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CAPÍTULO 4-TRABAJANDO JUNTOS
Klaus pestañeó mientras se despertaba, sonriendo al sentir el calor en su pecho-. Buenos días Caroline –disfrutó el poder sentir su calor, el sueño de la noche pasada se repetía en su cabeza, habló con Caroline, la sostuvo y la besó. Klaus se estremeció cuando recordó la suavidad de sus labios. Klaus sonrió satisfecho mientras se sentaba, y cogió la ropa de su cómoda para dirigirse al baño. Se duchó y se vistió antes de volver a su habitación, cogió su teléfono e hizo una llamada.
-¿Hola?
-Elijah –saludó Klaus.
-Niklaus –Elijah estaba sorprendido al escucharlo-. ¿Por qué has llamado? No he oído nada de ti desde la muerte de nuestros hermanos.
-Necesito que hagas una cosa por mí –respondió Klaus.
-¿Y qué es? –preguntó Elijah intrigado, no era algo muy común que su hermano le pidiera algo, no desde antes de Katerina.
-Quiero que llames a todas las brujas que conozcas –respondió Klaus-. Solo aquellas que sepas que son competentes, no tengo tiempo para novatas.
-¿Qué hechizo necesitas hermano? No creo haya un hechizo para hacer híbridos sin la sangre de Elena.
-¡No vuelvas a mencionarme ese nombre! –Klaus enfureció al escuchar ese nombre después de haber matar a Caroline, tomará cada gota de su sangre y la drenaría mientras miraba.
-¿Qué pasó hermano? –dijo Elijah, preguntándose que podría haber pasado para que su hermano se enfureciera ante la mención del nombre de Elena.
-¿Además de ayudar a matar a Kol? –Klaus cogió aire antes de hablar-. Mató a Caroline.
-¿Caroline? –Elijah buscaba en su memoria hasta que recordó unos ojos brillantes y unos rizos rubios-. ¿Caroline Forbes? ¿La chica con la que estás obsesionado? ¿Por qué El… la doppelgänger mataría a una de sus amigas?
-Caroline es más que una obsesión Elijah, es la mujer que amo –confesó Klaus, extrañando las veces que era capaz de hablar con su hermano, antes de que Elijah lo traicionará-. Y la doppelgänger, apagó sus emociones después de que Katerina matara a su hermano. Aunque eso no la protegerá de mi ira, mató a mi chica y eso es un acto imperdonable.
A Elijah le tomó un minuto procesar el que Elena no tuviera emociones y que hubiera matado a su mejor amiga. Además de que también estaba teniendo un momento difícil el creer que Niklaus estaba enamorado-. ¿Amor, hermano? ¿No eras tú el que decías que el amor era la mayor debilidad de los vampiros? Qué no tenemos sentimientos y no amamos. ¿Qué te ha hecho cambiar?
Klaus sacudió la cabeza mientras Elijah le repetía sus propias palabras-. ¿Qué me ha cambiado Elijah? –fue hasta el ataúd de Caroline y la miró-. Caroline lo hizo. Ya no creo que el amor sea una debilidad, de hecho creo que es una fortaleza. Nos hace fuertes.
Elijah estaba aturdido por el cambio de actitud de Niklaus, podía ser posible que un bebé vampiro hubiera podido conseguir lo que él mismo y Rebekah habían fallado-. Perdóname por mi silencio hermano, es que nunca esperé que tú, de todas las personas estarías enamorado –Elijah se puso serio al recordar el motivo de la llamada, la mujer que su hermano amaba estaba muerta-. Ahora la persona a la que amas se ha ido. Supongo que quieres una bruja que la traiga de vuelta.
-Supones bien –confirmó Klaus-. Diles a las brujas que haré cualquier cosa, pagaré cualquier precio por traerla de vuelta hasta mí.
-¿Eso es inteligente, hermano? Dejar que las brujas sepan que tienes una debilidad –advirtió Elijah a su hermano.
-¡No me importa Elijah! –gruñó Klaus, el enfado recorría sus venas-. He esperado mil años para encontrar a mi compañera y no dejaré que el ansia de poder de las brujas me detenga para salvarla –cerró las manos formando puños ante el pensamiento que le cruzó por la mente-. Mataré a todos los que conozcan antes de matarlas lentamente y dolorosamente si se atreven entrometerse en mi camino.
-Relájate Niklaus –Elijah tranquilizó a su hermano-. Primero se lo preguntaré a las brujas en las que más confío y les haré saber que no se entrometan en tu camino.
