Capítulo XIII
Capítulo XIII:
Las alacenas fueron abiertas, en busca de provisiones, comida que les permitiera sobrevivir. Contaban con lo que tenían después de aquel saqueo al edificio de apartamentos en Filadelfia pero solo hallaron muy pocas latas de conserva intactas, el resto habían sido tomadas por otras personas hambrientas, desesperadas por poder sobrevivir a la hecatombe en la que estaban sumergidos. Apenas les duraría para unos pocos días mientras que Francis y Louis revisaban las habitaciones, las cuales tenían sus ventanas tapiadas por tablones de madera con el fin de evitar robos a la propiedad.
https://youtu.be/3DlFL17q-Ps
- ¿Novedades?.- Se acercó Bill a ellos.
- Ninguna.- Respondió el Oficinista moreno, quien miró para ambos lados.- ¿Y Takashi?.
- Está afuera.- Señaló el Veterano de la "Guerra de Vietnam", apuntando hacia la puerta que daba al exterior, en donde se encontraba el chico junto a Rei.
Allí, vigilando, expectantes lo que podía ocurrir, la pareja tenían la vista clavada en esos reflectores que provenían de la "Iglesia de Riverside". Las luces rasgaban el Cielo nublado pero, a lo largo de la carretera que continuaba desde aquella casa, notaron que había un "Humvee" artillado del Ejército de los EEUU abandonado, por lo que el joven a ver.
En el camino que eran unos pocos metros de distancia, también halló una ambulancia con sus puertas abiertas y sin nadie en el interior. Aquello no daba buena señal y más cuando descubrió un reguero de cuerpos sin vida de personas que habían sido infectadas por los zombies y los militares tuvieron que abatirlos. Un cartel, ubicado en la entrada del Cementerio, tenía el dibujo que representaba a la Iglesia con una flecha que señalaba la recorrida hasta llegar a su objetivo. Inmediatamente cuando Takashi observó hacia el final de la carretera, se terminó por sorprender que había una barricada, un muro levantado por los Militares que impedía el paso hacia la urbe.
- Carajo.- Maldijo el chico al comprobar que debían tomar por el camino del Cementerio. Regresó sobre sus pasos, subió la pequeña pendiente hasta volver a la casa y de ahí cerró la puerta.
- ¿Qué pasó? ¿Hay alguna novedad?.- Preguntó Zoey, la cual había encontrado algunos frascos con pastillas y otras medicinas en el baño junto al dormitorio del matrimonio, cosa que le sería de utilidad a la Dra. Marikawa.
- Tenemos problemas.- Dijo Takashi, yendo al grano, cosa que detuvo la actividad de sus amigos.
Como si una sombra estuviera pendiendo sobre sus cabezas, al igual que la "Miasma" que tanto terror había sembrado en los corazones de los griegos durante la Antigüedad si no se cumplían los "requisitos" para purificar un hecho de sangre y que podía acarrear desagracias como sequías, inundaciones, hambrunas, terremotos y guerras, llevó a que el miedo se sintiera en el ambiente. Todos estaban a la espera de que Takashi les comunicara el mensaje que había captado al estar afuera, por lo que tomó un profundo respiro y de ahí pidió que todos le escucharan.
- Los Militares estuvieron aquí.- Dijo éste.- Hay un "Humvee" artillado en la ruta y eso no es todo: Cerraron la carretera para que no crucen los muertos vivientes.
- ¿Qué?.- Preguntaron los presentes entre el asombro y el miedo.
- Eso no es todo: Si queremos ir hasta la Ciudad de Riverside, tendremos que cruzar el Cementerio que da hacia la Iglesia. Es la única vía libre presente en todo el lugar.- Añadió y eso no era buena señal.
- Oye, chico, mira que yo soy valiente y todo pero he visto demasiadas películas de George A. Romero y también las dos primeras de "Resident Evil" en donde, jamás y lo juro por mi familia, me metería en un sitio como ese. ¿Qué sabemos si los Cementerios no tienen a los muertos esperando, bajo tierra, listos para atacarnos?.- Cuestionó Francis aquella ruta que tenían que tomar.
- ¿Y hacia dónde deberíamos ir?. Takashi tiene razón. Yo estuve con él y vi que hay reflectores encendidos en la Iglesia, podemos cruzar hasta allí. No es un tramo largo.- Defendió Rei la propuesta de su novio.
