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uno ⚜️












CAPÍTULO UNO

TESELA






















El día de la cosecha había llegado. Tanto Esra como Gale tenían tantas Teselas como era posible.

Ambos tenían que mantener con vida a sus familia.

— ¿Iras con Katniss? — preguntó Esra al ver a Gale despierto tan temprano.

La cosecha no era hasta las dos, pero cada año desde que conoció a la chica de la Veta se escabullía con ella a las afueras del doce, cruzando las rejas.

— No es de tu incumbencia, Esra — respondió Gale de mala gana a ver a su hermana despierta.

Esra desvió la mirada. Siempre era el mismo mal trato por parte de su hermano mayor, mentiría si decía que no se había acostumbrado, pero dolía.

— Recuerda regresar antes de las dos, llevaré a mamá y los niños a la cosecha.

Gale tomó el pomo de la puerta entre sus manos. — Si uno tiene que salir, ojalá seas tú.

Gale se fue. Esra pudo dejar escapar la lágrima que llevaba reteniendo.

Le dolía los malos tratos de su hermano y seguía sin entender el por qué era así con ella ¿por qué tratarla como si no existiera?

Se levantó de la silla donde estaba al ver a su hermano Rory despierto.

— ¿Gale, ya se fue? — preguntó el pequeño.

— Se acaba de ir. — respondió Esra. — ¿Tienes hambre?

Rory asintió.

Esra sabía que un día como ese necesitaba algo bueno para comer. Busco su abrigo desgastado que aparentaba seguir en buen estado.

— Llevaré unas cosas al quemador, volveré pronto.

Rory vio que su hermana estaba por salir, con timidez se acercó a ella para abrazarla. Él sabía de un pequeño secreto que escondía Esra. Ese año tuvo que pedir unas cuantas raciones extra, por lo que su nombre estaba más veces de las que podía contar. Algo que Gale no sabía o probablemente lo intuía al ver las raciones en casa.

En el trayecto al Quemador, Esra pensó en las miles de razones del por qué su hermano la odiaba tanto.

Recordó que cuando era pequeña enfermo de gravedad, sus padres intentaron hacer de todo para que ella se curara y lo logró, pero en el proceso tuvieron que vender varias cosas que ahora necesitarían para cambiar por comida.

Gale lo sabía, y Esra también. Ese fue el punto de quiebre de su relación.

Esra pestañeó varias veces para no derramar una lágrima. No quería verse débil.

Al llegar al Quemador se acercó a Sae la Grasienta, quien le daba algunas cosas si la ayudaba con los clientes.

— Llegas tarde, Esra — la miró la mujer.

— Mi hermano no se iba de casa — se excusó Esra.

La mujer también sabía de la mala relación entre los hermanos Hawthorne. Se veía desde las sombras.

Esra sabía que no podía tardar demasiado, pero no tenía lo suficiente como para conseguirle algo de pan a sus hermanos.

— ¿Qué van a...?

La pregunta de Esra quedó en el aire al ver a Gale y Katniss en el puesto.

— Hola Esra — saludó Katniss. No eran amigas, tampoco se sentarían jumaras en el almuerzo, ni mucho menos se contarían secretos.

Pero eran amables la una con la otra. Los Hawthorne y las Everdeen se tenían cierto aprecio.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó Gale al ver a su hermana. — ¿Rory y Vick ya comieron algo?

Esra se quitó el mandil dejándolo donde estaba cuando llegó, se despidió de Sae para salir del quemador.

Odiaba a su hermano por la forma en que la trataba, como si fuera su culpa todo. Gale la culpaba de lo mucho que sus padres desperdiciaron en ella. Cosas que ahora podrían servirles para subsistir.

Para Esra ya era sufrimiento tener ese peso sobre sus hombros que estar escuchando a su hermano mayor recordándoselo día con día.

Camino hacia la panadería, tenía algunas cosas que podía cambiar al menos para que sus hermanos tuvieran un poco de pan en un día gris.

