-19-
Después de ese episodio en el que se desmayó y al volver a su realidad se vio a sí mismo de Corea alejarse, no pudo parar de pensar en el tema.
¿Y si aquello significaba que su vida en aquel país que no recordaba, Corea, se había ido por completo?
¿Qué podría significar, que el universo le había arrebatado a su yo del futuro?
No sabía exactamente qué sucedía, pero decidió tranquilizarse, limpiar las heridas que provocaron su caída en la ducha, la cual no escuchó nadie, ya que su habitación estaba alejada del resto y todos estaban durmiendo y se acostó, durmiéndose con miles de pensamientos corriendo por su mente.
Al día siguiente fue despertado por la alarma que indicaba que era hora de volver a la rutina. Lunes por la mañana.
Suspiró y en ese momento deseó no tener que volver a clase.
Se visitó con la ropa más abrigada que encontrase, para luego preparar la mochila, un pequeño sandwich para comer en el camino a clase y se fue, despidiéndose de sus padres, los cuales ya habían despertado.
Como solía hacer, agarró el autobús estudiantil y se sentó lo más atrás posible, aunque paradas después vio a Jin, como solía hacerlo cada mañana.
— ¡Ey! ¿Qué tal el viaje? — Preguntó alegre. — Te hemos echado de menos por aquí. —
— Muy bien, en realidad, ya os enseñaré todo lo que he grabado. —
Charlaron del tema mientras el autobús se dirigía al recinto escolar.
Una vez llegaron se dirigieron dentro del edificio y se encontraron con sus otros dos amigos.
Se sentía en casa después de una semana llena de aventuras.
Los cuatro se abrazaron con entusiasmo, a pesar de ser un lunes, todos estaban contentos debido a la llegada del rubio.
Y como siempre, las clases iniciaron, todo siendo igual que siempre.
Aquella semana no tendría entrenamientos matutinos, ni por la tarde, debido a que el entrenador decidió que todos se tomarían una semana de descanso, luego de la larga semana de concentración, en la que habían entrenado días enteros sin parar.
Agradeció eso, ya que no había parado de ver el voleibol durante la semana anterior, así que necesitaba una semana de descanso del deporte.
Durante las clases, sus amigos aprovecharon para contarle lo sucedido en su ausencia, entre eso, estaba que Namjoon Brownstone había pedido ser su novio a Jin, en una bonita cena a la que le invitó como cita.
Estuvo muy feliz por su amigo castaño, el cual parecía mucho más alegre de lo normal, totalmente enamorado.
Yoongi le agarró un asco repentino a Jimin Hudson, no sabía a qué se debía, aunque el peli menta les dijo que fue de la nada, cosa que no creía porque conocía a su amigo y estaba seguro de que algo había sucedido entre ellos dos, pero decidió no insistir.
A lo largo del día no se encontró con el pelinegro, tampoco quiso preguntarse dónde se había metido, pero inevitablemente se preocupó por él.
Sus amigos le propusieron quedar en casa de Jin, porque querían que les explicase todo lo que había sucedido en la concentración y que les enseñase vídeos y todas las cosas que había hecho, ya que las publicaciones que subía eran bastante graciosas. Eso sí, Jin preguntó si era posible llevar a Namjoon a la quedada, cosa que aceptaron porque conocían a Brownstone (excepto Taehyung, quien había hablado poco con él) y les caía bien.
Ahora se encontraba en la casa del castaño, todos estaban sentados en el suelo de la sala de estar mientras merendaban algo y Taehyung trataba de conectar la cámara a la televisión.
El peli menta se notaba algo incómodo debido a la presencia del novio de Jin, no porque le cayera mal, sino porque era amigo de Jimin y no estaba cómodo sabiendo eso. Aunque con el rato se soltó y habló con normalidad con el chico.
— Yo me lo pasaba genial en las concentraciones, los chicos del club son muy graciosos. — Comentó Namjoon. —
Era algo que se sabía, pero el novio de su amigo había estado como mánager en el club de voleibol durante una temporada, e incluso llegó a ir a dos concentraciones.