- Deberíamos saltarnos el muro y listo, ¿qué problema hay con ello?.- Redobló Francis su apuesta, viendo que los ojos de la chica iban adquiriendo un aspecto de furia.
- Genial pero ¿y si los zombies están allí?. Para algo lo pusieron los Militares ese muro.- Asestó Rei otro golpe de realidad, por lo que el motociclista optó por no discutirle más.- ¿Lo ven?. Tiene miedo.
- ¡Pues claro que tengo miedo, mocosa!.- Exclamó el citado, alzando la voz y haciéndose oír.- ¡¿Te piensas que soy el clásico motociclista que vive sin temor a nada?! ¡Después te pones a lloriquear cuando apuntó al cliché de que a ustedes, los japoneses, les gusta el anime y todo eso, Dios!.- Bramó, sacándolo de sus cabales.- ¡Si tanto quieres ir allí, cruzar un Cementerio sin saber cómo está la zona, adelante, eres digna de derramar tu sangre pero yo también tengo una vida y no pienso morir allí, combatiendo contra esos monstruos! ¡Vamos, amigos, ¿acaso se van a quedar así, de brazos cruzados?!.- Preguntó Francis ante ellos, los cuales no decían nada hasta que fue Zoey la que habló.
- Él está en lo correcto.- Respondió la universitaria.- Pero, también, viendo que estamos ante una encrucijada, lo único que nos queda es el camino del Cementerio.
- Pero...- Intentaron Francis y Rei en hacerles entrar en razón, sin embargo, ellos ya tenían la solución al respecto.
- No podemos ir por la carretera, saltando el muro, desconocemos el peligro que hay allí, así como también lo que pasa en la Iglesia. Puede que hayan zombies o quién sabe. Lo desconocemos en su totalidad pero, viendo que no hay una tercera vía, lo único que podemos hacer es arriesgar todo sobre la mesa.- Sentenció Bill, dejando a los dos implicados con la boca abierta. Tomó su M-16 y le sacó el seguro al mismo.
El martilleo del arma se hizo sentir, su rostro lo expresaba bien, al igual que el de Takashi. El viejo sacó un cigarrillo y lo encendió, abriendo la puerta y señalando el camino por el que debían seguir. Tomaron lo poco que habían conseguido allí de su pillaje, las latas de comida en conserva, algunas frutas de la heladera, las botellas y cantimploras con agua y las medicinas, sin olvidarse de las municiones y las armas. Acto seguido, el último en salir Louis, quien cerró la puerta y les acompañó por el camino de tierra en pendiente cuesta abajo.
https://youtu.be/8xY4MqCbTXs
Una vez que dejaron la casa de campo, se internaron en la carretera, yendo con cuidado. Pudieron notar lo que bien había descrito Takashi anteriormente. Los Homínidos, cuando bajaron de los árboles y desarrollaron el Bipedismo, aquello que permitía erguirse y caminar en dos patas, les entregó la habilidad de poder ver mejor, ya no andar encorvados en el suelo y entre los pastizales de la Sabana Africana para, acto seguido, ir desarrollándose, creando los primeros estamentos de sociedad, liderazgo, información y búsqueda de comida a través de un "Protolenguaje". Lo que aquel chico castaño había visto durante su inspección era verídico, sin olvidarse del "Humvee" artillado, los cuerpos sin vida de los infectados y algunos civiles que no tuvieron la suerte de llegar antes de que les cerraran el paso con ese muro iluminado por reflectores y en donde yacían los cuerpos de los citados, apilados en forma horizontal.
- ¿Creen que en la Iglesia haya alguien que nos pueda ayudar?.- Preguntó Shizuka con dudas.
- Lo único que podría decirle, Doctora Marikawa, es que mejor rece a todos los Dioses para lo que haya.- Respondió Louis, quien estaba un tanto nervioso por lo que podría pasar allí.
Bill y Takashi, acompañados por Francis, Rei y Zoey fueron como "Grupo de Avanzadilla" para despejar el camino. La entrada del Cementerio estaba despejada, las rejas aún abiertas pero sin presentar daño alguno en su estructura de hierro. El cartel seguía allí. El viejo le tocó el hombro al motociclista, utilizando sus conocimientos aprendidos en el campo de batalla y más cuando se hallaba luchando en la Selva de Vietnam contra el "Vietcong", señalando un cobertizo que pudo abrir el citado. Dentro no encontraron nada de que les valiera la pena, por lo que cerraron la misma y regresaron por el camino que iba formando una pendiente en ascenso.
