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Capítulo V

Capítulo V:

Le había costado llegar. Para cuando arribó a la residencia de su amigo, Louis estaba agotado tras haber corrido un buen trecho del camino y ahora se encontraba agitado, intentando recuperar el aliento y más al estar en esas calles tan desoladas y peligrosas por lo ocurrido con el brote de la "Gripe Verde". Se aferró al pasamos de la pequeña escalera que daba hacia la puerta principal y respiró hondo. Ante él se hallaba el domicilio de Brendan, por lo que comenzó a subir los peldaños hasta quedar cara a cara con la misma. 

Llamó a la puerta, primero con el timbre pero nada. Luego golpeó la citada varias veces para ver si su amigo estaba allí y le podía recibir. Nadie fue para atenderlo, ni siquiera oyó que aquel dueño estuviera en ese lugar, ya que, tras varios golpes a la misma y tocar el timbre, terminó por escuchar que alguien venía. Se dio la vuelta, estaba por irse, hasta que notó que una persona estaba, desde el interior, golpeando a la puerta en repetidas ocasiones, llamando la atención del Oficinista.

- ¿Brendan?. Brendan, soy yo, Louis, abre la puerta.- Le pidió.- Enserio, déjate de juegos, está muy complicada la calle.- Señaló al exterior que le rodeaba pero lo único que escuchó fue un nuevo golpe contra la entrada, llamando su atención. Alzó una ceja, respiró hondo y para sacarse las dudas, el moreno se acercó hacia una de las ventanas.

Ojeó su interior. Todo estaba apagado, a oscuras, por lo que apenas pudo distinguir que habían varios muebles como la mesa de café, sillas y papeles desparramados por el piso, llamando su atención. De golpe, como si lo hubiera "presentido"; aquello que una vez fue Brenda, se acercó contra el vidrio de la ventana, apoyando su rostro pálido, horrible y ensangrentado, gruñendo e intentando atacarlo pero la misma se encontraba reforzado por lo que estaba atrapado en su propia casa. Ese sitio se convertiría en su tiempo al no poder alimentarse y se pudriría hasta que no quedaran más que los huesos, en algún tiempo futuro.

Louis tuvo que ahogar las ganas de vomitar al ver esa escena. No podía creer que su amigo se hubiera convertido pero él también estaba infectado con aquella misteriosa plaga. Sin embargo, había pasado un buen tramo del tiempo y con ello no podía dar pie con bola si esto ya habría sido una tontería o que él fuera inmune. Recordó que aquel científico de la televisión, dando a conocer el tiempo en el que uno se convertía, variaba de acuerdo al organismo y las defensas que contaba en su interior. Pero el tiempo de transformación ya había pasado hacia un buen tramo pero no podía dejar de pensar que, por ahí, él fuera un "caso excepcional". No quería pensar en ello, tenía confianza de que no le pasaría nada, así que decidió alejarse de la casa de Brendan y buscar otro lugar donde refugiarse hasta que pasara todo.

- "Debería volver a mi casa y quedarme allí".- Pensó el moreno, mientras que iniciaba el repliegue de allí.

Por su parte, avanzando con cautela, teniendo cuidado de que no hubieran muertos vivientes rondando por allí, Bill y Zoey se encontraban caminando para la casa del Veterano de la "Guerra de Vietnam". Aún con el escalpelo en su poder y otros objetos contundentes afilados, además de la Pistola 48 MM que tenía la chica universitaria en su poder, el viejo no dejaba de pensar en lo ocurrido hacía poco: Había ido para un chequeo más una posterior una operación, así de simple, pero las "Puertas del Infierno" se habían abierto, liberando a aquellos monstruos que ahora merodeaban por las calles. El panorama, por donde uno mirara, era desolador. Parecía una escena sacada de alguna película de Ciencia Ficción, en donde se podían apreciar autos chocados, volcados, incendiados, uno se había incrustado en la fachada de un edificio, dejando la vereda cubierta de escombros y restos de vidrios, otros tuvieron más mala suerte al impactar contra los postes de electricidad y telefonía, los cuales soltaban chispas y hacían contacto con la gasolina derramada por el pavimento, provocando incendios, los cuales ya estaban consumiendo otras edificaciones y las columnas de humo se alzaban, entremezclándose con el Crepúsculo, dando una tonalidad rojiza, naranja o negra. 

