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-25-

Taehyung obtuvo el permiso de sus padres para supuestamente ir a casa de Yoongi a dormir. Lo que haría el rubio es ir a casa de Jungkook y después irse a casa de su amigo, donde estarían Jin y Hoseok junto al peli menta.

Se encontraba con el castaño, Jin, en casa de este, debido a que el chico quería hablar con él de un tema, decidió aprovechar y contarle lo que sucedía con Jungkook, a pesar de haberse prometido no contárselo a nadie.

— Jin, ¿puedo contarte una cosa? —

— Claro Taehyunie. — Dijo mientras acariciaba el cabello contrario. —

Estaban en la habitación del mayor, el menor estaba tumbado en las piernas de su amigo mientras este le acariciaba el pelo.

— Jungkook ha hablado conmigo... — El castaño lo miró con sorpresa. —

— ¿Y qué te ha dicho? —

— Que quiere hablar conmigo, pero no sé de qué. —

— ¿Y tú has aceptado? —

El rubio tragó saliva, mientras pasaba de estar ladeado a mirar al chico boca arriba. Se miraron a los ojos, el contrario esperando su respuesta y él estaba nervioso por la mirada casi asesina de su amigo.

— En un inicio le dije que no... Le dije que no teníamos nada que hablar, que nuestro acuerdo sexual había finalizado hace semanas. —

— Y así era, ¿no? —

Asintió antes de continuar.

— Sí... Pero se puso a llorar, rogándome para que le escuche. —

En aquel momento recordó la imagen del pelinegro algo demacrada, delgado y con lágrimas en los ojos, no sabía qué había sucedido en esas semanas, pero definitivamente no se encontraba bien. Había cambiado tanto en pocos días, cosa que no se podía explicar.

— ¿Y aceptaste? —

— Sí... Me dolió verlo llorar, yo solo estaba defendiéndome, siempre he tenido la visión de que Jungkook es una persona que pasa por alto ese tipo de rechazos... Pero esta vez lloró...— Explicó. — Lo abracé, consolándolo. —

— Te haces más daño así, Tae. —

— Lo sé... Pero prefiero que él esté bien, antes que yo. — Comentó. — No me refiero que vuelva a follar con él. Pero verlo tan delgado y demacrado me ha tocado... No sé qué le habrá pasado, pero ojalá me lo cuente este viernes, ese es el día en el que me dirá que le ha ocurrido. —

— Yo lo vi una semana antes de iniciar las clases... — Murmuró su amigo. —

— ¿Qué, cuándo? —

— No te lo dije porque sabía que ya estabas tratando de evitar hablar de él... Pero ahora que lo mencionas, es cierto... Cuando lo vi estaba aún más delgado y demacrado... Ahora está bastante mejor. —

— ¿Dónde lo viste? —

— En la fraternidad, me cortó el rollo con Namjoon, estábamos a punto de follar y Jimin llamó a la puerta para decirnos que Taylor necesitaba hablar con él y Nam. Me molestó porque de verdad que últimamente me apetece tener sexo, pero al ver su estado, entendí que hay cosas que no pueden ser y que en aquel momento no era, que Jungkook de verdad necesitaba la ayuda de mi novio, así que los dejé tranquilos. —

— Nunca pensé escucharte diciendo que tienes ganas de follar. — Rio. — Pues si tienes ganas, llamas a tu novio y se lo pides. —

— Pero no quiero molestar. —

— ¿Qué vas a molestar? Dame ese móvil, tu novio tiene que follarte si tú se lo pides. —

Agarró el teléfono que estaba sobre la cama y lo desbloqueó, entró a los chats de su amigo y escribió en el del novio de este. Tecleó con rapidez y lo envió. Jin, de inmediato, agarró el móvil, leyendo lo que el rubio había escrito.

— Cariño, ven a mi casa, por favor... Tengo ganas de... — Paró en seco al leer la última palabra que había escrito el rubio. — ¡Taehyung! ¡¿Qué haces?! —

— Te he hecho un favor. — Agarró el teléfono. — ¿Lo ves? Ha respondido un "joder, cariño, yo también tengo ganas, estoy allí en 20 minutos". Soy el mejor amigo, lo sé. — Se levantó de la cama y lo miró. —

Jin estaba rojo.

