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cinco

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🍯; minbin
minho top¡!
bin bottom¡!
🍯; smut, title kink
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san valentín

En cuanto Minho llegó a la casa que compartía con su pareja, frunció el ceño al ver que las luces estaban apagadas y no pudo evitar preguntarse si su novio ya estaría dormido, aunque realmente no lo pensaba así pues a penas eran las 10. Changbin a veces se acostaba muy tarde incluso si tenía que madrugar al día siguiente.

Entró a la casa y escuchó jazz de fondo que no tenía un volumen muy fuerte así que, luego de cerrar la puerta detrás de él, se adentró al lugar para averiguar de dónde provenía aquella música. Quizás, después de todo, Changbin seguía despierto.

Miró alrededor suyo, en busca de su pareja sin mucho éxito, luego se dirigió hasta la cocina, donde la música se escuchaba con más claridad, encontrándose ahí la mesa con un mantel blanco, un par de velas, platos y cubiertos, además de una botella de vino.

— Llegaste — habló una voz masculina, llamando su atención y se dio la vuelta para encarar al dueño, encontrándose con Changbin con una pequeña sonrisa. Estaba vestido casual, llevaba jeans de mezclilla, una camisa de vestir negra y zapatillas del mismo color.

Minho no pudo evitar sonreír también, abrazando a su novio, quien le correspondió este con mucho gusto — ¿Tú preparaste todo esto? — preguntó asombrado cuando se separaron, dándole una rápida mirada a la cocina antes de ver a Changbin nuevamente.

— Bueno... — pasó una mano por sus cabellos, apenado — Chan y Felix me dieron una mano — admitió, provocando una pequeña risa en Minho.

Compartieron un corto pero tierno beso antes de finalmente tomar asiento y Changbin se levantó a servir la comida. Era pasta y carne y todo lucía delicioso.

La cena fue de maravilla entre charlas y risas con la música de fondo. A Minho realmente no le interesó que la cena hubiera sido en la casa, pues lucía muy elegante con los pequeños adornos y la música, casi como en un restaurante.

Estaba contento.

— Tengo que darte algo — mencionó Changbin, mirando a Minho quien frunció el ceño, extrañado y curioso.

Vio a su pareja tomar una bocanada de aire y llevó sus manos debajo de la mesa, Minho no pudo evitar inclinarse un poco, en un intento de ver de qué se trataba pero sin mucho éxito.

Finalmente, sacó una bolsa de color marrón con un moño de rojo, provocando que resaltara en él. Se lo entregó, pasándolo a través de la mesa y sin pensarlo mucho, Minho lo tomó.

— ¿Qué es? — inquirió curioso, mirando el objeto entre sus manos.

— Ábrelo.

En silencio, Minho así hizo. Abrió la bolsa y miró adentro, notando un poco de papel para que no se viera a primera vista lo que era, hasta que lo sacó todo.

Era un bolso Prada de color rojo vino, tenía una pequeña correa y asas de mano, era de un tamaño promedio. Probablemente entrarían un par de cosas ahí así que, sorprendido, miró a su novio.

— ¿Cómo lo conseguiste? Escuché que era un modelo limitado — dijo, dándole una rápida mirada al bolso.

Changbin sonrió y se encogió de hombros cuando Minho volvió su vista a él — Ya sabes, tengo algunos contactos que pudieron conseguirlo y noté lo mucho que te gustó el otro día — explicando con una pequeña sonrisa.

Es verdad, hace no mucho habían salido y Minho vio aquel bolso en una vitrina de una de las tiendas, quedando embelesado por él. Sin embargo, sabía que iba a ser costoso y no podía comprarlo, además de que perdía sus esperanzas al saber que sólo había unos cuantos.

Minho sonrió ampliamente y dejó el bolso en la mesa, parándose junto a su novio para acunar su rostro y provocar que se girara, plantándole un beso en los labios — Muchas gracias cariño, te amo mucho.

