4. El último día
14 de junio de 1978
Alyssa Sayre
No podía creer que hoy sería mi último en Hogwarts, mañana estaría en casa de los señores Potter, preparándome para mis prácticas de Auror y no tenía muchas ganas, al menos eso es lo que pensaba ahora.
No tenía ganas de enfrentarme en una Guerra que debió evitar Dumbledore, pero el gran mago decidió mandar a niños sin práctica a ella. Ojalá ser como él en la vida, solo estaba sentado esperando que mucha gente muriera por decisiones que había tomado incorrectamente.
Porque no era un misterio que Tom Riddle había estudiado en Hogwarts, tampoco era un misterio que Tom tuviera declinaciones por ciertas cosas y a pesar de eso Dumbledore lo sabía. Mi padre lo sabía perfectamente, él solía decir que esto se podía haber evitado si Dumbledore no hubiera traído a Tom Riddle al colegio a estudiar.
No era justo para nadie, pero si dijera todo lo que pensara estaba muy segura de que me tomarían por una loca y ya para eso tenía a mi mejor amiga Marlene para que me lo dijera constantemente. Lo bueno es que ella estaba de acuerdo conmigo, así que ya no me sentía tan excluida.
La verdad es que no entendía por qué nosotros debíamos luchar, bien luchábamos para ser libres y felices por fin, ¿pero no éramos demasiado jóvenes para eso?
Yo sentía que éramos demasiado jóvenes e inexpertos para enfrentarnos a mortífagos que sabían bastante bien lo que hacían. Incluso para enfrentarnos con Lord Voldemort que era un mago demasiado poderoso.
¿Qué hacía un grupo de adolescentes que acababan de salir de Hogwarts luchando contra ellos?
No tenía mucho sentido, pero esperaba que, una vez por todas, todo esto acabara porque no estaba preparada para ver el mundo masacrado o escuchar los nombres de mis amigos, dándome a entender que habían perdido la vida por esta maldita guerra.
Ahora me encontraba en mi habitación que compartía con Marlene, Mary y Dorcas. Qué raro sería no volver a verlas tanto como siempre, porque aunque nos veríamos ya no sería como antes por las responsabilidades que tendríamos dentro de poco.
Echaría mucho de menos nuestras fiestas de pijama, o las tonterías de Marlene, a Dorcas regañándonos y Mary riéndose de nosotras.
Qué horrible era crecer, a veces pensaba que lo mejor hubiera sido no crecer nunca y volver a repetir esos increíbles recuerdos, aunque estaba segura de que siempre los guardaría en mi memoria. Eran recuerdos muy buenos que había logrado crear con gente que de verdad me importaba y estaba muy feliz de tenerlos en mi vida.
No podía creer como varias personas habían cambiado mi vida, de buena manera, en todos estos años, estaba tan feliz de tenerlas a mi lado que no podía creer que ahora todas estábamos creciendo y construyendo nuestras propias vidas.
Aunque tenía muy en claro que nuestra amistad duraría siempre, y sabíamos que pasara lo que pasara, siempre estaríamos ahí para ayudarnos en todo. Siempre había sido así, siempre habíamos estado ahí para la otra y eso nunca cambiaría aun si en unas horas estuviéramos a punto de dejar el colegio.
Nosotras siempre estaríamos para la otra a pesar de todo y quería que ellas siguieran formando parte de mi vida, como lo habían hecho estos años de Hogwarts. No quería dejar nada atrás y quería tenerlas conmigo, porque ellas habían sido un pilar fundamental en mi vida, al igual que Pandora, Alice y Lily. A pesar de todo, siempre seríamos un grupo y seríamos una gran familia, contando a los Merodeadores y a algunos chicos más.
Cuando extrañaría el Castillo, sin duda alguna, Hogwarts, a pesar de todo, me había regalado muy buenos momentos y había hecho que conociera a gente realmente buena e increíble que me había ayudado mucho en mi vida.
Habían sido un pilar fundamental cuando perdí a mis padres, y en ningún momento me dejaron sola. Siempre estuvieron ahí para alegrarme, para hacerme reír y para levantarme cada vez que me había caído.
