones o no, al final no era la primera vez que lo hacían sin este.

Se introdujo lentamente, mientras el gemido del menor se hacía cada vez más alto.

Agarró la pequeña cintura de Taehyung mientras hacía un movimiento de cadera, tocando fondo.

El ritmo se aceleró una vez el castaño accedió y el sonido de la pelvis de Taylor chocar contra la masa del trasero del menor se hizo presente de manera rápida, frenética y fuerte.

Taehyung se aferraba a la tela de los pufs, con la boca abierta debido a los gemidos que salían de su boca y sus ojos se blanqueaban.

Si seguía así, tendría el orgasmo más pronto de lo habitual.

Gemidos y gruñidos por parte de Jungkook también se escuchaban, ya que este disfrutaba de la sensación de estar en el interior húmedo de su novio y notar como a veces lo apretaba debido al acercamiento del orgasmo y placer.

A ambos les gustaba el sexo lleno de amor, pero el duro y sin ningún tipo de remordimientos también.

El líquido pre seminal de Taehyung llenaba el puf, al igual que los fluidos mezclados (pre semen de Taylor y lubricante) que había en su interior, que se escurrían por sus piernas y salpicaban ligeramente debido a los continuos y rápidos movimientos de ambos.

El castaño movía ligeramente su cadera hacia atrás, mientras Jungkook penetraba, todo al unísono.

El orgasmo del mayor golpeó, haciendo que el esperma quedara en el interior del menor, pero a pesar de ese orgasmo, siguió penetrando al chico, debido a que este no se había corrido aún.

La sobreestimación y excitación no permitían ver bien y pensar con claridad a ninguno de los dos, haciendo que todo fuera por instinto propio, como si se tratase de animales.

Follaban sin ningún tipo de remordimiento.

Así hasta que se cansaron y decidieron ir a la ducha para poder dormir, no sin antes limpiar la funda de los pufs.

════ ∘◦❁◦∘ ════

Después de un mes, se propusieron iniciar con el proceso de repintar la pintura hecha por Jungkook en 2006.

Durante aquella semana, justo una antes de que fuese el cumpleaños del mayor, pintaron durante horas con delicadez y con mucho pulso. Taehyung no quería fastidiar esa bonita pintura. Aunque no faltaron los momentos en los que jugaron a mancharse de pintura y reír.

Había momentos en los que querían dejarlo ya del dolor de cabeza que les daba.

Pero estaban dispuestos a acabar el trabajo que empezaron.

Afortunadamente, el trabajo no coincidió con ninguna estancia de los padres de Taylor, cosa que agradecieron.

Preferían estar solos.

Aquella semana escucharon música mientras pintaban, bailaron tanto canciones animadas como baladas para matar el tiempo cuando no querían seguir con el trabajo o se limitaron a tener sexo en la habitación.

Fueron unos días en los que reforzaron su amor por completo, en los que se aislaron, solo eran ellos y nadie más. Nada de trabajos, familias o amigos. Lo único que había, era única y exclusivamente Jungkook Taylor y Taehyung Williams en una atmósfera totalmente cerrada del mundo exterior.

El último día antes de acabar la pintura cayó justamente cayó el día de cumpleaños de Jungkook.

1 de septiembre de 2020.

— Firma tú también. — Propuso Jungkook mientras bajaba de la escalera. — Allí mismo, al lado de mi firma. —

— ¿De verdad? —

— Sí, ahora es trabajo de ambos. — Sonrió y lo abrazó. —

Taehyung se subió a la escalera, nervioso, pero firmó lentamente con un pequeño pincel para después bajar, donde estaba su novio mirando la pintura.

Él alzó la vista, mirando el resultado de esta.

— Ha quedado increíble. — Dijo el castaño mirando al pelinegro. —

— Eso es gracias a ti. — Pronunció el pelinegro y el menor le dio un golpe suave en el brazo. — Es cierto. —

Williams arrugó la nariz algo desacuerdo y siguió mirando la pintura, para seguidamente mirar sus manos.

Había sido un trabajo duro en el que se habían llenado de pintura, pero mereció la pena.

— Amor. — Lo llamó el mayor y el castaño lo miró. — ¿Puedo preguntarte una cosa? —

Asintió mientras miraba a su novio, quien se ponía la mano en un bolsillo.

No, no, no, no puede ser.

Y el pelinegro sacó de su bolsillo una pequeña cajita antes de arrodillarse. Taehyung se puso una mano en la boca por reflejo.

— Taehyung Williams. — Pronunció con la voz algo temblorosa, estaba nervioso y ansioso. — ¿Me harías el hombre más feliz casándote conmigo? —

Las lágrimas del castaño empezaron a caer antes de aceptar.

— Sí, si quiero. — Aceptó con la voz entrecortada. — Claro que quiero casarme conmigo. —

Seguidamente, el pelinegro puso el anillo en su dedo y lo besó. Ambos estaban con una sonrisa en los labios mientras el beso se daba a cabo y ambos lloraban de felicidad.

Se iban a casar.

Jungkook decidió hacerlo en aquel momento para hacer la propuesta sin importar que estuvieran llenos de pintura o con ropa de casa. Porque el significado de que fuera en ese preciso momento era algo que solo ellos lo entendían. Aquel momento, justo al finalizar la última trazada de las firmas de ambos, era el indicado.

Esa pintura había sido pintada 14 años atrás, por Jungkook en solitario, lo hizo para expresar su amor hacia un Taehyung de 17 años. Sin embargo, luego de ese largo tiempo, estaban renovándola, pero esta vez juntos.

La pintura actualmente era una muestra del amor que tenía uno hacia el otro, y ahora, al renovarla, demostraba que el amor por el otro jamás se había ido y que ambos seguían juntos. Cuando se pintó por primera vez, marcó el inicio de una bonita relación adolescente, pero ahora, esa renovación estaba marcando el inicio de una nueva página en su libro, en su historia. Esta pintura abría paso al igual que la reciente propuesta de matrimonio a otro comienzo.

El inicio de una vida juntos.

Una promesa que jamás romperían.

Una promesa de amor que permanecería allí para siempre.

— Te amo, Jungkook. —

— Te amo, mi viajero en el tiempo. —

Rieron levemente y volvieron a unir sus labios. Ya no deberían preocuparse por viajes en el tiempo repentinos.

Fin

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