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Capítulo XVII

Capítulo XVII:

Llovía, las calles empapadas, los edificios, hogares y negocios que habían sufrido los incendios, ahora éstos se habían ido apagado mayoritariamente, lo que traía buenas noticias para las otras edificaciones no afectadas. Sin embargo el ambiente parecía cambiado, aún más, con una atmósfera gris, cuyas tonalidades naranja-rojiza desaparecieron sin más cuando empezaron las precipitaciones abundantes y copiosas. Ahora todo parecía ser un cuadro de la Primera Guerra Mundial, de las ciudades de Bélgica y otros países afectados durante la contienda: Escombros, muertos por doquier, por las calles, ahogados, en las carreteras, destrozados por las oleadas de bombardeos con Artillería, los primeros "aviones", mejor dicho aeroplanos, destacándose el famoso "Barón Rojo", la sangre que parecían ser ríos y lo más triste, los cuerpos de aquellos que combatían, fueran del bando que fueran, colgados de las alambradas de púa, abatidos por el fuego de los rifles, fusiles, granadas y nidos de ametralladoras.

Tampoco se podía oír a los caídos por los ataques con gases químicos, sobre todo el temible "Gas Mostaza" que "incendiaba" los pulmones de aquellos que estuvieran cerca como para respirarlos, condenándolos a una muerte lenta y horrenda o padecer sus consecuencias hasta el fin de sus días.

Pero ahora, en pleno Siglo XXI, la Era del Internet, telecomunicaciones, "Redes Sociales" y demás usos de la tecnología, parecía que el "Reloj Evolutivo" se hubiera detenido para siempre. Por donde uno mirara, solo se encontraba con los mismos resultados. Si la Primera Guerra Mundial demostró los horrores de cómo fue que la Humanidad llevó, hasta el extremo, su afán por el mejoramiento de sus vidas pero que, desconociendo de sus actos, éstos llevarían al peor de los escenarios bélicos jamás registrados; por lo que aquel Presente era igual de aterrador como lo fue el período de 1914 a 1918.

Bill dejó su "Puesto de Vigilancia" que era en una de las ventanas. La lluvia era deliciosa, relajante e invitaba a tomarse una siesta. No habían dormido mucho y necesitaban darse un descanso, sin embargo, no era el momento para hacerlo. Tenían que llegar hacia el Aeropuerto Metropolitano, el tema sería la distancia y con muchas calles bloqueadas, devastadas por los bombardeos aéreos para detener el avance de aquella peste, solo quedaba esperar y rogar de que aún continuara funcionando ese "Último Bastión".

- Bueno, ¿todos listos?.- Preguntó el viejo Veterano a su equipo.

- En posición.- Respondió Zoey, colgándose su mochila, el rifle de francotirador con mira telescópica y de ahí se acercó a éste.

- Muy bien. Ahora escuchen: Haremos lo que se dijo hace unos minutos atrás, de atravesar los edificios y así cubriremos más terreno sin problemas.- Enfatizó el peli blanco.

- ¿Es seguro?.- Quiso saber Lois.- Digo, porque las calles ya lo son, ¿quién sabe si los edificios no habrán zombies?. Y reconozco que mi pregunta suena a tontería, porque es obvio, sin embargo, me intriga.

- Tranquilo, no es estúpida.- Le habló Francis.- Puede que, en alguno de los citados, tengamos que ofrecer resistencia ante los zombies, pero solo serán unos pocos. Esto será como el "Parkour", simplemente hay que evitar no tropezar ni caerse. Lo único que deberíamos tener cuidado son esas malditas criaturas musculosas, los "Tank".- Señaló el motociclista, recordando los últimos encuentros con los citados musculosos y con una increíble fuerza física descomunal que llevaban consigo.

- No hay otra alternativa más que salir y continuar con el viaje, amigos.- Sostuvo Bill, sacándole el seguro a su M-16 y una vez que tuvieran las provisiones en las mochilas, reemprendieron la marcha.

