-30-
El agujero negro, otra vez.
Se acercó la persona con rostro, que era prácticamente igual al suyo.
— Has dejado a toda tu familia sola, por estar viviendo tu sueño... desagradecido. — Le dijo su yo del año 2250. —
— No decidí yo viajar en el tiempo. — Le contestó. — Aparecí aquí sin saber nada. —
El chico rio. Todo se estaba repitiendo como la última vez.
— Tus padres, tu amigo, todos están buscándote, desapareciste una noche sin explicación alguna y ahora está trayendo consecuencias. — Espetó. — ¡Todo es tu culpa! —
Detrás de su yo, vio una imagen de sus padres biológicos llorando, su amigo igual, pensando que había muerto.
— Estás cambiando la historia y esto no pasará por alto, ... Taehyung, o debería decir, ¿Taehyung Williams? —
— ¡Cállate! Ya no importa nada de ese lugar. ¡Ellos fueron los que me trataron como mierda desde el principio! —
— No puedes cambiar la historia del universo... No puede existir un viajero en el tiempo... ¡Eso afectará al mundo entero y sobre todo a ti y a tu memoria! —
— ¿Qué pasará con mi memoria? —
El chico se acercó a él, estaba a centímetros de su rostro.
— Tan inocente. — Rio. — Espero que te quede claro lo que te voy a decir, Taehyung Williams. —
Lo miró con enfado y asintió.
— Si te quedas aquí, perderás todos los recuerdos de tu realidad... Pero si decides volver, no sucederá nada, pero que sepas cada acción cuenta, y esto te puede salir caro, depende de cuando decidas volver, Taehyung. —
— ¿Y si me quedo aquí? —
— Lo olvidarás todo... Pero eso no quita las probabilidades de que el universo te envíe otra vez al lugar al que perteneces, haciendo que todos olviden tu existencia en Estados Unidos. Llegarías a tu país sin saber nada, ni el idioma siquiera. —
— Yo quiero quedarme aquí. — Contestó seguro. —
— Pues que sepas que poco a poco perderás la memoria. Algunas cosas ya se te habían olvidado, pero lo más importante será empezando por el idioma, más tarde olvidarás el resto, todos tus recuerdos hasta que un día levantes sin saber nada del año 2250. — Rio diabólicamente. —
— Me importa una mierda olvidarlo todo. ¡Qué piensen que estoy muerto si quieren! — Le gritó muy enfadado. — ¡Pero que se preocupen por mí, ahora no hace que quiera volver! —
Estaba a escasos centímetros de su rostro, gritándole, desahogándose por completo.
— ¡Ellos llevan mal durante meses y tú estás aquí sin que nada te importe! ¡Disfrutando de los estúpidos, de tus amiguitos y de tu novio! ¡Ellos sufren por ti! ¡Y a ti no te importa tu verdadera familia! —
Levantó la mano por instinto para meterle un puñetazo, pero al hacerlo, él también sintió dolor en el mismo lugar, haciendo que su nariz empiece a sangrar al igual que la del adverso.
— Somos la misma persona... — Rio el contrario. — ¿Creías que no ibas a recibir esa también? No te vas a deshacer de mí, pase lo que pase, Taehyung. Lo único que nos diferencia es la apariencia y el apellido. — Vocalizaba exageradamente. —
Tapó su nariz, llenándose sus manos de sangre.
— Con que tú salgas herido, estoy bien, me importa una mierda, yo estarlo también. — Le metió una patada en el estómago. Sintiéndolo también, se agachó por reflejo. —
Su yo de 2250 se acercó y le metió un golpe en el rostro, dándole en el ojo, pero como era de esperar, el contrario también lo sintió.
Debido al golpe doloroso, se llevó a la zona en la que le había dado, manchándose de sangre por toda la cara.
— ¡Que se vayan a la mierda mis padres! — Le dio un golpe. — ¡Ellos no supieron criar a su hijo! — Le dio nuevamente. — ¡Yo me quedaré aquí, donde si me quieren! ¡Donde mi maldita familia, amigos y pareja me quieren! —
Empezó a llorar del dolor que se llevaba de vuelta, pero el chico al que pegada cada vez se volvía más débil.
— ¡Ojalá desaparezca Taehyung de 2250! ¡Ojalá esa puta realidad se vaya de una maldita vez! — Le seguía dando golpes. — ¡Ojalá te mueras inútil! —
En ese momento cayó al suelo, su contrincante seguía de pie, mirándolo.
— Desaparece ya... — Dijo como pudo antes de caer desplomado al suelo. —
Todo negro, otra vez.
Despertó aturdido y confundido, sin saber donde se encontraba. No era su habitación estadounidense, tampoco la de su realidad.
El techo era blanco, hecho con azulejos.
Intentó moverse, pero no pudo.