-Gracias Elijah –suspiró aliviado Klaus, si podía confiar en alguien para conseguir que las brujas ayudaran ese era Elijah; moral y peligroso, una combinación mortal-. Utilizaré a la bruja Bennett aquí, tiene una gran colección de grimorios que consiguió de un brujo, creo.
-Sí, Jonas coleccionaba bastante –recordó Elijah a los Martins, ahora todos muertos-. Te serán de utilidad hermano, si hay que encontrar algo seguramente podrá estar ahí.
-Empezaré por ahí –Klaus escuchó un toque en la puerta-. Tengo que irme, Stefan y Bonnie han llegado.
-Llamaré si encuentro algo. Buena suerte –dijo Elijah y colgó.
Dejando el teléfono en su bolsillo Klaus bajó las escaleras y abrió la puerta-. Buenos días.
-Klaus –saludó Stefan mientras entraba-. ¿Dónde está Caroline?
-A salvo –Klaus los dirigió hacia el interior-. Puedo ofreceros una bebida.
-No –rechazó Stefan.
-No estoy aquí para tomar algo Klaus –Bonnie miró fijamente a Klaus-. Estoy aquí para ayudar a Caroline.
-Muy bien –Klaus sonrió sirviéndose una bebida y tomando no hay necesidad de ser hostil, no soy el que la mató después de todo, esa fue tu amiga.
Bonnie chirrió los dientes con enfado, aun con el pensamiento de que Elena mató a Caroline-. ¿Qué quieres que hagamos?
-Es bastante sencillo –Klaus bebió antes de continuar-. Quiero que busques en cada grimorio hasta que encuentres el hechizo que necesitamos.
-¿De verdad crees que es tan sencillo? –preguntó Bonnie escéptica.
-Bueno no se buscará solo si nos sentamos aquí jugueteando con nuestros dedos.
-Ya está bien –los regañó Stefan-. Klaus, quieres que busquemos en los grimorios, podemos hacerlo. ¿Qué hay de otras brujas? También estás preguntando a otras, ¿verdad?
-He conseguido a alguien en quien confío para eso. Mientras tanto, ¿Dónde tendríamos que ver tu colección Bonnie? ¿Aquí? ¿O en tu casa? La elección es tuya –Klaus se recostó mientras esperaba la respuesta de Bonnie.
-No están en mi casa –Bonnie estaba contenta de que no estuvieran en su casa ya que no quería invitar a un hibrido Original asesino a su casa.
-¿Entonces dónde están?
Bonnie puso los ojos en blanco-. Están en casa de las brujas donde escondimos tus ataúdes. Así que nuestras opciones son, ir todos hasta allí para verlos o Stefan y yo traemos los libros hasta aquí.
Klaus arqueó una ceja-. ¿Entonces que será, mi casa o la de las brujas?
-La casa de las brujas –Bonnie se levantó enfadada-. No me culpes si te dan una aneurisma. ¿Vienes? –dijo dirigiéndose a la puerta.
Klaus se rio y la siguió fuera-. No te preocupes por ellas, la última vez que lo intentaron las amenacé con matar a todos sus descendientes vivos –Klaus sonrió con suficiencia-. No serán un problema.
-No tengo ni idea de lo que Caroline ve en ti –Bonnie entró en el coche, esperó a que Klaus y Stefan se metieran en él y condujeron hasta la casa de las brujas. Un poco después de llegar, Bonnie salió, fue hasta la puerta y la abrió, dándose la vuelta señaló a Klaus y a Stefan-. Sígueme, están en el sótano.
-Guíame –Klaus siguió a Bonnie hasta que llegaron al sótano, mirando a su alrededor asintió con apreciación-. Buena colección. Esperemos encontrar lo que estamos buscando.
-Eso espero -Bonnie señaló la pared de la izquierda-. Yo empezaré con éstos –señaló la pared de la derecha-. Klaus, tú leerás esos y Stefan, tú aquellos –señaló la pared de en medio, antes de coger varios libros y sentándose en el suelo.
Stefan estaba a punto de coger algunos libros cuando pensó, ¡Liz! Iba a volver a por Caroline. Y Matt, tengo que decírselo-. ¿Bonnie? –ella lo miró-. Tengo que decirle a la madre de Caroline donde se encuentra ella y tengo que darle las noticias a Mat.
