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II

Cuando cruzaron lo primero que vieron a lo lejos fue unos gigantescos huesos junto a una armadura.

-¿Que es...eso?- pregunto Kagome sorprendida
-Esos...son...los huesos de mi padre
-¿Tu padre?
-Si, el era un perro-demonio
-oh...- solo pudo decir eso, se subió a la espalda de Inuyasha y comenzaron a acercarse. Cuando llegaron entraron en la boca y caminaron hasta el fondo, se encontraron con Sesshomaru y también una espada incrustada en el centro. Sesshomaru se volteó para verlos y avanzo a la espada, en cuanto tomo el mango intento sacarla, pero no pudo.

-¡Ja!, no eres tan fuerte ¿o si?- se burlo Inuyasha y se acercó el a la espada, también intentó sacarla pero nada
-Creo que la espada tampoco te quiere- dijo Kagome, recibiendo una mirada fulminante de parte de Inuyasha- es igual que con la perla ¿no?- se burló de el
-¡Callate!, ¡solo está apretada!
-Si, como no- dijo rodondo los ojos- entonces por que el no pudo ¿eh?- pregunto mirando a Sesshomaru
-¡Por tonto!- Sesshomaru al verse insultado se acercó a Inuyasha para atacarlo, comenzaron una lucha dentro de su padre, Sesshomaru usaba sus garras venenosas e Inuyasha sus garras de acero.

Kagome se estaba aburriendo, ¿enserio solo eso podían hacer? Se acercó a la espada y se quedó mirándola, ¿todo por un objeto tan antiguo y maltratado?, se preguntó mientras la tomaba del mango.

-¡Oigan, parecen dos niños peleando por un dulce!- les gritó mientras avanzo hacia ellos y también sacó la espada- ¿eh?
Ambos hermanos se quedaron mirándola, uno sorprendido y otro con su orgullo dañado, ¿¡una humana pudo sacarla y el no!?, la miro fríamente y fue hacia ella.
-Entregamela- dijo mirándola a los ojos, pero ella se quedó quieta mirándolo ¿es que no le temía?
-Yo la saqué, ¿por qué debería dartela?- le desafío retrocediendo y abrazando la espada contra su pecho- además, si te la doy... me matarás
-Que lista- le arrebató la espada haciendo que cayera de trasero al suelo, luego desenfundó la espada, pero no pasaba nada, se suponía era una buena espada,al no ver resultado pensó que quisas todo era una mentira, Inuyasha fue tras el para pelear, lo empujó fuera de los huesos de su padre haciendo un agujero en el estómago de este, una vez afuera comenzaron una nueva pelea.
"¡Kami, es lo único que hacen!" Pensó Kagome saliendo a ver como peleaban, una vez afuera se sentó a verlo todo, realmente no quería quedarse aquí por mucho tiempo, no tenía mucha paciencia como para verlos pelear siempre que se encontraran, vio a Sesshomaru avanzar con la espada empuñada hacia Inuyasha, se levantó y buscó su arco, apuntó y disparó hacia la espada, antes de siquiera tocarla Sesshomaru retrocedió, dándole tiempo a Inuyasha de arrebatarsela.
-¿Esto es lo que buscabas?- pregunto mirando y olfateando la espada- solo es una espada vieja
-¿No sabes que espada es?- Sesshomaru bajo quedando frente a ellos- es colmillo de acero, esta hecha con el colmillo de nuestro padre
-Valla- se quedó mirando la espada- y para que la quieres, tu ya eres fuerte y no necesitas más poder
-Claro que sí, y esa espada será mía, así tenga que matarlos a ambos
-¿Realmente no saben hacer otra cosa?- pregunto Kagome y ambos la miraron- ¡terminare volviéndome loca!, ¡solo es una espada, cual es el problema! ¿¡realmente van a pelear cada vez que se vean!?
Realmente esta enojada, ¡eran dos niños nada más!.
-¡No lo entenderías!- le grito Inuyasha -No te metas
-Bien, me voy- se dio la media vuelta y camino por donde habían venido- un momento, ¿cómo salgo de aquí?
-De la misma manera que entramos ¿no?- dijo el hanyo- te llevaré, vamos
-¡No te llevarás la espada!- se lanzó contra los dos, Inuyasha empujó a Kagome lejos y le dijo que la protegería, colmillo de acero comenzó a palpitar y se transformó en una espada más grande, también más pesada e Inuyasha se puso a pelear contra el.
Sesshomaru se transformó en un perro-demonio gigante de color blanco y ojos rojos, su luna menguante seguía en la frente y sus líneas se habían alargado un poco.
Kagome miro fascinada y aterrada a aquel demonio, tenía ganas de acariciarlo y ver que tan suave era su pelaje, quería estirarse en el lomo de...¿¡pero que estaba pensando!? ¡el quería matarlos! Debía estar loca, pero no podía negar que de verdad queria tocarlo, salió de sus pensamientos cuando vio a Inuyasha cortarle una pata delantera, miro con horror la escena frente a ella, su corazón latía rápidamente y dolía, se sentía culpable, pero nada podía hacer.
***
Una semana había pasado, luego de volver a la Aldea, comenzaron a buscar los demás fragmentos de la perla, en el camino conocieron a Shippo, un adorable kitsune de cabello castaño y ojos verdes, y a Miroku, un monje libidinoso, empezaron a viajar juntos, tanto para juntar los fragmentos como para acabar con Naraku.
Kagome estaba estresada, tenía muchas cosas que pensar y hacer, sin contar que aún tenia la angustia de aquel día cuando Sesshomaru perdió su brazo, sabía que no debía sentirce así pero su corazón le decía lo contrarío, salió de la Aldea y se adentró en el bosque, ese lugar se estaba volviendo su favorito y también aquel donde podía pensar con más claridad.