Movió su cabeza, estaba en una cama, pegado contra ella, o mejor dicho, atado.
¿Por qué estoy atado?
Varias vías salían de su brazo, que conectaban a aparatos con cosa que no sabía reconocer, estaba totalmente desorientado.
En el rostro tenía una máscara de oxígeno que le estaba agobiando demasiado.
Estaba en una habitación de hospital.
Intentó hablar, pero a penas su voz salía.
Que alguien me ayude. Pensó desesperado.
Escuchó un ruido y movió la cabeza lo más fuerte posible, tratando de sacarse la máscara.
— ¡Taehyung! — Escuchó una voz conocida, pero en ese instante no supo reconocerla. — ¡Voy a llamar a un médico, no te muevas! —
Sintió sus ojos pesados, estaba durmiéndose, pero no podía hacerlo.
Quédate despierto. Se dijo a sí mismo.
Taehyung Williams, quédate despierto.
Hasta que lleguen los médicos al menos.
El estruendo de varias personas llegando lo asustaron, dejándolo totalmente despierto. Estos le sacaron de inmediato la máscara y lo desataron con las cintas que funcionaban con velcro.
Le hicieron varios chequeos, para ver si todo se encontraba bien. Le preguntaron cosas, revisaron pulmones y corazón, entre más cosas.
— ¿Recuerdas como te llamas? —
— Taehyung Williams. —
— ¿Qué edad tienes? ¿Cuándo es tu cumpleaños? —
— Tengo 17 años y cumplo el treinta de diciembre. —
— ¿Quién es esa persona que está a tu izquierda? —
Giró la cabeza, reconociendo a la persona en el mismo instante, era la persona que le había dicho que iba a llamar a los médicos después de despertar.
— Es mi madre. — Contestó. —
— ¿Sabes qué sucedió antes de desmayarte? —
— No... —
— De acuerdo, es algo normal... El golpe habrá hecho que olvide los minutos antes a desmayarse. — Explicó a su madre. —
— ¿Por qué estaba atado? ¿Por qué estoy aquí? —
— Te desmayaste en casa, estando junto a tu familia y te trajeron de inmediato. Te atamos porque temblabas sin parar y si no caerías de la cama. — Le explicó la doctora. — ¿Te ha sucedido esto antes? Por lo que nos han dicho tus padres sí. —
Asintió en modo de afirmación.
— ¿Cuántas veces? ¿Lo recuerdas? —
— No más de tres. — Mintió. —
— De acuerdo... Si es posible, te daremos el alta esta noche, como mucho mañana, aunque te pedimos que no hagas mucho esfuerzo. Tienes un esguince leve en el tobillo por la caída y varias heridas por el rostro. Si haces algún deporte, descansa por dos semanas, te daremos un par de muletas para que las utilices los primeros días, pero no es necesario si estás incómodo, ya que es bastante leve. —
Por suerte, la concentración era dentro de 3 semanas y en una de las dos semanas de descanso estaban las vacaciones.
— Gracias, doctora. — Respondió. —
Esta salió y se quedó a solas con su madre, ella le agarró de la mano y lo miró.
— Me alegro de que haya despertado. —
— ¿Cuánto ha pasado? —
— Te desmayaste el viernes, estamos a domingo. Llamé a tu amigo Jin para contárselo, ellos vinieron a visitarte ayer... También me escribió un amigo tuyo, supongo que le habrá pasado mi número Jin, se llama Jungkook. Me preguntó si podía venir y estuvo aquí hace un rato, una hora antes de que despertaras, es un chico muy amable. —
— ¿Vino Jungkook? —
— Sí... Estuvimos aquí con tu padre, hermanos y él. Tus hermanos jugaron con él, les cayó muy bien. —
— Mamá. — La llamó. — ¿Puedo contarte algo? Pero no se lo digas a nadie, ni a papá. —
— De acuerdo, hijo. —
Suspiró y empezó a hablar.
— No sé si sabrás... Que a mí me gustan... Ya sabes, los hombres. —
— Sí, hijo, nos lo contaste a tu padre y a mí hace un par de años. —
¿Años? Llevo aquí casi 7 meses. Decidió no tomarle importancia y siguió explicando, no sabía por qué lo hacía, pero sentía la necesidad.
— Estoy con Jungkook... Sé que no lo habéis conocido antes, pero... —
— ¿En serio? ¿Cuánto tiempo? —
— 2 meses, en abril hacemos 3. —
Su madre sonrió tiernamente y le acarició el rostro.
— Me alegro mucho, cariño. Él es un chico muy bueno, eso he podido ver en el poco rato que he hablado con él. Pero como madre, obviamente, no puedo evitar preocuparme. Y al final, esta charla, tengo que tenerla conmigo... Al final, tienes 17 años y bueno... Ya es un momento en el que experimentas. —
En ese momento se arrepintió de habérselo dicho.
