-18-
Era domingo, se había despertado a las 2 de la madrugada para poder llegar bien al punto de encuentro, el instituto. Sus padres lo dejarían allí, ya que a aquella hora los autobuses que pasaban eran pocos y tampoco quería dejar a su hijo irse solo a esas horas de la madrugada.
Le dolía la espalda, las caderas y sentía su entrada algo irritada, le ardía como la mierda debido a la gran cantidad de tiempo que tuvo algo haciendo fricción y a pesar de utilizar grandes cantidades de lubricante, las intrusiones dentro suyo, daban consecuencias.
No le importaba mucho, ya que estaba acostumbrado a ese dolor posterior al sexo y a demás que era su culpa, debido a que él elegía tener sexo tan duro.
Taylor se fue un poco antes de la llegada de sus padres, que llegaron junto a comida rápida que compraron en el camino desde pequeño pueblo de donde provenían hasta ahí, Salt Lake City. Cenaron a gusto con sus hermanos y fueron a dormir temprano.
Ahora se encontraba en el coche, en los asientos traseros. Eran las 2:40 de la madrugada, les quedaban unos treinta minutos para llegar, así que el chico aprovechó para descansar un poco, aunque no pudo debido a los pensamientos que surgieron sobre su relación con Jungkook Taylor. Poco a poco se acercaban más al otro y quizás estaban forjando una amistad, algo que evitaba completamente y había altas probabilidades de que el pelinegro también evitase eso.
— ¿Fue bien ayer con tu amigo? — Preguntó su padre. —
— Sí... Me ayudó y aconsejó mucho sobre las concentraciones y lo que necesitaría... —
Les había informado a sus padres la tarde del día anterior que el pelinegro iría a su casa a ayudarle con la maleta, porque si llegaban y se lo encontraban, quizás lo castigaban después de su llegada de la concentración. Aunque algo que no les contó, es que ese "amigo" también le había hecho rogar porque lo follara, pero eso era un pequeño detalle que sus padres no sabrían.
Antes de irse, se aseguró de dejar sus juguetes, lubricante y preservativos en un cajón bajo llave, ya que se moriría de vergüenza si sus padres logran ver aquello.
Cuando llegaron al instituto, todo estaba oscuro, eran las tres y poco de la madrugada, así que el silencio era abrumador.
Vio a lo lejos el autocar del equipo y varias personas a su alrededor, así que se dirigió junto a sus padres y maleta.
— Ey Taehyung, ¿cómo estás? ¿Con ganas? — Preguntó su entrenador abrazándolo. —
— Con muchas... Aunque algo cansado. —
— Tenemos 6 horas de viaje, así que podrás dormir todo lo que necesites. — Sonrió y saludó a sus padres. —
Mientras su entrenador y progenitores hablaban, él se acercó a sus compañeros, quienes hablaban bajo, algo dormidos y muertos de frío, con abrigos enormes. Él no estaba muy diferente al resto, así que no dijo nada.
Habló con ellos, mientras iban llegando el resto. Una vez llegaron, pasaron una pequeña lista, asegurándose que todos estuvieran presentes antes de entrar al autocar e irse.
La gran mayoría de padres estaban presentes, así que todos se despidieron desde la ventana con la mano mientras el autocar arrancaba.
Él estaba sentado junto a Hyunsik, quien había traído una almohada del cuello para el viaje y en aquel momento agradeció el consejo que le había dado Taylor al haberle dicho que se llevase una para no pasarlo mal durante el viaje. Agarró la almohada de color azul y la puso al rededor del cuello, después, se durmió rápidamente.
Se despertó debido a la voz de su capitán despertándolos mientras música sonaba de fondo.
— Es hora de despertarse dormilones. — Decía el capitán. — Llegaremos en una hora y tenemos que desayunar antes de llegar, venga, levantad esos culos. —
Taehyung se removió cansado y cerró los ojos nuevamente, pero lo que no esperó, es recibir un chorro de agua en la cabeza, haciéndolo gritar.
— ¡Seojoon! —
Escuchó la risa de su compañero de asiento y del resto del equipo.
— Venga, despierta, nada de dormir, has dormido 5 horas de 6 que dura el viaje. — Le lanzó un bocadillo envuelto en papel de plata. — Come. —
El mayor se fue a sentar para comer y Williams solo suspiró.
