La batalla iba muy mal, Miroku había atrapado muchos insectos venenosos con su agujero negro y estaba fuera de combate, Sango estaba tratando de protegerlo, Inuyasha protegía a Kikyo ya que Naraku estaba empeñado en matarla de las primeras y Sesshomaru se mantenía junto a Kagome, quien trataba de tener un tiro limpio directo al pecho de Naraku, pero era imposible ya que se protegía con un campo de energía, el único capaz de deshacer aquellos era Inuyasha, debían acercarse a el e idear un plan.

-Debemos ir con ellos- dijo Kagome un tanto asustada- es la única manera
-Ok, yo lo distraigo

Sesshomaru comenzó a pelear cuerpo a cuerpo con Naraku, dándole la oportunidad a Kagome de ir con su medio hermano y la sacerdotisa de barro, cuando se aseguró que estuviera a su lado, trató de distraerlo para que no los atacara, Kagome tenía miedo de estar junto a Inuyasha, pero haría un esfuerzo para detener a Naraku.

-Inuyasha- comenzó a hablar- necesito que deshagas el campo de Naraku para que tengamos un tiro limpio
-¿Tengamos?- interrogó alzando una ceja
-Necesitare la ayuda de Kikyo- miró a la otra sacerdotisa- tienes mejor control de tus poderes, yo aún no los controlo del todo
-Bien, lo haré- Kikyo se puso junto a Kagome- Inuyasha, no falles
-No lo haré

Los tres comenzaron a acercarse a Naraku, mientras Sango se encargaba de subir a Miroku en Kirara, lo puso a salvo y ella fue con los demás.

Inuyasha llamó la atención de Naraku y comenzó a pelear con el mientras Sesshomaru recuperaba un poco de aire, Kikyo y Kagome se pusieron en posición de ataque un poco más atrás, cuando vieron que Inuyasha se deshacía del campo, lanzaron ambas flechas.

Naraku abrió los ojos impresionado, le había dado en el corazón y en el brazo, comenzó a caer y también a deshacerse lentamente, la perla cayó y rodó en el suelo, Kagome corrió a ella y la vio totalmente oscurecida, la tomó y cerró los ojos para concentrarse y purificar la perla.

Cuando abrió los ojos, todos estaban junto a ella, el monje se sentía mucho mejor y ya no poseía el agujero negro en su mano, aunque la felicidad duró solo un momento, todos vieron como un portal se abría y se llevaba a Kagome con el, Inuyasha utilizó a colmillo de acero y abrió una media luna que llevaba al mismo lugar, ya que su espada se había funcionado con la de su hermano, pero antes que pudiera ir por su amiga, Sesshomaru se adelantó y entró en aquel portal.
***
Kagome no quería abrir los ojos, tenía miedo ya que no sabía dónde se encontraba.

-Miko, abre los ojos- esa voz, ella la conocía bien, sacó sus manos de sus ojos lentamente y notó que estaba flotando, frente a ella estaba la perla, ¿siempre fue ella?
-¿Eras tu?- cuestionó con voz temblorosa- ¿por qué?
-Trataba de protegerte, niña- dijo simplemente
-Puedo protegerme sola- dijo enfadada- ¿y ahora por qué estoy en este lugar?
-Debes pedir el deseo correcto, si no, el volverá
-¿Naraku?
-Si, el pidió un deseo antes que la perla estuviera completa
-¿Y ahora debo pedir el deseo correcto?
-Si
-¡Miko!

Escuchó la voz de Sesshomaru y comenzó a buscarlo, pero solo veía oscuridad, se estaba desesperando, en un susurro dijo su nombre.

-¿Quieres verlo?- interrogó la perla- puedes pedirlo y yo lo cumpliré
-¿Ver a Sesshomaru?
-Solo debes desearlo
-Yo...yo...- estaba dudando, realmente quería verlo, a su lado se sentía a salvo, quería estar con el- quiero...estar con Sesshomaru
-Debes desearlo- insistió la perla- debes decir "deseo estar con Sesshomaru"
-Deseo...
-¡Miko, no pidas nada!- lo escuchaba gritar, más su mente no dejaba de insistir en que pidiera aquel deseo

Se obligó a sí misma a no hablar, esperaría por Sesshomaru y pediría el deseo, la perla aún seguía insistiendo, pero ella simplemente no obedecía, se tapó los oídos para no escuchar nada de lo que dijera, también cerró los ojos y en su mente solo repetía una y otra vez el nombre del youkai.

-Miko- sintió como tomaban su mano y la tiraban- ya estoy aqui- abrió los ojos y notó que estaba abrazada a Sesshomaru
-Has venido por mi
-¿Que ibas a desear?
-Yo...yo quería...volver a tu lado

Sesshomaru la observo y supo que no estaba mintiendo, le acaricio la mejilla y la besó lentamente, cuando se separaron Kagome miró la perla y sonrió.

-Pediré mi deseo
-¿A si?- interrogó la perla- ¿y cuál es?
-Perla de Shikon- habló determinadamente- ¡deseo que desaparezcas!

Una luz los rodeó y ambos cerraron los ojos, Sesshomaru abrazó más fuerte a Kagome contra su cuerpo y no la soltó hasta que sintió que tocaban tierra.

Al abrir los ojos vio que se encontraban en la época actual, y frente a ellos estaban Naomi, Sota, es abuelo y Toga, todos los miraban, la primera en reaccionar fue Naomi, quien se acercó a Kagome y la atrajo en un abrazo, ella correspondió inmediatamente.

-¡Estaba muy preocupada!- decía su madre con lágrimas- ¡el pozo desapareció por tres días!
-¿Tres días?- asombrada por la noticia se separó para mirarla a los ojos- ¿estuvimos tres días en aquella oscuridad?- se volteó hacia Sesshomaru, justo a tiempo para verlo desaparecer a través del pozo.
***
Tres años después

Cada día trató de cruzar el pozo, cada día se preguntaba si el la recordaría, cada día lloraba en brazos de su madre echándose la culpa por haber pedido aquel deseo, cada día se paraba frente al pozo y deseaba volver a verlo, aunque fuera una última vez.

Había terminado de estudiar y había entrado a la universidad, estudiaría historia y arte, por el momento, se encontraba tomando unas pequeñas vacaciones y luego volvería a su rutina diaria de ir y volver de su lugar de estudio.
***
Cuando Sesshomaru volvió al sengoku todos comenzaron a hacerle preguntas con respecto a la miko futurista, pero el los ignoró a todos y cada uno de ellos, siguió con su camino y fue junto a Rin y Jaken.

Tomó la decisión de dejar a la pequeña Rin con Kaede, ella necesitaba de más humanos para crecer, tres años habían pasado y la iba a visitar al menos una vez al mes, se encargaba de su bien estar y que nada le faltara, también visitaba el pozo constantemente para ver si podía cruzar, pero siempre era en vano.

En ocasiones se topaba con Inuyasha y la miko de barro, pero no se decían nada, no eran necesarias las palabras, todos querían lo mismo, "que ella volviera".

Sango y Miroku se habían casado y habían tenido gemelas, y ahora estaban esperando tu tercer hijo, estaban felices y también tristes, pues querían a su amiga presente para darle la noticia, sabían que ella estaría encantada.

Kohaku estaba entrenando para ser un gran exterminador y había pedido al Herrero totosai que le hiciera un arma, y Shippo entrenaba para mejorar sus técnicas de magia, visitaba la aldea de vez en cuando, pero dentro de su corazón había un enorme vacío, después de todo, Kagome era la persona más importante para el, después de su padre, claro.