-15-
El fin de semana estuvo castigado, como sus padres dijeron. Ese fin de semana se pasó todo el día en casa haciendo distintas actividades; desde leer, mirar su teléfono durante horas, hasta jugar con sus hermanos menores.
Durante la semana siguiente, Jungkook y Taehyung empezaron a mantener relaciones sexuales más seguidas. Williams iba al instituto bastante antes de su entrenamiento, a esperar a Taylor después del suyo para tener sexo en algún vestuario libre sin hacer demasiado ruido o en el coche del pelinegro, ya que anochecía bastante temprano y aprovechaban el hecho de que aquel parking al que fueron no había muchos coches y tampoco mucha gente.
Su vida la hacía como normalmente fuera de lo sexual, quedaba con sus amigos —después del castigo de sus padres— y lo pasaba bien junto a ellos entre clase y clase. Los entrenamientos de voleibol los hacía como de costumbre, sin embargo, como a veces llegaba después de recibir penetración —porque no siempre era sexo con penetración— Se sentía mucho más débil y en el entrenamiento no podía dar el rendimiento de siempre, o se cansaba muy rápido.
Ahora, él se encontraba ahí tratando de calmar sus necesidades sexuales sin tener que llamar a Jungkook Taylor para que él las calmara.
Taehyung era la clase de persona que iniciaba su vida sexual y no podía abstenerse al sexo durante más del tiempo al que acostumbraba. Llevaba poco sin mantener relaciones, pero no tanto como para rogarle al pelinegro que fuera a su casa para que le folle.
Estaba solo en casa, ya que sus padres y hermanos habían salido a las afueras con el colegio de los menores para una excursión en familia durante el fin de semana (de viernes a domingo), la cual no aceptó ir debido a que habría muchas más familias y niños. En vez de eso, prefería estar solo en casa durante dos noches y quedar con sus amigos sin tener que pedir permiso.
Se complacía con un juguete sexual mojado en lubricante, el cual compró el día anterior. No porque él lo quisiera y planificara comprarlo, solo había surgido por distintas razones.
Recordaba las sensaciones que tenía al tener al pelinegro aporreándole desde atrás. Aquella vez, días atrás, en la parte trasera del coche. Él se agarraba a la puerta, los cristales estaban empañados y Taylor lo agarraba de las caderas, embistiendo: formando y a punto de llegar a un fuerte orgasmo.
Gimió ante la sensación recordada y al sentir el juguete en forma de un miembro masculino tocar su próstata.
El juguete lo compró el día anterior, ya que su amigo Yoongi lo llamó mientras este se dirigía al campo de futbol para esperar a Jungkook.
...
Sonó su teléfono, el rubio caminaba por los pasillos en dirección al campo de futbol americano, era viernes, así que no tenía entrenamiento debido a sus nuevos horarios, los que decían que puesto que tenían entrenamientos matutinos, un día laboral lo tendrían de descanso y ese era el viernes.
— ¿Diga? — Contestó mientras caminaba. —
— Tae, necesito tu ayuda. — Era la voz de su amigo con mirada felina. —
— ¿Qué sucede? —
— ¿Puedes quedar ahora? —
— ¿Ahora? —
— Sí... — Murmuró. —
En ese preciso instante no podía quedar, ya que iba a ir a ver a Jungkook para mantener relaciones, por el hecho de que el día anterior tampoco tuvieron. Pero Yoongi había hecho mucho por él aquel día que estuvo castigado y si no fuera por él, sus padres lo hubieran enterrado vivo.
Era hora de devolverle el favor.
— Claro... Estaba por el instituto buscando una cosa, pero puedo... sí. —
— ¿De verdad? ¡Muchas gracias! —
— ¿De qué trata? —
— Te lo explico en el coche, estoy por allí, así que en cinco minutos nos encontramos en la salida. —
— Hasta ahora... — Colgó la llamada y giró, para volver a la dirección de la que venía. —
Salió del instituto y esperó de pie, agarró el teléfono y abrió el chat de Jungkook. Tecleó, escribiendo el mensaje.
