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La historia no me pertenece al igual que los personajes, yo solo estoy haciendo la traducción.
CAPÍTULO 9-LA CONVERSACIÓN 2ª PARTE
Caroline se metió en la cama junto a Klaus después de un divertido día con Bonnie, Stefan y Kol. Fue agradable poder pasar la tarde con sus amigos sin preocuparse por el apocalipsis sobrenatural que se acercaba. Después de ver Crepúsculo, Stefan y Bonnie y se fueron a casa, planeando cuando iban a quedar con Klaus en casa de las brujas para continuar con su búsqueda para el hechizo de resurrección. Caroline y Klaus habían pasado el resto de la noche sentados en el sofá, hablando, besándose y disfrutando de la compañía del otro antes de irse a la cama.
-¿En qué estás pensando, amor? –preguntó Klaus acostándose a su lado, colocándose de lado y con el brazo debajo de su cabeza.
-Estaba pensando en lo bien que me lo he pasado con todos –dijo Caroline sonriendo, feliz de lo bien que había ido el día.
-Me alegro que te hayas divertido –Klaus le apartó un mechón de pelo de la cara a Caroline-. Te lo mereces después de todo lo que has pasado.
Caroline le besó la muñeca a Klaus-. Creo que todos nos lo merecíamos –Caroline llevó su mano hasta la de Klaus cubriéndola y llevando ambas hasta su pecho donde entrelazó los dedos con los de Klaus, mirándolo se mordió el labio y se quedó pensando.
-¿Qué te preocupa, amor? –Klaus dio un apretón a sus manos unidas-. Puedes contarme lo que sea.
-Estaba pensando –dijo Caroline mientras levantaba la otra mano hacia Klaus y jugaba con el pelo detrás de su cuello-. Qué es hora de contarle a mi madre y a Matt que he vuelto –dijo-. Más o menos.
-Por supuesto, mi amor –Klaus sonrió disfrutando de los dedos de Caroline en su cuello, su toque era reconfortante y excitante a la vez-. ¿Cuándo deseas contárselo?
-Creo que mañana cuando estés con Stefan y Bonnie –respondió Caroline.
-No quiero que hagas esto sola –dijo Klaus frunciendo el ceño, odiando el hecho de que mañana tuviera que dejar a Caroline sola por primera vez desde que era visible.
-Necesito hacer esto sola Klaus, sabes que no les gustas y ya será lo bastante emocional sin meterte en esto –Caroline besó tiernamente a Klaus-. Lo único que necesito que hagas es invitar a mi madre antes de irte.
-¿Qué hay del quarterback? ¿Quieres que también lo invite? –preguntó Klaus.
-Tiene nombre, ya lo sabes –Caroline arqueó una ceja sonriendo.
-Y tuvo tu amor –dijo Klaus apretando la mandíbula y apartando la mirada-. No está en mi lista de gente para conversar.
-Matt es parte de mi pasado –Caroline tuvo que sonreír por los celos de Klaus pensando lo adorable que era-. Lo amé cuando aun era humana y después cuando me convertí en vampiro –Caroline sacudió la cabeza melancólicamente por los recuerdos-. Estaba intentando mantener tan firmemente mi humanidad. Mis emociones estaban intensificadas y temía lastimarlo –cerró los ojos por la vergüenza-. Nos besamos y mi hambre me pudo. Me alimenté de él, si Stefan no me hubiera detenido no sé si habría podido parar.
-Está bien –Klaus acunó el rostro de Caroline entre sus manos-. Lo entiendo. Cuando nos convertimos mi familia y yo, no teníamos ni idea de lo que nos ocurría, el hambre, el ansia por la sangre –Klaus tragó en seco, temiendo mirar a Caroline a los ojos mientras hablaba-. Perdimos el control y acabamos con nuestra aldea.
Caroline colocó un dedo bajo la barbilla de Klaus, haciendo que la mirara a los ojos-. Sé quien eres Klaus –dijo acariciándole la barbilla-. Te he visto en lo peor. ¿O has olvidado que fuimos Tyler y yo a los que ibas a sacrificar antes de que Damon nos salvara? ¿O que mataste a los doce híbridos y a la madre de Tyler? Me apuñalaste, me mordiste y esperaste hasta el último momento para salvarme –al ver el dolor en los ojos de Klaus lo besó, succionando suavemente su labio inferior.