Changbin sonrió en medio del beso — También te amo, bebé. — replicó, dándole un último beso rápido — Pero no es el único regalo, hay otro.

— ¿De verdad? — preguntó Minho en un susurro sobre los labios ajenos, acariciando su rostro.

— Sí, seguro que también te gustará — aseguró, también en un susurro.

— Vamos a la habitación — susurró Minho en el oído de su novio, mordiendo levemente su lóbulo y Changbin asintió en silencio, levantándose de la silla.

Changbin tomó la mano de Minho y lo llevó a la pieza con algo de prisa, sintiendo su corazón latir con fuerza y su estómago doler de emoción.

Una vez que llegaron, Changbin se sentó en la cama, acomodándose y Minho sonrió levemente antes de colocarse sobre él pero sin colocar todo su peso.

Minho llevó sus labios al cuello de su pareja, depositando besos húmedos en este, quien comenzaba a jadear suavemente y no mucho después sintió como comenzaba a frotar sus miembros sobre la tela de la ropa.

Ambos soltaban pequeños gruñidos y suspiraban de vez en cuando, encantados con la sensación de frotarse contra el otro.

Se sentía tan bien pero Changbin no quería correrse así y probablemente no era el único.

— Min, espera. — murmuró Changbin en medio de un jadeo, deteniendo a su novio, quien lo miró extrañado y dejó de frotar sus miembros ahora semi erectos — ¿Recuerdas lo que me dijiste la otra vez? ¿Qué querías probar ser el que daba? Yo... Quiero hacerlo — explicó aún en voz baja, sintiéndose tímido de repente.

No era la primera vez que tenían sexo en sus 3 años de relación pero admitir que Changbin en el fondo deseaba ser follado por Minho era de alguna forma vergonzoso incluso si ya habían hablado al respecto.

Minho lo miró sorprendido en silencio al principio antes de hablar: — Bin, ¿estás seguro? — preguntó con las cejas alzadas, sin creer lo que le estaba diciendo su pareja.

Estaría mintiendo si dijera que Minho no lo quería pues él había sido quien se lo mencionó a Changbin anteriormente pero necesitaba asegurarse de que él también quería. Incluso si Minho fue el de la idea, no iba a obligar a Changbin a hacerlo porque, de cualquier forma, a él le gustaba cuando su novio lo follaba duro. Le gustaba sentirlo dentro de él y sentir cuando se corre, llenándolo por completo.

— Sí, quiero que me folles Min — dijo, esta vez sonando un poco más seguro de sí mismo.

Min mordió su labio inferior ante el pensamiento de ver a Changbin gemir debajo suyo y sonrió de lado, asintiendo antes de depositarle un tierno beso a su novio en sus labios, que fue correspondido en seguida.

— Necesitaremos mucho lubricante entonces — habló Minho con burla en un susurro cuando se separaron.

En seguida se levantó de la cama casi con emoción y se dirigió a uno de los cajones donde tenían el lubricante bajo la mirada atenta de Changbin que, sin querer admitirlo, se sentía nervioso.

Era normal y lo sabía, en todas sus relaciones siempre ha sido quien da y no quien recibe, así que le preocupaba lo que pudiera pasar después. Sabe que no debe dudar de Minho pues siempre ha sido muy cuidadoso y no cree que esta vaya a ser la excepción.

Changbin parecía un virgen.

Cuando Minho volvió, se quitó la camiseta y le pidió a Changbin que lo hiciera también, quien sin rechistar así hizo, sin embargo, Changbin quedó totalmente desnudo.

Minho se acercó a su pareja, acariciando un poco el miembro ajeno, arrancándole leves gemidos y jadeos.

— Voy a ser cuidadoso, ¿sí? Pero quiero hacerte sentir bien — aseguró en un susurro, masturbando un poco su pene y Changbin echó la cabeza hacia atrás, soltando un gruñido.