"Me ha surgido una cosa, no puedo ir después de tu entrenamiento, nos vemos el lunes" Puso un emoji sonriendo, envió el mensaje y se aseguró de que le llegara.
Escuchó el claxon de un coche y asumió que era McKagan, alzó la vista y vio la cabellera de color menta, se acercó, saludando al chico y abrió la puerta del copiloto para entrar en el coche.
Se sentó y abrochó el cinturón como indicación de que podía arrancar y así lo hizo su amigo.
— Explícame, ¿qué necesitas? —
— ¿Conoces algún lugar de juguetes sexuales? — Preguntó avergonzado. —
La piel pálida del chico estaba roja.
— ¿Qué? — Preguntó medio riendo. — No. ¿Por qué? —
— Bueno... Pensé que quizás conocías alguna. —
— Suéltalo ya, Yoongi. —
— Jimin me ha hablado por Facebook... Proponiendo tener relaciones conmigo... Y ya sabes... Soy virgen y no sé qué hacer y decidí recurrir a ti, ya que eres el único del grupo que tiene experiencias sexuales. Pensé en comprar un juguete para probar a meter algo... Ahí. —
— Dime que esto va en serio. — Lo miró incrédulo. —
No creía en lo que le estaba contando su amigo, aunque parecía ser cierto porque este no le daba ninguna mirada, tratando de evitar el contacto visual y estaba aún más rojo que antes.
— Sí, agarra el teléfono, allí puedes leer la conversación. —
Aquello ya le confirmó que lo decía en serio. No necesitó agarrar el móvil.
— No hace falta. — Murmuró. — ¿Le has dicho que eres virgen? —
— No... —
Suspiró.
— ¿Sabes dónde podría haber una tienda de esas? Tienes que probar algo, aunque sean tus dedos antes de eso... Si no lo pasarás mal. —
— Creo que sí. —
Condujeron bastante rato, ya que las tiendas de ese tipo acostumbraban a estar en las afueras. No sabía a ciencia cierta si podían comprar juguetes sexuales al ser chicos menores de edad, al menos en Corea del sur no los puedes comprar hasta cumplir los 21 años.
Nunca lo había pensado, pero probablemente los juguetes en aquel momento no eran iguales que dos siglos después.
Lo averiguaría cuando llegase.
McKagan se metió por un callejón y aparcó donde pudo. El rubio lo siguió (después de salir del coche) hasta que llegaron a una tienda en la que había un cartel que ponía "Sex Shop Gay".
Entraron con curiosidad. El pequeño sonido de una campana sonó al abrir la puerta y observaron toda la tienda.
Estaba pintada de negro y un color burdeos, la cual la hacía ver aún más sexual. Había fotografías de hombres con trajes y por la tienda había todo tipo de juguetes sexuales, desde dildos del tamaño de la cruz donde sacrificaron a Jesucristo, hasta vibradores, lubricantes, juegos sexuales, trajes sexuales, correas, esposas, culos de silicona e incluso plug anales.
Las cosas no eran tan distintas como siglos después, de hecho era todo prácticamente igual, solo que con el tiempo, se diseñaron aparatos los cuales penetraran automáticamente a la persona que utilizaba el aparato, también dildos los cuales provocaban el mismo calor y sensación que un pene de verdad, cosas muy variadas.
La cara de Yoongi era un cuadro, miraba un traje que estaba en un maniquí, el cual se basaba en unas orejas de lobo, un tanga transparente, un top también transparente y una cola que probablemente estaba incorporada con un plug anal.
— ¿Hay gente que tiene complejo de lobo? — Murmuró el peli menta y el rubio carcajeó. —
— Buenos días, jóvenes, ¿necesitan algo? — Se acercó una chica, quizás un año o dos mayor que ellos. —
Vio que su amigo no contestaría debido a la mirada que le dio, esperando que él respondiera.
— Veníamos a mirar un poco... Así que no hace falta, gracias. — Sonrió amablemente y la chica se retiró. —
Pasearon por los pasillos del lugar, encontrándose de todo, pero él buscaba un dildo de tamaño razonable para Yoongi, si más adelante el chico quisiera comprarse tamaños más grandes, sería cosa suya.