Aquello parecía un páramo sacado de alguna película de terror o ciencia ficción, de aquellas de los Años 80 cuando se empezó a explotar el género post-apocalíptico tras el éxito de películas como "La Noche de los Muertos Vivientes" de 1968 y "El Amanecer de los Muertos" de 1977 de George A. Romero, sumando a aquellas donde grupos de supervivientes intentaban proseguir con sus vidas después de una hecatombe nuclear. El tema de aquí era que no había radiación, sino zombies, hambrientos, peligrosos, criaturas que habían evolucionado y desarrollado sus cuerpos y sentidos, convertidos en auténticas "máquinas de matar", que atacaban sin piedad, descuartizando, vomitando o aplastando a sus víctimas con lo que tenían. También yacían las bandas de delincuentes, pandillas y grupos armados dedicados al saqueo y el pillaje.

Por donde ellos avanzaran, se topaban con vehículos incendiados, muchos ya calcinados, con los metales retorcidos por efecto del calor abrasador del fuego, así como también el nauseabundo y ácido olor de la carne humana quemada y mezclada con gasolina. Tuvieron que mantener la distancia y quedarse en las calles, ya que por las veredas y esquinas caían restos de edificios, mampostería. Una de aquellas, siendo ésta el cartel publicitario de "Coca Cola" casi aplastaba a Zoey pero ella corrió y se lanzó, quedando, atrás suyo, una densa cortina de polvo blanco y gris.

- Mierda.- Se detuvo la chica para tomar agua tras el susto que se había pegado.

- ¿Estás bien? ¿Te lastimaste?.- Preguntó Francis a ella.

- No, tranquilos, no me pasó nada. De no haber saltado antes, ya hubiera terminado aplastada y bajo los escombros.- Respondió la universitaria y de ahí miró hacia los edificios.- Casi todos están en llamas, hay muchos pocos intactos y no creo que podamos llegar hasta ellos. ¿Quién sabe si el final del camino es allí?. Puede que no consigamos arribar al Aeropuerto y tengamos que seguir por las calles o alternar nuestra ruta.

- De eso no podemos estar seguros. No es tiempo para sacar conjeturas, amiga.- Le tranquilizó Louis, dándole una mano para ponerse de pie.- Debemos seguir, eso es lo que importa de ahora en adelante.- Añadió el Oficinista pero al momento de levantarla, un misterioso gruñido, un sonido gutural llamó su atención. Por el rabillo del ojo, aquel moreno se giró y pudo ver una "sombra" que reptaba por las paredes, igual que "Spiderman" pero aquel no parecía el ser amable y cordial vecino de la Ciudad de Nueva York, sino otra de esas horrendas criaturas que los habían atacado en Filadelfia.

- Louis.- Le llamó Bill.

- ¿Qué pasa, amigo?.- Preguntó Takashi y notó que el moreno les hacía una seña con la mano, de que no debían hacer ni un solo ruido. Hizo un gesto, señaló con la cabeza hacia el edificio que tenía a unos 15 metros y allí pudieron verlo: Amenazante, vigilando sus movimientos, igual que un depredador que acecha a su presa. Lentamente, llevando su mano hacia su espalda, en donde tenía el Subfusil "Uzi" que tomó, delicadamente y le sacó el seguro. Se oyó el martilleo del cartucho cargado con municiones, respiró hondo y de ahí buscó al enemigo.

Éste se hallaba allí, quieto cuando, de golpe, lanzó un rugido y "voló", igual que aquella raza de ardillas, hacia donde estaban ellos. Con un rápido movimiento, Louis se agachó, Bill, Francis y Zoey se hicieron a un lado, mientras que el moreno lanzaba una ráfaga de metralla contra el adversario, dándole en la espalda. Éste comenzó a gritar por el dolor pero no lo abatió, sino de que lo hizo enfurecer y, por unos escasos segundos, observaron el rostro pálido, los ojos ocultos por la capucha de su buzo, el "hoodie" que llevaba consigo y aquellos dientes amarillentos, podridos, putrefactos y de ahí regresaba, subiendo hacia la pared de otro inmueble, repitiendo el mismo "procedimiento" y los volvía a atacar.