Klaus cerró los ojos con el beso de Caroline, enroscó la mano en el pelo de Caroline acercándola hacia él, abriendo la boca mientras recorría el labio inferior de Caroline con su lengua, cuando ella abrió la boca su lengua se deslizó dentro, explorando cada rincón y grabando su sabor en su memoria.
Mientras Klaus exploraba su boca, Caroline estaba explorando su cuerpo, primero recorriendo las manos desde su pelo para acercarlo, después paseó las uñas por su espalda haciendo que Klaus temblara antes de colar las manos debajo de su camiseta trazando con sus dedos la piel expuesta.
Klaus succionó el labio de Caroline una última vez antes de recorrer con su boca la mejilla de Caroline hasta llegar a su oído donde besó su lóbulo antes de susurrar-. ¿Qué me estás haciendo?
Caroline jadeó al sentir el calor del aliento de Klaus en su oído, inclinando la cabeza para darle un mejor acceso, gimió en respuesta-. Demostrando una cosa.
-¿Y qué es, mi amor? –Klaus besó todo el cuello de Caroline, el lugar donde sintió el pulso le mordió suavemente, succionando su piel y dejando su marca, clamando a Caroline como suya.
Caroline gimió, enroscando la mano en el pelo de Klaus, arqueando la espalda mientras el succionaba su cuello-. Estoy aquí.
Alejándose, Klaus buscó en el rostro de Caroline para ver la verdad de lo que había dicho-. ¿Qué quieres decir?
Caroline acunó el rostro de Klaus en sus manos-. Sé quien eres, sé lo que has hecho y aun así sigo aquí.
-¿Cómo puedes olvidar todo lo que he hecho? ¿A todos los que he lastimado? –Klaus bajó la mirada tragando su dolor-. No puedes.
-Es cierto, no puedo –empezó a decir Caroline, Klaus levantó rápidamente la cabeza mirándola, tenía una mirada de dolor y resignación-. Solo puedo mirar hacia delante. Nunca olvidaré lo que has hecho pero puedo seguir adelante –Caroline colocó la mano en su mejilla, sonriendo con lágrimas en los ojos por la esperanza en los suyos -. Y te perdono.
Klaus soltó la respiración que había estado aguantando, mirando a Caroline con asombro-. ¿Me perdonas? –Caroline asintió, en un segundo Klaus la abrazó, tenía un brazo rodeándole la cintura y la otra en su pelo, atacando sus labios, demostrándole todo lo que tenía, su amor, su odio, su enfado, sus traiciones, su soledad con cada presión de sus labios, con cada suspiro que dejaba escapar Caroline, ella hizo desaparecer cada mal sentimiento y reemplazándolo con ella.
Caroline besó a Klaus con toda la pasión que sentía por él, no estaba enamorada de él, aún no, pero se preocupaba por él. En algún lugar bajo sus negaciones, sus constantes rechazos, su actuación como distracción, se había enamorado del monstruo que los aterrorizó. Ella, Caroline Forbes la bebé vampiro, se había enamorado del Híbrido Original Niklaus Mikaelson y no se arrepentía. Lo más loco de todo era que ÉL se había enamorado primero de ELLA, no quería a Elena excepto por la sangre, Klaus la salvó primero de Alaric, no a Elena, Klaus siempre la puso primero y Caroline estaba demasiado preocupada de lo que pensarían sus amigos como para darse cuenta de todo eso.
Klaus fue descendiendo sus besos hasta que llegó a los labios de Caroline-. ¿Mi amor?
-¿Mmmm? –Caroline estaba distraída otra vez por la boca de Klaus, sus dulces besos la llenaban de calor.
Klaus sonrió contra los labios de Caroline-. Los llamaré mañana.
-Gracias –Caroline sonrió ampliamente a Klaus.
Klaus la miró con asombro por la luz que poseía Caroline, recorrió su mejilla con los dedos-. Eres hermosa.
Caroline se sonrojó y se mordió el labio-. Klaus… -se sentía incómoda cuando Klaus la llamaba hermosa, claro que él había visto a miles de mujeres más hermosas que ella, al final dijo-. Vamos a la cama.
-Vamos –Klaus rodó quedando encima de Caroline, determinado a hacer que Caroline viera lo que él veía, sonriendo la besó en los labios-. Eres hermosa –beso-. Preciosa –beso-. Eres una diosa –con la mano le recorrió la pierna desde la rodilla hasta el muslo, pasó por su cadera, por su pecho hasta su rostro, donde le acarició el labio con el pulgar-. Y no tienes ni idea de lo que me provocas.