— ¿El resto saben lo de Jimin? — Su amigo negó. —
Una vez los encontró, se paró ahí y miró con curiosidad, tanto precio, materiales y tamaños, buscando el indicado para su amigo.
No era experto en juguetes sexuales, de hecho no había experimentado demasiado con ellos, pero en su momento él no tuvo consejo y no acabó de escoger bien, así que se propuso de que al chico que había pedido su ayuda no le sucediera lo mismo.
— Este es bueno... — Agarró el que estaba de muestra y lo tocó. — ¿Qué tamaño quieres? —
McKagan levantó los hombros a modo de indicación de que no sabía.
— Con que no sea muy grande está bien. —
Agarró el tamaño estándar, 17 centímetros, pero Yoongi lo observó aterrorizado.
— Eso es enorme. — El rubio rio. —
— Es un tamaño estándar, tampoco es necesario que metas todo. — Dijo después de dejar la muestra y agarrar una caja nueva, después caminó en dirección a los lubricantes y escogió uno hecho a base de agua para que fuera más sencillo para su amigo, ya que si era espeso no lo ayudaría a lubricar del todo. —
Agarró uno sin aroma y sin sabor, se lo entregó a su amigo junto al dildo y siguió caminando.
— Quizás me compro algo para probar. — Pronunció y su amigo asintió. — Después en mi casa te explico como hacer eso, no hay nadie, así que no habrá problema. —
Estuvo mirando un buen rato, finalmente se decidió por un dildo algo más grande del tamaño estándar y un par de vibradores, uno que era para introducirlo dentro suyo y el otro para la base de su parte íntima. Agarró el mismo lubricante que su amigo y se dirigieron a caja.
— Cóbreme esto por separado, por favor. —
La chica les cobró las cosas de cada uno por separado y salieron de la tienda después de agradecerle a la chica.
Condujeron a casa del rubio y entraron.
— Mira, es sencillo. —
Sacó el juguete que había comprado para sí mismo y el lubricante.
— Primero vierte un poco en tus dedos, intenta meter uno hasta acostumbrarte y poder moverte sin que arda o duela, quizás la sensación es extraña al principio, pero cuando ya no te incomode puedes introducir el segundo dedo. — Explicaba mientras el peli menta lo escuchaba con atención. — Trata de intentar eso hasta que entren tres y estés cómodo. Yo suelo hacerlo solo con dos, pero eso ya lo harás cuando te acostumbres a más tamaño... Después de hacer eso con tres dedos, lubrica muy bien el dildo y tu zona, o te arderá. —
Yoongi lo miraba bastante atento y algo asustado por la idea de meterse algo por aquel lugar.
— Después introdúcelo lentamente, puedes masturbarte para relajarte... Así entrará todo más fácil. Una vez tengas la cosa dentro, empieza a moverlo en tu interior, no lo saques hasta sentirte cómodo y después, ya puedes mover como quieras. ¿Lo has entendido? —
— Creo que sí... —
...
Así fue como llegó a la situación de comprarse unos juguetes sexuales y de estar introduciendo uno de ellos, mientras el otro, era un anillo, el cual envolvía la base de su polla erguida, la cual chorreaba de pre semen.
— Mmmh... — Se quejaba y gemía de la sobre estimulación que tenía. — Joder... —
El sonido viscoso del dildo entrando en su interior estaba presente.
Pero no era suficiente, necesitaba un cuerpo caliente detrás de él, abusando de su próstata hasta hacerlo correr.
Necesitaba a Jungkook, la única persona a la cual le podía pedir algo así.
Su relación con el chico mejoró positivamente, no eran amigos, pero podían hablar sin discutir o estar molestando al otro sin razón alguna.
Agarró el control del anillo vibrador y lo apagó, parando de inmediato la formación del orgasmo que estaba a punto de tener.
Sacó el pene de silicona de su interior y lo dejó a un lado, junto a una toalla que había comprado especialmente para eso.