— Ya me vengaré. — Dijo para sus adentros, pero Hyunsik lo escuchó murmurar la frase. —
— Tengo ganas de ver tu venganza. —
Ambos rieron y empezaron a comer los bocadillos con ganas y mucha hambre, en realidad aquel bocadillo le entró muy bien en el estómago, debido a que lo tenía vacío.
Durante aquella última hora de viaje todo fue mucho más animado, algunos hablaban entre ellos y otros cantaban la música que se reproducía en la radio.
Cuando llegaron, estaban en medio de un descampado, junto a una especie de casa muy grande, en medio de este, más hacia un lado, había una especie de edificio, el cual era un pabellón con muchos campos de voleibol y probablemente de muchos más deportes.
Aparcaron el autocar, en un párquing pequeño cercano a la casa, y bajaron, cada uno con su maleta y caminaron en dirección esa enorme casa, que parecía una especie de masía.
Había un camino de piedras, evitando que tuvieran que pisar el pasto y las maletas se mancharan de tierra mojada, ya que estaba bastante nevado en esa zona.
Al hablar o respirar, salía ese pequeño humo blanco de sus bocas, estaban a menos 4 grados, el ambiente era mucho más frío que en plena ciudad de Salt Lake City, en la cual a penas llegaban a los 0 grados.
Se adentraron a esa casita nevada del campo, allí les esperaba una persona que no conocían, pero parecía ser que su entrenador sí.
— Chicos, él es uno de los entrenadores de los equipos con los que estaréis. — Comentó. —
Todos lo saludaron, su nombre era Adriel.
— Podéis ir a vuestras habitaciones, os podéis dividir de cuatro en cuatro, ya que sois cuatro y las habitaciones constan de dos literas. Más tarde nos veremos para presentaros a los chicos y entrenaremos un rato, luego ya comeremos. —
El lugar tenía tres pisos, en cada uno había por lo menos 5 habitaciones de 4 personas, así que estaba muy bien, allí cabrían todos los equipos que vinieran a la concentración. En cada piso, había unos baños compartidos, donde había bastantes duchas, picas y de todo, para que pudieran asearse.
Todos se separaron y formaron pequeños grupos, él iba junto a su capitán; Seojoon, su amigo Hyunsik y su otro amigo Wooshik.
Se instalaron en la pequeña habitación, que tenía un armario muy grande que tenía cuatro compartimentos, uno para cada uno. Se repartieron las camas después de una pequeña discusión y sorteo.
Él se quedó con una que estaba pegada a la pared, la parte de abajo de la litera. No se quejaba, pero le hubiera gustado más estar en la parte de arriba.
Su entrenador llamó a sus puertas, indicándoles que se cambiaran con la ropa de deporte, que saldrían al pabellón para la presentación de todos los equipos.
Los chicos se cambiaron con prisa, la gran mayoría de ellos, iban con camisetas y pantalones térmicos debajo de los chándales, debido al frío que hacía.
Salieron todos de la habitación, encontrándose en la zona común, dónde habían hablado con Adriel y marcharon caminando, rumbo al pabellón.
Cuando entraron, se percató que aquello era muchísimo más grande que cualquier pabellón en el que hubieran jugado y quizás era el doble, o incluso el triple de grande que el de su instituto, ya que este contenía ocho campos en los que poder jugar
Había muchos chicos de distintos institutos que jugaban a voleibol, unos 10 institutos eran en total, con más o menos 12 chicos por equipo.
Algo que les comentó el entrenador, es que quizás durante la concentración debían separarse como equipo, dividirse en dos o incluso mezclar con otros equipos, para conocerse entre todos y adaptarnos rápidamente al juego de otros como una práctica deportiva. Al final, de eso servían las concentraciones, a jugar con todo tipo de gente, hacer amigos y ganar experiencia para futuros campamentos o concentraciones.
Todos se veían muy emocionados por el inicio, ya que escuchaban con atención a un entrenador que hablaba junto a un micrófono. Junto a ese entrenador, se encontraban otros 9, entre ellos Adriel y el de su equipo.
Cada entrenador presentó a su equipo, diciendo de qué instituto venían y de qué zona era. Había equipos que venían de Colorado, otros de California, de Oregón, Arizona e incluso Nuevo México, sorprendiendo a muchos.