— Ahora que te he hecho el favor, no le digas a Yoongi y Hoseok que mañana después del partido no me voy a casa para recoger mis cosas y que en realidad voy a casa de Jungkook, porque yo te he hecho este magnífico favor de hacer que venga tu novio a follarte... —

Se despidió mientras el mayor se quejaba y se fue del hogar de su amigo, dejándolo solo, a punto de follar.

La vuelta a la rutina fue bastante pesada, tenía entrenamientos todas las mañanas y tardes, menos los viernes. Las clases también se le hacían pesadas, sobre todo las de literatura, en las que a penas hablaba con su compañero para realizar el trabajo y la elección de libro para leer ese semestre.

Por suerte, vio como el chico volvía poco a poco a su rostro normal y no tan pálido, a demás de que las ojeras desaparecían y volvió a su peso habitual.

La cosa entre ellos no era incómoda, podían hablar sin problema, pero Taehyung tenía tantos sentimientos encontrados al ver a Taylor, que era imposible llegar a algo más, es decir, volver a la especie de amistad que tenían antes.

Jungkook, poco a poco, a lo largo de esos, volvía a ser el chico que le daba igual, que no se preocupaba por nada y vacilón, en cierta parte, lo echó de menos debido a que verlo tan vulnerable lo puso mal mentalmente, preocupándose de más y estuvo a nada de preguntarle. Al final, Taehyung Williams no sabía prácticamente nada de la vida persona del Jungkook Taylor, no sabía nada de su pasado, su infancia o cosas que le preocupaban, solo lo conocía superficialmente y un poco de su verdadera personalidad, que aquello fue lo que consiguió cautivarle.

Cuando lo conoció, cuando el chico se acercó en esa fiesta a pedirle sexo, le pareció algo de un verdadero ninfómano e incluso engreído por la afirmación que dio; "te daré el mejor sexo de tu vida", recordó las palabras, pero por desgracia o suerte, aquello se hizo realidad.

Taehyung disfrutó totalmente el sexo con el chico, aunque al inicio no tuvo muchas expectativas, el momento superó totalmente estas.

Tenía que aceptar, que durante ese mes y poco en el que no había tenido ningún encuentro sexual con el pelinegro, lo había echado de menos, e incluso alguna vez le tocó satisfacer sus necesidades de llamarlo para pedir que lo follase con juguetes sexuales.

Sabía y notaba a la perfección la gran diferencia que había entre el trozo de silicona y el cuerpo sudado y terriblemente sexy de Jungkook embistiendo brutalmente su próstata, no era nada igual. Pero se prometió a sí mismo y a sus amigos, no caer en la tentación de hacerse daño a él mismo y sus sentimientos llamando a Taylor para follar.

Anhelaba totalmente escuchar la voz de Jungkook llamándolo amor mientras se lo follaba, sus roncos y excitantes gemidos. Sentir como su interior se llenaba de su esencia blanca y espesa para más tarde que cayese por sus muslos, mientras el pelinegro lo observaba desde atrás. Sentir la lengua y labios de Jungkook, en su boca, en sus pezones, en su miembro y moverse en su entrada. Simplemente, echaba de menos y deseaba poder volver a compartir algo con él, aunque fuera solo sexo, sin sentimientos de por medio.

Fue un reto complicado, pero con el tiempo, la abstinencia al sexo, fue algo a lo que se acostumbró con los días y dejó de necesitar, porque el placer que le daba, no era esencial para vivir. Obviamente que si era posible sentirlo cada día, era magnífico, pero no debía convertirse en algo vital.

Se bajó en la parada de autobús más cercana de su casa y caminó hasta esta, adentrándose y yendo directamente a su cama, a pensar sobre lo que pasaría mañana, sin saber qué le diría Jungkook.