- Es aquí. Ven, entra.- Señaló Bill su casa y fue entonces que ingresaron. El hombre cerró la puerta y la bloqueó con unos muebles, mientras que Zoey tomaba asiento en un sillón para descansar y reflexionar sobre los últimos minutos vividos.

Por su parte, el Veterano de la "Guerra de Vietnam" fue hasta su habitación, comprobó que el domicilio estuviera vacío y de ahí abrió las puertas del armario, encontrándose con una caja de madera que tenía las iniciales "USA Army" junto al símbolo del "Cuerpo de Marines" y los "Boinas Verde". Abrió la tapa y extrajo un rifle de asalto M-16, el cual se encontraba bien limpio, pulido y con las municiones necesarias. Lo llevó hasta una mesa y de ahí fue armándolo, pieza por pieza. Con la luz del Comedor, el viejo observó a Zoey, quien seguía callada, intentando calmar a aquellos "Fantasmas" que la perseguían. Se cuestionaba si había hecho bien o mal en salir corriendo después de dejar a sus padres agonizando en el piso. Recordaba la última voluntad que le había dado su progenitor: Que huyera y se salvara. Debía vivir pero los pensamientos le impedían razonar. Miró a aquella persona que tenía a su lado, vestido con el uniforme militar de los "Boinas Verde" y preparando aquella arma de asalto.

- Señor Overbeck.- Le llamó ella y el viejo alzó la mirada, concentrando ambas funciones en la preparación y prestarle atención.

- No me llames así, pequeña. No soy un desconocido para ti, ya no. Llámame por mi nombre, Bill.- Le aconsejó con tranquilidad pero manteniendo ese tono serio en su voz.

- Está bien.- Asintió y tragó saliva.- Bill, dime una cosa: ¿Cómo es que usted no siente ningún remordimiento al haber matado a esos médicos infectados?. Eran personas, como mis padres.- Quiso saber ella pero al momento de terminar de ensamblar el arma, dejó las piezas sobre la mesa y se puso de pie.

- Escúchame, Zoey.- Pidió su atención, tomando una silla y quedándose frente a frente con ella.- Lo que te voy a contar, historia que se la relaté a un chico que trabajaba de Enfermero y espero que esté bien, que haya podido escapar de allí, pero esto es algo que debes saber y que tendrás que grabártelo en la memoria, ¿sí?.- Dijo y ella asintió con la cabeza.- Muy bien: No es fácil matar a otra persona, siendo incluso tu enemigo. Cuando yo estaba en la "Guerra de Vietnam" y llegó Enero de 1968, la fecha que trajo, como consecuencia, la famosa "Ofensiva del Tet", nosotros estábamos con la guardia baja. Todos menos yo y unos cuantos de mis Camaradas. Sentíamos que algo no iba bien. El "Vietcong" y el Ejército de Vietnam del Norte habían parado con sus ofensivas, "Inteligencia" nos decía que tenían reportes acerca de una posible invasión a gran escala pero que era imposible precisar de cuántos efectivos disponía el enemigo y qué sitio podía ser atacado. Cuando llegó Enero de 1968, fue allí en donde todo comenzó: Se habían estado infiltrando en las principales ciudades como civiles y acopiando armamento para que comenzaran con su ataque. Yo estaba con mis amigos en un bar cuando oímos explosiones y en donde nos llamaban para presentarnos y estar preparados para defender el Cuartel General en Saigón. Cuando nos encontrábamos allí, en un momento dado, mientras repelíamos a los atacantes, noto que ellos se habían detenido, que no avanzaban ni disparaban más contra nosotros...En aquellos instantes pude atestiguar a un chico equipado con un chaleco-bomba, corriendo hacia nuestra posición. Me quedé helado, lo vi y debía tener unos 15 a 16 años. No sabía qué hacer, me temblaban las manos, no podía matar a alguien tan joven que yo, sin embargo, mis compañeros me sacaron de esos pensamientos y poco antes de que llegara, le disparé. La bomba le estalló porque varios disparos dieron contra el artefacto, matando a varios de sus Camaradas cercanos. Cuando el humo fue alejado por el viento, lo único que encontré fue el casco y las botas que ese chico llevaba consigo. Se había evaporado.- Relataba el Veterano con cada lujo de detalle pero, para Zoey, no veía, en su imagen y semblante, a alguien que se sentía orgulloso sino de que tomaba un aspecto frío y neutral.- Ahí me di cuenta que no importaba si tu enemigo era un niño o un adulto, no debías dudar ni un segundo. Si yo no hubiera reaccionado a tiempo, no estaría aquí, contándote todo lo vivido.- En ese momento, él miró hacia el piso unos segundos, respiró hondo, sus fosas nasales se agrandaron por uno breve tiempo y con ello pasó a mirarla, nuevamente.- Escucha, quiero que te grabes esta "Regla de Oro", ¿sí?.- Pidió y la joven asintió con la cabeza.- Pase lo que pase, sin importar quién sea, ya que ya no son ni tus padres, amigos, compañeros del colegio o universidad, del trabajo, etc, tienes que protegerte. Ellos no te reconocerán, te verán como su "enemigo" y te infectarán por lo que deberás defenderte y en muchos casos matar.- Le dejó ese consejo a la chica.- ¿Entendido?.