Eran unas personas maravillosas, y yo, sin duda alguna, era una persona demasiado afortunada por tenerlas en mi vida.
Cada persona me enseñó algo y estaba muy agradecida por ello, porque a pesar de todo lo que habíamos vivido, sabíamos que siempre podríamos contar con el otro.
Había vivido tantos momentos felices que ahora estaba demasiado triste para decir adiós. Estaba diciendo de alguna manera adiós a todos los recuerdos vividos, sabía que siempre estarían presentes en mi memoria, pero no era lo mismo.
No estaba lista para decir adiós a siete increíbles años. Mis padres tuvieron mucha razón cuando me dijeron que mis años en compañía de gente increíble, obviamente, se pasarían muy rápido. Efectivamente, así fue, mis siete años de Hogwarts se pasaron volando gracias a mi segunda familia.
Era algo realmente increíble, y sin duda alguna había disfrutado demasiado mis años. Había presenciado a los chicos siendo los Merodeadores, creando bromas, creando el Mapa del Merodeador, convirtiéndose en animados, también vi a todos sus partidos y un montón de momentos más que serían inolvidables.
Sonreí mirando todo cuando de pronto vi a las chicas entrar, Marlene corrió hacia mí y las dos caímos en mi cama.
Las chicas soltaron una gran carcajada mientras yo soltaba algún que otro quejido.
—Ni que fuera tan pesada —me dijo Marlene indignada mientras se levantaba.
—Deja tu drama.
—El drama es vivir —volteé los ojos divertida mientras me sentaba en la cama, al igual que las chicas.
—Extrañaré demasiado Hogwarts —habló Dorcas viendo toda la habitación, como yo había hecho anteriormente.
—Será muy raro todo, a partir de mañana. Ya será nuestro último viaje en tren y ya no volveremos para otro año —dijo Lily con lágrimas en los ojos y una pequeña sonrisa.
—Pero eso no significa que dejaremos de hablarnos chicas. Tenemos unos hermosos momentos en el castillo, pero seguiremos haciendo más a pesar de la guerra y siempre estaremos la una para la otra.
—Marlene tiene razón, a pesar de que esta etapa se cierra mañana, otra nueva etapa se abre y estaremos juntas. Seremos las tías consentidoras de cada niño que venga en esta disfuncional familia y siempre estaremos juntos —todas asentimos, logrando que Marlene y Alice sonrieran. A veces Marlene sabía qué decir, no siempre era una bromista, casi la mayoría de veces sabía como animarnos y que decirnos. En el caso de Alice, ella tenía un talento natural para saber cuando una persona estaba mal.
Todas nos habíamos enseñado algo a la otra, habíamos aprendido juntas y nos habíamos defendido y protegido siempre. Siempre sería así pasara lo que pasara, nunca dejaría que nada malo les pasara.
—Hoy será nuestra última fiesta —dijo Marlene.
Marlene adoraba las fiestas y divertirse. Alice, Pandora, Mary y Lily eran más tranquilas y bueno, Dorcas y Marlene amaban las fiestas y yo estaba entremedio. Me gustaban las fiestas, pero también me gustaba estar sola leyendo.
—Nos lo pasaremos muy bien —todas asentimos.
Debíamos disfrutar nuestra última fiesta antes de empezar nuestros entrenamientos.
—Nuestra última fiesta chicas —miramos a Dorcas.
Segundos después todas nos miramos con algunas lágrimas en los ojos y una pequeña sonrisa, sabiendo que extrañaríamos demasiado este lugar.
Sin decir ni una sola palabra, nos juntamos todas en un abrazo grupal, un abrazo que necesitábamos. Porque todo cambiaría a partir de mañana y yo solo quería quedarme con ellas en Hogwarts.
Era horrible crecer y ver como algunas cosas llegaban a su fin, pero aunque algunas puertas se cerraban, otras se abrían y esto apenas comenzaba.
Era nuestra siguiente aventura y nos aventuraríamos todos juntos como la familia que éramos.
Siempre estaríamos juntos.
NOTA DE LA AUTORA
¿Qué os pareció el primer capítulo?
Estoy tan emocionada por esta historia, espero que os guste tanto como a mí escribirla.
Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #endgamewattpad ❤
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