- ¡Hijo de puta, malnacido! ¡Ven y aquí pelea como un hombre!.- Le gritaba Francis, abriendo fuego con la escopeta pero éste las esquivaba una por una las balas. Volaban restos de cemento, polvo y ladrillo con revoque. Uno de éstos le cubrió los ojos al motociclista y le causó una reacción alérgica que lo llevó a estornudar varias veces y buscar un pañuelo para sacarse a aquellos "Agentes Nocivos" de su nariz.

Rei vio que el adversario aterrizaba sobre un coche abandonado, notó que una luz "parpadeaba" y de ahí notó que éste alzó su brazo y se dispuso en accionarla.

- ¡Que no lo haga!.- Ordenó Bill y fue Saeko la que utilizó su katana, decapitándolo pero, por la fuerza del corte, el arco trazado y el impacto que originó, ésta destruyó el vidrio de frente, provocando que se encendiera la alarma.

Justo en aquellos momentos, Francis había conseguido sacarse aquellos restos de polvo de su nariz, volviendo a la normalidad cuando notó el charco de sangre coagulada que caía contra el piso, espesa y a borbotones, para toparse con aquel ruido, un sonido que rasgó el velo de la calma y el silencio de la Ciudad de Newburg, haciendo eco, como la explosión y el estallido de unos cañones hacia la fortaleza enemiga, seguido de un profundo rugido y gruñidos que vinieron desde todas partes.

- Ohhhh, mierda.- Observó el motociclista.

- No la culpes a ella.- Pidió Louis, señalando a la Capitana Saeko.- Esa cosa fue la que activó la alarma, quería eso y con su último estertor, en la cabeza, provocó lo que buscaba.- Sostuvo, mientras que, desde el Sur de la calle principal que habían tomado, vinieron avanzando una serie de "puntos móviles", los cuales iban creciendo en número hasta adquirir una compacta formación, casi de "turba", una "pueblada" compuesta por muertos vivientes, salidos desde las profundidades de aquel "Infierno" desatado sobre la urbe.

Hirano notó que aquellas criaturas no venían solas, ya que una "Spliter" se movía entre ellos, también por un "Jockey"; por lo que el chico de lentes encendió una "Bomba Molotov" y la arrojó con todas sus fuerzas hacia el "Centro" de aquel "Ejército", incendiando pavimento y carne que antiguamente fue Humana. Subiendo e incendiando las ropas de aquellas criaturas. Algunos apuntaron sus armas con el fin de abatirlos, causarles bajas pero Takashi los detuvo en ese instante.

- ¡No, perderemos toda la munición, hay que huir, ir hacia los edificios, rápido!.- Ordenó y al momento de completar su directiva, aquel "Jockey", envuelto en llamas, saltó y casi lo controlaba pero Rei empleó su bate de baseball, partiéndole la cabeza y dejándolo muerto contra el piso, dejando que el fuego hiciera su "trabajo".- Gracias, cariño.

- No hay de qué, ¡ahora: Retirada, repliegue para los edificios, ya!.- Exclamó la muchacha, tras aceptar el crédito de su novio y de ahí fueron corriendo, de vez en cuando matando a algún que otro grupo minoritario de zombies que intentaban cercarles el paso. Francis arrojó una "Bomba Casera", la cual estalló contra un coche estacionado y éste produjo una deflagración de fuego que "engulló" a varios de esos monstruos, los cuales quedaron carbonizados contra el piso.

- ¡Ja, chupen esa, zombies!.- Festejó el motociclista y con ello ingresaron en un edificio de apartamentos, cerrando las puertas y bloqueando la misma con los muebles que hallaron allí.