Agarró el teléfono y marcó el número de Taylor con rapidez. En una de sus últimas quedadas se pasaron el número de teléfono, debido a que podían hablar si estaban fuera de una red de Wifi y era mucho más cómodo para ponerse en contacto con el otro.
— ¿Hola? —
— Hola... ¿Puedes quedar ahora? —
— ¿Justo ahora? Mmm... Sí, ¿por qué? —
— Tengo una urgencia... — Murmuró. —
— Una urgencia... — Repitió mientras reía levemente. —
— Sí, una urgencia. ¿Puedes venir tú? No hay nadie en mi casa. —
— Claro, pásame la dirección, estaré lo ante posible. — Colgó después de decir eso. —
Le pasó la ubicación de su casa, era la primera vez que el pelinegro estaría en esta.
Se apresuró a guardar sus juguetes sexuales, después de vestirse y poner en orden su habitación, ya que por la calentura, su cama no estaba en un estado presentable.
Después de unos 25 minutos llamaron a la puerta, se apresuró a abrir. Era la persona que esperaba y se abalanzó sobre él, besándolo mientras lo metía en casa y cerraba la puerta.
— Joder, estabas tardando... — Dijo al separarse por falta de aire. —
Jungkook gruñó levemente como protesta de la reciente separación y lo siguió besando.
— He llegado lo antes posible. — Musitó. —
Se dirigieron hacia la habitación del rubio, el contrario lo seguía, ya que la casa era desconocida para él.
— Mmm... — Sonrió Taylor. —
El chico miraba en dirección al lubricante abierto que había sobre la cama.
— Oh bueno... — Empezó a hablar avergonzado. — Antes estaba... Ya sabes. —
— ¿Qué? —
— Ya sabes Jungkook. —
Taylor apartó el lubricante y tiró a Taehyung en la cama para posicionarse entre sus piernas y lamer y depositar besos en su cuello.
— ¿El qué, Taehyung? — Rozó el miembro del menor con la mano, provocando un jadeo ahogado por un sonido de molestia. —
— Ahg... Estaba masturbándome... — Jungkook, rio suavemente. —
— ¿Estás necesitado y por eso me has dicho que venga? No hará falta que te prepare, entonces. — Preguntó con voz ronca mientras sacaba su camiseta y la del menor. —
— Al... Algo así... — Gimió al sentir la boca del pelinegro en uno de sus pezones. — Mmm... Jungkook. —
Levantó la cadera en busca de rozamiento.
— Déjame tener el control hoy... — Murmuró y el mayor paró en seco para mirarlo. —
— ¿A qué te refieres? —
— Déjame ponerme arriba. —
Quería montarlo, probar aquello que jamás habían hecho, quería complacerlo.
— Cómo quieras... — Dijo sonriendo divertido, poniéndolo a prueba. —
Se sentó y dejó a Taehyung hacer lo que él quisiera.
Este se puso sobre él, a horcajadas, y lo besó, acariciando y apoyando sus manos en los pectorales del contrario. Más tarde desabrochó el pantalón de Jungkook, bajándolo junto a la ropa interior. Como siempre, el falo del chico estaba rojizo en la punta y brillante por el líquido. La boca se le hacía agua.
Sacó la lengua al abrir la boca para acercarse y chupar a la vez que masturbaba y lubricaba. Su saliva salía y salía, dejando el pene de Jungkook totalmente mojado en saliva.
Después de eso, deslizó un preservativo en el largo del chico, se volvió a poner a horcajadas y agarró e introdució el miembro de este, ya que su entrada estaba preparada y lubricada lo suficiente como para recibirlo sin problema.
La profundidad en aquella posición era mucho más notoria, también que aquello se sentía mucho más caliente y grande que el trozo de plástico que compró el día anterior.
— Mierda... — Musitó. —
Una vez se acostumbró a la nueva sensación se empezó a mover, las caderas hacían círculos sobre la polla de Jungkook.
Estaba agarrado a los hombros del chico mientras lo besaba y seguía sus movimientos, los gemidos ahogados por parte del pelinegro hacían más caliente la situación.