- Sí, lo entiendo.- Respondió con un tono seco en su voz.

- Bien, ahora, en cuanto a tu arma, dámela, quiero enseñarte una cosa importante, para que lo tengas en cuenta.- Pidió y ella le cedió aquella Pistola, siendo tomada por Bill, quien se acercó y puso el seguro.- En un combate, cualquier objeto contundente, incluso un escombro o una bola de boliche se convierten en un arma para protegerte. Cuando estés sin munición, agarra cualquier cosa que tenga la capacidad de matar o inmovilizar a un oponente. Y en cuanto a tu Pistola 48 MM, esto es lo que debes aprender.- Dijo y tras decirlo, tomó una posición de defensa, apuntando el arma.- Siempre a la cabeza. No importa que tires al pecho, las piernas, brazos o el estómago, ellos seguirán viniendo. Siempre dales en la cabeza. Imita mi postura, apoya los pies en la tierra como si fueras un águila que se posa sobre una formación rocosa en las montañas. ¿Has ido de campamento a aquellas zonas? ¿Viste a esas majestuosas aves aterrizar de esa manera?.- Preguntó Bill.

- Sí, cuando era niña íbamos de campamento a las Montañas Rocosas en el Oeste, durante el Verano.- Relató Zoey aquella experiencia familiar.

- Muy bien: Pues así es cómo tendrás que mantener tu posición, aferrándote al pavimento con tus pies y nunca lo olvides, siempre estate en movimiento, dispara a todo zombie que se mueva. Y si tenemos que huir y atacar, lo haces como si estuvieras en alguna película de Clint Eastwood.- Le enseñó Bill, realizando un trote y luego corriendo por el Salón Comedor; lo cual quedó grabado en la mente de la chica.- Imita mis movimientos, no dejes que se te escape un solo detalle.

La joven asintió, silenciosa, utilizó sus manos, dando "forma" a una Pistola y de ahí posicionaba sus pies contra el suelo, "aferrándose" al mismo, "anclándose" igual que un barco o la citada águila que Bill le contó. 

- Ahora, cuando tengas un arma de fuego o un objeto contundente, cualquiera, incluso un simple cuchillo de cocina puede ser letal para matar a un zombie, junta toda tu fuerza y dirígelo hacia la sien. ¿Tu padre cómo mató al infectado que entró a tu casa?.- Siguió con la "clase" y de ahí fue a un tema que no quería tocar pero debía hacerlo por el bien de la chica.- ¿Puedes describirme aquello?.

- Sí: Fue de esta manera.- La joven hizo una seña con sus dedos, representando el momento en el que el zombie entró, los atacó y su padre efectuaba el tiro contra el intruso.- Le colocó el cañón debajo de la mandíbula y jaló el gatillo. Sé que lo mató.

- Y lo hizo muy bien, como uno de sus últimos actos, ya que la bala, en esa posición del arma y su puntería, sube y atraviesa el cerebro, por lo que lo consiguió.- Bill se acercó a ella y le devolvió el arma.- Ahora escucha: Agarra cualquier objeto contundente de mi casa, tengo un machete, por si te sirve. Lo usé durante la "Guerra de Vietnam" cuando formaba parte de las "Patrullas de Búsqueda y Destrucción", muchas veces nos metíamos en la Selva y teníamos que emplearlo para abrir caminos entre la vegetación.- El recuerdo que tuvo y el momento en el que le daba dicha arma blanca a la chica llevó a que ésta lo sostuviera un rato. Le pesaba pero, con el tiempo, se iría acostumbrando.