Los entrenadores decidieron repartir los jugadores, mezclando equipos y formando nuevos de manera aleatoria, para jugar, para que se conocieran y rotar posiciones para practicar todas, a demás para jugar amistosamente, todavía sin ejercer ningún tipo de entrenamiento. Él fue asignado al color amarillo, no conocía a nadie, pero unos chicos se le acercaron.
— Ey, ¿cómo te llamas? Yo soy Paul, encantado. —
— Yo soy Rowdy. —
— Y yo Nathan. —
— Me llamo Taehyung, encantado de conoceros. —
Habló con los tres chicos y los otros dos restantes que también formaban parte de su equipo. A pesar de que ninguno se conocía, se acercaron a hablar animadamente y dispuestos a conocerse. Seguramente ellos ya habían vivido otras convivencias y ya sabían como hacer las cosas sin miedo.
Iniciaron ocho partidos diferentes, él jugaba en uno, contra un equipo que tenía jugadores desconocidos.
Se lo pasó bien adaptándose a sus nuevos compañeros de equipo por ese rato.
El primer día fue complicado para todos, debido a que eran completos desconocidos, pero poco a poco, durante las comidas, descansos y rotaciones para hacer nuevos equipos, fue conociendo a casi todos los presentes, haciendo más o menos amigo de todos. Pero sobre todo, se hizo amigo de dos de los chicos que se presentaron al hacer su primer equipo de jugadores.
Nathan, era un chico alto, más o menos como él, con el pelo de un color rojizo, el cual se mezclaba con un color castaño. Tenía la piel blanca, bastante pálida. Era un chico bastante gracioso, que decía todo lo que se le pasaba por la cabeza. Podría decir que era algo inmaduro, pero era buen chico.
Rowdy, el segundo chico al cual se unió mucho, era algo más bajo, jugaba como líbero debido a su estatura. Tenía el pelo de color negro, su piel era algo más oscura, incluso más que su color acanelado. Los ojos los tenía claros, más que los suyos. Era un chico serio, pero bastante gracioso cuando se encontraban fuera de la pista y entrenamientos.
La primera noche fue bastante abrumadora, debido al sitio desconocido y por el silencio que había en aquel lugar, pero según pasaron las dos primeras noches todo fue mejor.
Era la tercera y él estaba junto a Rowdy, Nathan (sus nuevos amigos) y sus compañeros de habitación en el suelo de esta, donde jugaban a las cartas por lo bajo mientras reían.
— ¿No tenéis hambre? — Preguntó Nathan mientras le rugían las tripas. —
— La verdad es que un poco. — Comentó Taehyung. —
— ¿Vamos a la cocina, a por comida? —
— ¿Y si nos pillan? — Dijo Seojoon algo asustado por la idea. —
— Venga Joon... Solo será un momento y volvemos. — Le dijo Hyunsik. —
— Saca tu cámara esa, hay que grabar este momento. — Rio Nathan señalando la cámara que Williams había llevado al viaje con una nueva memoria USB que compró especialmente para esa semana. —
Se levantaron y encendieron la cámara, explicando lo que estaban a punto de hacer y explicando dónde se encontraba las habitaciones de los entrenadores.
Salieron los seis con cuidado y mirando por donde pisaban. El chico que llevaba la cámara, Hyunsik, enfocaba a los dos chicos que iban delante; Taehyung y Nathan, quienes reían por lo bajo, aguantándose una risa estruendosa al ver la cara de miedo de Seojoon por la idea de ser pillado. Jamás había reído tanto.
Entraron a la cocina, allí abrieron la nevera, mirando si había algo interesante, unos refrescos estaban allí, así que se sirvieron un vaso cada uno. Más tarde, rebuscando por los cajones, encontraron unas patatas fritas de bolsa, las agarraron, pero Rowdy al cerrar el armario donde estaban hizo demasiado ruido.
Escucharon un ruido proveniente de la habitación de los entrenadores, asustándolos por completo y dejando pálido al capitán.
— Hay que salir de aquí. — Ordenó Wooshik. —
— Pero no podemos subir, nos pillarán. — Explicó Hyunsik. —
— Vamos al pabellón, rápido. — Dijo Rowdy, mientras agarraba las patatas. —
Cada uno llevaba su vaso, excepto Rowdy, quien también llevaba las patatas, y Hyunsik la cámara.