La famosa charla sexual que tienes con tus padres, y ese era el momento en el que él debería tenerla.
— Lo sé, mamá. —
— Y bueno, como cualquier madre, tengo que darte esta charla, supongo sabrás de cuál hablo. —
Asintió con una cara de asco fingida en el rostro, su madre rio.
— Lo esencial ya lo sabes, ¿no? No creo que no sepas lo que es un preservativo o como ponerlo, eso suelen enseñaros en clase. Pero como eso no creo que deba enseñártelo, solo quiero decirte un par de cosas. — Agarró su mano. — No debería importarme si tú y Jungkook ya habéis intimado, si tú quieres decírmelo, está bien, si no, también. Pero sobre todo, siempre debe ser consentido, si tú no quieres, no lo haces y aquello la otra persona, en este caso Jungkook, debería aceptarlo. ¿De acuerdo? —
— Sí, mamá. —
— Debes sentirte cómodo a su lado y si en algún momento no lo haces, debes pararlo. Si no te gusta, dilo, es algo que debes disfrutar, ¿vale? — Asintió. — No quiero suponer quién hace qué en vosotros, pero siempre con mucho cuidado, ¿de acuerdo? —
— Mamá... — Rio. —
Su madre carcajeó junto a él.
Era graciosa la situación, pensar que su madre probablemente tenía en mente cuáles eran los roles en su cabeza, pero en el fondo no querer pensarlo.
Su madre era una mujer bastante joven, así que no había tanto problema con hablar de esos temas, además de que su mente no era cerrada como la de muchas personas en esa época. Ella supuestamente lo había tenido con 20 años, es decir que en ese momento tenía 37 y a sus hermanos menores los había tenido con 28.
Decidió molestarla un poco.
Había demasiada confianza entre ellos como para poder hacerlo.
— ¿Quién crees que hace qué, mamá? — Rio. —
— Ay hijo, no me metas en esos compromisos. —
— Mejor llamo a Jungkook y se lo dices a él. —
La madre le dio un golpe suave en la cabeza mientras negaba con la cabeza y agarró el teléfono.
— Le voy a llamar para avisarle que estás despierto, igual a Jin para que avise a Hoseok y a Yoongi. —
— Gracias, mamá. —
Escuchó como el teléfono timbraba y muy flojo, escuchó la voz de su novio.
— Hola Jungkook... Sí... Taehyung ha despertado... Sí, claro... Puedes venir, sí... ¿En 20 minutos?... Vale, te esperamos aquí. Gracias por preocuparte por mi hijo... Adiós. —
Su madre a ratos quedaba callada debido a que el pelinegro hablaba, y cuando colgó, llamó a Jin.
— Sí, claro, te lo paso. —
Su madre le pasó el teléfono luego de hablar con Jin y darle la noticia de que estaba despierto.
— ¿Hola? —
— ¿Tae? ¿Cómo te encuentras? —
— Bastante bien, espero poder veros mañana. —
— ¿Cuándo te dan el alta? —
— En principio esta noche. —
— Bueno, pues esperamos verte mañana, le contamos a Jungkook de lo sucedido y nos pidió el número de tu madre, esperamos no haberla molestado. —
— No, no, ella sabe que Jungkook está conmigo, así que no pasa nada. —
— ¿Lo has presentado como tu novio? —
— Jungkook no sabe que mi madre lo sabe. —
— Me lo imaginaba... Él diría que no probablemente. —
Charlaron un rato y Jin le aseguró llamar a los chicos para anunciarles que había despertado y probablemente lo verían mañana.
Con el paso de los minutos vinieron más enfermeras a comprobar si estaba bien, la doctora no. También le trajeron la comida, ya que al despertar le habían desconectado la vía que le daba de comer y estaba bastante débil.
La típica que te dan en los hospitales.
Con ayuda, se sentó sobre la cama y pusieron la mesa donde comería en la cama.
Agarró la cuchara y con poca fuerza empezó a comer.
Llamaron a la puerta y su madre abrió, era su padre, con sus hermanos y detrás estaba Jungkook, hablando con su progenitor.
Vio al pelinegro sonreír al verlo.
Sus hermanos se acercaron y lo abrazaron con delicadeza, su padre igual y Jungkook no lo abrazó, debido a que sería raro estando delante de sus padres. El chico se sentó en un sillón y jugó con uno de sus hermanos que estaba insistiendo en jugar.
Su padre le preguntó respecto a cómo se encontraba y tal, cosa que él respondió sin problema mientras seguía comiendo.
No era consciente de que ya era de noche y que sus hermanos deberían irse a dormir.
Así que sus padres no tardaron en marcharse, dejando a la pareja sola después de un rato, quizás una hora después. Su padre le dijo que después de dejar a la familia en casa, que iría para, ya que en un par de horas le darían el alta y en caso de que no, se quedaría junto a él.