-Creo que tengo una idea –Caroline besó el pulgar del Klaus, tenía la mirada fija en él, respiraba fuertemente debido a su toque, ¿Cómo un simple toque de Klaus podía dejarla con ganas de más? Nunca se había sentido así antes, con sus antiguos novios, los había querido, pero Klaus le hacía esta hambrienta de él, de su toque, de sus besos, de todo su ser.
Klaus sonrió, acostándose sobre su espalda y atrayendo a Caroline a sus brazos sosteniéndola mientras le besaba el pelo-. Ahora duerme, mi amor.
Caroline se acurrucó en el pecho de Klaus entrelazando los dedos, dejando un beso sobre sus nudillos-. Dulce sueños, mi lobo –los dos se quedaron dormidos.
Por la mañana, Klaus se duchó mientras Caroline lo esperaba en el piso de abajo, nerviosa mordiéndose las uñas mientras pensaba en la charla que tendría con su madre. Estaba metida en sus pensamientos cuando Klaus la rodeó con sus brazos desde atrás, descansando las manos en su estómago y la cabeza en su hombro. Caroline se inclinó para apoyarse contra él y cubrió sus manos con las de ella.
-¿Estás nerviosa amor? –preguntó Klaus besándole el hombro.
-Sí, y emocionada por verla –Caroline movió la cabeza para mirar a Klaus.
Klaus le besó la nariz sonriéndole-. Ahora la llamaré –dándole un último apretón la soltó, sacó el móvil de su bolsillo-. ¿Cuál es el número amor?
Caroline marcó el número en el móvil de Klaus y esperó a que respondieran.
-¿Diga? –respondió Liz, sin reconocer el número.
-Sheriff, soy Klaus –respondió Klaus sonriendo a Caroline mientras entrelazaban los dedos, contento de poder brindarle consuelo.
-¿Qué quieres? –preguntó Liz sabiendo que Klaus tenía el cuerpo de Caroline en su casa y estaba buscando la manera de traerla de vuelta-. ¿Es, es Caroline?
-Sí –Klaus le dio un suave apretón a la mano de Caroline-. Necesito que venga a mi casa lo antes posible.
-Puedo estar ahí dentro de una hora –dijo Liz antes de colgar, temiendo lo que Klaus podría decirle.
-Estará aquí en una hora –le dijo Klaus a Caroline.
-Será mejor que te vayas entonces -Carolines estaba nerviosa por ver a su madre y contarle lo que ocurrió.
-No quiero dejarte –Klaus le acunó las mejillas y le dio un beso.
Caroline suspiró en los labios de Klaus devolviéndole el beso con la misma pasión, colocó las manos en su pecho y lo acarició a través de la camiseta.
Klaus abrazó a Caroline colocando la mano en su pelo mientras intentaba desesperadamente dejar marcado su esencia en Caroline para que ella estuviera con él.
Caroline levantó las manos hasta las mejillas de Klaus acariciándolas con sus pulgares reconfortándolo.
-Seguiré aquí cuando vuelvas Klaus –Caroline le sonrió-. No me voy a ir a ningún lado.
Klaus cerró los ojos empapándose de la presencia de Caroline antes de besarla tiernamente, apartándose le sonrió-. Te amo.
El corazón de Caroline se detuvo al escuchar la confesión de amor de Klaus por primera vez, se inclinó y lo besó-. Lo sé –Caroline le sonrió rodeándole la cintura con los brazos para abrazarlo.
Klaus rodeó la cintura de Caroline con un brazo y con el otro le rodeó los hombros mientras la abrazaba. Él sabía que ella no lo amaba, al menos aún no, pero aun así él quería que supiera como se sentía.
Caroline se alejó y miró a Klaus a los ojos-. Necesitas marcharte –su respuesta fue besarla otra vez, Caroline se rio llevando a Klaus hasta la puerta con los labios aún unidos, movió la mano para encontrar el pomo de la puerta y abrirla.
Klaus nunca había besado a nadie mientras estaban riéndose, sintió como si estuviera tragándose la luz de Caroline iluminando su oscuridad. Sonrió cuando Caroline lo llevó hasta la puerta abriéndola mientras aún lo besaba, riéndose, Klaus se alejó ás insinuando algo, amor.
Caroline sonrió con un brillo de alegría en sus ojos-. Estoy insinuando muy claro, que requieren tu presencia en otro lugar.