— Corred. — Nathan abrió la puerta. —
Salieron corriendo y empezaron a reír al ver a Rowdy caer de cara, cayendo sobre las patatas de bolsa y la bebida en el suelo.
Taehyung reía a carcajadas, quedándose sin respiración y con dolor de tripa mientras miraba a Rowdy en el suelo. Después de que todos los adolescentes se calmaron, entraron al pabellón que estaba a oscuras, pero que por suerte entraba la luz lunar.
Se sentaron en un pequeño rincón y pusieron en el centro un plato de plástico de usar y tirar, junto a las patatas que ahora estaban trituradas debido a que el chico de pelo rojizo, Rowdy, había caído sobre estas, aplastándolas.
Pararon la grabación para ver la caída del chico y empezaron a ahogarse la risa mientras compartían un poco de su bebida al chico que ahora estaba lleno de tierra.
— Os pasa por ir a por comida. —
— ¡Tenías razón diciendo que teníamos que grabar esto! — Rio Taehyung. —
Nathan estaba rojo de la risa, estaba contra el hombro de Williams.
— Tenemos que subir esto a Facebook. — Dijo Nathan entre sus últimas carcajadas. — ¿Alguno tiene saldo? —
El rubio dijo que él tenía, agarró la cámara, pasó el archivo de la cámara al pequeño teléfono y recortó la parte dónde salían corriendo y Rowdy caía contra el suelo mientras todos empezaban a partirse de la risa.
Se realizaron una foto que añadió a la publicación, con la descripción de "misión cumplida, Rowdy". Les pidió el Facebook a sus dos nuevos amigos para etiquetarlos y finalmente subirlo.
Comieron las últimas patatas junto a sus bebidas y decidieron volver para dormir.
Al despertar, vio comentarios de sus amigos en la publicación. "Necesito ver la grabación completa" ponía Hoseok junto a emoticonos de risas. "Rowdy se pasó" puso Yoongi. "Hahahahahah la cara de Taehyung está roja de la risa y Seojoon pálido del miedo" comentó Jin.
Justo en ese momento llegó la notificación que indicaba "Jungkook Taylor le ha dado me gusta a tu publicación". Dejó de lado esa notificación y fue a ducharse.
Se adentró a la ducha y escuchó la voz de Nathan cantando.
— Cállate Nathan, pareces un gallo. — Dijo mientras tiraba su neceser a la ducha de al lado, ya que había un pequeño hueco entre la pared y el techo, era una especie de muro lo que separaba las duchas. —
— ¡Ey! Te tranquilizas Taehyung Williams, me has dado en la cabeza. — Vio como la mano del chico peli rojo se alzaba para tirarle de vuelta el neceser, ahora lleno de champú. —
— Oye, eres un asqueroso, lo has llenado de champú. —
— Por tonto. —
Una vez salieron de la ducha, ambos con una toalla rodeada en la cadera hablaron.
— Tengo que vengarme de Seojoon... — Le explicó el rubio. —
— ¿Por qué? —
— Me tiró agua para despertarme, así que ahora llenaré mi neceser y aprovechando que está durmiendo, se lo tiraré. —
Nathan rio divertido, aceptando a hacerlo y se dirigieron a la habitación con el neceser lleno de agua.
Hyunsik y Wooshik estaban cambiándose. Vieron al menor de todos con el neceser en la mano, temiéndose lo peor.
Se acercó a su capitán y le tiró toda el agua, despertándolo de golpe.
— ¡Taehyung Williams, ven aquí ahora mismo! — Gritó furioso. —
El menor salió corriendo, agarrándose fuerte a la toalla que llevaba para que no cayera, y empezó a correr por toda la casa mientras su capitán lo perseguí.
— ¡Vosotros! — Gritó su entrenador, haciendo que ambos chicos pararan. — ¡Qué hacéis correteando a estas horas llenos de agua! ¡Taehyung vístete ahora mismo y Seojoon, vete a secarte! ¡Luego hablaré con vosotros dos! —
Ambos se fueron algo asustados y se miraron.
— Todo es tu culpa. —
— Te la debía. —
El capitán suspiró y sonrió, para después darle un golpe seco en la espalda, demostrándole que no estaba enfadado. A lo lejos vieron a Nathan grabando con la cámara.