El pelinegro era lo contrario a un libro abierto, no comprendía que sucedía por su mente, pero quería hacerlo, desde hace mucho que quería hacerlo. Desde aquella vez que miró el Facebook del mayor y vio aquella publicación donde parecía un libro totalmente abierto y transparente, sintió curiosidad que fue lo que le hizo cambiar tanto. Pero al menos, había progresado, había descubierto algo más sobre ese chico, tenía sentimientos y era un humano normal, que lloraba cuando lo necesitaba. Aunque estaba seguro de que el chico lo hizo por colapso y no por necesidad.

════ ════

Jungkook observó las pocas fotos adjuntas que había en su perfil, pero sobre todo, se centró en una. Una que era de hace más de un año y 4 meses, en la que estaban después de un partido de futbol junto a Jimin y Namjoon.

Por aquel entonces, Jimin, tenía el pelo castaño y él el pelo largo, recogido en una coleta.

Recordó a la perfección que aquel fue uno de los últimos recuerdos felices que tenía, antes de que sus padres marcharan, dejándolos solos a él y a su hermana.

Algo que le afectó demasiado al cambio de su personalidad, fue la ida de sus padres, el alejamiento y rotura del vínculo familiar.

Ver a su madre ir detrás de su padre, le rompió el corazón, ver como los abandonaban, ver como su padre optó por el camino que le hacía menos feliz, pero que le daba más beneficio económico, había abandonado a su familia y aquello afectó muchísimo al mayor de ambos.

Él siempre vio a su padre como una figura admirable, quería convertirse en él cuando fuera mayor. Pero a medida que crecía pudo ver distintas realidades, que pasó por alto hasta que se fue de casa, llevando a su madre con él. Allí, en ese momento, fue cuando dejó de admirarlo y pasó a tenerle una rabia interna que jamás liberó o que jamás le había contado a nadie.

Pero Taehyung sería el primero en saberlo, el primero al que se abriría por completo, en cuerpo y alma.

Quería hacer las cosas bien, se iba a abrir para que supiera como se sentía, respecto a la vida y el amor, tanto de pareja, como familiar. Explicarle por qué le estaba contando todo eso, la relación de odio que tenía con el amor y lo mucho que era para él aceptar esos sentimientos y afrontarlos, para finalmente expresárselos.

No estaba seguro de como realizaría todo, solo estaba seguro de que le había explicado a su hermana que, al día siguiente, no podía quedarse a dormir en casa. Esta no entendió mucho, negándose por completo hasta que su hermano le contó todo, que estaba enamorado de Taehyung y que se lo iba a decir.

Olivia, al escuchar esto, aceptó de inmediato, llamando a una de sus amigas para preguntarle si al día siguiente podía dormir en su casa después del partido.

Ahora, estaba pensando qué hacer junto a Jimin y su hermana, debido a que Namjoon no daba señales de vida, supusieron que estaba junto a su pareja.

— Yo organizaría una cena, antes de nada... — Opinó Jimin. —

— ¿Pero qué pido? No sé qué le gusta. —

— Yo no pediría, yo de ti, haría la cena... Apreciará más una cena hecha por ti, independientemente de lo que sea, a algo pedido. — Reflexionó Olivia. —

— Yo creo igual. — Continuó el peli naranja. —

— Pues la haré yo... —

— ¿Se lo dirás durante la cena? —

— No... Quiero que la cena sea para quitar la incomodidad, todavía no he conseguido del todo volver a hablar con él. —

— ¡Sí! Mejor así. Deberías ambientar un poco el lugar, si cenáis aquí, es algo frío. — Jimin observó el lugar del comedor. —

— No solemos comer aquí... Solo cuando vienen nuestros padres. — Explicó Olivia. —

— Apuntaré cosas que hacer mañana antes del partido en un papel... — Dijo su amigo. — Vale... Ambiente del comedor... ¿Dónde se lo dirás? —

— Eso ya lo tengo pensado yo, lo organizaré por separado, ya os lo enseñaré cuando esté todo. —

— Mmmh, vale, Namjoon y yo haremos el comedor. ¿Algo más? —

— Deberíamos pensar en el menú que hará mi hermano para cenar. —

— Algo sencillo, pero tampoco un sandwich. — Propuso el pelinegro. —

Debatieron sobre el tema, y cuando tuvieron el "menú" decidido, apuntaron todo lo que tenían que comprar en una lista, aunque Jungkook apuntó lo que tenía que comprar él aparte para preparar dónde le contaría todo.