-¿Estás diciendo que no soy bienvenido aquí? –Klaus sonrió acariciándole la espalda.
-Eres muy querido aquí –Caroline se inclinó tomando el labio de Klaus entre sus dientes-. Pero necesitas irte –le besó-. Cuanto antes te vayas antes volverás.
-Está bien, amor. Te veré pronto –Klaus estaba a punto de salir por la puerta cuando de repente se dio la vuelta cogiendo a Caroline por las caderas, apoyándola sobre la puerta y besándola fuertemente.
Caroline gimió, sin poder evitarlo atrapada entre la dura madera de la puerta y el duro cuerpo de Klaus. Siguió besándolo con el mismo fervor.
Klaus se apartó respirando fuertemente-. Adiós mi amor, te veré pronto –se apartó de Caroline y se fue rápidamente, sabiendo que si se quedaba más rato la pondría en su hombro, la llevaría a su cama y la devoraría. No podía esperar a que llegara la noche.
Caroline se quedó apoyada en la puerta con el pecho subiendo y bajando rápidamente a causa de su respiración, todo dentro de ella quería llamar a Klaus para seguir lo que había empezado, pero no lo hizo, sabiendo que valdría la pena esperar para volver a ver a Klaus. ¿Cuál era el dicho? La ausencia hace crecer el cariño, aunque no estaba segura si era posible hacer que Klaus se enamorara más de ella de lo que ya lo estaba. Ella por otra parte era una historia diferente, Klaus se acababa de ir y ya lo echaba de menos.
Caroline cerró la puerta con una gran sonrisa en el rostro mientras esperaba a que llegara su madre. En lo que sintió que fueron unos segundos, hubo un golpe en la puerta. Caroline se puso en pie, respiró profundamente y se acercó hasta la puerta, vacilando brevemente la abrió, las lágrimas salieron de sus ojos cuando se encontró cara a cara con su madre-. Hola, mami.
-Oh dios mío –Liz estaba sorprendida al ver ante ella a su hija muerta-. Caroline –sollozó mientras atraía a Caroline a sus brazos-. Lo hizo, el hijo de puta lo hizo –Liz le acarició el pelo mientras se reía al poder ver a Caroline viva después de una semana llorando su muerte.
Caroline sostuvo a su madre fuertemente mientras sollozaba en su hombro, la había echado mucho de menos, pero al escuchar lo que había dicho Liz, se dio cuenta de que su madre pensaba que estaba viva, Caroline le dio un apretón fuerte llevándola hasta el sofá-. Mamá…
Liz interrumpió a Caroline-. No puedo creer que estés aquí –tomó las manos entre las suyas-. No puedo esperar a que vuelvas a casa.
-Mamá –Caroline le dio un apretón a las manos de Liz sonriendo tristemente-. En realidad no estoy viva.
-Ya lo sé cariño, a veces olvido que eres un vampiro.
-No mamá, estoy muerta-muerta no muerta como un vampiro –intentó explicar Caroline.
-Caroline no entiendo que quieres decir –Liz estaba confundida, ¿cuántos tipos de muerte podía haber?
-¿Sabes que Bonnie hizo un hechizo para preservar mi cuerpo? –preguntó Caroline, recibiendo como respuesta un asentimiento de cabeza, por lo que continuó-. Pues bien, Bonnie, Klaus y Stefan estaban trabajando juntos para buscar el hechizo para traerme de vuelta.
-¿Y lo encontraron? –preguntó Liz.
Caroline se lamió los labios de forma nerviosa-. No, encontraron un hechizo para atar al espíritu a algo y así hacerlo visible.
-¿Qué estás diciendo? –el corazón de Liz se encogió, parecía como si Caroline estuviera diciendo que aún seguía muerta.
-Estoy diciendo que Bonnie utilizó ese hechizo conmigo –dijo Caroline sonriendo con los ojos llenos de lágrimas, a su madre, recordando a Stefan la noche en la que murió, ¿cómo consiguió Stefan contar la historia de su muerte tres veces en una noche sin derrumbarse? Caroline apartó esos pensamientos concentrándose en su madre-. Estoy atada a la mansión de Klaus, lo que significa que siempre que esté en la casa o en sus alrededores seré invisible, si me alejo volveré al mundo de los fantasmas.