— Sinceramente, me lo pasé muy bien y espero volver a ver a los chicos. — Dijo Taehyung sonriente, recordando todo lo vivido. —
Observaron distintos clips, en el que todos reían debido a las tonterías que realizaban los chicos que aparecían en los vídeos y sobre todo rieron cuando les enseñó el clip de la broma, o venganza a Seojoon. En el vídeo se podía ver a la perfección como su entrenador les gritaba y pequeñas risas por parte de Nathan, que era el que agarraba la cámara y enfocaba a los dos chicos que estaban recibiendo el regaño por parte del entrenador. Otro clip que les hizo especial gracia, fue uno en el que estaban en las vegas de fiesta, se veía a Rowdy con Taehyung haciendo una batalla de baile junto a dos chicos que conocieron en esa fiesta callejera.
Una vez acabaron de ver los vídeos, estuvieron escuchando algo de música mientras jugaban a un juego muy típico de allí y de la época, el Monopoly. Cada uno negociaba los precios de sus viviendas para venderlas a otro jugador.
Fue entonces cuando recibió una llamada.
— Un momento, chicos. — Se levantó mientras se dirigía a la terraza. —
La llamada que estaba recibiendo era del chico del cual no sabía nada, la contestó y se puso el teléfono en la oreja.
— Hola... — Murmuró como saludo. —
— Hola Tae... Mmm... —
El ruido de la calle se oía a través del teléfono, los coches pasar, el aire golpeando con el micrófono del chico.
— ¿Hoy vendrás a mi entrenamiento? ¿O quieres descansar estos días? Supongo que has llegado agotado de la concentración... —
— No tenía pensado ir, pero si quieres puedo. —
— No hace falta... Si no tenías pensado ir, no te preocupes. ¿Fue bien la concentración? —
— La verdad es que muy bien. —
— Me alegro. — Suspiró. — Pues ya nos veremos. —
— Voy ahora, no te preocupes. —
— Como quieras. Entonces, nos vemos en un rato. —
— Claro, hasta ahora. —
Colgó la llamada y se adentró en la casa, los chicos reían debido a una discusión que estaban teniendo la pareja por una vivienda.
— Debo irme... — Comunicó el rubio. —
Todos lo miraron confusos.
— Me ha surgido algo, lo siento. —
— No te preocupes, ¿quieres que te lleve? — Se ofreció Jin. —
— No es necesario. Seguid jugando, yo me iré en autobús. —
Se despidió de todos y salió del lugar, para agarrar un bus que lo dirigiera al instituto. No tenía pensado en ir, pero al escuchar la voz del pelinegro y pensar en que no lo había visto en todo el día, quiso ir de inmediato, aunque solo fuera por sexo. Realmente tenía especiales ganas de verlo, después de más de una semana.
Una vez llegó al lugar, se adentró al gran instituto en dirección al campo, como siempre lo había hecho, esperó sentado en un pequeño banco que estaba antes de entrar al campo y empezó a escuchar música en el mp3.
No mucho después vio a Jungkook salir, iba como siempre, el pelo mojado, con mechones pegados a su frente debido al sudor y la cara rojiza del calor corporal debido al entrenamiento.
— Vamos. — Dijo y caminó delante de él. —
El menor fue detrás de él después de apagar su mp3 y quitarse los auriculares. Llegaron al parking del instituto y vio el coche a lo lejos, cosa que era raro, ya que solían ir al parking que estaba a bastante distancia de este. Se subieron al coche, puesto que no hubo ningún tipo de contacto físico.
Él se abrochó el cinturón.
— ¿Dónde vamos? —
— A mi casa. —
Arrancó el coche y fue a una velocidad bastante rápida, más de la que Taehyung solía estar acostumbrado. El viaje de 20 minutos se hizo eterno, pero en el que observó al chico disimuladamente mientras conducía. Este tenía una expresión seria y veía como de vez en cuando alzaba la vista para mirarlo por el retrovisor, en aquel momento él simplemente apartaba su mirada discreta, mirando en otra dirección que no fuese la suya.
Aceptaba que Jungkook Taylor era una persona muy atractiva y que, de hecho, todo el mundo tenía razones para querer algo con él. No podía negar que agradecía ser la persona con la que él estaba, aunque fuese secretamente y se sentía especial en cierto modo.