No le iba a contar a sus amigos que le iba a contar respecto a su pasado, ellos tenían pensado que solo le diría sus sentimientos hacia él, pero para Jungkook todo eso iba más allá de lo que cualquiera esperaría.

Se fue a dormir algo inquieto, pero por el cansancio que tenía encima, logró dormir.

El día se hizo pesado, cada minuto que pasaba se hacía aún más eterno que el anterior. No podía evitar morderse las uñas de lo nervioso que estaba con lo que iba a suceder aquella noche y sabía que aquellos nervios pagarían en el partido que tenía.

Cuando salieron de clases, Namjoon, Jimin y él fueron de inmediato a uno de los supermercados más grandes, Walmart de la ciudad, estaba a las afueras y aquello parecía un gran pabellón con todo tipo de cosas, hasta comida.

Jimin y Namjoon fueron a comprar las cosas que utilizarían para hacer el comedor un lugar más acogedor y Jungkook lo necesario para el lugar que organizaría para decirlo, todavía sin descifrar como sería ante sus amigos.

Después de eso, los tres irían a por la comida con la que Jungkook, con algo de ayuda de sus amigos, haría la cena.

El día anterior, estuvo mirando como realizar las cosas y se aprendió las recetas, para no equivocarse en nada.

Taylor no era un gran cocinero, pero tampoco era malo, así que no le saldría mal la cena.

Una vez llegaron a su casa, su hermana ya no se encontraba allí, así que empezaron a organizar cada uno sus cosas, para más tarde hacer la cena.

— ¡Jungkook! — Escuchó a su amigo desde abajo. —

— ¡¿Qué?! —

— ¡¿Y si compramos vino?! —

— ¡Es una cena, no una cita! —

— ¡Ya lo sé, pero es para relajar el ambiente con algo de alcohol! —

— ¡Haz lo que quieras! —

Cuando acabó de preparar todo hizo una foto y bajó hacia el comedor.

Eso definitivamente era muy distinto. La mesa grande de madera, ahora tenía un mantel más hogareño, junto a un centro de mesa, junto a unas velas que no estaban encendidas, pero lo haría cuando llegase con el chico. Las paredes tenían alguna estantería con jarrones con flores o cosas del estilo y algún cuadro estaba por allí, en el que había fotos de él y su hermana, alguna cuando eran niños y otras más recientes, esos cuadros los habían encargado a hacer los dos amigos el día anterior. Como último, en el centro de una pared, había una chimenea eléctrica, que era lo último lanzado en el mercado y no quería saber cuánto había costado.

Él había dado una de sus tarjetas a sus amigos para que remodelaran ese comedor, sin preocuparse con presupuestos o cosas del estilo.

Tenía que aceptar que aquello era mucho más acogedor que antes.

— Está muy bien. — Murmuró. —

— ¡Está genial, acéptalo, orgulloso! — Se acercó Jimin mientras lo abrazaba por detrás. —

— Para... Déjame. —

— Déjate mimar un poco, quizás dentro de poco tendrás que dejarte mimar por Taehyung. —

Se puso colorado mientras Namjoon reía y el peli naranja se le unió mientras seguía abrazado. El castaño de gafas se acercó y se abrazaron todos, quedando Jungkook en el centro, aplastado por sus dos amigos.

— ¡Enséñanos lo que has hecho tú! — Saltó el peli naranja. —

Una vez salieron del lugar que había preparado, Jimin saltaba contento, les había fascinado el lugar.

N/T: Lo narraré más adelante, no se preocupen.