-¿Así que no estás de vuelta? ¿Cuánto tiempo estarás así? –preguntó Liz con los ojos llenos de lágrimas-. Es tan difícil de creer que estés muerta cuando estás sentada delante de mí y puedo tocarte.
Hora de la demostración, pensó Caroline, cerró los ojos concentrándose y escuchó el jadeo de su madre, en ese momento supo que había desaparecido.
Liz jadeó al ver como su hija desparecía ante sus ojos, las lágrimas llenaron sus ojos cuando Caroline volvió a aparecer-. Oh, cariño –Liz la envolvió en sus brazos, agradecida por la oportunidad de sostener a Caroline entre sus brazos.
Caroline abrazó fuertemente a su madre, relajándose en su abrazo-. No sé cuanto tiempo estaré así. Aún están buscando un hechizo para traerme de vuelta y tengo fe en ellos –apartándose sonrió a su madre-. Si alguien puede hacerlo son ellos.
-Eso espero –Liz le acarició el rostro suavemente a Caroline-. Te echo de menos Caroline y pensaba que siendo vampiro nunca tendría que preocuparme por que sucediera algo así.
-Volveré mamá, creételo, cree en ellos –Caroline cubrió las manos de su madre y le dio un apretón-. Si hay una cosa que he aprendido de Klaus Mikaelson, es que aunque le lleve mil años conseguirá lo que quiere y hará lo que sea para conseguirlo.
-Y lo que quiere Klaus es a ti –declaró Liz con conocimiento, echándose a reír por la expresión de Caroline, se explicó-. Soy tu madre Caroline, además de la Sheriff, ¿no crees que sé cuando alguien expresa un interés público por ti?
-¿Público? ¿De qué estás hablando? –Caroline estaba confundida, Klaus no había proclamado su interés por ella desde lo alto de un tejado a gritos.
-Déjame pensar –dijo Liz fingiendo pensar-. ¿Qué hay de cierto baile dónde Klaus no podía apartar sus ojos de ti y estuvo siguiéndote toda la noche?
Caroline se sonrojó-. ¿Sabes eso?
-Cariño, todo el pueblo lo sabía.
Caroline abrió los ojos-. ¿Qué?
Liz se echó a reír-. En la fiesta todo el mundo se acercó a mí diciendo la adorable pareja que hacíais. Como después de que Tyler se marchara era bonito ver que alguien se había enamorado tanto con mi hija –Liz sonrió al ver la sorpresa de Caroline-. Os observé esa noche y nunca he visto a nadie mirar a otra persona en la forma en la que Klaus te miraba. Era como si fueras la cosa más hermosa que había visto nunca.
Caroline tragó en seco al recordar la forma en la que Klaus la miró la noche del baile, estaba abrumada por la forma en la que sus ojos nunca la dejaron, el nerviosismo que mostró Klaus cuando le mostró sus cuadros, el dolor cuando le lanzó el brazalete después de su pelea-. Nunca me di cuenta de lo obvias que eran las muestras de afecto de Klaus esa noche.
-Ese tipo de cariño es para siempre ¿verdad? –preguntó Liz-. El para siempre de un vampiro.
-Sí, con Klaus es todo o –Caroline se echó a reír-. Te pasas el resto de la eternidad intentando luchar contra sus atenciones.
-¿Crees que estás preparada para eso? ¿Crees que Klaus podría hacerte feliz de verdad para toda la eternidad? –preguntó Liz, con una expresión seria en el rostro.
Caroline lo pensó, ¿podría Klaus hacerme feliz? ¿Podría ser lo que he estado buscando toda mi vida? Aceptación, amor, devoción eterna, una vida llena de aventuras y el hecho de que nunca me haya dejado. Dándose cuenta de eso Caroline sonrió-. Creo que ya lo hace.
-Eso es todo lo que necesito oír –Liz mentiría si dijese que estaba totalmente feliz de que Klaus fuera él que hace feliz a su hija, pero la única cosa que sabía era que cuidaría de Caroline y la amaría para siempre.
-Está bien, cambiando de tema, necesito que hagas algo por mí, necesito que llames a Matt y lo invites para que pueda hablar con él –dijo Caroline.
-Por supuesto –Liz sacó el móvil de su bolsillo y marcó el número de Matt.
-¿Diga? –respondió Matt.
-Matt, soy la Sheriff Forbes.
-¿Qué puedo hacer por ti Sheriff Forbes?
-Necesito que vengas a la mansión de Klaus.
