dos ⚜️
CAPÍTULO DOS
DESPEDIDAS
Esra movía su pierna de arriba hacia abajo. Estaba nerviosa, encerrada en aquella habitación del edificio de la alcaldía.
Le dijeron que tendría unos cortos minutos para despedirse de su familia, estaba nerviosa.
Sabía que una vez fuera del distrito sus días estaban contados, no regresaría a casa. No volvería a cantarle a sus hermanos en la noche para que se durmieran, no volvería a quedarse hasta tarde para charlar con su madre, ni siquiera tendría a Gale que le lanzara miradas amenazantes.
Todo sería recuerdos de tiempos buenos, tiempos en los que pudo sobrevivir.
La puerta se abrió y ella se puso de pie de un tirón.
Vick y Rory entraron corriendo hacia ella, tuvo que aferrarse al suelo para no caerse.
Vio las lágrimas en los ojos de sus hermanos, mordió su labio inferior.
— Voy a volver — susurro Esra mirando a sus hermanos.
— Eres buena rastreando — recordó Rory.
Vick asintió lloriqueando sobre la falda de su hermana.
Cuando jugaban, Esra siempre los encontraba.
La chica asintió. Su madre, Hazelle Hawthorne se acercó a ella acariciandole el rostro.
Intentaba guardarlo en su memoria, detallar cada facción en ella.
Su nariz, la pequeña separación en sus ojos, la cejas. Aquel lunar que tenía. Todo de su hija.
— ¿Y Gale? — preguntó Esra con una pequeña esperanza en sus ojos.
Su madre negó con la cabeza, la joven Hawthorne agachó la mirada.
Ni en su sentencia de muerte puede ir a despedirse de ella.
— Eres una rastreadora de nacimiento hija — comenzó Hazelle. — Y se que volverás a casa con nosotros.
— Te amo mamá — murmuró la chica abrazando a su madre.
Sus hermanos se acercaron a ellas, abrazando a Esra por las piernas.
— También a ustedes mis niños — se agachó Esra.
Un agente de la paz abrió la puerta para sacar a los familiares, su madre llevaba a los niños quienes se resistían.
Esra se volvió a sentar limpiando la lagrimas que querían resbalar de su rostro.
Se cubrió la cabeza ocultándose, la puerta se abrió una vez más. Levantó su cabeza.
Pensó que por la puerta entraría su hermano mayor, que iría a despedirse de ella, pero no fue el caso.
— Peeta...
El joven Peeta Mellark se acercó a donde estaba la chica Hawthorne.
— Les dije que eras mi prima — río Peeta, Esra sonrió. — El distrito tendrá una vencedora...
— Peeta...
El chico Mellark se acercó a ella, sentándose a su lado mientras Esra seguía sus movimientos.
Tomó una de sus manos con delicadeza, dejando un brazalete tejido en ella.
Los ojos de la Hawthorne lo miraban.
— No puedo. — intentó regresarselo .
— Me lo das cuando regreses — pidió Peeta.
Los ojos de la chica tenían lágrimas que pedían a gritos ser derramadas. — Lo haré, la cuidare bien. Peeta necesito que me hagas un favor, cuida de mis hermanos, que no pasen hambre, no dejes que se preocupen por mi y si llego a morir, no dejes que ellos vean eso, no quiero que se torturen.
— Lo prometo — respondió Peeta.
Ambos juntaron sus meñiques para cerrar la promesa, los ojos de la chica se cerraron de nuevo.
Peeta solo era un año más chico que ella, y también tenía una familia que mantener. Todos tenían familias, tenían personas que proteger y ella solo le estaba dando más carga al chico que le entregó una pulsera.
Las puertas se abrieron nuevamente y dos agentes entraron. Uno se llevó a Peeta hacia afuera y otro tomó a Esra del brazo jalándola hacia afuera.
Antes de marcharse, Esra logró ver a Gale.
— Espere, espere — pidió la chica. — ¡Gale! Gale, Gale.
El agente se detuvo al ver a quien llamaba. Gale estaba junto a su madre y sus hermanos quienes seguían llorando, los ojos del chico miraron al agente.
— ¿La conoce?
Gale miró primero a Esra, para luego ver hacia el agente.
Las palabras de Gale fueron una nueva puñalada en el corazón de Esra.
— Nunca la he visto en mi vida.
El agente la jalo llevándola hacia afuera, al auto que esperaba por ella y llevarla hasta el tren donde empezaría su martirio.
Esra no escuchaba, no ponía atención a su alrededor. Sus ojos se estaban mirando un punto fijo y en su cabeza se seguían repitiendo las palabras de Gale.
"Nunca la he visto en mi vida"
Una vez en el tren, Effie los invito a que se sentaran en uno de los sofás.
— Iré a buscar a Haymitch, pónganse cómodos.
Los dos tributos se sentaron en silencio esperando al mentor.
— Esra, necesito que me hagas una promesa — hablo Corbin Morton. — Hay un chico, Eiran, perdió a sus padres al igual que yo por la gripe. Solo me tiene a mi, necesito que lo protejas y le digas que no necesita meterse en más problemas, que no pida Teselas, y que tenga un buen hogar.
— ¿Por qué me pides eso? — preguntó Esra confundida.
— Por qué él dice tendrá un ganador y no seré yo.
Haymitch entró tambaleante como siempre, estaba ebrio a más no poder.
Esra miró en otra dirección, su cuenta regresiva comenzaba ahora, llevó su mano a la pulsera jugando con ella, ese sería su amuleto de buena suerte.
Felices juegos del hambre y que la suerte esté de su lado.
NOTA DE AUTOR:
¿Qué tal? Les debía el capítulo que ya está acá, ojalá les guste.
La meta en este Cap será 20 votos y 10 comentarios, no cuentan los puntos, emojis o los "actualiza".
Especio para golpear a Gale aquí comienza jajajaja empiezo yo:
Me despido hasta un nuevo capítulo <3
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