— ¡Jungkook está enamorado! ¡Qué bonito es el amor! — Canturreaba mientras bajaban las escaleras. — No sabía que eras tan romántico Jungkookie. —

— Cállate. —

— Vamos a hacer la cena, que queda menos de lo que pensamos, y debemos ir al partido. —

Se pusieron manos a la obra con la cena,

— ¿Sabéis? Me parece surrealista que vosotros que erais los que no querían amores en sus vidas estéis enamorados o con pareja y yo esté aquí, sin nadie, cuando busco el amor a toda costa. — Dijo Jimin mientras movía algo de la sartén. — Es absurdo. —

— Dicen que el amor se encuentra cuando menos lo esperas. — Reflexionó el castaño. —

— No sé yo... —

Después de acabar con la cena, se fueron al campo, donde estuvo más nervioso que nunca, vio al rubio donde solía sentarse, en las gradas cercanas al banquillo, allí también estaban sus amigos.

El inicio de partido no fue el mejor, de hecho fue peor de lo que esperaba. El sonido que indicaba que había un intercambio resonó por todo el campo, miró, lo iban a cambiar a él, siendo el capitán.

Aquello era lo más humillante que había vivido en toda su "carrera" como jugador de futbol americano.

Fue corriendo para cambiar con uno de los suplentes y el partido siguió, pero el entrenador lo agarró por el hombro y se lo llevó apartado de los banquillos.

— ¿Qué demonios te pasa, chico? ¡Esta semana no has rendido como siempre en los entrenamientos, pensé que se te pasaría, pero nos van ganando de goleada, si perdemos este partido nos quedamos cuartos en la liga y no habrá manera de volver ni siquiera a ser segundos! — Gritó debido al gran ruido que hacía el público. —

— Lo sé entrenador, pero estas seman... —

— ¡Lo más importante para mí como entrenador es el bienestar de mis jugadores, pero tus compañeros de equipo me han dicho que llevas así unas 2 semanas! ¿Qué te sucede? ¿Qué es lo que tanto te preocupa? —

Se sentía aturdido y agobiado por los gritos de la gente que estaba alrededor animando al equipo, también por los de su entrenador.

— No lo sé, yo... —

— ¡Casi tres semanas Jungkook! ¡¿Por qué no me has dicho nada?! ¡Con este partido nos jugamos mucho y eres el mejor jugador, también el capitán de los chicos! ¡Tú los mueves a todos ellos! ¡¿Cómo pretendes venir así a un partido?! —

— Pensé que estaría bien y... —

— ¡¿Pensaste?! — Dijo enfadado. — ¡Si lo hubiera sabido, no te hubiera presionado y solo te hubiera metido en el final del partido! —

— ¡Jungkook! — Escuchó un grito. —

Tanto su entrenador como él se giraron, era Namjoon.

Se acercó, este lo agarró por los hombros mientras lo obligaba a mirarlo.

— ¡No está bien! ¡¿No lo ves entrenador?! ¡Solo lo aturdes más! —

En ese momento sus piernas no funcionaron y casi se cae, pero se aferró a los brazos de Namjoon, este lo agarró.

Debido a que cayó en dirección a la grada, vio al peli naranja, quien estaba al lado de Taehyung y sus cuatro amigos correr hacia él nada más verlo casi caer, mientras gritaba algo que no podía alcanzar a escucharlo.

— ¡¿No ves que no tiene la maldita condición física para hacer el puto partido?! — Le gritó Jimin a su entrenador. — ¡Está demasiado débil como para poder jugar y que le estés gritando! ¡Lo importante es la maldita condición de él! ¡Me importa a mí y a cualquiera una mierda la puta liga y el puesto! —

Jimin estaba enfadado, y luego de soltarle ese sermón a su entrenador se acercó.

— ¿Estás bien? ¿Me escuchas? — Le preguntó. —

Abrió la boca para hablar, pero era imposible hacerlo, su cuerpo no resistía.

— Vamos a llevárnoslo a enfermería, volveremos cuando nos diga algo. — Escuchó a Namjoon hablar con su entrenador. —

No era consciente de lo que sucedía, lo escuchaba y veía todo a la perfección, pero no lo percibía ni su mente lo analizaba.

El peli naranja pasó la mano del pelinegro por su hombro derecho y Namjoon hizo lo mismo con el otro lado.

— ¿Puedes caminar? —

Asintió.