-Oh dios Matt –Bonnie estaba horrorizada por haber olvidado el decírselo-. No se me había pasado por la cabeza.
-Lo acabó de recordar, hemos estado un poco ocupados –Stefan intentó tranquilizarla, aunque se sintiera igual de mal-. Lo mejor será que vaya a decírselo –se dio la vuelta para irse.
-¿Stefan? –dijo Bonnie con lágrimas en los ojos-. Por favor, no se lo digas a Matt por teléfono. Amaba a Caroline, se merece oírlo en persona.
-Lo prometo –Stefan salió fuera, con su teléfono en la mana marcó a la Sheriff Forbes.
-¿Stefan? ¿Ha pasado algo? –preguntó Liz, su voz era rasposa por las lágrimas que intentaba aguantar.
-Te llamaba para decirte que Caroline no está en mi casa ahora mismo –Stefan realmente no sabía cómo decírselo todo suavemente, así que decidió decirle la verdad.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Dónde está?
-Caroline está en la mansión de Klaus, hizo que Bonnie hiciera un hechizo de preservación para su cuerpo –Stefan vaciló un momento antes de continuar-. Vamos a buscar una manera de traerla de vuelta.
Liz estaba en shock por lo que había dicho Stefan-. ¿Puedes hacerlo? ¿Traerla de vuelta?
-No lo sé –Stefan se rascó la parte de atrás de su cuello y suspiró-. No sería la primera vez que alguien ha vuelto de la muerte en este pueblo.
-¿Klaus te está ayudando?
-En realidad, fue su idea.
Liz respiró profundamente ante sus palabras-. De verdad, la ama, ¿no?
-Si –Stefan no tenía ninguna duda de los sentimientos de Klaus después de su reacción ante la muerte de Caroline. El ser más poderoso de la existencia cayó de rodillas ante su cuerpo sin vida.
Uau. La criatura más poderosa de la Tierra está enamorado de mi hija. Liz estaba desconcertada por ese pensamiento-. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?
-Lo mejor que puedes hacer es inventarte algo para explicar la ausencia de Caroline –Stefan no quería que nadie descubriera la muerte de Caroline por si conseguían traerla de vuelta, no habría explicación para eso.
Liz buscó un su cerebro una excusa creíble cuando recordó, Bill murió y Caroline no había visitado a su pareja-. He pensado en algo. Diré que Caroline ha ido a visitar a la pareja de Bill, Stephen antes de su graduación.
-Eso será perfecto –Stefan estuvo de acuerdo con la sugerencia de Liz, eso les permitiría tener el tiempo suficiente como ara traer a Caroline de vuelta-. Cuéntaselo a quien tengas que decírselo y ya te iré contando sobre nuestros progresos.
-Está bien. Tenemos a un híbrido de mil años y a una bruja muy poderosa buscando el hechizo –Stefan intentó calmarla, dejando claro que lo tenían bajo control-. Confía en mí, no se detendrán hasta que lo encuentren.
-Bien –suspiró Caroline derrotada-. Voy a dejar a mi hija en tus manos.
-No lo lamentarás. No hay nada que me importe más que traerla de vuelta, no descansaré hasta que eso ocurra –prometió Stefan, necesitaba a su mejor amiga de vuelta, Caroline se había ido solo un día y ya la echaba de menos como loco.
-Sé que lo harás. Adiós –Liz colgó e inmediatamente empezó con su tarea de hacerle saber a la gente que Caroline estaba fuera del pueblo visitando a Stephen.
Stefan respiró profundamente antes de hacer la siguiente llamada-. Matt soy Stefan. ¿Estás trabajando hoy?
-Trabajo esta noche, ¿Por qué? –respondió Matt.
-¿Podemos vernos en mi casa? Es importante –Stefan esperó que pudiera, no quería darle las noticas por teléfono y le había prometido a Bonnie que no lo haría.
-Claro tío –respondió Matt, preguntándose que estaba pasando-. Te veré allí pronto –entonces colgó.
Stefan guardó su móvil en el bolsillo y corrió de vuelta a su casa, esperando que la carrera le despejara la cabeza. Cuando llegó esperó fuera a Matt. Más pronto de lo que le hubiera gustado Matt llegó, mientras se acercaba a él, Stefan intentó sonreírle-. Hey Matt, gracias por venir.
-No hay ningún problema. ¿Qué está pasando? –preguntó Matt al lado de Stefan.
-Vamos a entrar –Stefan guío a Matt al interior, pasando al lado del sofá, se sentó en uno de los sillones y Matt en el otro.