- Bueno, veo que es todo, ¿no?.- Dedujo la universitaria.

- Me queda llevarte con tus familiares. Dime, ¿tienes cerca a alguno de ellos?.- Preguntó Bill pero ella negó con la cabeza.

- No, la gran mayoría vive en Canadá y otros se para La Florida. Solo estábamos mis padres y yo aquí.- Dijo con pesar, por lo que el Veterano decidió tomar una decisión.

- Te acompañaré adonde vayas, nos cuidaremos las espaldas el uno con el otro, ¿sí?. Pero, pase lo que pase, no te separes de mí por lo que más quiera el destino.- Juró el hombre de cabello y barba, mientras que tomaba el M-16, lo terminaba de armar y con ello agarraba los cartuchos de munición.- Bien, está decidido: Saldremos de aquí, pero primero vamos a necesitar provisiones, tales como comida, agua, medicinas, baterías, linternas y municiones, así como también alguna que otra arma de grueso calibre y potencia de fuego para ti, Zoey.- Proyectó su plan.

La joven se acercó hasta la ventana para ver si había algún que otro zombie deambulando por allí pero nada, salvo unos cuantos autos abandonados y otros con las alarmas encendidas, titilando, a la espera de que se produjera un desafortunado "accidente" o que alguien jugara una broma de mal gusto.

- La calle está despejada, Bill pero creo que tendríamos que buscar a más supervivientes.- Propuso la joven.

- Es una muy buena idea.- Le apoyó éste y de ahí, tomando un paquete de cigarrillos junto al encendedor, fue hasta la puerta y ambos salieron con sus respectivas armas. Bill llevaba el M-16 y Zoey su Pistola 48 MM junto al machete en cada mano.

Avanzaron los primeros pasos con suma cautela y cuidado, no sabían si algún zombie podía aparecer detrás de ellos, sobre todo por los patios traseros de los domicilios que abundaban por allí, en dicho barrio. Cruzaron la calle y no pasaba ni un solo coche, el pavimento se encontraba repleto de objetos personales de la gente que no pudo tomar o que los delincuentes estaban cargando para llevárselos a sus respectivas "Guaridas". Bill notaba que las luminarias se habían encendido pero unas cuantas presentaban fallos y titilaban sus luces.

- Parece que la Red Eléctrica no durará mucho tiempo y más con los daños que debe de haber sufrido la infraestructura por todo este desastre.- Apuntó, bajando la cabeza y volviendo a enfocarse en el camino principal que tenían por delante. 

Dentro del bar que estaban defendiendo Francis y sus amigos, se había convertido en una auténtica "fiesta" donde no paraban de disparar contra la inmensa horda que se hallaba avanzando y golpeaba las puertas bloqueadas y con barricadas en la entrada principal del edificio. 

- ¡Ujuuuuuuuuuuuuuuuuu!.- Gritó Francis tras haberle volado la cabeza de un zombie que había conseguido ingresar por la citada zona. Movió su arma y con ella consiguió despejar la puerta principal, evitando que más de esos podridos consiguieran meterse en el sitio.- ¡Eh, chicos! ¡Franky, Zoe, por aquí. Traigan unas bombas molotov y arrójenlas contra esos hijos de puta!.- Pidió el motoquero pero al momento de dar la orden, como si hubieran salido desde las profundidades del "Reino de los Muertos" del Dios Hades, una profunda cacofonía de gritos y gruñidos provinieron desde el Sur, justo por la carretera principal y deteniendo todo rastro de emoción en los que estaban de fiesta.

- ¿Qué mierda?.- Quiso saber uno de ellos pero sin que lo supieran, de golpe, desde el Norte y el Sur emergieron una gran cantidad de muertos vivientes, todos ellos convergieron en un solo punto, como si de Ejércitos que utilizaban el "Factor Sorpresa" en los viejos tiempos de la Antigua Grecia y Roma. El desastre de la Batalla de Cannas emergía, de entre los muertos, envolviendo el edificio y con ello hubo que tomar una decisión.