Salieron del campo de futbol, entrando al instituto. Lo sentaron en un banco, mientras Jimin iba a por la enfermera, que siempre estaba allí cuando se realizaban partidos por si había algún caso.

— ¿Estás mejor? —

Al no escuchar los gritos de la gente, y estar más tranquilo, pudo respirar un poco, Namjoon le dio agua, la cual bebió con ayuda y llegó la enfermera.

— Vamos a la sala, allí lo revisaré. —

Volvieron a la misma posición de antes y se adentraron a la enfermería, donde lo tumbaron en la camilla que había en esta.

La enfermera hizo distintas pruebas, desde chequeo de los ojos para ver si no había síntomas de algún ataque cardiaco o cerebral, y para ver que sus pupilas reaccionaban, también le hizo pruebas de reflejos, y de presión.

— Le ha bajado la presión... — Explicó la enfermera a sus amigos mientras le conectaba una vía con suero para hidratarlo. — Probablemente, ha sido debido a deshidratación, cambio radical en el estilo de comer o también alguna preocupación que le esté afectando mucho, ¿sabéis si está pasando por algo personal que le afecte bastante? —

— Sí, lleva bastante tiempo así, se estaba recuperando, e incluso habíamos organizado algo para arreglarlo, justo iba a ser esta noche. Ha comido bastante menos de lo habitual... —

— No os preocupéis está bien. No podrá jugar hasta que la presión vuelva a su estado normal, quizás en unos 20 minutos. —

— Para el tercer juego estará bien... — Murmuró Jimin. —

— Si podéis dejarme para hacer unas últimas revisiones podré deciros al 100 por cien si puede jugar. Que se le establezca la presión no significa que tenga la condición... ¿Ha jugado bien durante la primera parte? —

— Sí, como de costumbre, solo algo mal debido a sus pensamientos... Pero por el resto, lo veíamos con una condición buena. —

— De acuerdo... Podéis retiraros. —

════ ════

Al ver que habían sacado a Jungkook del campo se asustó, estaba jugando peor de lo habitual.

— ¿Qué le pasará? — Escuchó a Namjoon preguntar. —

En ese entonces, perdió la vista del campo y solo se centró en el pelinegro, quien era gritado por su entrenador, este contestaba cada bastante tiempo.

— Está mal... — Escuchó nuevamente al castaño mientras bajaba las escaleras para adentrarse al campo. —

Saltó la valla que separaba las gradas del campo y le gritó al entrenador, no podía escuchar nada, pero al verlo casi caer se asustó aún más. En ese momento Jimin bajó mientras gritaba el nombre del chico que casi cae al suelo.

Pudo observar como el peli naranja le gritaba al entrenador furioso y rojo de la rabia que tenía dentro. Más tarde, cuando vio que se llevaban a Jungkook, reaccionó.

— ¡Jungkook! — Gritó mientras intentaba ir hacia él. —

Pero fue retenido, por Jin, quien le agarró del brazo.

— No vayas. —

— ¡Déjame! — Gritó mientras forcejeaba. —

— No, Taehyung, no. —

— ¡Que me dejes ir, te he dicho! — Gritó aún más fuerte, empezando a llorar de la rabia. —

Por fin, pudo liberarse del agarre de su amigo y salió corriendo.

No estaban en ningún sitio, empezó a correr desesperado, por saber donde se encontraba.

Hasta que vio salir a los dos amigos del pelinegro por la puerta de enfermería.

— ¿Taehyung? — Preguntó el peli naranja algo asustado por verlo llorando. —

— ¿Dónde está Jungkook? ¿Está bien? —

— Sí, está bien, tranquilo. — Namjoon le agarró de los hombros, al igual que había hecho con su amigo pelinegro. —

Empezó a llorar aún más.

Es mi culpa.

No sabía por qué, pero se sentía responsable de que el chico estuviera en esa situación.

Es mi culpa.

Todo es mi culpa.

Yo le he hecho eso.

— Ey, ey. — Namjoon dijo algo alterado y este solo se aferró a Namjoon, abrazándolo, por instinto propio. —

— Es mi culpa... — Murmuró. — El otro día... Debería haberlo sabido. —

— ¿Qué? No es tu culpa, Taehyung. — Mintió. —

Namjoon sabía que en realidad el hecho de que su amigo se encontrase en ese estado era por el chico que lo estaba abrazando y empapando su sudadera.