- ¿Saben?. Cuando estábamos en clases de Historia.- Rompió Hirano el silencio.- Y veíamos la Antigua Roma, había estado leyendo unos libros de un autor español, se llamaba Santiago Postegillos y había escrito una llamada "Roma soy yo" que relataba la historia de Julio César durante los tiempos que, divididos entre Pasado y Presente, se había vuelto inmersa la República con la llegada de Sila al poder y el juicio contra Dolabela por cargos de corrupción. Uno de los capítulos comenzaba con la noche en la que los partidarios del acusado mataban a dos importantes personajes de la política Romana dentro del bando de César. Así se debió sentir, por las calles de la "Ciudad de las Siete Colinas", el temor a ser emboscados pero por asesinos a sueldo.- Relató el chico de lentes y cabello negro, quien vigilaba la retaguardia.
- Buena historia que nos acabas de contar, Hirano.- Dijo Saya con seriedad.- La próxima podría ser uno de, no sé, quizás de "Disney" tipo "Toy Story 2" o "Los Increíbles".- Apuntó con cierto tono de sarcasmo.
- Vamos, no lo culpes así, solo estaba intentando dar una comparación al contexto en el que nos hallamos.- Sostuvo Louis al defender al muchacho.
- No es por eso, sino porque nos hallamos con la soga al cuello y desconocemos qué puede pasar cuando crucemos hacia el otro lado.- Saya sonaba bastante concentrada en el objetivo y era cierto.
Aquello no parecía ser una buena señal. Habían pasado unas pocas horas desde la última colaboración pero las viejas tensiones volvían a emerger ante ellos, amenazando con socavar la débil estructura en la que se hallaban de pie.
- Al menos tengo un poco de sentido del humor.- Murmuró el moreno, sintiéndose molesto por la actitud que tenía la peli rosa de lentes, sin que ésta le oyera.
- Bueno, ya paren los dos.- Ordenó Takashi, viendo que aquellos conflictos podían volverse mucho más complicados si alguien no ponía voluntad y paños fríos a la situación.
Inmediatamente, tras subir por la pendiente hasta alcanzar el exterior de la Iglesia de Riverside, notaron que las rejas de los muros estaban dobladas, como si alguien hubiera tenido la fuerza más que suficiente como para destruirlas, así como también el boquete en una de las paredes que daba al Santuario y en la Sacristía, donde podían apreciarse unos tablones de madera con clavos y el interior que presentaba sangre y cuerpos por doquier, sin olvidarse de unos bidones de nafta y un nido para ametralladoras hecho con sacos de arena en su interior.
- Esto no me gusta en lo absoluto.- Oteó Zoey el lugar.
- No lo puedo creer...Yo lo dejé entrar...Me dio su palabra y...¡me mordió el muy infeliz!.- La voz de alguien que se hallaba en el interior de un "Refugio" se hacía sentir. En las paredes estaban escritos los nombres, fechas y acciones llevadas a cabo por las personas.
"¡¿DÓNDE ESTÁ EL EJÉRCITO?!".
"Todos muertos".
"Riverside invadida. Newburg invadida".
"No pueden volver después de que cambian. No los lleves contigo".
"¡SÁLVENSE!".
"Claude Higgins, maldito cobarde. Dejaste a tus hijos morir".
"El Ejército no está viniendo...¡SALGAN YA MISMO DE ALLÍ!".
"Aléjense de las que lloran. Vi a una partir a diez personas. Escuchen su llanto y esquívenla".
"Estoy feliz ahora: ¡Puedo matar a quien yo quiera!"
"Psicópatas".
Algunos de esos grafitis daban una atmósfera de miedo. Podía sentirse aquello en el aire, una sensación que recorría la espalda de los presentes hasta adquirir tonalidades gélidas. Los primeros que hablaban que el Ejército no iba a ir en auxilio de Riverside querían demoler las esperanzas de los presentes y aquella voz que provenía del refugio era la gota que colmaba el vaso. Bill se acercó y llamó a la puerta, deteniendo el monólogo de la persona que estaba allí encerrada.
- ¡¿Quién anda ahí?! ¡Tengo una campana!.- Exclamó el sujeto desde el interior.
- Señor, por favor, somos supervivientes. No estamos infectados. Por favor, solo déjenos pasar y poder seguir nuestro camino.- Pidió Louis, siendo amable con éste.