Se dieron un respiro, algunos dejaron sus armas contra una de las paredes para descansar los hombros agotados y casi al borde del cansancio por su uso excesivo, el peso que acarreaban, junto a las mochilas con pertrechos, municiones, medicinas, comida y agua era una carga más, casi el doble de lo que estaban acostumbrados pero era el deber de cada uno y su responsabilidad desde que se habían conocido en aquel Hotel del Centro de la Ciudad de Filadelfia.

Los zombies se aglomeraban contra la puerta principal, estaban empecinados en tirarla abajo para entrar.

- Habría que dejarles esto.- Tomó Hirano una "Bomba Casera" pero ésta era distinta por el tipo de disparador y "espoleta".-

- ¿Qué piensas hacer con ello?.- Preguntó Saya, impresionada.-

- La dejaré atada a un cable en la puerta, para cuando los podridos entren, se llevarán una "bonita sorpresa". Vean allí arriba, el umbral y parte del techo de este lugar están dañados por los bombardeos que están llevando a cabo los Militares para diezmar las filas de ellos. La entrada quedará bloqueada y nosotros continuaremos arriba, pasando de un edificio al otro.- Relató su plan.

- Ten cuidado, hijo.- Le habló Bill.- Ese tipo de bombas puede ser toda una belleza, pero tienen su lado oscuro. No vayas a volarte los dedos. Si quieres, te puedo ayudar a instalarla.- Se ofreció el viejo y de ahí caminó hacia donde estaba Hirano.

- Puedo pero, igualmente, acepto su ayuda, Señor Overbeck.- Enfatizó el peli negro y se pusieron a trabajar.

- "Háblame de ese hombre llamado Thompson".- Desde la planta alta, una voz irrumpió y quebró el silencio, sobresaltando a algunos y llamando la atención de los otros.

- ¡Hola! ¡Tranquilos, somos amigos!.- Llamó Saya, subiendo unos peldaños de la escalera pero no hubo respuesta.

- "Ah, sí, tenía un bigote muy frondoso".- Habló otra voz desde la planta alta.

- "¿Lo conocías? ¿Mantuviste alguna conversación personal con él?".- Le interrogaba la persona que acompañaba al primero.

Louis, Saya, Zoey y Shizuka fueron subiendo por las escaleras para averiguar sobre el origen de aquellas voces. Sonaban como "antiguas", de aquellas películas de los Años 20 o 30, incluso mucho antes, cuando empezaban a producirse los primeros fonógrafos y se grababan canciones, conversaciones militares durante la Primera Guerra Mundial. Iban pasando un escalón tras otro, llegando hasta la planta alta, topándose con un extenso pasillo, una línea de sangre, el cuerpo de una mujer apoyado contra la pared de aquel lugar, bajo una estela de sangre. La peli rosa de lentes se agachó y movió a la víctima, notando que se había suicidado de un disparo en la cabeza, dejando aquel líquido impregnado y con restos de materia gris sobre la misma superficie.

Les hizo una seña a los otros tres acompañantes. El Oficinista y la Universitaria tomaron posiciones en el arco del umbral, con sus armas en ristre. Shizuka trajo consigo una linterna, ya que el interior yacía a oscuras, por lo que fue extendiendo su mano, buscando los interruptores de las luces y así iluminar el sitio.

- ¡Hola!.- Volvió a llamar Louis pero volvió a repetirse la misma "respuesta".

- "Sí, le tenía bastante aprecio".- Regresó aquella voz gruesa y que parecía tener acento británico o escocés.- "Corrió y luchó".

- "Dime otra vez: ¿Con quién estoy hablando ahora?".- Interrogó el otro, quien sí parecía ser del primer país anteriormente nombrado.