El camino que seguían ya se lo sabía de memoria, reconocía las calles, las carreteras, las tiendas y todo lo que se cruzase. E incluso sabía en el momento preciso en el que cruzarían la casa de su amigo Yoongi.
Cuando estuvieron a punto de hacerlo, vio a su amigo junto a Jimin Hudson entrar a la casa.
— Mierda. — Murmuró al verlo girar, si seguían hacia delante lo vería. —
— ¿Qué pasa? — Preguntó mientras miraba en dirección a donde miraba chico. — Oh... —
— Nos verán. —
— Por parte de Jimin no importa, pero McKagan sí, agáchate, así no te verá. —
El chico tiró el culo hacia delante y agachó su cuerpo, para que así no se le viera. Notó un acelero mucho más rápido de lo habitual, Jungkook iba a tratar de pasar rápido por el lugar para no ser identificado.
En cuestión de segundos habían pasado la casa, así que volvió a su posición normal y esperó a que aparcaran en la casa del pelinegro.
Cuando subieron a la habitación de Taylor se esperó un abalanzo por su parte, pero no lo hizo, solo se acercó al armario y agarró algo de ropa.
— Me voy a duchar, puedes ponerte cómodo. — Dijo y entró al baño. —
Se quedó solo en la habitación, se quitó los zapatos y mientras los dejaba a un lado vio algo que le llamó la atención y de lo que no se había percatado. Se acercó a la mesita de noche y agarró ese trozo de papel. Descubrió en ese instante que eran dos papeles, fotografías, la que estaba encima, era una en la que aparecía él junto a su hermana Olivia, ambos vestidos formalmente y detrás de ellos estaban lo que suponía que eran sus padres, ya que el gran parecido que tenían era grande.
Los cuatro tenían la tez blanca, aunque Jungkook y su madre más de lo normal. Todos miraban hacia cámara, con una expresión seria en la cara.
El hijo de los Taylor tenía la mirada perdida, sin ningún tipo de emoción en el rostro, cosa que actualmente era habitual en él, pero al ver a su hermana con la misma expresión fue algo que le sorprendió, debido a que Olivia Taylor era una chica muy alegre, con un brillo en los ojos excepcional. Su hermano mayor también lo tenía, pero aquel brillo no expresaba nada, en cambio, el de la chica expresaba hasta la galaxia.
Suponía que la imagen no era de hace mucho, ya que Jungkook tenía una apariencia muy similar a la actual. Iba con un traje negro, el cual lo hacía lucir muy elegante y atractivo, al igual que el resto de la familia, una muy elegante a su parecer y con buenos genes. No podía evitar aceptar que los padres de estos eran gente guapa.
La foto de abajo era también familiar, pero en esta, a pesar de todos estar elegantes, no mostraba la misma imponencia que la otra. Esto se debía a que los dos hijos eran pequeños, el mayor de los hermanos era alzado por su padre en los hombros con una sonrisa que achinaba sus ojos y la hermana pequeña, era agarrada en brazos por su madre. Incluso sus padres sonreían, la madre de la familia tenía una sonrisa y dentadura igual que la del hijo varón, como la de un conejo y el padre unos ojos tan expresivos y brillosos, al igual que la de sus dos pequeños hijos.
Suponía que tendrían unos 5 o 6 años en aquel entonces, se veían felices, pero lo sorprendente era el cambio entre esas dos imágenes y lo que expresaba cada una. La emoción era completamente contraria, en una mostraba una familia feliz y en la otra una distanciada, sin sentimientos.
No quiso pensar más en eso y dejó ambas imágenes antes de sentarse como indio en la cama, pegado al respaldo. Justo instantes después, el pelinegro salió del baño, secando su pelo, ya vestido.
— Lo siento por la espera... Debería haberme duchado allí, pero hacía frío y no quería que esperaras mucho por mí. — Murmuró mientras se sentaba en la silla de su escritorio. —
— No te preocupes. — Dijo mientras agarraba la punta de sus pies. —
El silencio fue bastante incómodo, solo se escuchaban las respiraciones de ambos. Taehyung suspiró mientras miraba hacia la ventana que tenía la pequeña habitación, a punto de hablar, pero antes lo hizo el pelinegro.