Empezó a subir y bajar las caderas, chocando todo el rato contra su próstata y apretando de manera intencionada el miembro del chico con su interior.
Se volvería loco si todo seguía así.
El pelinegro agarró las caderas del chico y ayudó con el movimiento de salto, haciendo que el sonido del trasero de Taehyung con los muslos de Jungkook se hiciese mucho más fuerte.
Por los dioses...
— ¡Jungkook! — Prácticamente gritaba el nombre de Taylor. — Me encanta... Por favor... Sigue... Mmm. —
Los ojos del chico se tornaban blancos de la sensación, el mayor enterraba su cabeza en el cuello del rubio mientras movía las caderas de este y la suyas hacia arriba.
Gruñidos y gemidos por parte de este también se escuchaban.
— Joder amor... A mí también me encanta. —
Amor.
Después de la primera vez que lo llamó así, también hubo otras en sus últimas veces de sexo, excitándolo mucho más de lo que quería. En ese instante se corrió, dejando manchado tanto su abdomen como el de Jungkook. El pelinegro también lo hizo, en el condón.
El mayor se separó de Taehyung, apoyando las manos en la cama con la respiración agitada. Williams, quien estaba sujeto de los hombros de Taylor, también tenía la respiración agitada y sentía su interior palpitar contra la polla de Jungkook, la cual seguía dentro de él.
— Lo siento por mancharte... — Se disculpó mientras se levantaba a por papel para limpiarse a él y a Jungkook. —
Acercó el papel húmedo al abdomen del chico y lo limpió con delicadeza, hizo lo mismo con su abdomen.
— Mmm, gracias. — Agradeció el pelinegro algo extrañado. —
Ding Dong.
Habían llamado a la puerta principal y él no esperaba a nadie.
— Espera aquí, no sabía que vendría alguien hoy... —
Se puso la ropa apresuradamente y bajó a abrir.
— ¡Sorpresa! — Gritaron sus tres amigos. —
— ¿Qué hacéis aquí? —
Su cara debía ser un cuadro y su estado de estar recién follado debía ser muy claro.
— Como nos dijiste que no habría nadie en casa este fin de semana, hemos aprovechado para venir para pasar el rato y darte una noticia. — Habló Jin. —
— ¡Y hemos traído comida! —
— Venga, subamos y hablamos, que hay muchas cosas que contarte. — Dijo Jin mientras entraba. —
No pueden subir arriba, allí está Jungkook.
— ¿Y si nos quedamos aquí? Es que tengo la habitación muy desordenada. —
— Sube, la ordenas y entramos. —
Mierda.
— Ahora vengo. Quedaros aquí. —
Subió casi corriendo, olvidando lo endebles que tenía las piernas, y abrió la puerta, asustando a Jungkook, quien ya estaba vestido. Empezó a reír a carcajadas y este lo fulminó con la mirada.
— Mis amigos han venido y no hay manera de que salgas... — Dijo rascándose la nuca. — Si no quieres que sepan que estás aquí, te encierras en el baño... Insisten en subir. — Abrió la ventana para ventilar. —
— No tengo problema con encerrarme en tu baño... Pero solo digo que no creo que se quieran tumbar o sentar en esa cama... —
No iba a permitir que sus amigos se sentaran en una cama en la cual acababa de mantener relaciones, así que agarró la manta (después de apartar y guardar el lubricante junto a la caja de preservativos), y la tiró al cubo de ropa sucia, después cambió la manta.
— Pues ya está, métete al baño con todas tus cosas y no hagas ruido. —
— Vale general Williams. —
— Cállate. — Le empujó hasta el baño. — Siéntate ahí, que así estarás mejor y más bonito. —
— ¿Me has llamado bonito? —
— No, eres un feo ogro. — Cerró la puerta mientras el pelinegro reía. —
Bufó, y se encargó de revisar si había algún resto que indicara que acababa de follar. Por suerte, el olor a sexo y lubricante se fue en seguida debido a la fuerte corriente de aire que había.
Cerró la ventana y llamó a sus amigos.
