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🍯; chanho
min bottom¡!
chan top¡! 
🍯; angst
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Minho suspiró por enésima vez aquella noche. 

No podía conciliar el sueño porque su pareja aún no volvía a casa, aunque él sabía la razón, pues no era la primera vez. 

Probablemente llevaba un mes desde que había comenzado a llegar tarde del trabajo con la misma excusa de que había mucho en la oficina por hacer pero eran puras mentiras y Minho lo sabía.

Hace un mes que las cosas cambiaron en el apartamento que la pareja compartía. Ya no se besaban tanto como antes, no salían como antes a citas, no hacían maratón de películas los viernes, ya no hacían el amor. 

Minho sabía que su pareja ha estado viendo a otro hombre. Minho sabe que su relación alcanzó la monotonía y ninguno se sentía como antes. Ya no era lo mismo estar en aquella relación y de eso estaba consciente Minho, así que no culpaba a Chan. Claro que aquello le enfurecía pero sabía por qué estaba haciéndolo. 

Chan se había cansado de él. 

Nadie más que él sabía sobre aquello, su madre sigue preguntándole cómo está Chan cuando hablan por teléfono así que la única salida que tiene Minho es mentirle, contestando siempre lo mismo. 

"Está bien, mamá. Ha estado ocupado estos días" es lo único que dice, y su madre no pregunta más, cambiando de tema. 

Su mejor amigo Jisung tampoco sabe, porque no se atrevía a decirle lo idiota que ha estado siendo este último mes. Porque Minho sabe que debe terminar con aquella relación, sabe que no debería seguir ahí, que debería irse del apartamento y seguir con su vida, encontrar una pareja nueva y ser feliz con ella. 

Sin embargo, tampoco ha tenido la valentía de enfrentar a Chan y echarle todo en cara. 

Vaya que lo ha intentado durante el almuerzo los fines de semana, ha repetido millones de veces en su cabeza cómo empezar, contarle que lo sabe todo y terminar con él sin dudar pero nunca puede, porque no es fácil, porque Chan se le adelanta y termina sacando conversación así que simplemente deja que fluya. 

Porque en el fondo, Minho anhela que su relación vuelva a ser como antes, que sigan besándose como antes, que sigan saliendo a citas como antes, que sigan teniendo maratones de películas los viernes, que sigan haciendo el amor. 

Mordió su labio con fuerza, sintiendo un nudo en su garganta formarse. Se giró sobre la cama, mirando hacia la puerta del cuarto con atención, esperando a que en algún momento Chan apareciera por la puerta, quitándose la ropa y dejándola en el suelo antes de acostarse en la cama para dormir con él. 

Miró la hora en el reloj que se hallaba en la mesita de noche, eran las 3:15 am y suspiró una vez más al no ver indicios de su pareja.  

Únicamente lograba escuchar los grillos, además de unos cuantos autos pasar cerca del edificio y el lugar se encontraba en total silencio. 

No mucho después escuchó la puerta principal ser abierta y luego cerrada, las llaves ser colocadas en la bandeja de cerámica sobre la mesa cerca del recibidor y el suelo de madera crujir. Chan había llegado. 

Con el corazón acelerado, cerró los ojos, fingiendo estar dormido mientras escuchaba la puerta de la pieza ser abierta con cautela y cerrada de la misma forma. 

No podía ver nada, pero podía escuchar a Chan comenzar a desvestirse, pues oía el tintineo de la hebilla del cinturón que Chan había llevado esta mañana para ir a trabajar y luego este ser golpeado contra el suelo, haciéndole saber que se había quitado los pantalones, por lo que no mucho después, sintió el colchón hundirse bajo suyo. Había quedado únicamente en boxers y ahora estaba listo para dormir luego de un largo día. 

Permitió que Chan los acercara, ignorando el olor ajeno que emanaba de él, escondiendo su rostro en el pecho desnudo del hombre mientras rodeaba su cuerpo con sus musculosos brazos. 

Minho extrañaba el olor varonil de su novio, aquel que le embriagaba y que siempre le recordaba a él donde sea que fuera, pero desde aquel último mes que ha dejado de sentir ese olor en sus fosas nasales. Porque ahora, el único olor que tenía, sabía que no era el suyo, que probablemente se tratara del otro hombre.