- Ya me estoy hartando, ¡si no salen ya mismo, les daré una buena patada en el culo!.- Bramó Saya, ingresando con su arma y de ahí notó que Shizuka había prendido las luces.- ¡No estamos para bromas, maldita sea, así que aparezcan y se termina todo!.- Ordenó.

- "Esa alma maldita...se perdió para siempre".- La voz del escocés parecía ser natural, sincera, hasta que se produjo una especie de "Vacío" y un cambio en el contexto.- "¡Deja que me vaya! ¡Déjame terminar!".- En aquel momento, esa persona se hallaba en una especie de "histeria", un sentimiento que lo impulsaba en cambiar su personalidad por otra.

- "Tranquilízate. Solo quiero que me digas tu nombre".- Hablaba el que debía de ser un psiquiatra al tratar con un paciente que estaba fuera de sí, "desconectado" de este Mundo.

- "Ya viene...".- Alcanzó a decir y su voz parecía tornarse "demoníaca", como si algo lo estuviera impulsando a ello, murmurando y haciendo ruidos inentendibles, cosa que fue perturbando a los presentes. Saya, haciendo de tripas corazón, avanzó y llegó hasta la fuente del ruido: Un resplandor celeste-blanquecino con tonos gélidos irrumpió desde una habitación a oscuras, notando una figura con la cabeza apoyada contra la mesa y teniendo unos auriculares en su cabeza, cubriendo los ojos. Tanteó y buscó el interruptor de las luces, consiguiendo encenderlas y de ahí vio que estaba ante una habitación con el cuerpo de un chico que debía de tener unos 16 años, quizás 18, muerto de alguna sobredosis de drogas porque había un frasco de pastillas vacío, un vaso de agua a su lado y restos de espuma blanca en su boca.

- "¡Minny! ¡Tranquilízalo, por favor!. Habrá que seguir más tarde".- El médico dio su orden, una enfermera se la podía oír caminando hacia allí y luego terminaba todo, siendo parte de un videojuego que había estado jugando hasta sus últimos momentos de vida.

Cayó en la cuenta de que todo lo que había no era más que el producto de un juego de computadora que alguien había estado usando. Por un momento, aquella chica de lentes, fría y seria, comenzó a reírse, llamando la atención de los presentes.

- Oye, Saya, ¿va todo bien?.- Preguntó Louis y entró con Zoey y Shizuka para verla.

En su avance se encontraron con los restos de otros miembros que, supusieron, eran los miembros de una familia que había escogido el suicidio antes que padecer hambre o ser devorados por los zombies para, acto seguido, volver a levantarse de entre los muertos. Sus almas estaban en paz, los cuerpos serían un banquete para las aves carroñeras como los buitres, mientras que dentro de aquel departamento se toparon con la peli rosa, quien había dejado de reírse.

- ¿Qué te pasó?. Te oímos estallar en carcajadas, ¿pasó algo? ¿Estás bien?.- Preguntó Zoey con preocupación.

- No es nada, pero descubrí que aquellas "voces" que oímos anteriormente no eran más que un videojuego de allí.- Respondió y señaló hacia donde se hallaba el cuerpo sin vida de aquel joven en la computadora.

Zoey se aproximó y comprobó la veracidad de los hechos relatados por Saya, por lo que volvió con los demás al punto original. Les hizo una seña al resto para que subieran. Hirano y Bill habían terminado de instalar la "Trampa Caza-Bobos" para que, cuando los zombies derribaran la puerta principal, la explosión de dicho artefacto causaría una serie de bajas para los oponentes, además de sellarles el paso hacia la planta alta del edificio.

Fueron subiendo las escaleras, habían unos cuantos departamentos con las puertas entre abiertas o completamente cerradas. La curiosidad invitaba en ir a explorar pero no era recomendable. Muchas de aquellas entradas tenían cintas amarillas del "C.D.C" y la "C.E.D.A" que decían "Cuarentena" o "No pasar", aunque no se oía ningún ruido proveniente de los zombies.