Estaban sitiados y las barricadas caían, además de que no podrían resistir tanto tiempo por las municiones que se agotarían y no contaban con suficientes provisiones para resistir tanto tiempo. En medio de los enfrentamientos y el empleo de objetos contundentes como navajas y machetes, Francis y sus motociclistas fueron observando cómo el "enemigo" iba ingresando en el bar. Las puertas no aguantaron más tiempo. La trasera cedió y hubo que incendiar esa zona, mientras que la principal iba a caer en cualquier momento. 

- ¡Francis, huye, amigo, vete!.- Le pidió Tom, quien no paraba de disparar.

- ¡¿Qué?! ¡No digas tonterías, amigo, yo no abandono a nadie! ¡Si tengo que morir, caeré con todos ustedes!.- Se negó en abandonarlos, recargó la escopeta y mató a otro zombie que había conseguido abrir una brecha.- ¡Podemos retirarnos, si prendemos fuego el local, los atraparemos aquí y que se quemen!.- Fue la sentencia que dio, sin embargo, al decir eso, los acontecimientos dieron un giro de 360*.

Más infectados ingresaron. Uno de los motociclistas fue atrapado por una misteriosa criatura con "Hoodie" y capucha negra, siendo destripado por unas afiladas garras junto al gruñido que daba. Otros fueron devorados, sin tener tiempo a escapar y en los pocos que habían sido mordidos, se transformaron y atacaron a sus Camaradas. Aquella escena era terrible, Francis respiró hondo y vio que Tom y él eran los únicos.

Como si alguien lo hubiera empujado, cayó por la escalerita que daba al exterior del bar, rodando por el piso con su arma y las municiones.

- Buena suerte, amigo. Vive...por todos nosotros.- Fue la despedida que le dedicó su colega, cerrando la puerta, fortificando la misma.

- No...¡NO, TOM! ¡NO, NO LO HAGAS!.- Rogó pero, al momento de ir para rescatarlo, sintió un fuerte olor a gas.- Oh, mierda...- Corrió lo lejos posible y en los pocos segundos que tuvo, el bar estalló, convirtiéndose en una enorme bola de fuego, mientras que se alzaban columnas de humo por el Cielo del Crepúsculo, los escombros volaron por todas partes, entremezclados con los materiales de su construcción, polvo y restos de carne humana junto a una poderosa "fragancia" nauseabunda que ardía sin parar.

Aturdido por la explosión, Francis se puso de pie y contempló el sitio en donde, pocas horas antes, sus amigos estaban dando la mejor de las fiestas. Se le cayó el alma al piso, quería despertar, de que todo fuera una maldita pesadilla y que al abrir los ojos, estaría con todos ellos, recorriendo las rutas de EEUU. Lamentablemente, él ya no podía hacer otra cosa más que la promesa de sobrevivir por ellos.

- Descansen en paz, amigos míos. Fueron la mejor banda que he conocido.- Se despidió y fue hasta su moto, mientras que varios zombies salían de allí, envueltos en llamas, chillando, gritando y cayendo contra el piso, "víctimas" del fuego. Llegó hasta su medio de transporte, la encendió y dirigió una última mirada al edificio.- Nunca los olvidaré y cuando toda esta mierda termine, voy a tatuarme sus nombres para recordarlos.- Prometió y salió de allí, justo cuando el grupo de aquella "Horda" arribaba pero al notar que ya no había gente que atacar, emprendieron su marcha para otras zonas urbanas.

A su vez, Francis puso rumbo hacia la Ciudad de Filadelfia.

https://youtu.be/ub6K73Mo9IQ

Era de Noche...Pero, ¿podía utilizarse esa oración?. Sí, los Cielos del Crepúsculo cubrían la "Bóveda Celeste" pero sus Estrellas estaban cubiertas por una densa cortina de humo negro que se entremezclaba con los rayos del Sol, contaminando la atmósfera y dándole un color sumamente lúgubre, tétrico, como si fuera sacado de alguna película de terror o Ciencia Ficción. Aquella "Gama" eran el rojo, naranja y violeta por la quema de los edificios y otros sitios de infraestructura, así como también la presencia de zombies por las calles que las convertían en zonas muy peligrosas.