— Apaga la dichosa cámara. —
— Lo he grabado, ¡todo! — Canturreó mientras cortaba la grabación. —
Aquellos días estaban siendo alucinantes, según la opinión de Williams. Comían festines de comida, se divertían y reían como nunca. Aquello era mejor que asistir a clases y no dudaba en querer repetir.
Se unió mucho más a sus compañeros de equipo, también a nueva gente, sobre todo a Nathan y Rowdy.
Ya habían pasado 4 días e iniciaban el jueves, eran las 3 de la madrugada, tenían unas 6 horas en autocar hasta Las Vegas, ya que se encontraban bastante más lejos de Las Vegas de lo planeado, debido a que el lugar donde se realizarían las concentraciones estaba más cerca a Salt Lake City, pero no del centro de aquella ciudad.
Llegarían sobre las 9 de la madrugada y pasarían allí una noche en un hotel, hasta el viernes por la noche, que volverían en la madrugada al lugar de la concentración, donde pasarían el sábado y domingo antes de volver.
Durante el camino estuvo durmiendo junto a Seojoon, detrás tenían a Wooshik junto a Hyunsik. Iban en un autocar, aunque intentaron reducir el número de autocares por tema de aparcamientos, y ya que entraban unas 60 personas en uno, llevaron tan solo dos autocares y entre esos dos, no estaba el de su equipo, debido a que en el de su equipo cabían 20 personas como máximo. Por suerte ese vehículo tenía asientos muchos más cómodos que el suyo y podría dormir mucho más cómodo.
Sus dos amigos nuevos le dijeron que esperaban encontrar novia en ese viaje a Las Vegas. Ambos eran heterosexuales y aunque él les dijera que era gay, no tuvieron ningún tipo de problema, más bien, se ofrecieron a también buscarle un novio, aunque él lo negó divertido.
Cuando llegaron a la gran ciudad, muchos de ellos quedaron alucinados debido a lo grande que era ese lugar y para ser las nueve de la mañana había demasiada gente.
Cada uno llevaba una mochila, donde llevaban la ropa de dormir, básicos para asearse y dos mudas para pasar esos dos días en el lugar.
— Durante esta estancia, iréis por libre, os daremos una cantidad de dinero a cada uno para que gastéis en las comidas del día, eso sí, os queremos aquí a las nueve para cenar aquí, ya que lo incluye el hotel junto al desayuno. Si no tenéis saldo, con el presupuesto que os hemos dado, podéis ponerlo y llamar a vuestro entrenador cualquier duda o problema. — Comentó Adriel. — Os proporcionaremos un mapa de la ciudad a cada uno, estará marcado el hotel en el que estamos, para que no os perdáis. Os pedimos que no salgáis de la ciudad y que tratéis de no alejaros mucho de la zona central. Sabemos que muchos habéis traído dinero por vuestra propia cuenta, ese podéis utilizarlo para lo que queráis. Ahora sí, podéis iros, el desayuno lo haréis hoy por vuestra cuenta. —
Rápidamente, los grupos de adolescentes se dispersaron en unos pequeños, ya que no iban a ir más de 100 chicos por la calle como si nada.
Él se fue con su pequeño grupo y estuvieron visitando la ciudad caminando. Todos iban con sus abrigos, bufandas, guantes y gorros debido a que hacía más frío que días atrás. Entraron a distintos museos con los que tenían entrada gratis por el hecho de ser estudiantes.
Comieron y compraron cosas para el recuerdo, también recargaron el saldo de sus teléfonos.
Williams hizo muchas fotografías y vídeos junto a sus amigos.
Cuando empezó a anochecer, se dirigieron a un parque de atracciones que estaba en el centro de la ciudad. Ahí se montaron en distintas atracciones, desde tiovivos, hasta montañas rusas.
Compraron globos, gofres, algodones de azúcar, manzanas caramelizadas e incluso se metieron en un photocall, donde se hicieron fotos todo el grupo, las cuales imprimieron una copia para cada uno. También le pidieron a una persona que les tomara una foto con la cámara, junto a un oso que básicamente se trataba de una persona disfrazada de aquello.
Pasaron por el famoso hotel de Resacón en las Vegas, que estaba a media hora caminando del parque de atracciones, pero al no existir la película para ese entonces, nadie de sus amigos sabía que aquel hotel sería tan importante y emblemático, aunque sí se veía lo impresionados que estaban con aquel rascacielos.