Camino quince minutos y llego al lugar donde lo conoció por primera vez, camino un poco más y llego a la orilla del río, se sentó en el césped y se quitó los zapatos, los calcetines y metió los pies en el agua, jugo un rato y trato de relajarce, cerró los ojos y su mente retrato el rostro de aquel demonio.
-Sesshomaru...- susurro sin notarlo, abrió lentamente los ojos y suspiro, debía estar loca pensando en alguien a quien solo había visto dos veces, y siquiera habían entablado una conversación, solo habían discutido y tenía suerte por no haber muerto. Se estiró en el césped y miró el cielo, realmente amaba estos paisajes.
Sintió unas ramas quebrarse, se levantó rápidamente y miró todo el lugar, buscando de dónde venía el ruido.
De unos arbusto apareció una pequeña niña de cabello castaño y con una pequeña coleta, ojos grandes y café, un kimono color naranjo y junto a ella estaba Jaken.
-¡Vamos señor Jaken, ahí está el...- no termino su oración, quedo parada a unos pasos de Kagome- disculpe señorita, no sabia que estaba aqui- le dijo con una sonrisa
-Oh, no... esta bien- le respondió con una sonrisa- ¿estás sola?
-No, me acompaña el señor...- miro tras ella y no vio a nadie- Jaken
-¿Jaken?, ¿no es el acompañante de Sesshomaru?- pregunto mientras se ponía los zapatos
-¡Si, el mismo!- respondió sonriente- ¿usted conoce al amo?
-¿Amo, hablas de Sesshomaru?- recibió un asentimiento- pues...si, lo conozco, pero dime, ¿cómo te llamas?
-Rin, ese es mi nombre
-Pues mucho gusto Rin, yo soy Kagome- se acercó y estiró su mano, Rin la tomó y le sonrió
-Es un nombre muy lindo, señorita
-Gracias, tu nombre también es lindo, y tu eres muy tierna
Estaban muy felices charlando, cuando Kagome sintió que había un fragmento cerca, miro el lugar y algo se acercaba.
-¡Rin, debes huir!- le dijo a la pequeña- ¡vete!
Rin no alcanzó a avanzar cuando un demonio gigante salió de entre los árboles avanzando hacia ellas, Kagome por instinto abrazo a Rin para protegerla, pero no sintió nada, abrieron ambas los ojos y vieron que un látigo verde estaba deteniendo el brazo del demonio.
-¡Amo Sesshomaru!
Luego llegaron Inuyasha y los demás, Shippo llegó con el arco de Kagome y se lo entregó.
-¡Apunten a la cabeza, tiene un fragmento!
Inuyasha sacó a colmillo de acero y fue contra el demonio, trato de atacarlo pero solo recibió un golpe en el estómago, Sesshomaru lanzó su látigo hacia la cabeza y Kagome lanzó una flecha, esta lo purifico de inmediato y el fragmento cayó.

Se acercó a tomarlo y notó que estaba de color negro, recordó lo que dijo la anciana kaede, si era cierto, solo debía tocarlo y este volvería a ser como era, y así pasó, lo tomó y volvió a ser de color rosado, sacó un frasco de cristal y lo guardo junto a otros dos fragmentos.
-Muchas gracias Sesshomaru, de no ser por ti...habría muerto- lo miro, y luego miro a Rin- ¿Estas bien pequeña?
-Si, muchas gracias
-Rin, vamos- se dio la vuelta y se fueron
Luego de aquello, fueron a la cabaña de kaede, sacaron comida de la mochila de Kagome y se dispusieron a cenar, durante esta semana habían pasado muchas cosas, y sabia que aún no acabarían, no hasta que juntaran los fragmentos y derrotaran a Naraku.

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