-¿Por qué tengo que ir hasta allí? –Matt vaciló antes de preguntar-. ¿Es sobre Caroline?
-Sí, Matt, no es algo que pueda decir por teléfono, ¿puedes venir aquí por favor?
-Está bien –accedió Matt queriendo saber que ocurría con Caroline-. Puedo estar ahí en quince minutos.
-Nos vemos pronto –Liz terminó la llamada-. Estará aquí pronto. ¿Cómo quieres contárselo?
Caroline pensó en ello durante un momento antes de contárselo a su madre-. Creo que lo mejor es que se lo expliques tú. Puede que se sorprenda mucho si me ve abrir la puerta.
-Créeme que le ocurriría –Liz pensó en su propia reacción cuando Caroline abrió la puerta, el shock ni siquiera se acercaba a lo que había sentido-. ¿Puedes hacer eso de desaparecer hasta que te dé la señal para que aparezcas?
-Sí, por supuesto –Caroline accedió, queriendo facilitar la explicación para Matt de que había vuelto. Mientras esperaban a que llegara, Caroline le contó a su madre lo que ocurrió mientras era un fantasma y lo que hizo Tyler.
-No puedo creer lo que hizo Tyler –dijo Liz enfadada, ella sabía lo que era que le engañasen-. Cada vez más me parece que Klaus es mejor.
-Mamá –Caroline se echó a reír al ver la sonrisa de su madre-. Te he echado realmente de menos.
-Yo también te he echado de menos –Liz le sonrió a Caroline, antes de que pudiera decir algo más hubo un golpe en la puerta, dando un apretón a las manos de Caroline vio como ésta desapareció, se levantó y fue hasta la puerta-. Hola Matt, entra por favor.
Matt entró y se sentó-. ¿Qué sucede? –escuchó todo lo que le dijo la Sheriff Forbes.
Caroline observó como su madre le contaba a Matt que podía hacerse visible pero que aún seguía siendo un fantasma. Cuando su madre hizo la señal se volvió visible-. Hola Matt.
A Matt le empezaron a picar los ojos por las lágrimas al ver a Caroline, caminando hacia ella levantó una mano temblando para tocar la sólida piel de la mano de Caroline-. ¿Cuánto tiempo estarás así?
-Hasta que encuentren el hechizo para traerme de vuelta –Caroline abrazó a Matt fuertemente-. Me alegro mucho de verte Matt.
-Yo también me alegro mucho de verte Care –Matt enterró el rostro en el hombro de Caroline, sosteniéndola contra él, sintiendo como el amor que una vez sintió por ella seguía ahí. Quizás siempre ha amado a Elena pero había un lugar especial en su corazón reservado para Caroline. Estaba en lo cierto cuando dijo aquello sobre Elena el año anterior, una vez que te enamoras de alguien nunca puedes olvidarlos, desafortunadamente para él todos a los que había amado amaban a otras personas. Primero perdió a Elena por Stefan y después por Damon, por otro lado no pudo aceptar a Caroline porque era un vampiro y la perdió por culpa de Tyler y ahora por Klaus.
-Prométeme algo Matt –le susurró Caroline en el oído a Matt-. Cuando te gradúes sal de este infierno de pueblo y no mires atrás.
-Te lo prometo –Matt besó suavemente a Caroline en los labios-. Cuídate.
Caroline sonrió con melancolía por el beso de Matt, ya no lo amaba pero siempre se preocuparía por él. Le acarició la mejilla-. Lo haré.
Matt soltó a Caroline, por fin diciéndole adiós a esa parte de su pasado, sonriendo le dio un apretón en el brazo-. Necesito irme.
-Adiós Matt –mientras Caroline veía como Matt se iba, ella también dijo adiós a esa parte de su pasado. Era hora de mirar hacia adelante al futuro, y tendría un futuro, estaba segura de que Klaus encontraría la forma.
-Yo también tengo que irme –Liz le dio otro abrazo a Caroline-. Volveré, Caroline.
-Puedes venir a verme cuando quieras –Caroline acompañó a su madre hasta la puerta-. Adiós mamá.
Caroline se sentó, feliz de que las cosas hubieran salido bien con su madre y con Matt. Había empezado a relajarse cuando alguien tocó la puerta, levantándose fue a abrirla-. ¿Olvidaste algo? –le dieron una patada que la envió volando a la otra punta del cuarto chocando contra una mesa. Saltando se agachó gruñendo-. Hayley.
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