Una patrulla abandonada y sus luces que giraban parecía querer representar que el "orden" seguía allí pero, a un costado y sobre una pared, estaba una frase escrita en aerosol.

"Hemos plantado las Semillas del Pecado. Éste es nuestro Castigo".

Un mensaje sumamente desgarrado y triste, aludiendo que la culpa era del Ser Humano por sus acciones sin pensar en las consecuencias que ocasionaba. 

Deambulando por aquellas solitarias calles, Louis había conseguido tomar un bate de baseball, el cual se encontraba en una tienda de deportes vandalizada y saqueada, quedando muy pocos artículos como para defenderse. Desde que había sido mordido por aquel sujeto, el Oficinista no sentía nada, ni un síntoma como fiebre alta, sudoración, cansancio y una interminable sed de violencia. Llevaba una buena cantidad de tiempo sin presentar nada y fue entonces que estaba a salvo, que podía salvarse pero no de los zombies si estos lo encontraban y se daban un banquete con su carne y órganos.

- Todo despejado, ven, sigamos.- Oyó una voz y a unos cuantos metros de donde se hallaba, pudo notar a un hombre y a una chica que iban hacia donde él estaba.

Bill notó que algo "cambiaba" en el aire y alzó su mano para frenar a Zoey. El Veterano alzó su M-16 y apuntó hacia el Norte de la calle que continuaba, viendo que alguien iba hacia ellos.

- Oigan, por favor, no disparen, no soy un zombie.- Pidió aquel joven moreno.

- ¿Cómo podemos confiar en ti?.- Le preguntó el ex-militar.- Nada de juegos, chico.

- Tranquilo, me mordieron pero llevo un buen tiempo sin sentir nada. Puede que sea inmune.- Sostuvo el Oficinista.- Me llamo Louis. Solo quiero unirme a ustedes.

- Dices que te mordieron. No somos tontos, puede que eso lleve un cierto tiempo en la transformación de una persona.- Alegó Zoey con dudas acerca de la veracidad que ese hombre les estaba dando.

- Miren, les doy mi palabra de que estoy bien: Hace unas cuantas horas que me mordieron pero, al parecer, no me ha pasado nada, así que pueden confiar en mí. Por favor.- Aquel trabajador parecía ser sincero pero Bill no se iba a dejar engañar a simple vista.

- Escucha, esto es lo que haremos: Si dices la verdad, de que no tienes ningún síntoma, entonces te quedarás con nosotros pero de lo contrario, tendrás que irte. No pienso poner en peligro la vida de Zoey ni la mía, ¿de acuerdo?.- Dejó esas condiciones.

- Tiene mi palabra, Señor...- Juró el moreno.

- Mi nombre es Bill. Solo llámame por mi nombre.- Respondió éste.-

- Y yo soy Zoey, un placer.- Saludó la chica.- ¿Y adónde ibas, Louis?.

- Estaba yendo para la casa de un amigo mío pero se convirtió en zombie. Estaba frenético y no entré, así que intentaba llegar a mi domicilio pero el camino que uso para ir allá está cerrado con barricadas sanitarias.- Dio a conocer su parte.

- Hmmm.- Se quedó la chica universitaria pensativa.- Creo que deberíamos buscar sitio donde poder trazar un plan, así como también buscar provisiones.- Propuso la chica.

- Estoy con ella.- Le apoyó Bill.

- Y yo y encima está anocheciendo.- Añadió Louis, mirando a su alrededor.- Oigan, ese hotel de ahí, ¿no creen que sea buena idea?. Podríamos refugiarnos en alguna habitación o en la Recepción por si llegan a venir esas criaturas.- Señaló al edificio.

- No queda otra opción.- Compartió el Veterano aquella postura.- Andando.- Ordenó y de ahí fueron metiéndose en aquel sitio para resguardarse del peligro que acechaba por las calles.

[Bueno, después de unos días de estar ocupado y poder liberarme un poco, aquí les traigo este nuevo capítulo. ¿Con quiénes se toparán en ese hotel? ¿Logrará Francis ponerse a salvo y encontrar a un grupo de supervivientes?.

Todo esto y mucho más en el capítulo que viene. Mando saludos y agradecimientos para Sly Jester, shadowbellatrix y los demás seguidores.

Cuídense, amigos y que tengan un buen día Jueves de mi parte.].

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