— ¿Cómo ha ido la concentración? —
— Muy bien, la sinceridad. —
Todo el mundo que lo conocía le preguntaba respecto a eso, pero le sorprendió que él lo hiciera y que se preocupara por cómo había ido, sonrió al pensar en eso y el mayor solo lo observó con el ceño fruncido.
Charlaron de distintos temas, e incluso alguna vez el pelinegro soltaba alguna indirecta sexual, la cual el rubio la aceptaba y contestaba coqueto.
— Que te follen. — Le dijo después de que el contrario hiciera un comentario haciendo referencia a algo que no hacía ni puñetera gracia. —
Taylor, reía con una risa estrepitosa, la cual causó que Taehyung lo mirara de mala manera.
Era extraño, pero el sexo no había surgido entre los dos, solo mantenían una conversación aleatoria, mientras el rubio estaba tumbado en la cama y el mayor sentado como indio a su lado, debido a que la cama era de matrimonio y cabían a la perfección.
Taehyung miraba en dirección a Jungkook, con el cuerpo ladeado hacia su dirección mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos. El contrario tenía el cuerpo mirando hacia el frente, pero al hablar miraba a Williams girando la cabeza.
El rubio bostezó mientras apoyaba su cabeza en la almohada.
— ¿Tienes sueño? ¿Quieres dormir? —
— No, estoy bien. — Dijo poniéndose boca arriba. —
Agarró la manta y se tapó.
— Esas confianzas... — Bromeó el pelinegro. —
— Cállate. — Pronunció mientras se rascaba los ojos. —
— Cállame. — Lo miró a los ojos mientras sonreía divertido. —
Volvió a ladearse mientras ponía la manta hasta tapar sus hombros.
— Agh Jungkook. — Negó con la cabeza. —
Cerró los ojos, relajándose.
Aquello se estaba pasando, exceso de confianza.
Sintió al mayor moverse y abrió los ojos al no sentir ningún ruido. Estaba frente a él, estirado y ladeado igual que él, solo que sin la manta por encima.
— ¿Qué haces? — Preguntó fingiendo molestia. —
El pelinegro solo acercó el rostro del rubio al suyo y lo besó. El beso era intenso, pero sin llegar a ser tan caliente como para excitarlo, era un beso algo más cariñoso.
Un hilo fino de saliva era lo único se unía sus bocas al separarse, pero que rápidamente se partió. El menor tenía la boca entreabierta, esperando algo más de ese beso.
Cerró esa pequeña abertura que se dejaba observar en sus labios, fijándose directamente en los ojos brillosos de Jungkook. Los ojos de Taylor se dilataron al coincidir con los suyos y podía jurar que un pequeño sonrojo se formó en sus mejillas, casi no se percibía debido a lo ligero que era.
— Te he echado de menos. — Pronunció susurrando mientras sus ojos seguían fijos en los del mayor. —
Sus pupilas se agrandaron, algo que pudo notar con facilidad y no dijo nada, solo se quedó en silencio después de tragar duro.
Suspiró apartando su mirada por un instante y volvió a mirarle antes de dirigirse a él.
— Yo también. — Dijo con la expresión más seria que había visto jamás. —
Sonrió a pesar de la pequeña decepción que se había llevado al ver el rostro del chico que tenía delante de él.
— No pareces muy convencido. —
Jungkook apartó la vista.
— Sí que te he echado de menos, no sé cómo quieres que te lo diga. —
Suspiró inquieto, obligando en cierto modo a Taylor a mirarlo. Se relamió los labios como gesto de nerviosismo y cerró los ojos cansados.
— Amor. — Lo llamó suavemente. — Duerme, si quieres. —
Él negó con la cabeza, aun con los ojos cerrados.
Jungkook acarició su pelo, haciendo que de inmediato abriera los ojos para mirarlo.
— ¿Te llevo a casa? De verdad que pareces muy cansado. —
— No, solo necesito cerrar los ojos, pero no dormir. —
════ ∘◦❁◦∘ ════
Solo le bastaron dos minutos para quedar dormido. Jungkook se dio cuenta al intentar hablar con él y no le contestara.
Era terco.
Le sorprendió las palabras que había dicho "te he echado de menos", no sabía exactamente si él lo había hecho, pero dijo que sí algo inseguro, como dijo el rubio "no muy convencido", pero cuanto más lo pensaba, algo más seguro estaba de que lo que había contestado era cierto.