- Entren, aquí.- Les hizo señas la chica castaña y obedecieron. Una vez dentro, cerró la puerta y puso unas barricadas con los muebles que había en el interior.

- Si preguntan por quiénes eran los que hablaban, solo se trataba de un videojuego. Saya nos lo contó.- Les informó Shizuka, la cual había sugerido hacer una pequeña parada y de ahí continuarían.

La buena suerte de ellos era que el departamento contaba con acceso hacia la azotea, por lo que Francis, Takashi y Rei fueron hasta allí, con el fin de observar y verificar si existía algún camino que les permitiera cruzar entre los edificios para mayor seguridad y evitar las calles.

Aún llovía y parecía ser de esas que anunciaban que la Primavera estaba cerca, ya que caía en abundancia. Se habían formado charcos en el suelo y los incendios se fueron apagando, casi por completo, quedando los que eran más interiores en los inmuebles afectados tras las evacuaciones y bombardeos llevados a cabo por la "USAF" ("Fuerza Aérea de los EEUU").

- Es increíble, parece una de esas postales de las ciudades destruidas en las películas. Como en "Guerra Mundial Z".- Quedó Takashi impresionado al ver tanta similitud entre la ficción y la realidad.

- Una buena película y un buen libro que escribió Max Brooks. La gente se lo tomó tan a la ligera pero el Ser Humano no quiere ver más allá de lo que ofrecen los medios informativos.- Sostuvo Rei, mientras que se quedaba observando el lugar.- Tan desolado, tanta muerte y destrucción. ¿Cómo pudimos llegar a esto?.- Cuestionó el proceder ocurrido hasta que, de golpe, ella escuchó un siseo, una especie de "zumbido", parecido al de un cable que hacía masa o una abeja pero, cuando se volteó, lo primero que notó fue una sensación de ardor en su piel.- ¡Agh, ¿qué...?!.- No tuvo tiempo para terminar su pregunta, ya que, al mirar hacia arriba, allí pudo divisar a esa horrenda criatura que, anteriormente, había sido una mujer y ahora escupía ácido desde su boca y con una profunda quemadura, producto del citado elemento, en el esófago que yacía expuesto.- ¡Dios, Takashi, cuidado!.- Alertó ella y agarró a su novio, rodando por el piso.

Acto seguido, la pareja se recompuso y tiró contra la adversaria, quien les escupió, dando contra una barandal de hierro, siendo éste consumido por el ácido que lanzaba.

- ¡Hija de puta!.- Le maldijo el novio de Rei y volvió a disparar con su arma. En un momento dado, la criatura quedó cercada, solo podía abrirse camino entre ellos pero, inmediatamente, una nueva lluvia de metralla se le vino encima, acabando con su vida y cayendo contra el pavimento del callejón.

- ¡¿Qué pasó?! ¡Escuchamos disparos!.- Llegó la Dra. Marikawa corriendo y vio a Rei recostada contra una pared.- ¡Miyamoto!.

- Tranquila, estoy bien, solo me quemé un poco con el ácido de esa maldita "Spliter". Creí que el fuego la había matado.- Le tranquilizó y de ahí hubo una explosión sacudió el edificio.

- Han intentado entrar.- Reconoció Saeko.- ¿Se fijaron si hay otra puerta de entrada?.- Preguntó a Bill, quien negó.

- No, no he visto otra, pero igual, hay que largarse de aquí ya mismo. ¿Quién sabe si hay una fuga de gas en alguno de los departamentos?. Hasta ahora tuvimos suerte.- Alegó y tomaron sus pertenencias, dirigiéndose hacia la azotea, en donde Shizuka empleaba un ungüento para desinfectar la quemadura en el hombro de Rei.