— ¡Ya podéis subir! —
Escuchó los fuertes pasos de sus tres amigos subiendo las escaleras y esperó de pie, apoyado en el marco de la puerta de su habitación.
— Por fin. — Dijo Hoseok, que estaba con la respiración agitada por haber subido las escaleras corriendo. — Llevamos esperando mucho tiempo. — El que hablaba se sentó en la cama junto a Yoongi. —
Menos mal que había cambiado la manta, que era la que estaba llena de lubricante seco, algún fluido que otro y sudor.
Jin se sentó en un puf que había en la habitación y Taehyung en la silla de su escritorio.
— Contadme... — Pronunció mientras se acomodaba. —
— El otro día, hablé con Jimin y Namjoon... Bueno, también estaba Jungkook delante, pero él no cuenta por qué no dice nada, es como un monigote que está ahí plantado. —
Taehyung rio, sabiendo que probablemente el nombrado estaba escuchándolos.
— Con ese tío no se puede hablar. — Añadió Hoseok. — Aunque tampoco es que me interese hacerlo... —
— Es bastante insoportable. — Opinó Taehyung para que Taylor lo escuchase y molestarlo. —
— Continúo o no acabaré... — Interrumpió Jin. — La cosa es que me explicaron que hoy hay una fiesta y Jimin nos ha invitado... Y aprovechando que no están tus padres hasta mañana por la noche... Hemos pensado en qué podrías venir. —
— No, no, no... No voy a ir. — Dijo seguro. — No me gustan las fiestas. —
— ¡Pero solo has ido a una! — Se quejó Bailey. —
— No te preocupes Tae, a mí tampoco me gustan... Siempre me obligan a ir. — Se queja McKagan. —
— He ido a una, pero tengo una mala experiencia. —
— Dicen que las primeras veces son las peores, a demás, nosotros te vimos bien. —
Lo que no saben ellos es de su encuentro con Taylor aquella vez. Suspiró antes de preguntar.
— ¿Dónde es? —
— En la fraternidad universitaria donde viven Jimin y Namjoon... —
— Ni siquiera son universitarios. — Dijo Yoongi. —
— Lo sé, pero será ahí. A la que fuiste tú, Taehyung, fue en casa de Jungkook. —
— Oye, ¿tú desde hace cuanto que hablas tanto con esos? — Preguntó Hoseok. — Por poco y te haces amigo de Jungkook. —
— Porque está con Namjoon, el cual lo dejará en dos semanas, él es así. — Yoongi contestó. —
— Cállate, tú no sabes nada. — Dijo Jin molesto. — Hoseok, vamos a servir la comida, que este inútil me está tocando la moral. — Se levantó del puf y agarró la muñeca del peli platino para llevárselo fuera de la habitación. —
— Te has pasado Yoongi. — Dijo Taehyung sentándose a su lado. —
— Claro que no, Namjoon es así, le hizo lo mismo a Hyunsik. —
— ¿Hyunsik es gay? — Preguntó sorprendido. —
— Claro que sí, ¿eres su amigo y no lo sabes? —
— No hablo con él de si le gustan los hombres o no Yoongi. —
— Pues que sepas que Namjoon durante su estancia como mánager del equipo de voleibol estuvo, si se le puede llamar así, con Hyunsik... Y no dudo que haga lo mismo con Jin. — Comentó. —
— Mejor cambiemos de tema. — Se sentó como indio en dirección al peli menta. — ¿Probaste eso? —
Asintió.
— ¿Y qué tal? —
— Arde y duele como la mierda... —
— ¿Hiciste todo lo que te dije? —
— Sí... Me acostumbré a la sensación y creo que me... gusta. — El chico estaba rojo. —
— Deberías intentarlo más veces antes de... — Yoongi lo entendió. — Esa gente se anda sin rodeos. Te aseguro que no irá con mucho cuidado, porque si no le dijiste que... Bueno, eso, pues pensará que hay experiencia. —
Sabía a la perfección como funcionaba Jungkook y su grupo de amigos, si el pelinegro era así, probablemente Jimin sería lo mismo, ellos van directos y con fuerza. Porque según lo que había escuchado de Hudson, tanto siendo activo como pasivo en la cama, él iba a lo que quería y no deseaba que su amigo lo pasara mal.