Dejó de masturbarlo y escuchó a Changbin quejarse, provocándole una pequeña risa antes de abrir el bote del lubricante con rapidez, echándose una buena cantidad en los dedos y lo acomodó sobre la cama, abriendo sus piernas.

— Los voy a introducir, se sentirá un poco incómodo al principio, ¿de acuerdo? Avísame cualquier cosa — le dijo en voz baja, obteniendo un ligero asentimiento de Changbin, quien tomó una bocanada de aire.

Minho lo miró una última vez, como pidiendo permiso en silencio y cuando obtuvo la confirmación, introdujo un dedo primero, notando a Changbin fruncir el ceño ante la incomodidad. Comenzó a moverlo con lentitud en su caliente entrada y Minho inevitablemente ansió el momento en el que lo rodeara su polla.

— Voy a agregar el otro dedo — avisó luego de un rato, mirando a su pareja y agregando el segundo dígito, aún haciendo movimientos lentos esperando que Changbin dejara de sentir incomodidad.

— M-más, Min... — jadeó Changbin al cabo de un rato cuando pensó que ya lo había reemplazado el placer.

Minho sonrió ladino al escucharlo, haciendo movimientos de tijeras y con rapidez, provocando leves gemidos en su pareja. Finalmente, introdujo un tercer dedo, follándolo con más fuerza y escuchando los jadeos de su novio.

— Ngh mierda — maldijo Changbin entre gemidos, llevando una mano al brazo de Minho, quien seguía abriéndolo con sus dedos. Pero cuando menos lo esperó, Minho ya estaba sacando sus dedos de su entrada, provocando que soltara un quejido ante el vacío.

Minho no pudo evitar soltar una pequeña risa, depositándole un tierno beso en sus labios — Quiero que te corras cuando te esté follando — explicó sobre sus labios.

Se separó de él y se terminó de desvestir con rapidez antes de tomar lubricante de nuevo, esta vez colocándolo en su miembro para comenzar a masturbarlo, gruñendo ronco ante la excitación que sentía.

Cuando creyó que era suficiente, llevó las piernas de Changbin a su cadera, rodeando estas y llevando sus manos a cada lado de él para sostener su peso antes de comenzar a introducir su miembro con lentitud, notando a su pareja hacer muecas debido al asalto mientras Minho aguantaba las ganas de gruñir ante lo bien que se sentía la caliente entrada de su pareja rodear su pene.

— Lo siento cariño, dejaré que te acostumbres — le dijo, uniendo sus frentes mientras esperaba a que el contrario le diera permiso de moverse nuevamente.

Changbin cerró los ojos para intentar calmarse e inhaló profundamente, sintiendo la polla de su pareja en su entrada. Era una sensación nueva pero vaya que le gustaba porque siempre pensó que el miembro de Minho era bastante grande y desde que le pidió que lo dejara follarlo, inevitablemente pensaba en cómo sería tener a Minho dentro suyo.

No podía esperar a que lo follara duro.

Luego de un rato, Changbin asintió en silencio antes de hablar — Puedes moverte — avisó.

Minho se separó de él y también asintió, comenzando a moverse lentamente, notando las muecas de Changbin, probablemente por el dolor que sentía. Verlo así le hizo pensar que estaba haciendo un esfuerzo por aguantarse, así que le intentó distraer con besos por todo su rostro, provocando una tierna sonrisa en el contrario.

— Lo estás haciendo increíble, Bin — elogió en voz baja, besando su nariz sin dejar de moverse.

Changbin gimió, echando su cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, disfrutando de aquella sensación.

— Más rápido — pidió, moviendo sus caderas en busca de más contacto con el pene de su pareja.

Minho sin pensarlo mucho, comenzó a moverse más rápido, gruñendo y de vez en cuando soltando pequeños gemidos.

— Carajo, te sientes tan bien papi — gruñó Minho, cerrando los ojos mientras escuchaba ambas pieles chocar.

Si Changbin ya estaba caliente, aquello lo calentó muchísimo más. Era un apodo que siempre le gustó y que usaba con su pareja con anterioridad pero hubo algo en él en ese momento que le gustó incluso más.