— Sí... El otro día... C-cua-cuando — Hipaba sin parar. — cuando lloró rogándome... que, que, que hablara con él. —

— ¿Qué? —

— Es mi culpa. — El llanto cada vez crecía más. — D-de-debería haber hablado antes con él, no ahora... —

— Ey Taehyung. — Lo llamó Jimin. — No es tu culpa... Él estaba esperando a hablar contigo y está agradecido con que aceptases a escucharle. —

No dijo nada, su respiración era demasiado irregular y sentía que no podía respirar, hipaba cada dos irregulares inhalaciones.

No supo el tiempo que pasó, pero sintió que era una eternidad, se relajó con los minutos, aunque las lágrimas no cesaban.

Un ruido se escuchó y todos se giraron en la dirección de la que provenía, era el pelinegro.

— ¿Qué? — Se preguntó en voz alta al ver la escena, Taehyung abrazado a Namjoon y Jimin con cara de estar pasándolo mal. —

El menor se apartó al ver a Jungkook y todos miraron en su dirección.

— ¿Cómo estás? — Preguntó su amigo castaño. —

— ¿Estás mejor? —

Taylor salía con las protecciones del torso y el casco en la mano, probablemente por las revisiones que requerían estar sin camiseta.

— Sí, estoy mejor... — Murmuró y miró en su dirección. — ¿Qué haces aquí? ¿Por qué lloras? — Preguntó confuso. —

— Yo... — Empezó, pero fue interrumpido. —

— Estaba preocupado por ti. No seas así. — Respondió el peli naranja por él. —

— Pues... Estoy bien, ya puedo ir a jugar, la tercera parte inicia dentro de nada. —

El Jungkook de siempre había vuelto.

— Agh... No seas tan borde, Jungkook. — El peli naranja dijo enfadado. — Encima que se preocupan por ti... A la próxima te dejo morir en medio del campo. —

El pelinegro lo miró, él se estaba limpiando las lágrimas que aún caían por su rostro de vez en cuando.

— Lo siento... Gracias por venir... Pero no hacía falta, estoy bien. —

— No, no pasa nada... Debería irme. — Dijo mientras caminaba hacia fuera, entraría a un baño cercano al campo. —

════ ════

— ¿Tú eres imbécil? — Le preguntó Namjoon. —

— ¿Y ahora se digna a preocuparse por mí? — Respondió con otra pregunta. —

— Tú eres un egoísta de mierda... Ya me parecía raro que estuvieras tan cambiado organizando toda la mierda, y si no acepta ir, será totalmente tu culpa. — Dijo Jimin enfadado mientras se iba. —

Namjoon lo miró.

— Ha venido llorando, culpándose a sí mismo de que tú estabas así, imbécil. Se está torturando tanto como tú, no eres el único.— Se fue detrás de su otro amigo. —

La había cagado y era probable que Taehyung no quisiera ir a su casa después de aquella escena.

Soy inútil.

Se sentó en un banco mientras ponía sus manos apoyadas en la cabeza.

Es tu maldita culpa Jungkook Taylor.

Eres un egoísta.

Solo la cago con la persona que quiero.

Tenía que volver al partido, no podía quedarse así. Tenía que jugar por su equipo, ganar por este y más tarde se preocuparía por su amor.

Espero que me puedas perdonar. Pensó mientras trotaba hacia el campo.

Era hora de salvar a su equipo.

¡Hola! Este capítulo es intenso... Pero teníamos que dejar claro que Jungkook al final, no siempre hará bien las cosas, que le cuesta gestionar sus emociones, aunque no sea justificación y sea de una mierda de persona. Espero que os haya gustado, y deciros que este capítulo lo he publicado pronto debido a que tengo que ir a cenar en noche vieja. Espero que todos paséis una buena noche vieja junto a vuestros amigos o familiares y nos vemos con un nuevo capítulo en el primero de 2024 ;) No olvidéis votar para más.

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