- ¡¿Que no están infectados?! ¡Jajajaja! ¡¿Y esperas a que me trague eso?! ¡Busquen su propio refugio, aquí no entra nadie!.- Advirtió la persona, cosa que cansó a Rei, la cual comenzó a darle patadas a la puerta para que cediera.
- ¡Escúchame, hijo de puta: Más te vale que en dos segundos la hayas abierto o lo haré yo misma, entraré y te meteré el cañón de mi arma bien en tu culo que te saldrá por la boca, ¿oíste?!.- Amenazó la joven, quien estaba harta de semejante "amabilidad" barata.
- ¡¿Me amenazas, niña?! ¡Entonces ahora obtendrán lo que se merecen!.- Sentenció el tipo y de ahí corrió hacia la campana, haciéndola sonar.- ¡Ding-Dong, Ding-Dong, la cena está servida, amigos!.- Exclamó éste.
Los ecos de la campana se hicieron sentir por toda la Iglesia.
- Ya está, me hartó.- Dijo Francis y haciendo sus diferencias con Rei se preparó para entrar y dispararle al tipo.- A este infeliz lo mato yo.
- ¡No!.- Zoey los detuvo al instante en el que, de golpe, cientos de gruñidos y sonidos guturales rasgaron el aire. Hirano corrió hasta el puesto donde debía estar emplazada la ametralladora y con horror pudo contemplar cómo iban entrando los muertos vivientes desde el lado derecho del Cementerio, a través de las brechas causadas en el enrejado. Tirándose contra el piso, luego de escalarlo y de ahí volvían a ponerse de pie. También venían desde las colinas y el campo más cercano, conformando una auténtica marea y que parecían haber estado "esperando" hasta que llegara una "señal" para entrar en acción.
- ¡De prisa, tomen posiciones y protejan la Iglesia!.- Ordenó Saeko, desenfundando su katana.
- ¿Y qué hacemos con el "Quasimodo" del "Jorobado de Notre Dame" que nos impide el paso?.- Preguntó Louis a la peli violeta, quien dirigió una rápida mirada hacia la puerta.
- Ya nos haremos cargo de él. Por ahora hay que pelear.- Sentenció ella y fue entonces que comenzaron a oírse los pasos de los chicos, quienes rodearon el sitio y apuntaron hacia el camino en pendiente por donde venía aquella masa putrefacta de zombies.
- Oigan, miren, allí...Yo...Yo lo conozco.- Reconoció Francis a uno que tenía largos cabellos negros y llevaba un chaleco de fuerza, lanzando poderosos gritos que atraían a los muertos.-
- Pero...¡es el que estaba en el túnel! ¡Una mutación!.- Alertó Rei y de ahí disparó una ráfaga de balas que alcanzaron a unos zombies y de ahí al que gritaba.- ¡Perfecto, justo en el blanco!.- Exclamó y comenzó a tirar contra aquellas criaturas que intentaban ganar el ascenso.- ¡Hirano, necesitamos bombas Molotov!.- Pidió, mientras que el chico dejaba su puesto de combate y corría para crearlas con unas botellas vacías y el combustible de unos bidones que se encontraban allí.
- Yo te cubro.- Oyó la voz de Saya, quien tomó la posición del peli negro, desatando una feroz balacera.
Saeko, por su parte, corrió y comenzó a destruir a todo zombie que pusiera un pie en la pendiente. Decapitó a uno, luego fue por otro y así sucesivamente, siendo implacable, demostrando una tenacidad nunca antes vista, así como también con su habilidad a la hora de emplear la katana. Louis la miró y tomó su bate de baseball, dándole una mano para que no tuviera que hacerlo ella sola, así como también fueron Bill, Zoey y Francis, desatando una auténtica lluvia de metralla.
- ¡Amigos, salgan de allí, voy a tirar una bomba molotov!.- Llamó Hirano a los presentes y tras encender la mecha, arrojó el único proyectil que pudo crear debido a que los infectados no paraban de venir.
En cuestión de pocos segundos el suelo del Cementerio empezó a arder por el líquido inflamable derramado. Los zombies que se hallaron en el radio de acción, se vieron envueltos en un calor abrazador, tan parecido al del propio Sol que los fue quemando lentamente. Unos cuantos comenzaron a retorcerse del dolor, despedían un olor ácido de carne humana siendo consumida, mientras que lanzaban gritos de dolor y lamento, en un vano intento por "pedir clemencia" y que les dispararan para acabar con su sufrimiento. Bill mismo tuvo una serie de visiones del Pasado, en aquellos momentos en los que había combatido en la Batalla del Valle de La Drang durante la "Guerra de Vietnam".