En cuanto abandonaron la habitación, el pelinegro se acercó y lo abrazó.
— Me alegro de que hayas despertado. — Apretó su cuerpo contra el suyo. —
— Cariño... —
Este levantó la vista y le plantó un beso en la mejilla.
— Cuando supe lo que te pasaba le pedí el número de tu madre a Jin, espero no haberla molestado, pero estaba muy preocupado. —
— Ella no tiene problema, a demás de que sabe sobre lo nuestro. —
El chico frunció el ceño, en busca de una explicación.
— Se lo he contado después de que me dijera que eras un chico muy amable y me dio la charla de madre sobre el sexo. —
Jungkook rio.
— ¿Te ha contado algo que no supieras? —
— No, pero la he chinchado cuando me ha dicho que no quiere asumir quién hace qué entre nosotros. —
— Es fácil de suponer si nos ves, créeme. Se nota. —
— ¿Estás diciendo que tan solo con verme sabes que soy pasivo? —
— Sí. —
Le dio un golpe y rieron, se quedaron hablando hasta que recordó algo.
— Mi madre me ha dicho que te has llevado muy bien con mi padre. —
— ¿Tú padre lo sabe? —
— No, solo mi madre. —
— Ah bueno, es que hablábamos de futbol. —
— Me lo esperaba, al final él también jugó en el instituto y mi madre a voleibol. —
Esperaron hasta que el padre de la familia Williams apareció, poco después le dieron el alta y se fueron a casa, Taehyung con un par de muletas.
Su padre le ofreció a Jungkook a llevarlo, pero este negó diciendo que él venía en coche también y se ofreció a llevar a Taehyung al día siguiente a clase en su coche, cosa que su padre le agradeció enormemente. Así que se despidieron como harían entre amigos y se fue junto a su progenitor.
Durmió durante el trayecto a casa y al llegar a su hogar, se fue directamente a dormir.
Al día siguiente despertó con dolores de cabeza, pero tomó la medicación que le recetaron antes de irse para el dolor y se preparó para ir a clase.
Recibió un mensaje de su novio, el cual le decía a qué hora pasaría a buscarlo.
Su padre ya le había explicado a su madre que el chico pelinegro se había ofrecido a llevarlo y que no debía preocuparse por quién lo llevaría y ellos, muy agradecidos, le pidieron que le agradeciese a Jungkook.
Debido a que aquel día tenía entrenamiento matutino, le pidió a su novio si podían pasar unos veinte minutos antes para poder hablar con el entrenador y darle el justificante médico de que en las siguientes semanas no realizaría la actividad deportiva.
Salió a la hora en que Taylor le había dicho que estaría.
Se puso su abrigo, bufanda, gorro y guantes y salió junto a sus muletas. Aquel día hacía algo más de frío de lo que estaba haciendo esos últimos días.
Allí estaba el coche, se acercó y el mayor salió a abrirle la puerta.
— Podía yo solo, cariño. —
— Siéntate, que pongo las muletas atrás. —
Lo ayudó a sentarse, a pesar de ser capaz de hacerlo él solo, cerró la puerta y se llevó las muletas.
— Gracias. —
El coche estaba con calefacción y un ambiente muy cálido. El mayor subió y cerró la puerta del piloto y arrancó.
— Así llegaremos poco menos de media hora antes. —
Charlaron mientras iban y cuando llegaron aparcaron el coche, para después ir hacia el edificio, él en muletas, por supuesto.
Cuando entraron al pabellón las luces estaban encendidas, pero no había nadie, probablemente estarían duchándose.
Su entrenador se acercó y le preguntó por sucedido, este lo entendió a la perfección sin necesidad del justificante médico, aunque más tarde se lo pidió para realizar fotocopia y tenerlo en su carpeta de justificaciones a faltas de entrenamiento por razones médicas.
Los amigos y compañeros del rubio también se preocuparon y así durante todo el día, siempre bien acompañado por su novio.
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Con los días había finalizado con rápidez aquella semana y quedaba poco más de una semana para ir a la concentración que todos deseaban, en especial la pareja, que podrían verse aunque sea en secreto y también el menor estaba emocionado de poder volver a ver a Rowdy y Nathan.
Aquella sería la última concentración, según su entrenador, quien ya les había confirmado que sería la última y todos decidieron que iban a aprovecharla.
Pero antes de eso, pasaría 3 días de 9 que duraban las vacaciones junto a su novio en su casa, aprovechando que su hermana se iba de viaje a ver a sus padres.
¡Espero que os haya gustado! Aquí uno de los últimos capítulos diarios antes de volver a la rutina y volver a los capítulos semanales, aunque trataré de acabar el Fanfic con los menos capítulos posibles para llegar a su final. No olvidéis votar.
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