No quería aceptarlo, pero al ver aquellas imágenes con sus nuevos amigos que había publicado en Las Vegas. Le hizo sentir algo celoso, ya que estaba acostumbrado a saber que Taehyung solo estaba con él en el sentido sexual, y al verlo con otros hombres, tan pegado y riendo, le provocó algo que no quería aceptar, celos y quizás algo de inseguridad al ver que otros hombres podían estar cerca de él.
No podía quejarse, ellos estaban en un acuerdo sexual, el cual le parecía lo mejor y aquello no indicaba que el otro fuera la propiedad del contrario, así que no estaba muy seguro de por qué sentía algo así.
Miró en dirección al chico que dormía, este tenía los labios algo abiertos, los ojos cerrados casi por completo y una respiración algo fuerte salía de su nariz, un ronquido muy sutil. Sus facciones estaban relajadas, dejando ver un rostro lleno de paz y tranquilidad.
Acarició la pequeña mejilla y estuvo observándolo mientras dormía, tratando de evitar pensar en aquellos celos que había tenido durante los últimos días y el alivio que había sentido al tenerlo junto a él.
Más tarde tuvo que despertarlo debido a que se estaba haciendo tarde y se ofreció a llevarlo.
Williams tenía los ojos hinchados y labios iguales, formados en un pequeño puchero, haciéndolo ver algo tierno, podría decir.
Una vez lo dejó en casa, se fue a la suya para comer algo ligero e irse a dormir, e inconscientemente poner su rostro contra la almohada en la que había dormido un rubio, el cual olía muy bien a su parecer.
════ ∘◦❁◦∘ ════
Al día siguiente fue feliz al instituto, la tarde del día anterior junto a Jungkook fue agradable. El chico era un adolescente muy amable y que por mucho que se hiciera pasar por alguien imponente, a él le parecía un trozo de pan.
No estaba seguro de cuándo empezó a caerle bien el pelinegro, pero lo hacía e incluso podría decir que era su amigo, aunque dudaba que Taylor le considerara un amigo o algo más que un compañero sexual.
Estaba sentado junto a sus amigos en la cafetería, desayunando lo que cada uno había pedido.
Escuchó a sus amigos murmurar algo mientras veían hacia una dirección, él se giró, mirando hacia dónde estaban observando los tres amigos.
Qué cojones.
Lo que estaba viendo no era normal. Jungkook Taylor caminando con su desayuno junto a una chica agarrada a su brazo, este hablaba con ella y la chica sonriente también.
— El hetero del grupo debía ser. — Murmuró Hoseok. —
Ese no tiene nada de hetero.
Apartó la mirada, porque estaba seguro de que su cara debía ser un cuadro y que por poco y mataba a los dos con la mirada.
— Dicen que empezó a salir con ella desde la semana pasada. — Explicó Jin. — Aunque hay otros que dicen que solo es un lío. —
— ¡¿Qué?! — Gritó. —
— Shh, ¿por qué gritas? ¿Te sorprende o algo? Él siempre ha sido así. —
Taehyung parpadeó rápido y miró lo que sucedía frente a sus ojos, a unos 20 metros, Jungkook Taylor comía junto a una chica mientras charlaban sonriente.
Qué demonios.
No podía ser posible que estuvieran juntos.
— No te lo contamos porque no nos parecía relevante, la verdad que la vida de Jungkook Taylor nos importa bien poco, es un hetero más. — Comentó Hoseok. —
— No, si no tengo ningún problema. —
No tenía problema con que el chico estuviera con una chica, de hecho, debería importarle bien poco. El problema era que el día anterior estuvo junto a él, algo más cariñoso de lo normal, dándose besos, y como habían dicho sus amigos, era algo que inició la semana pasada, cosa que indicaba que Jungkook acababa de ponerle los cuernos a esa chica y él era el cuerno.
Dios mío.
— Ey, Tae. — Lo llamó Yoongi. —
— ¿Qué pasa? —
— Por fin vueles a la realidad, chico. —
A partir de ese momento decidió no hablar con Taylor, debido a que quería respetar la relación que acababa de empezar y evitarlo por completo. No estaba enfadado, pero le molestaba que estuviera con él mientras estaba con otra.