-Enserio tío, estas empezando a asustarme –dijo Matt preocupado-. ¿Qué está pasando?
Stefan vaciló un minuto antes de sentir un calor envolver su mano, casi suspira de alivio cuando notó la presencia de Caroline. Gracias a dios que está aquí. Sonrió hacia su mano brevemente antes de dirigirse a Mat-. Anoche pasó algo.
-Está bien Stefan –Caroline cubrió la mano de Stefan con las suyas mientras veía como se removía-. Estoy justo a tu lado –odiaba que le fueran a decir a Matt cuando ya tenía tanta tristeza en su vida, pero por otro lado sabía que se sentiría traicionado si no se lo decían. En silencio vio como Stefan le contaba a Matt que estaba muerta.
-¿Sabes que Elena ha sido despiadada sin su humidad? –viendo como asentía Matt Stefan continuó-. Ayer fue a por Caroline durante todo el día. En la competición de animadoras, Elena no cogió a Caroline a propósito después de que le llamará la atención por alimentarse de la competición. Después cuando montó una fiesta se puso celosa de que Caroline y yo bailáramos juntos.
-¿Vale? –Matt estaba confundido por la seriedad de Stefan. Parece que haya muerto alguien-. Bueno, eso es malo, otra razón por la que hay que traer de vuelta la humanidad de Elena tan pronto como sea posible –Matt frunció el ceño mientras miraba a Stefan-. Eso no explica porque estas tan serio.
-Hay más –Stefan respiró preparándose a sí mismo-. Elena intentó matar a la madre de Caroline en la fiesta, entonces la secuestró a ella. Caroline y yo fuimos detrás de ellos, nos separamos para buscarla –Stefan cerró las manos preparándose para decir las siguientes palabras-. Caroline y Elena estaban luchando, intenté legar lo más rápido posible pero fue demasiado tarde.
-¿Demasiado tarde para qué? –Matt no podía creer que Elena hubiera intentado matar a la Sheriff Forbes, ¿Cómo podía cambiar tanto una persona al no tener humanidad?
-Demasiado tarde para salvar a Caroline –Stefan sintió las lágrimas llenar sus ojos otra vez mientras su voz se quebraba-. Elena la apuñaló.
-No –Matt tenía los ojos llenos de lágrimas-. No. No. Caroline no está muerta. No está muerta. Elena no haría eso –las lágrimas cayeron por sus mejillas-. No puede ser.
-Oh Matt –lloró Caroline mientras se acerba a él y se sentaba a su lado. Deseó con todo su corazón poder tomarlo en sus brazos para consolarlo. Matt fue el primer chico que amó y una parte de ella siempre lo amaría.
-¿Por qué me lo estás diciendo ahora? –explotó Matt fulminando a Stefan con la mirada-. ¿No soy lo suficientemente importare porque soy humano? La conozco hace mucho más tiempo que tú –de repente un extraño calor cubrió sus hombros. ¿Qué demonios ha sido eso?
Caroline no podía soportar más el dolor de Matt, escuchándolo preguntarse porque no se lo habían por el hecho de ser humano hizo su corazón añicos. Sollozando envolvió sus brazos en el hombro de Matt, intentando disminuir su dolor.
-Lo siento Matt, no fue nada de eso –Stefan no podía soportar el haberle hecho daño a Matt, el único de ellos que aún era inocente, aún era humano-. Anoche pasaron muchas cosas. Traje a Caroline a mi casa, llamé a su madre para que viniera para poder darle las noticias. Después de que se fuera, Klaus vino y…
-Espera. ¿Klaus? –interrumpió Matt a Stefan-. ¡Se lo dijiste antes a Klaus que a mí!
-No Matt. Klaus vino a hablar conmigo, intentó que se fuera pero sabes que no puedes decir a Klaus que haga algo que no quiere hacer, entró y la vio –Stefan le explicó Stefan a Matt-. Sabes lo que siente por ella, ¿crees que tuve alguna oportunidad para que la dejara sola?
Matt aun estaba enfadado pero sentía más la tristeza que crecía en él, Caroline se había ido y aun así otra vez había perdido a alguien a quien amaba-. Quiero verla. ¿Dónde está?
Stefan se pasó las manos por el rostro-. Estamos buscando la forma de traerla de vuelta. Bonnie, Klaus y yo estamos trabajando juntos.