Cuando quedaba una media hora para el toque de queda, se fueron en dirección a este para poder ir a paso lento.
Una vez se reunieron con todos e hicieron recuento de alumnos, cenaron en el gran restaurante del hotel, un buffet libre en el que se hincharon a comida.
Por la noche, decidieron escaparse del hotel, debido a que era imposible que los entrenadores se enteraran de que no estaban, ya que no tenían acceso a las llaves de las habitaciones.
Pasearon por las calles de la ciudad, aun siendo de noche, la ciudad seguía despierta, a veces se encontraban a gente con música en parques haciendo distintas fiestas, así que decidieron unirse a una después de que un chico un poco mayor a ellos les invitara.
Bailaron junto a la gente que estaba allí, mientras que se iban rotando la cámara, e incluso Taehyung se grabó un plano de sí mismo junto a un chico que estaba allí conoció.
Bebieron algo de alcohol, pero no se pasaron, ya que al día siguiente debían estar bien, sin que se notara que habían escapado del hotel sin permiso. Llegaron sobre las 3 de la madrugada, todos se pegaron una buena ducha en sus habitaciones (que compartían de 3 en) y se fueron a dormir.
El día siguiente fue parecido, estuvieron paseando por esas calles de las vegas, haciendo tonterías, grabando cosas con la cámara y probando comida callejera.
El día pasó rápidamente y después de cenar, se fueron a los autocares, saliendo a las once de la noche dirección a los pabellones de la concentración.
Cuando llegaron, a las cinco de la madrugada, los entrenadores les dejaron descansar hasta las 11 de la mañana, que sería cuando desayunarían e iniciarían a entrenar, en su penúltimo día, antes de irse.
Aquella última noche, los entrenadores aprovecharon para realizarles una actividad nocturna, dondef todos disfrutaron al máximo.
Sería la última noche de risas, carcajadas y tonterías que tendrían.
Se montó una pequeña fiesta, en la que ponían música y la gente hablaba, tomaban refrescos, picaban comida e incluso alguno bailaba.
Inconscientemente, esa fue la despedida.
Cuando se fueron a dormir, no pudo hacerlo, pensó en los miles de experiencias que había tenido esa semana tan intensa, los amigos que había hecho, su estancia en Las Vegas y se puso a mirar los vídeos, riendo al ver todas las tonterías que decían, hacían o habían vivido.
No quería irse de ese campamento, pero era hora de volver a la realidad.
Al día siguiente se levantaron temprano para realizar las maletas y acudir a su último entrenamiento y comida de despedida.
— Prometemos iros a visitar a Salt Lake City. — Dijo su amigo Nathan en nombre de él y Rowdy. —
— Os esperaremos con las puertas abiertas... — Sonrió Taehyung. — Ha sido un placer conoceros y pasar estos días junto a vosotros. —
Se abrazaron, algo apenados por la ida.
— Espero que hayas conseguido novia para ese entonces. — Le dijo y el chico rio. —
— Y espero que tú me presentes al novio que conseguirás... —
— Lo haré, aunque no creo que haya futuro novio. — Sonrió. —
— Cuando vayamos, volveremos a correr con bebidas en las manos... — Todos rieron ante el recuerdo que había mencionado Nathan. — Nos mantenemos en contacto, chicos. —
— Claro que sí. —
Se abrazaron los seis, algo tristes, pero con sonrisas en las caras, seguros de que volverían a verse.
— Nos vemos en la próxima concentración, o en Salt Lake City. — Se despidieron ambos chicos. —
— Nos vemos chicos. — Dijeron los cuatro antes de entrar al autocar. —
Se despidieron con la mano, debido a que ellos dos no se iban hasta 20 minutos más tarde en su autocar. El vehículo empezó a moverse, dejando ver como se alejaba la imagen del chico moreno de piel y el peli rojo, hasta que desaparecieron.
Había sido divertido y deseaba poder volverlos ver de nuevo.
Aquella semana estuvo llena de emociones y ahora tocaba volver a la pequeña ciudad, que les esperaba junto a sus familias, amigos y compañeros de instituto.