Odiaba no tener la exclusividad, pero no lo quería aceptar.
Durante los primeros días, recibió algún mensaje de Jungkook preguntándole si iría al entrenamiento para hacer lo de siempre, pero no los contestó, después del segundo día, sin contestarle, el chico no le volvió a escribir, perdiendo el contacto por completo.
No le molestó, de hecho, prefirió dejar las cosas así, sin estropear la relación del chico y alejándose de él, para, por fin, no relacionarse con alguien así y evitando malos rollos con la chica.
A partir del tercer día, el primero sin que le hablase, no pudo evitar mirar todo el tiempo a la pareja, quienes parecían felices y le causó algo de incomodidad.
El chico se cambió de asiento en literatura, yéndose con la chica que supuestamente era su pareja actual. El día que lo hizo, solo pudo mirar como se movía al lado de la chica, sintiéndose mal, pero a la vez forzándose a no hacerlo.
Alguna vez en esos días cruzó con el pelinegro, e incluso antes de asistir a sus entrenamientos de voleibol, pero no le importó.
La gente rumoreaba infinidad de cosas, hablaban y hablaban de la relación de Jungkook Taylor con la chica llamada Hannah. Cosa que se hacía cansino para él y en cierta parte, doloroso.
No fue hasta que pasó una semana desde que se enteró de la nueva relación del pelinegro, que se aceptó que le dolía debido a los celos que tenía, de no poder estar así con Jungkook, no estaba del todo seguro que fuesen celos, pero simplemente odiaba ver como la chica tenía lo que él no.
Estaba agobiado con la nueva sensación y simplemente su cabeza no podía parar de pensar en eso.
Él estaba de camino a la cafetería, caminando hacia el lugar donde servían la comida. Pasó por la larga cola y fue hacia la mesa en la que se sentaba junto a sus amigos, en la otra punta del comedor.
Caminó, sintiéndose algo mareado.
Se iba a desmayar ahí, él conocía a la perfección esa sensación.
Aquí no, Taehyung Williams, al menos llega a la mesa.
Todo se empezó a mover, la visión se le empezó a poner borrosa y los pasos que hacía se sentían lentos, el camino a su mesa se le hacía eterno a pesar de que habitualmente tardaría menos de medio minuto en llegar.
Su cuerpo empezó a pesar y sus piernas se tropezaron, pero pudo mantenerse en pie.
Aunque eso no duró mucho debido a que acabó cayéndose mientras todo se tornaba negro, otra vez.
Despertó en Corea, aunque él no sabía qué lugar era debido a la pérdida de memoria que tuvo hace bastantes semanas.
Estaba en la calle, solo, y sucedió lo mismo que la última vez, vio una figura detrás de él, que era exactamente igual que él, solo que su cara estaba en negro y no recordaba cómo era la última vez que la vio.
— ¿Quién eres? — Preguntó gritando, como la última vez. —
— Soy t... — La figura no logró decir nada debido a que una mano se la llevó en el agujero negro. —
Se acercó al agujero, el cual permanecía abierto y entró, todo tornándose negro.
Taehyung.
Tae.
Tae.
Tae. Escuchó en su mente.
Amor.
Abrió los ojos de golpe, muy confuso.
¿Dónde estoy?
Se removió inquieto, pero unas manos agarraron sus hombros, impidiendo que se moviera.
— Ey, tranquilo. — Dijo una voz conocida. —
En aquel momento supo que quien lo llamaba mientras veía todo negro era aquel chico.
— Jungkook. — Lo miró. —
— Voy a llamar a una enfermera no te muevas. —
— ¿Dónde estoy? —
Notó al pelinegro parar en seco y girarse.
— En enfermería, te desmayaste en medio de la cafetería. —
En ese momento recordó lo que estaba sucediendo en su vida y la emoción tan horrible volvió a su cabeza.
Jungkook y su novia... Los desmayos... Los celos.
En ese momento sintió que le faltaba la respiración.
La figura sin rostro, ¿cómo demonios era su cara?