— Buenas tardes señor Mellark — saludó Esra al ver al dueño del lugar.

— Buenos días para ti también Esra — la saludo.

Esra sacó un viejo broche que encontró en el quemador hace unos días, al igual que un poco de fresas que Gale había llevado.

El señor Mellark las examinó.

Peeta quien recién salía de estar en el horno le entregó un trozo de pan a Esra por órdenes de su padre, era el truque que estaba esperando.

— Suerte, Esra — murmuró Peeta hacia la chica Hawthorne.

— Gracias, Peeta — respondió dando una media sonrisa. — Suerte para ti también.

Salió del lugar con el pan guardándolo en el bolsillo. No quería que alguien se lo robara. Trotó hasta su casa para darles a sus hermanos.

Rory y Vick ya estaban en la mesa esperándola.

— ¿Adivinen que conseguí?

Podía ser un día gris para todos, una mañana poco esperanzadora, pero Esra siempre tendría una sonrisa para sus hermanos.























































Al llegar la hora todos estaban esperando no ser nombrados en por la mujer que el Capitolio enviaba.

Esra estaba en la fila de las mujeres. Sus hermanos menores estaban junto a su madre, aún no tenían la edad para estar allí y ella deseaba que jamás sus nombres aparecieran.

Effie Trinket hizo su aparición logrando desquiciar a Esra, no tenía nada en contra de la mujer, pero si con sus superiores, con los juegos.

— Bienvenidos, bienvenidos amigos míos, felices juegos del hambre y que la suerte esté siempre de su lado — al escuchar la voz de la mujer Esra sabia que no había una ninguna marcha atrás. — Ahora previo al comienzo tenemos una filmación muy especial envida aquí desde el Capitolio.

Las pantallas mostraban los sucesos de la guerra de los distritos, en donde el distrito 13 se había extinguido.

— Adoro esa frase — hablo Effie cuando el video estaba por terminar. — Ahora ha llegado el momento de elegir a dos valientes jóvenes, hombre y mujer para el honor de representar al distrito doce en los sexagésimos novenos juegos del hambre, primero las damas igual que siempre. 

La mano de Effie entró dentro de la bola de cristal donde estaban los papeles del grupo femenil del distrito sacando uno.

— Esra Hawthorne— se hizo un silencio sepulcral, el aire dentro de los pulmones de Esra se esfumó. — ¿Dónde estas nena? Ven, ven al frente.

Cerró sus ojos. Repitiéndome una y otra vez que no era momento para llorar.

Tomó aire y dio un paso al frente. Los agentes de la Paz se acercaron a ella para escoltarla hasta el frente. Sentía que todo lo que hacía era en automático, no escuchaba. No veía.

Al estar en la tarima, vio hacia el lado de los hombres. Gale ni siquiera aparentaba una expresión asustada o preocupado, estaba neutral.

Al contrario de su madre quien tenía que sostener a sus hermanos.

— Y ahora el varón — habló Effie volviendo a meter su mano en una de las urnas. Sacó el papelito. — Corbin Morton.

El chico al cual nombró no tenía más de trece años, Esra sintió una punzada en su pecho. Ese chico podría tener la edad de uno de sus hermanos y a decir verdad lo había visto en el colegio varias veces.

No eran unos juegos del hambre felices. Era su sentencia de muerte, pero si iba morir al menos lo haría luchando. Si llegaba a morir esperaba que sus hermanos no tuvieran que ver eso.

No quería que ellos tengan pesadillas. Por qué su pesadilla se estaba cumpliendo, estaba viviendo su más dura y cruel pesadilla.



















NOTA DE AUTOR:

¿Qué tal? Espero les esté agradando el fic.

Quiero hacer una dinámica acá para actualizar, iniciamos con 15 votos y 5 comentarios, no cuentan los puntos, emojis o los "actualiza".

Quiero saber sus teorías de este capítulo, comenzaremos con unos caps hablando de los juegos de Esra para luego comenzar con la trilogía, espero les guste <3

Me despido hasta un nuevo capítulo <3

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