Mientras que una sección se dirigía hacia aquel punto, Bill notó, en uno de los pasillos, el cuerpo de un militar. El pobre, al ser examinado por el Veterano de la "Guerra de Vietnam", notó que se trataba de un Suboficial, debía de ser un Subteniente o Capitán, ya que estaba un tanto oscuro el lugar y en una sala contigua, también descubrió más cuerpos de aquellos miembros del Ejército y civiles. Todos habían cometido acto de suicidio. A un costado, sentado en su puesto, un muchacho tenía los auriculares puestos con su radio militar encendida y en la cual podía oírse una voz desde el otro lado.

- "Oiga, oiga, "Puesto de Control Charly", aquí el Cuartel General, ¿me recibe?".- Le hablaba un radio-operador en el segundo canal.

Bill se acercó y la tomó en su poder.

- Oiga, Cuartel General: Puesto abandonado. Repito: Puesto abandonado. Todos muertos. Cambio y fuera.- Cesó el viejo su comunicación. Sabía que aquella gente estaba lejos y no podían asistirlos, por lo que, aún les quedaba aquella última carta que era el Aeropuerto Metropolitano de la Ciudad de Newburg.

Pronto, una vez todos reunidos en la azotea, al horizonte pudieron divisar una serie de luces que provenían desde aquel sitio, su meta, por lo que notaron que podían cruzar entre los edificios, empleando una serie de tablones de madera resistentes, instalados, quizás, por los propios vecinos y los militares para abastecer a los otros y así sucesivamente, en una especie de "Puente Aéreo", igual que a los que hubo en Berlín tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y la repartición de Alemania en cuatro.

- ¿Creen que aún haya gente allí?.- Preguntó Saya, volviendo a su punto de seriedad.- Desconocemos si verdad o no que ese avión haya ido allí, puede que esté pero para sacar a los últimos sobrevivientes e irse para siempre al no poder hacerse nada para recuperar Newburg.- Inquirió la peli rosa de lentes.

- Puede ser cualquier cosa, pero ese avión es nuestro boleto de salida, de lo contrario, si no llegamos, entonces ahí deberemos seguir hacia el Oeste o el Norte a pie y créeme, no lo recomiendo.- Alegó Louis a ella, siendo franco y sincero en sus palabras.-

- Tiene razón: La Primavera no tardará en venir al Hemisferio Norte y si nos agarra la peor parte, me refiero a cuando se derrite la nieve, llegan las lluvias, se desbordan los ríos y para colmo de todo, la "Temporada de Tornados", terminaremos pasándola peor.- Sostuvo el Oficinista.- A menos, claro está, que tomemos un auto o un bote, remontemos río arriba y lleguemos hacia el Norte, atravesando toda la Región del Noreste y de ahí arribaríamos a Canadá...si es que no cayó en poder de los zombies.- Finalizó aquello con cierto tono Futurístico.-

- Es posible.- Takashi analizó lo dicho por el moreno.- Quizás esa tendrá que la "Ruta Alternativa" si no alcanzamos ese avión pero basta de conjeturas y teorías, hay que seguir.- Ordenó y de ahí emprendieron la marcha, cruzando por el "Puente Aéreo" instalado entre los edificios.

No faltaba mucho para llegar al Aeropuerto Metropolitano.

[Capítulo nuevo y con referencias al juego "Under: Depths of Terror" y a la película "El Amanecer de los Muertos" de 1977 cuando Bill habla por radio con los militares al informar que el Puesto de Control había caído.

Los supervivientes están cruzando por los edificios para cortar camino y así llegar a su destino, la horda que está en las calles sigue avanzando, ¿qué clase de problemas puede ocurrir en las azoteas?.

Mando saludos y agradecimientos para:

* Ralf_Hino/Tarma Jones: Me alegra de que te haya gustado el capítulo anterior. Estuvo tranquilo, sin embargo, de aquí en adelante, volvemos a la acción y tensión por la supervivencia. Un saludo, amigo y muchas gracias.

shadowbellatrix.

* Coven.

* Sly Jester.

Cuídense, amigos y que tengan un buen comienzo de día Martes de mi parte, Camaradas.].

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