-¿Crees que podréis? ¿O es una falsa esperanza? –preguntó Matt, aun sintiéndose herido por ser el último en saberlo. Sintió otra vez el calor-. ¿Por qué hace calor aquí?
Stefan movió rápidamente la cabeza-. ¿Calor? ¿Dónde lo sientes?
Matt frunció el ceño-. Alrededor de mis hombros, ¿Por qué?
Stefan le sonrió-. Es Caroline. Tiene su brazo alrededor de ti.
-¿Qué? –Matt miró a su alrededor antes de mirar a Stefan-. ¿Puedes verla? ¿Cómo Jeremy?
-Desearía poder hacerlo, pero por desagracia no puedo –respondió Stefan-. Desde que murió, cuando sentimos un toque de calor, es Caroline, está intentando consolarnos desde el Otro Lado.
-Esto es mucho para procesar –Matt estaba por una parte aliviado al saber que Caroline lo estaba tocando, era una sensación extraña no ser capaz de verla-. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?
-Vivir tu vida –respondió simplemente Stefan-. Asegúrate de que nadie se entere de que está muerta y déjanos a Klaus, Bonnie y a mi encontrar el hechizo para traerla de vuelta.
-¿Cómo se supone que debo hacer eso? La gente empezará a sospechar cuando no vaya al instituto.
-Ya está cubierto –Stefan estaba contento de tener una explicación para eso-. La Sheriff Forbes le dirá a la gente que Caroline fue a ver al novio de su papá.
-Eso tiene sentido –Matt estaba de acuerdo-. Necesito irme y estar solo para estar de luto –se levantó y se fue.
-Está bien –Stefan acompañó a Matt hasta su coche y ver como entraba en él. Antes de que se fuera, tenía que decir algo-. Lo siento de verdad Matt.
-Lo sé. Dime si encuentras algo para ayudarla –dijo Matt antes de conducir haca su casa.
Stefan decidió volverá la casa de las brujas caminando para poder controlar sus emociones.
Caroline aún estaba sentado en el sofá llorando, no sabía cuánto más podía aguantar, viendo a la gente que amaba llorar su muerte. Quería que la sostuvieron, gimoteando gritó-. ¡Kol! Kol te necesito.
-Hola cariño –Kol apareció delante de ella.
Saltando Caroline envolvió sus brazos alrededor de él, llorando en su hombro-. Necesito que me sostengan.
Envolviendo sus brazos alrededor de ella, Kol la sostuvo cerca, frotando se espala mientras los sollozos rompían el cuerpo de Caroline-. ¿Qué pasó?
-Stefan le dijo a Matt lo que me pasó –respondió Caroline-. Fue tan duro verlo sin ser capaz de hacer anda.
-Conozco esa sensación Caroline –Kol se apartó de Caroline para mirarla a los ojos-. Tuve que ver como Nik estaba atrapado en esa casa con solo mi cuerpo como compañía, vi como no hacía nada excepto mirar con los ojos llenos de lágrimas –la ira inundó sus ojos-. Entonces ese chucho despreciable se mofó de él, incluso tú le dijiste cosas.
-Lo siento, fue porque Tyler estaba ahí –Caroline se limpió las lágrimas-. No podía decir lo que quería con él ahí. Así que dije esas palabras para que Klaus me mordiera –Caroline mordió su labio mientras recordaba estar al borde de la muerte-. Realmente pensé que iba a dejarme morir.
-Estoy seguro de que lo hubiera hecho si el chucho no te hubiera dejado allí –Kol le sonrió-. Y hubiera sido el peor error de su vida. Matar a la mujer ama por su estúpido orgullo.
-Lamenté mis palabras tan pronto como las dije –Caroline estaba enfadada y confundida por sus sentimientos cuando los dijo, ¿Cómo podía importarle el hombre que había matado a la madre de su novio? Ahora era Tyler el que no valía las calorías que quemaba al hablar con él-. Intenté arreglarlo con él incluyéndolo para descifrar la espada –ella puso los ojos en blanco-. No es como si hubiéramos podido hacerlo sin él, ya que no hablamos arameo y tu hermano sabe cómo un billón de lenguas.
-El conocimiento es poder cariño, y no hay mayor poder que el saber que están diciendo tus enemigos.
-¿Pero arameo? ¿En serio? ¿Cuánta gente has conocido que lo hable? –Caroline aun no podía creer que Klaus hablara arameo.