Aquellos momentos tan críticos que llevaron al General de División William Westmoreland para se llevara a cabo el uso del "Código Broken Arrow/Flecha Rota", el cual consistía en el que si una posición era sobrepasada por el enemigo, se acudía al uso masivo de todas las armas de la Fuerza Aérea, incluyendo bombas y napalm a escasos metros de las huestes norteamericanas que combatían contra los guerrilleros del "Vietcong".
Ver esas escenas de los zombies caer presas del fuego y ese terrible olor que impregnaba las fosas nasales, llevando a que algunos como Rei y Saya vomitaran, mientras que otros contenían la respiración a duras penas, el viejo no sintió nada al respecto. Ya había tenido que darles un "Tiro de Gracia" a aquellos jóvenes vietnamitas que combatían por su Patria y que se habían ganado una muerte digna, no la de quemarse y sufrir un destino mucho más trágico. Pero en esta ocasión no lo hizo, esas aberraciones de la Naturaleza debían desaparecer, convertirse en cenizas y así fue.
Les dio la espalda pero cuando estaban por volver a la pendiente, el sonido de un "toro" llamó la atención de ellos. Inmediatamente, entre las llamas, cubierto por las mismas, una colosal criatura de gran tamaño pero con, quizás el tono cómico y caricaturesco que resultaba ser, tenía el brazo derecho de un tamaño sumamente grande y exagerado y el otro era pequeño, además de colgarle como si fuera una simple "baratija", una bolsa de las compras.
Éste tuvo por agarrar a uno de ellos pero, producto de las llamas y las balas, terminó por caer contra el piso.
- ¡La puta! ¡¿Qué mierda fue eso?!.- Quedó Saya, sorprendida de ver semejante monstruo yacer muerto por la doble combinación de metralla y combustible.
- No lo sé, pero si eso que decían los grafitis que están cambiando y no hay marcha atrás, así como también de que hay muchas de esas que lloran, temo creer de nos seguiremos topando con estas monstruosidades.- Apuntó Zoey entre el asombro y el terror que representaban.- Oigan, escuchen.- Cambió de parecer y cuando el último zombie cayó abatido por los del grupo de Takashi, notaron que las campanas dejaron de sonar.
- Se detuvieron. Ahora verá ese tipo.- Recordó Rei que tenía un "asunto pendiente". Agarró su arma y Francis fue tras ella.- Oye, motociclista, conmigo, ahora.- Ordenó y éste cargó su escopeta.
Llegaron hasta la puerta y llamaron a ella.
- Oye, primor, adivina quiénes están aquí.- Le dijo Francis con tono burlón pero no hubo respuesta.- ¡Si te estás haciendo el gracioso, más te vale ir haciendo las paces con Dios!.
- ¡AGH! ¡AGH....AGH!.- Se oían los gritos de desesperación del sujeto encerrado, quien seguía balbuceando y escupiendo palabras sin sentido.- ¡SERÉ...SERÉ...YO...SERÉ...SERÉ INMUNE! ¡LO SERÉ...AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!.- En aquel momento de padecimiento, griterío y desesperación, el tipo abrió la puerta para revelar su horrible apariencia.
Lo escucharon toser, Saya se volteó y quedó paralizada: Allí estaba otra de esas criaturas, la que tenía una lengua larga y estaba cubierta de tumor por casi todo el cuerpo, además de ser de piel pálido. El tipo de la campana había mutado y de su boca caían unas gotas de saliva en abundancia contra el piso junto al humo que despedía. Dirigió sus ojos hacia Rei, estuvo por lanzar su lengua pero Francis la quitó de en medio.
- Trágate esta, puto.- Le apuntó el motociclista, justo a la cabeza y ésta reventó como una piñata en medio de un cumpleaños. La pared de atrás se pintó con la sangre coagulada y la materia gris, dejando, a su vez, esa nube de espeso humo tóxico, por lo que dejaron que se ventilara hasta que desapareciera por completo.
Una vez que el interior quedara despejado y de haber retirado el cuerpo, tirándolo a las pocas llamas que aún quedaban afuera para darle una sepultura Cristiana, aunque no lo fuera del todo, ingresaron al refugio para descansar un rato, recuperar las fuerzas con una comida, aunque fuera frugal y con ello ver en qué estado se encontraba la Ciudad de Riverside.
El interior era tranquilo y reconfortante, una escalera conducía hacia el piso de arriba, al desván, en donde otra puerta se hallaba allí, dando a una plataforma con otras dos escaleras para descender hacia el exterior de la Iglesia y de ahí ir para la urbe.
- ¿Cómo estamos con las municiones?.- Preguntó Takashi.
- Hemos empleado buena parte de las mismas, tenemos la suerte de que aquí, aunque el idiota que llamó a los zombies no nos dejó entrar hasta que murió, el Ejército se dejó unas cuantas cajas, por lo que eso estamos bien. El tema será la comida. Se nos terminará en dos días.- Advirtió Zoey, mientras que estaban tomando todas las municiones necesarias mientras que Saeko y Shizuka subían para ver hacia las calles.
- Oye.- Se le acercó Rei a Francis, quien tomaba unas cuantas cajas con balas de escopeta.- Muchas gracias.- Agradeció por la acción efectuada por este.-
- No fue nada, aunque reconozco que lo mío también estuvo mal por gritar pero, cuando te hallas en cosas así, sobreviviendo, te dejas llevar pero está bien, acepto tus disculpas pero no hace falta hacerlo. Esta vez fui yo el culpable, no tienes por qué hacerlo.- Respondió el calvo con suma tranquilidad y de ahí terminó por equiparse.
- Es verdad, aún así, espero que eso que decían los grafitis sea falso o tendremos que buscar otro medio para salir de aquí.- Rogó la novia de Takashi y de ahí vio que Saeko les llamaba.-
- Amigos, vengan.- Les llamó la Capitana del "Club de Kendo" y tras dejar lo que estaban haciendo, subieron por la escalera hasta salir a la plataforma.
Una vez que arribaran sintieron que sus almas se iban contra el piso, se desplomaban ante lo que sus ojos tenían que ofrecerles: Allí estaba la Ciudad de Riverside...Abandonada, invadida por los zombies que deambulaban por sus calles, vehículos por doquier, negocios saqueados, gente que podía estar encerrada en sus casas y edificios, atrincherados y listos para protegerse a cualquier costo, el camino que iba hacia la derecha, pasando por la Iglesia, contaba con un muro levantado por el Ejército y a ambos lados del mismo estaban dos "Humvee" que todavía estaban encendidos y con sus luces apuntando hacia el suelo. Cuerpos por doquier, también de forma horizontal que el otro, mientras que habían algunos incendios y dos autobuses formaban una barricada en la calle, así como también una serie de vallas de acero que dividían los barrios del Centro de la urbe.
Habían llegado tarde, esos mensajes terminaron siendo verdaderos: Riverside había caído y ahora ¿qué podían hacer al respecto?.
[El viaje, para ellos, ha sido en vano. La urbe cayó ante los zombies pero aún queda la esperanza sobre qué harán de ahora en adelante.
Y con esto se termina el capítulo de hoy. Muchos recordarán los grafitis en los dos "Left 4 Dead" y sí que nos daban una atmósfera de miedo por el contenido de sus mensajes. En mi opinión, los del nivel de "La Parroquia" del "Left 4 Dead 2" eran muy turbios, sobre todo cuando se llegaba a los barrios de Nueva Orleans y en donde la gente pedía que los sacaran de la cuarentena impuesta, rodeados por los zombies y los militares que tiraban a matar contra ellos.
Ahora, con respecto a los "Infectados Especiales o de Élite", apareció el "Charger" (¿quién no lo habrá odiado junto al "Jockey"?) y también el "Screamer", aquellos que tenían el cabello negro, largo y camisa de fuerza que al acercarse a uno emitía un poderoso grito que atraía a los zombies (este tipo de infectado terminó siendo eliminado antes de su lanzamiento pero hace poco se mostró cómo eran).
Bueno, amigos, eso es todo por hoy. Mando saludos y agradecimientos para:
* Ralf_Hino/Tarma Jones: Tremendo ha sido el viaje de ellos y ahora que llegaron a Riverside se han llevado una desagradable sorpresa. Con respecto al infectado que apareció en el túnel del otro capítulo, éste era el "Screamer", uno que fue eliminado del juego pero aquí ha aparecido junto a los otros.
Espero que te guste este nuevo capítulo, amigo. Muchas gracias por tu review y buena semana.
* Sly Jester.
* Coven.
* Y los demás seguidores.
Nos estamos viendo, Camaradas. Les deseo un excelente inicio de semana y será hasta el próximo capítulo.].
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