— ¿Y si es hoy en la fiesta? —
— ¿Cuántas veces lo has probado? —
— Dos... Una anoche y hoy por la mañana. —
— Pues sí que te ha gustado... — Rio y el otro avergonzado le dio un golpe. — Pues... Yo te hubiera recomendado que antes probases con una persona... — Hablaba lo más bajo posible para que el chico que estaba en el baño no lo escuchase. — Pero no hay tiempo. —
— ¿Y si lo intento contigo? —
— ¡¿Conmigo?! — Preguntó sonriendo. — ¿Me estás pidiendo que te la meta? — Murmuró. —
— Pues sí... —
— Yoongi... Eso no creo que sea... —
— Olvídalo. —
No se volvió a hablar del tema, ya que sus amigos subieron con patatas y refrescos.
— Bueno, como os contaba, a demás de esa fiesta hay otra a la que nos han invitado, ya decidiremos a cuál vamos. —
— ¿De quién es esa fiesta? —
— La organiza nuestro compañero del club de fotografía. — Habló Jin. —
— El que intentó algo con Taehyung. — Aclaró Hoseok, el cual también pertenecía al club de fotografía. —
— Ni hablar, vamos a la otra. — Dijo rápido Taehyung. — Es un acosador sexual. —
— Deberíamos prepararnos como con lo de Halloween. — Opinó Bailey. —
— Hoseok, son las tres de la tarde. —
— Bueno, pues nos quedamos todo el día aquí. —
Ni de broma, Jungkook estaba en el baño y no podía quedarse ahí todo el día.
— No, tengo cosas que hacer. —
— Bueno, pues quedamos antes de cenar y cenamos aquí. —
— Mejor... —
— Tenemos que poner normas, si no se descontrola como en Halloween. — Aclaró Jin. —
— ¿Cuáles? —
— Nada de irnos en medio de la fiesta para follar. — Habló Jin y todos miraron a Taehyung cuando se comentó lo de irse en medio de la fiesta. — Y si lo haces, no aparecer en casa de alguno a las cuatro de la mañana. —
— Es injusto. —
— Claro, es injusto porque fuiste tú el que apareció en casa de Yoongi después de follarte a yo qué sé quién. — Hoseok lo miró mal en broma. —
— Fuese yo o no, me parece injusto. —
— Yo también lo veo injusto. — Habló McKagan. — A demás, Jin, probablemente el que haga eso esta noche serás tú. —
— Opino lo mismo. — Añadió el peli platino. —
Hablaron del tema, sobre que uno de los que sabía conducir debía estar consciente y ni beber mucho, ya que si no, no podrían volver a casa en coche.
Una vez hablaron de eso, se despidieron y se fueron, quedando con verse a las ocho para alistarse.
El chico subió a la habitación y se tumbó en la cama.
— Ya puedes salir. — Anunció para el pelinegro. —
Este salió y se sentó al borde de la cama.
— Pensé que iba a morir allí dentro... — Murmuró mientras miraba su móvil. — Así que... ¿Soy insoportable? — Preguntó divertido, mirándole. —
— Claro que sí. — Se levantó, pero sintió un dolor en la cadera, solía ser posterior al sexo, se puso la mano en la cadera como muestra de dolor. —
— ¿Estás bien? — Preguntó repentinamente. —
— ¿Qué? Ah... Sí. Estoy bien. —
— Entonces... Supongo que nos vemos en la fiesta. — Le guiñó un ojo. — Nos vemos, Tae. —
Tae...
— Claro... Nos vemos, Jungkook. — Se despidió y este se fue. —
Me ha llamado Tae...
¡Hola! Por fin he podido escribir este capítulo y salir del bloqueo escritor. Espero que os haya gustado, la semana que viene empiezan mis vacaciones y escribiré MUCHO más que habitualmente. Nos vemos y no olvidéis votar para más.
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