-Obviamente es algo bueno lo que hizo o no hubieras sido capaz de descifrar la espada –Kol sonrió con suficiencia y ella hizo un puchero.
-Lo sé. Lo sé.
-¿Te sientes mejor ahora?
-Si –Caroline le sonrió a Kol en agradecimiento-. Gracias Kol, necesitaba a alguien y viniste.
-Cuando quieras, futura hermana –Kol se rio guiñándole un ojo-. ¿Ahora, deberíamos visitar a mi hermano y ver si han hecho algún progreso?
Caroline se sonrojó por el comentario de "futura hermana", sin saber que decir colocó las manos en las de Kol-. Vamos a ver a Klaus –el aire cambió y aparecieron en el sótano de la casa de las brujas.
Sentados en el suelo y rodeados de libros se encontraban Klaus, Bonnie y Stefan. Sentados en silencio, el único sonido era el de las antiguas hojas al pasar.
-He visto funerales más animados que estos tres –dijo Kol mirando a los tres en silencio.
-¡Kol! –Caroline lo golpeó en el estómago-. No es que se caigan bien exactamente, no estoy sorprendida de que no estén hablando.
-Vamos a echar un vistazo a lo que están leyendo –Kol fue hacia Klaus, leyendo la página-. Nada en esta página –fue hacia Stefan leyendo su página-. No, nada por aquí –fue hacia Bonnie mirando a la suya, leyendo las palabras sus ojos se iluminaron-. Bingo.
-¿Qué es? ¿Es el hechizo que necesitamos? –preguntó Caroline, su corazón se encogió anticipándose a la respuesta, ¿Podría ser ese el final de esta pesadilla?
-No del todo –Kol vio el rostro de Bonnie mientras leía lo que acababa de leer él, una pequeña sonrisa iluminó sus facciones y la esperanza llenó sus ojos.
-¿Chicos? Creo que he encontrado algo –Bonnie comprobó otra vez lo que acababa de leer para asegurarse.
-¿Qué es? –preguntó Klaus, intentó ser cauto ya que no quería hacer crecer sus esperanzas. No puede ser tan fácil, ¿no?
-Es un hechizo –respondió Bonnie-. No el que necesitamos pero uno que nos puede ayudar mucho.
-¿Y bien? –Klaus estaba impaciente por escuchar sobre el hechizo-. No nos tengas con el suspense, ¿qué es?
-Es un hechizo para atar el alma a un objeto, a un lugar o a una persona. El espíritu se manifestará a los otros si quiere, siempre y cuando esté cerca del objeto al que está atado –Bonnie explicó lo que había encontrado.
Stefan tragó saliva-. ¿Estás diciendo…
-Seremos capaces de verla –susurró Klaus asombrado. Ser capaz de ver y oír a Caroline era un paso en la dirección correcta.
-Eso es lo que estoy diciendo –respondió Bonnie, la excitación crecía en su interior.
-Hazlo –ordenó Klaus.
-No es tan simple –Bonnie puso los ojos en blanco, no seguía órdenes de Klaus-. Necesito emplear su espíritu desde el lugar en el que murió.
-Se dónde es –Stefan nunca olvidaría el lugar donde murió Caroline.
-Para la próxima luna llena tenemos que escoger algo a lo que atar a Caroline. Tengo casi todo lo que requiere el hechizo y puedo conseguir el resto.
-¿Cuándo es la próxima luna llena? –preguntó Stefan.
-En tres días –respondió Klaus inmediatamente, siempre sabia el ciclo lunar por su lado lobuno.
-Lo tendré todo preparado para entonces –Bonnie se levantó cogiendo el grimorio-. Voy a ir a casa a estudiar el hechizo. Nos vemos aquí mañana al mediodía –recibiendo la confirmación de ellos se fue.
-Mejor dejemos la lectura Stefan, hasta que vuelva Bonnie –Klaus se levantó, una nueva esperanza lo llenaba. Tres días hasta que pueda verla.
-Muy bien, me voy a casa –Stefan se levantó y subió las escaleras. Y dijo sobre su hombro-. Hasta mañana.
-Hasta mañana –Klaus vio como Stefan se iba. De pie en medio del cuerpo podía sentir a Caroline-. ¿Lo escuchaste amor? En tres días serás capaz de hablar con nosotros, seremos capaz de verte –sonrió-. Es un paso más cerca para traerte de vuelta –Klaus se fue dirigiéndose hacia su casa.
Caroline miró a Kol y abrió los ojos en shock-. Oh dios mío.
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