Minho quiso echarse a llorar, sin importarle una mierda lo que Chan pensara, reclamarle en ese momento y echarlo de ahí, pidiéndole que no volviera más, que se largara con aquel hombre si ya no lo amaba. 

Porque era lo mejor, porque así ya no sufriría más. Así no seguiría cuestionándose qué diablos fue lo que hizo mal, no seguiría cuestionándose en qué momento su relación comenzó a decaer, en qué momento el amor se les acabó. 

A la mañana siguiente, cuando Minho despertó, notó que su pareja no se encontraba y frunció el ceño, pero sus fosas nasales se llenaron de un rico olor. Chan estaba haciendo el desayuno, así que inconscientemente sonrió.

Bostezó y se talló los ojos, estirándose poco después para luego levantarse de la cama, colocándose las pantuflas y se dirigió a la cocina, donde vio a su pareja de espaldas.

Al llegar al umbral, su sonrisa se borró cuando notó que la espalda desnuda de Chan tenía arañazos, estaban rojos, de que acababan de hacérselos y no había que ser inteligentes para saber que aquellos no habían sido de Minho.

Por más que Minho al principio quiso fingir que realmente Chan no estaba engañándolo y que sólo se trataba de un malentendido, hubo varias cosas de las que se dio cuenta sin tener que pensar demasiado.

— Despertaste — habló Chan, llamando la atención de Minho y fingió una sonrisa.

— Buenos días — saludó con la voz ronca, adentrándose a la cocina y tomando asiento en la mesa mientras Chan ponía los platos.

El hombre, al acercarse a su lado, depositó un pequeño pero tierno beso en la sien de su pareja, tomando el hombro ajeno para acercarlo a él — ¿Dormiste bien? — preguntó, caminando hacia su asiento.

Minho asintió — ¿Sigues muy ocupado con el trabajo? No estabas cuando me quedé dormido — mencionó, aunque sabía cuál sería la respuesta de eso.

— Sí, ha habido mucho trabajo últimamente. Lo lamento Min, haré lo posible para volver temprano — prometió y Minho sólo se limitó a asentir en silencio.

Sabía que no lo iba a cumplir porque no era la primera vez que le hacía aquella promesa.

Pronto, comenzaron a comer en silencio, únicamente escuchando los cubiertos ser golpeados de vez en cuando contra los platos. Minho no quería tomarse la molestia de romperlo, así que no le importó y dejó que los pensamientos le inundaran la cabeza.

Ni siquiera alzaba la mirada, como si estuviera tan ensimismado en la comida frente a él aunque realmente no estuviese prestándole atención y comía sin ganas, y no porque no tuviera hambre, sino porque tenía muchos pensamientos como para darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Minho se atrevió a alzar la vista luego de un rato, notando a Chan comer en silencio, degustando su comida.

Mordió su labio, sintiendo su corazón acelerarse. Había dejado el cubierto sobre el plato y ahora se dedicaba a mirar a Chan, pero no se daba cuenta de lo que estaba sucediendo.

Se aclaró la garganta — Chan — le llamó la atención a su pareja, quien finalmente hizo contacto visual con él mientras masticaba un bocado de su comida.

Llevó sus manos al pantalón de su pijama, tomando este con algo de fuerza y limpió sus manos del sudor en este, mientras tenía la atenta mirada de Chan en él, expectante a lo que fuera a decirle.

Pero Minho no encontraba su voz, sentía que el corazón iba a salírsele y no podía tranquilizarse.

Chan no decía nada, él esperaba pacientemente a que el hombre frente a él hablara, rodeándolos nuevamente en un silencio que esta vez se volvió un poco incómodo para el gusto de Minho.

— Te amo — le dijo, aunque su voz había sonado un poco baja.

Sin embargo, Chan alcanzó a escucharle y sonrió ampliamente — También te amo, Min.

Inevitablemente, Minho le devolvió la sonrisa.

Porque quizás así era mejor, quizás era mejor fingir que eran la pareja perfecta, aquello le evitaría cuestionarse qué diablos fue lo que hizo mal, en qué momento su relación comenzó a decaer, en qué momento el amor se les acabó.

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vaya, tenía como dos meses que no me pasaba por aquí, meper xd pero espero les haya gustado, estoy bastante orgullosa de este os <3