— Mierda Min, — gimió Changbin rodando los ojos — di eso otra vez.

— ¿Te gusta eso, papi? — preguntó en un ligero tono burlón, enterrándose con fuerza en la entrada de Changbin, provocando que gimiera fuerte — Estás tan apretado para mí, tan caliente papi.

Changbin llevó sus manos a los pezones de Minho, jugando con estos, escuchando a su pareja gruñir, embistiéndolo con más fuerza.

Lograban escuchar la cama crujir bajo ellos y el sucio sonido de sus pieles chocar, además de los jadeos y gemidos que soltaban, llenando la habitación. Sus frentes estaban llenas de sudor y algunos cabellos se colaban en sus rostros.  

— ¡Mierda sí, ahí Min! — gimió Changbin cuando alcanzó su próstata, echando la cabeza hacia atrás, enterrando sus uñas en la espalda de su novio con algo de fuerza. 

Minho en seguida siguió arremetiendo con fuerza, abusando de esta y escuchando los gruñidos y gemidos de ambos.  

Changbin se sentía en el cielo, nunca pensó que le gustaría tanto que lo follaran, aunque no supo si se debía a que se trataba de su novio. Sabía que aquello era nuevo para ambos porque, por lo que sabía, Minho también siempre ha sido el que recibe en sus relaciones anteriores. 

— Ngh estoy cerca, papi — dijo como pudo Minho, sacándolo de sus pensamientos. 

Lo miró con una sonrisa socarrona, jugando con sus pezones nuevamente — Córrete para papi entonces, cariño — le dijo con ternura. 

Minho dio un par de estocadas antes de correrse en los muslos de Changbin, llenándolos por completo pero no se detuvo, buscando el orgasmo de su pareja, quien lo alcanzó no mucho después. 

En cuanto se corrió, manchó su abdomen y Minho se desplomó al lado de Changbin, ambos regularizando sus respiraciones en silencio.  

— Gracias. — dijo Minho luego de un rato cuando creyó que estaba mejor. Changbin en seguida se giró a mirarlo, ladeando la cabeza sin entender a qué se refería — Por dejarme hacer esto, no cualquiera lo haría  — explicó con una pequeña risa. 

Changbin sonrió con ternura — No es nada. Además es algo que estuve pensando mucho desde que me lo dijiste, y es importante probar cosas nuevas, ¿no crees? — dijo, encogiéndose de hombros, restándole importancia. 

— Aun así te lo agradezco, por todo. Te amo mucho, Binnie — soltó esto último en voz baja, mordiendo su labio levemente, agachando la mirada. 

Sintió dos dedos tomar su mentón, obligándolo a alzar la vista y vio a Changbin acercarse a sus labios hasta que sus respiraciones se mezclaran — También yo, Minnie — replicó antes de unir sus bocas en un tierno beso. 

Minho llevó sus manos alrededor del cuello de su pareja, jugando con sus cabellos mientras disfrutaba del beso. Por otra parte, Changbin colocó una mano en su cintura desnuda, acariciando esta con su pulgar suavemente. 

Estaba completamente enamorado de él. 

— Quizás deberíamos hacer esto más seguido. — mencionó en voz baja Changbin cuando rompieron el beso, notando a Minho alzar las cejas, probablemente no se esperaba aquello y de alguna forma también lo sorprendió a él — Me excitó muchísimo cuando me dijiste papi mientras tenías tu pene dentro de mí. 

Minho no pudo evitar soltar una carcajada y depositó un rápido beso en los labios ajenos — Me parece buena idea, papi — se burló con una enorme sonrisa aún en su rostro. 

bueno uhh, este es un especial x san valentín atrasado. tocaba smut y me moría de subir este que lo tuve por mucho tiempo pero hace unos días se me ocurrió esta idea y estoy encantada, espero les haya gustado también <3 

2,4k words

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