Durmieron durante el viaje de casi seis horas, aunque Williams no pudo evitar despertarse debido a un sueño relacionado con su realidad en Corea del Sur. Estuvo probablemente las dos últimas horas del viaje, mirando el paisaje por la ventana, mientras repasaba su vida en el lugar de su infancia y trataba de recordar aquello que se había borrado de la pequeña libreta, en la que empezó a escribir cosas en coreano respecto a ese viaje. Lo único que se lograba oír, era a sus compañeros medio roncando y el sonido del motor del vehículo.
— Williams, ven aquí. — Le llamó el entrenador al verlo despierto. —
El rubio se levantó de su lugar, yendo en dirección al entrenador.
— ¿Cómo te lo has pasado? — Dijo señalando el asiento de su lado, indicándole que se siente junto a él. —
— Muy bien... La verdad me cuesta un poco aceptar que estos días acaban. — Explicó por lo bajo mientras se sentaba. —
— Es normal, yo cuando era joven también hacía estas concentraciones... Y sé lo mucho que aprendes de ellas, no me refiero en cuanto al voleibol, todos los entrenadores sabemos que los recuerdos que saldrán de ahí no serán los de los entrenamientos, serán los recuerdos guardados junto a las nuevas amistades... Yo guardo bastantes amistades de esos campamentos y créeme, la amistad que has hecho, seguirán ahí, aunque no sean las más estrechas o en las que más puedas confiar, pero siempre estarán en tus recuerdos y las guardarás como un tesoro... —
El chico asintió.
— Probablemente, os veis en otra concentración durante el año, todo depende de lo que decidan las escuelas, si hacer o no próximas concentraciones. Estas han funcionado de maravilla, así que probablemente haya otras... —
Taehyung sonrió ante lo que escuchó.
— Recordarás esto durante el resto de tu vida... — Sonrió. — Yo recuerdo cuando hacía mis tonterías con los amigos en esas concentraciones... Juventud. Y eso está genial. —
No mucho después, su entrenador empezó a despertar al resto a media hora de la llegada, para que espabilaran y así cuando llegasen poder llegar a casa bien.
Se volvió a sentar junto a Hyunsik y habló un rato con él, hasta que llegaron.
Allí se despidieron y cada uno se fue a su casa.
Él fue en el coche de sus padres, debido a que lo fueron a recoger y durmió durante el trayecto, ya les explicaría más tarde cómo había ido todo.
Cuando entró en su pequeña habitación se sintió extraño, parecía que había pasado tanto tiempo, pero en realidad había sido una única semana. Deshizo la maleta, dejando en la ropa sucia todo aquello que había utilizado y fue a saludar a sus mellizos preferidos, para después jugar con ellos y enseñarles vídeos (los que podía enseñar, ya que algunos no eran apropiados) sobre el viaje, haciendo reír a ambos niños.
Una vez cenaron, explicó como había ido todo, sobre sus amigos allí y todo (quitando algunas cosas como fiestas, alcohol y demás).
Se fue a dar una ducha, se metió en el pequeño cubículo y cerró la mampara, encendiendo la alcachofa de la ducha, dejando caer el agua caliente sobre su cabeza.
Pensó demasiado.
El vapor se formó en el pequeño lavabo, hasta el punto de que le costaba respirar, todo se tornaba borroso, hasta que cayó al suelo, desmayado.
Otra vez. Pensó mientras abría los ojos.
Estaba delante de la puerta de su casa en Corea, estiró el brazo, abriendo el pomo. La luz le pegó fuertemente en el rostro, haciendo que cerrara los ojos inconscientemente. Cuando sus ojos se adaptaron a la luz, abrió los ojos.
En la calle no había nadie. Trató de buscar a alguien, pero ni en los supermercados había cajero.
¿Qué está pasando?
Corrió desesperado en busca de alguien y gritó por la frustración.
Sintió un ruido detrás de él, giró sobre sí mismo encontrándose consigo mismo, pero este era su yo Coreano, un rubio de bote con ojos marrones.
— ¿Quién eres tú? —
Se acercó lentamente, pero un agujero se abrió tras la figura y desapareció después de que alguien lo empujara hacia atrás, una mano.
Se acercó a esa especie de agujero negro, pero al intentar entrar, despertó.
¡Hola! Feliz noche buena a todos, aquí en España son las dos de la tarde, pero igualmente os deseo a todos que paséis unas buenas fiestas con vuestras familias y amigos. Yo os dejo este capítulo por aquí, espero que lo disfrutéis y mañana nos vemos con más. Podéis dar estrellitas para más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro