Capítulo VIII
Capítulo VIII:
La noche había caído, perdidos entre tinieblas y oscuridades reinantes, como Demonios salidos desde lo profundo del Averno, los muertos vivientes rondaban y caminaban por la tierra, en busca de más víctimas de las cuales infectaban o se alimentaban de su carne. El grupo de supervivientes, tras haber dejado el hotel, se adentraron en unos callejones que daban a los edificios, en busca de un sitio donde resguardarse de las inclemencias del tiempo que se avecinaba: Una buena lluvia iba a caer, en esos momentos, lo que permitiría darle un respiro a los incendios desatados y que los Bomberos no podían apagar porque habían sido evacuados y llamados para otras tareas de rescate.
Avanzando con cuidado, yendo con sus armas en mano, Bill hizo una seña con el puño cerrado y alzado ante ellos, mostrando una clara ubicación en la que estaban. Allí, a unos metros, se encontraba la parte trasera de una armería, en donde tenía su puerta cerrada pero con un culatazo del arma que el viejo llevaba, consiguió meter la mano, evitando los cristales intactos y que yacían tirados contra el piso, abriendo la puerta e ingresando en el interior.
Dentro no habían muchas armas pero algunas lograron sobrevivir, tal vez al pillaje y saqueo de masas de civiles desesperados por defenderse. Louis iba con cuidado y encontró, dentro de unos escaparates rotos, una Pistola Browing y un Subfusil Uzi que tomó, además de la poca munición que quedaba allí. Francis, por su parte, revisaba si había algo de dinero en la caja registradora para llevárselo, cosa que esa actitud era reprochada por la fría mirada que Bill le estaba dando.
- Ah, vamos, viejo, no seas amargado. ¿Quién va a necesitarlo?.- Preguntó, divertido, tomando unos cuantos billetes y poniéndolos dentro de su mochila.- Total, ¿quién no habrá hecho lo mismo antes que nosotros?.- Sostuvo y de ahí se escuchó cómo caía un intenso chaparrón sobre las calles de Filadelfia.
- Cierren la puerta y ayúdenme a bloquearla con este mueble.- Pidió Zoey y con Louis y Rei consiguieron su objetivo.-
- Bueno, una cosa menos de qué preocuparse pero, ¿cuánto tiempo estaremos aquí?.- Quiso saber el Oficinista, mirándose su herida.-
- No lo sé, hasta que pare la lluvia.- Sostuvo Takashi.- Oiga, ¿lo mordieron?.-
Eso despertó temores en el grupo de jóvenes nipones, los cuales apuntaron sus armas hacia el moreno pero éste alzó sus manos al aire, pidiendo la calma.
- Tranquilos, ¿sí?. Descuiden, sí, me mordieron pero ha pasado un buen y largo tiempo. De haberme ocurrido algo, tendría que haber sufrido los síntomas de esta mierda pero estoy bien. No me siento, para nada, mal. Todo está bien.- Respondió él, llevándoles la calma a los presentes, mientras que se miraban entre sí, dando a entender su posición.
- Es verdad lo que dice. También lo sabemos.- Se acercó Bill a Takashi.- Tranquilos, el tiempo de transformación va desde unos minutos a horas pero Louis ya tiene un buen rato sin sufrir nada. Puede que él sea inmune. Puede que también otros más de nosotros lo sea.-
Al llevar esa calma, los presentes desistieron y bajaron las armas. Fue entonces que, olvidando la situación vivida, decidieron establecer las primeras pautas, por lo que sacaron un mapa de EEUU y todas sus ciudades.
- De acuerdo: Nuestro objetivo es llegar a "Riverside", la cual se encuentra al Norte, saliendo de la Ciudad de Filadelfia, por lo que tendremos que marchar, una vez que mejore el tiempo, para continuar por la carretera. Si vamos a pie, tardaremos mucho pero, si encontramos algún vehículo en donde entremos todos, nos vendrá como anillo al dedo.- Sostuvo el ex-"Boina Verde", mientras que estaba guardando municiones en su mochila militar.
- Pueden haber retenes abandonados por los militares a lo largo de toda la Carretera 14, si seguimos ésta, tal vez hallemos un vehículo "Humvee".- Propuso Zoey, señalando el camino.
- Suena bien, ya que yo tomo ese lugar para ir a Fairfield, donde se hace el "Encuentro Anual de Motociclistas". Es una muy buena carretera.- Apoyó Francis la idea de la chica.
- Nosotros llegamos hacía unos días a Japón, no conocemos mucho de Filadelfia, salvo por otras ciudades que hemos estado antes. Quizás ahí sí podemos congeniar.- Teorizó Rei, mirándolos a ellos.- Solo espero que no vengas con otro comentario hacia mí, todo estará bien.- Apuntó hacia el motociclista, quien alzó sus brazos al aire, en clara señal de no querer problemas con la novia de Takashi.
Por su parte, Saeko y Hirano estaban revisando la planta alta de la tienda de armas, ya que ese sitio constaba, también, de un domicilio particular, por lo que los dueños, tal vez, estarían allí o se hubieran ido. El chico y la Capitana avanzaron con cuidado, pisando un escalón a la vez hasta que dieron con la parte superior, topándose con el sitio completamente vacío, sin ningún rastro humano pero sí del saqueo producido. La joven fue hacia la cocina junto al muchacho para ver si aún quedaba comida para tomar y llevar con ellos pero nada, todas la alacenas estaban vacías y habían rastros de la misma contra el piso. El peli negro se agachó y tanteó la superficie para ver cuánto tiempo había pasado desde la última vez que hubo gente allí.
- Esto no es de hace mucho.- Dio a conocer sus resultados.- Capaz de unas cuatro horas.- Informó.- Debieron continuar con su camino por la calle de allí afuera.- Señaló al exterior, la posible ruta de escape de los saqueadores.
- Con este problema de la comida, vamos a tener que ir saliendo ya mismo de Filadelfia, no podemos quedarnos aquí por mucho tiempo. ¿Quién sabe si las otras casas y edificios ya han sido saqueados?.- Dio Saeko su teoría y esa no podía estar errada, ya que el peligro de que hubiera desabastecimiento inclinaba a la población local hacia la violencia.
- Coincido y...- En aquel momento, cuando Hirano abrió la puerta que daba a la habitación del matrimonio, éste se encontró con una escena horrenda.
Allí, sobre la cama, yacía el matrimonio asesinado. Pero lo más siniestra era que no habían sido los zombies, mucho menos los saqueadores que merodearan por el lugar, sino que, más bien, sus heridas mortales parecían haber sido hechas por alguien con unas garras sumamente afiladas. El torso de la mujer estaba desgarrado igual que un trozo de carne, la garganta del marido estaba reducida a pedazos, casi decapitado pero sus órganos seguían allí. El olor a podredumbre era terrible, no existía forma alguna para hacerlo desaparecer, por lo que debieron cerrar la puerta, así como también bloquear la ventana del dormitorio.
- ¿Qué...Qué crees que lo haya hecho?.- Preguntó Hirano, sorprendido de ver aquello.
- O bien fue Freddy Kruger o algo mucho peor.- Respondió la Capitana, mientras que iban bajando, encontrándose con el resto de sus amigos.
- ¿Qué pasó? ¿Están bien? ¿Qué hallaron?.- Se acercó Rei a los dos jóvenes pero, de golpe, pudo constatar que tenían una expresión seria en sus rostros.-
- Arriba no hay nada más que dos muertos y nada de comida.- Respondió Saeko.- No es seguro quedarnos aquí. Una ventana del dormitorio está rota, alguien entró y mató al matrimonio que vivía aquí, a los dos.- Contó.- Tuvimos que bloquearla con unos muebles y emplear una barra que hallamos en la cocina para que nadie pueda cruzar desde allí hasta donde estamos.- Finalizó y tomó asiento.
- Mierda, esto no tiene buena pinta.- Se lamentó Zoey.- Por cierto, ¿cómo murieron los del matrimonio?.- Preguntó a ellos dos.
- Algo con garras afiladas los mató.- Relató Saeko.
- Hey, un momento.- Interrumpió Francis.- Ahora que lo dicen, cuando me encontraba, junto a mis amigos, batallando contra los zombies en el bar, a uno de ellos, les había dicho, que fue atacado por alguien con capucha y unas garras al estilo "Wolverine" de los "X-Men".- Contó el motociclista y nadie dijo nada.- ¿Qué?. No, esperen, lo sabían, ¿vieron?. Yo se los dije. Les dije que había visto una criatura así y me tildaron de loco.
- Nadie le dijo eso en ningún momento, Señor Francis.- Respondió Miyamoto, cruzada de brazos.- Solo que no teníamos suficiente evidencia como para constatar de que lo fuera.
- ¿Qué?. Agh, olviden, lo que sí es bueno es que mi relato fue verídico.- Se regocijó de eso.- Por cierto, ¿revisaron el garage de esta gente?.
- Bill fue a ver junto a Louis y la Dra. Marikawa.- Respondió Saya tras romper el silencio por mucho tiempo al estar recuperándose del susto que se había pegado cuando se topó con la criatura de lengua larga.
El Veterano de la "Guerra de Vietnam" junto al Oficinista morena y la médica rubia fueron avanzando por el lado Oeste de la casa, llegando hasta el garage que se encontraba apagado. Shizuka encendió la luz. Una vez que el lugar se iluminó, no encontraron nada, salvo una mancha de aceite en el suelo y nada más que eso.
- Oh, esto no es bueno.- Se lamentó Louis, mientras que Bill negaba en silencio y Shizuka respiraba hondo.
- No nos pongamos tristes, de seguro hallaremos otro.- Prometió la rubia para aquellos dos hombres.
- Eso espero.- Fue el pedido que realizó el Oficinista, mientras que volvían con los otros.
Afuera, por donde uno mirara, lo único que había era muerte, sangre y destrucción. Una "Sinfonía" de dolor eterno y de la cual se expandía igual que aquella peste. El viento estaba quieto, solo se oía la lluvia que caía sin parar contra las edificaciones en llamas, apagando los incendios y levantando columnas de humo que iban del gris al blanco. El aire olía a madera y otros materiales quemados y humedecidos pero era mejor que el de la carne humana quemada. Sin embargo, en una de aquellas casas de la zona capitalina, algo le estaba ocurriendo a un muchacho musculoso. El "Virus de la Gripe Verde" estaba haciendo sus efectos pero en algo mucho más aterrador y siniestro.
Se agarraba de la cabeza, sentía un profundo dolor en sus músculos, parecía que le estaba erupcionando todo en una especie de "sarpullido" pero eso no era el final.
Lo mismo ocurría con otras personas que se encontraban "transitando" por ese mismo "camino" hasta que, de golpe, todo se calmó.
Volviendo para la armería, la lluvia había calmado su intensidad, ahora era una tranquila y con pocos truenos. Viendo que no contaban con nada de comida en el interior, era el momento de reanudar la marcha tras haber probado bocado con un par de latas que tenían duraznos en almíbar, unas sopas instantáneas que se terminaron al instante y el agua embotellada. Aquello era una miseria pero uno no podía, como había dicho Bill en el Hotel, darse el lujo de comer como antes. Tenían que siempre en alerta, vigilando, constantemente, cualquier movimiento enemigo y eso significaba que no tenían tiempo para comer u otros alimentos que les gustaran.
La cena fue efímera y con ello quedó el momento de reanudar la marcha tras la digestión. Se colgaron las armas, tomaron las mochilas con las pocas municiones que encontraron, así como también las armas que habían allí y salieron por el callejón del inicio.
Al regresar a la intemperie, fuero cruzando esa zona un tanto iluminada por los faroles que, por alguna gracia del destino, seguían funcionando. Un relámpago rasgó el Firmamento y algo notaron que sobresalía desde una pequeña pila amontonada de cuerpos sin vida de infectados y víctimas.
- ¡Hey, paren!.- Pidió Bill, lanzando un grito moderado, al estilo de sus tiempos en Vietnam y al llegar los otros, pudieron comprobar que aquella "masa" de cadáveres salía volando una mosca desde la mano levantada y que presentaba signos de haber sido devorada por los muertos vivientes, así como también el olor a podredumbre pero también había algo más allí.
Con su rifle de asalto M-16 en mano, el viejo caminó y se arrodilló. Entre los cuerpos también se percató de que se encontraba algo más y se trataba de la mitad inferior de un "zombie" pero éste no era como los otros, sino más bien gordo, vestía pantalones negros y zapatillas del mismo junto a un extraño líquido verde que era viscoso y olía mal. Bill lo tanteó con los dedos, sintiendo que algo no iba bien.
- Dios, qué asco.- Rei y Saya se tuvieron que tapar la nariz con un pañuelo y retroceder pero Takashi siguió adelante.-
- Esto es Bilis.- Observó el muchacho.-
- Sí.- Le acompañó Bill, mientras que se lavaba las manos en un charco de agua que estaba lo bastante amplio como para quitarse de encima ese repugnante fluido corporal y de ahí se puso de pie.- Están cambiando. Tal y como vio Francis en el bar, lo que atacó a la Señorita Takagi, el matrimonio asesinado en la armería y ahora esto. ¿Qué es?. No lo sé pero debemos movernos ya mismo.
Cambiando. Esa palabra causaba un profundo escalofrío que recorría la espalda de los presentes. ¿Acaso era como lo que habían visto Hirano y los otros en aquel hotel?. Persistía el recuerdo de la pobre mujer que salió corriendo, cubriendo su rostro y lanzando gritos de dolor y desesperación, mientras que se perdía calle abajo. No cabía lugar a más preguntas. Bill estaba en lo correcto y eso era, apenas, la "Punta del Iceberg".
Al momento de dejar esa pila de cuerpos, un nuevo relámpago se hizo sentir y esta vez vino con un trueno que causó un "temblor" en la zona. Pero con él también algo más emergió desde las sombras y las profundidades de ese Infierno en la Tierra: Un llanto. El llanto de una mujer que se encontraba, posiblemente, en problemas o que estaba pasando una crisis de nervios por lo que estaba pasando.
- Una superviviente.- Dijo Shizuka, siguiendo la fuente del sonido. Venía de un edificio unido a los callejones, por lo que abrió la puerta, encendió una linterna que traía consigo y con ello iluminó el interior, en busca de la posible víctima.- ¿Hola?. Tranquila, todo está bien. Somos buenos.- Le habló la chica y fue entrando junto a Zoey y Bill, mientras que los otros vigilaban.
Paso a paso, cuidando de que no hubieran sorpresas allí dentro como los zombies, el pequeño "Grupo de Avanzada" logró alcanzar el tramo en donde pudieron divisar a "alguien". Se trataba de una chica, ésta estaba llorando, de rodillas, a más no poder. Shizuka fue con cuidado, extendiendo su mano para ver si necesitaba algo.
- Tranquila, descuida, venimos a salvarte.- Le habló pero al momento de tocar su hombro, ésta se dio la vuelta, violentamente y un resplandor en sus ojos, de color rojo, asustó al a joven médica, quien cayó al piso.
El grito, esa exclamación casi fantasmal, era como si se estuviera viviendo una película de terror. Para sorpresa de todos ellos, la figura se levantó y reveló ese aspecto pálido, de largos cabellos pero lo más aterrador eran esas uñas afiladas, garras y su ropa rasgada. Inmediatamente, asustada por lo que estaba viendo, Shizuka retrocedió. La misteriosa criatura siguió lanzando grito tras grito de furia, una ira imposible de controlar y con ello venía la sed de sangre, teniendo a su víctima en la mira.
- ¡¿Qué está pasando?!.- Francis se giró al escuchar todo ese "concierto" pero no tuvo tiempo para ir en su ayuda.
Louis y los otros chicos que quedaron afuera oyeron más gritos, una sombra, luego dos, tres, cuatro, cinco y más aumentaron hasta alcanzar una verdadera "Horda". Era como estar frente a los Ejércitos de Atila I de los Hunos y Genghis Khan del Imperio Mongol. Pronto, desde el lado derecho del callejón fueron emergiendo una gran cantidad de zombies, todos ellos avanzando, en forma compacta, igual a un Batallón, bajo la torpeza de sus movimientos y la lentitud que sus pies podían arrastrar.
- ¡Mierda!.- Exclamó Louis y comenzó a disparar contra la "Horda". Pronto, se sumaron Saya, Hirano, Saeko, Rei y Takashi.
Las primeras balas de la Uzi dieron contra las cabezas de los primeros zombies, los cuales se desplomaron contra el piso, sin vida. Pronto, el moreno fue corriendo unos contenedores de basura con ruedas para cerrar el paso y formar una barricada.
- ¡Espera!.- Corrió Saya junto a Hirano y Saeko para darle una mano. Rei y su novio los cubrían pero con cada zombie "caído en combate", era reemplazado por otro para ocupar su puesto.
Mientras que iban creando la barricada con lo que podían, Saeko desenvainó su katana y comenzó a decapitar a todo enemigo que se interpusiera en su camino. Las cabezas volaron y rodaron por el suelo, salpicando los contenedores y el suelo con la sangre de esos reanimados. Louis fue hasta ellos, acompañado por Francis como "refuerzo", disparando éste su escopeta. Para el motociclista, aquello era toda una "fiesta"; igual a la que se encontró unas cuantas horas atrás con sus colegas del "Club de Motociclistas".
- ¡Sí, muy bien!.- Exclamó el calvo al volarle la cabeza a un zombie obeso. La misma reventó, igual que una sandía al impactar contra el piso. Podía verse parte del cráneo explotado, el cerebro que intentaba "seguir" controlando el cuerpo del zombie pero terminó por caer junto a la masa encefálica y la materia gris. Una vez terminada su "labor", apuntó su arma contra otros que intentaban "cruzar la frontera". -
- A este paso nos quedaremos sin municiones.- Alertó Rei y cuando uno de esos podridos estaba por atraparla, sorpresivamente, Francis lo abatió.
Ella oyó la detonación del arma y el cuerpo del infectado que se desplomaba contra el piso. Aturdida por aquel sonido, miró al hombre que la había salvado, dirigiéndole una mirada y de ahí volvía a su "labor".
- ¡Je, ahora estamos a mano, "Lola Bunny"!.- Exclamó éste, divertido, mientras que seguía despejando el camino.-
- Por cierto, ¿por qué se estarán tardando tanto Bill, Zoey y la Señorita Shizuka?.- Quiso saber Louis, viendo que los zombies estaban aglomerándose contra la barricada.
Irguió su cuerpo, el resplandor de sus ojos aumentó y de ahí dirigió su mirada hacia Shizuka, la cual trató de correr pero sus piernas le traicionaron al momento de querer escapar. Aquella aberración fue hacia ella, lista para cumplir con su "deber".
- ¡Aléjate de mí!.- Gritaba la médica, tirando varias botellas vacías pero la figura seguía en su "misión", lista para matarla. El filo y el contacto de las garras produjo un horrendo eco que parecían estar rasgando un pizarrón.
Aquello estuvo por convertirse en una tragedia cuando la mujer pálida trazó un arco descendente, justo hacia el pecho de la chica para abrirla en canal pero, de golpe, una lluvia de metralla cayó encima de ella. Lanzó varios gritos, la balística que penetraba la carne, la sangre que volaba y salpicaba por doquier, paredes y piso. Pronto, los gritos de la criatura cesaron, ésta se vino abajo, sobre Shizuka, la cual pudo evitar ser lastimada por las garras.
Desde el exterior llegaron los disparos, por lo que Zoey la agarró y con Bill salieron de allí a toda prisa, reencontrándose con los demás, quienes estaban combatiendo, tenazmente, contra la "Horda Zombie".
La metralla salía disparada de aquellas armas de fuego, la katana de Saeko comenzaba a empaparse y a gotear sangre por las decapitaciones, así como también estaban los casquillos que caían contra el suelo helado por la lluvia recientemente caída y dejaban finas columnas de humo, por el calor que éstos tenían ser expulsados de los cañones. Sin embargo, al momento de salir de ese edificio, Takashi notó la palidez con la que se encontraba Shizuka.
- ¡¿Qué le pasó?!.- Preguntó, alzando la voz, ya que el ruido era incesante.
- ¡Nos atacó una "Zombie Especial"! ¡Era pálida, de largos cabellos grises o plateados y de ojos rojos, además de que tenía ropa de dormir gastada. Se hallaba llorando, de rodillas contra el piso y cuando la Dra. Marikawa la quiso ayudar, ésta intentó atacarla. Tuve que matarla!.- Le informó Bill de ese desafortunado incidente.
Takashi no tenía palabras que le ayudaran a describir lo que estaba experimentando. Lo único que veía era a una inmensa masa de zombies que estaban aglomerándose contra la barricada y más al tener a Shizuka asustada por lo vivido. Aún así, el chico, cuando notó que las defensas estaban por caer, dio su siguiente orden.
- ¡Retirada! ¡Retirada! ¡Salgamos de aquí para preservar las municiones!.- Pidió y con ello fueron dejando los callejones para volver a las calles.
[Uffff, tremendo encuentro tuvieron con una de las "Zombies de Élite" más temidas por todos nosotros: "La Witch". Hasta yo me ponía pálido cuando la escuchaba llorar.
Bueno, amigos, aquí termina este capítulo. Espero que les guste. Mando saludos y agradecimientos para:
*
* Sly Jester.
* Ralf_Hino/Tarma Jones: Nuevamente agradezco tus reviews, colega. Me motivan mucho para seguir escribiendo esta historia y a prepararse, este encuentro ha empezado pero tendrán sus pruebas a lo largo del camino y ahora que tuvieron sus encuentros con el "Smoker" y la "Witch", a prepararse para cuando lleguen los otros, en especial cierto enemigo musculoso y aterrador con el que nos hacía la vida imposible en el "Left 4 Dead".
Sin más que decir, Camaradas, nos estamos viendo en el capítulo que viene. Y una cosa más: Pienso pasar esta historia al inglés también.
Hasta el próximo capítulo y que tengan un buen inicio de día Domingo de mi parte.].
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