Sabía que la figura, la primera vez que la vio, tenía rostro y sabía que era él mismo en su realidad futurista, pero no la recordaba, no recordaba cómo era su apariencia antes de llegar a América.
Soy... Taehyung de... mis padres se llaman... Mi apariencia física es... tengo un novio en mi realidad que se llama...
Tampoco lo recordaba.
Se agobió mucho más y escuchó a la profesora entrar en la habitación.
Su respiración era agitada, más de lo habitual.
Dios mío, no puedo respirar.
De inmediato la enfermera con un aparato le hizo inhalar un poco de oxígeno, como si fuera un ventolín, pero mucho más grande, como una máscara.
— Tranquilo, respira. —
Pudo ver a Taylor a un costado con una cara de susto tremenda en la cara.
Una vez pudo respirar mejor y sin que le faltara el aire, la enfermera le hizo unas pequeñas pruebas, en las que le preguntaba distintas cosas o le hacía chequeos generales, comprobando que todos sus órganos vitales estuvieran correctamente, eso sí, sacó al pelinegro de la sala.
Una vez terminó, se fue a hacer unos informes para que pueda irse a casa.
La puerta se escuchó, era Jungkook.
— ¿Estás mejor? — Preguntó sentándose en una silla. —
— ¿Cómo he llegado hasta aquí? —
— Primero contesta la pregunta. —
— Estoy mejor, sí, ahora contesta tú. — Dijo casi agresivamente. —
— Te he traído hasta aquí, tranquilo. Te vi caer en medio y fui inmediatamente. —
"Fui inmediatamente"
Aquellas palabras le hicieron sentir de todo menos algo malo. Sonrió y lo miró, sus ojos por primera vez expresaban algo, preocupación.
No era lo que esperaba ver cuando viera algún tipo de emoción de esos ojos brillosos y grandes, pero al menos era algo.
— Estaba preocupado... Mientras estabas aquí, no parabas de temblar... — Dijo algo asustado. —
"Estaba preocupado" En aquel momento sintió a lo que llamaban "mariposas en el estómago", algo que experimentaba por primera vez y no estaba seguro de qué era.
— ¿De verdad? —
— Joder, llevas sin hablarme más de una semana. —
Porque estás con otra. Pensó.
— ¿Qué pasa? No haces buena cara. —
— No pasa nada. — Dijo algo adolorido por el reciente recordatorio que acababa de hacerle su mente. —
Tiene pareja y yo ya no soy nada para él, ni siquiera era algo de él hace un tiempo...
Suspiró y lo miró, con los ojos llorosos.
— Oye, no llores. — Lo miró. —
No pudo evitarlo y las lágrimas empezaron a caer. Los hipidos empezaron a formarse a raíz que el llano se hacía más grande. Jungkook no hacía nada, solo lo miraba.
— Taehyung... — Murmuró. —
No era capaz de mirarlo, los sentimientos desde la última semana eran un desastre, no sabía cómo demonios se sentía y tampoco el porqué se sentía tanta impotencia por algo sin importancia. Solo fueron compañeros sexuales.
— Amor... — Lo llamó. —
— No me llames así. — Dijo con algo de desprecio. — Deja de hacerlo. —
El pelinegro no dijo nada, solo se limitó a quedarse quieto mientras él lloraba. Pero cuando menos se lo esperó, sintió un calor inmenso sobre su cuerpo.
Estaba abrazándole.
No supo como reaccionar, solo rodeó los brazos al rededor del chico y siguió llorando, mojando la camiseta del mayor mientras su respiración se hacía aún más irregular. El sentimiento de dolor y alivio se entremezclaban, era horrible, pero maravilloso a la vez.
Jungkook Taylor estaba abrazándole, sintiendo pena por él y apoyándolo, como un amigo.
Pero él no se conformaba siendo amigo de Jungkook.
Se había enamorado de él.
Buenas noches! Disculpa haber subido tan tarde el capítulo, pero como os he dicho por instagram, he estado con mi familia y por ahí os prometí subir el capítulo antes de las 00:00 hora española y aquí lo tenéis. Si no me seguís por instagram, podéis hacerlo, por ahí podéis ver pequeños avisos que por aquí no hago, e incluso he hecho una encuesta en la que pregunta cositas para el Fanfic, no olvidéis votar.
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