Cap 44... Llamados
(Tom)
Estaba tan enfrascado en charlar con mis pensamientos que no me di cuenta que había despertado. Ella se había acomodado en el sillón y me mirada en silencio muy seriamente. Entendí esa mirada y decidí hablar.
- No necesitas decir nada Kate ... compr...
- Y que sabes tú de lo que quiero decir - me cortó. Su contestación me dejo un poco atónito.
- Lo que sucedió hace un rato...
- ¿no lo has disfrutado? - volvió a dejarme sin respuesta.
- Claro que lo he hecho no entiendo porque me preguntas – ella sonrió
- Porque me encanta incomodarte Tom. – sonreí.
- Realmente puedes hacerlo. - me acerqué un poco más. Ella levantó su mano y la posó en mi mejilla. – sigo sin entender...
- No hay nada que entender Tom. Ha pasado.
- Pero tú sabes de mis sentimientos hacia ti. Siempre lo has sabido a pesar de haber terminado hace mucho.
- Lo sé. Pero somos almas libres
- ¿con quién estoy hablando? – Kate rió por lo bajo.
- No quiero estar atada a nada Tom. Y tú lo sabes.
- ¿Cómo es eso del alma libre?
- ¿acaso tu no lo eres? - repreguntó seria.
- Claro siempre... - hice silencio y la observé, me había pillado.
- Lo has sido- completó. - ¿ahora me entiendes no? - mi corazón se paró.
- Sí, creo- dije triste.
- Tom, ¿eres muy importante para mí y lo sabes no?
- Como tú a mí.
- Creo que deberíamos dejar de pensar tanto- ella se acercó más a mi rostro. Pasó su mano por encima y tomo de mi costado una cajilla de cigarros. – permiso- volvió a su lugar. Saco su encendedor y prendió uno. Ambos eso quedamos en silencio.
- ¿Qué pasará ahora? - dije
- No lo sé-hizo un silencio-sonrió.
- ¿cumberbacht? – lo dije, lo único que quería saber era como estaba su situación con él. Vi como Kate se tensaba, no le gustaba hablar de eso. Pero debíamos hablar.
- Que quieres saber- trato de sonar tranquila-
- Ya sabes- dije ofuscado. Me levanté del sillón.
- Estamos separados hace tiempo. Lo sabes a eso Tom.
- Claro que lo sé. – comencé a ponerme un poco nervioso. – solo quiero saber si sigues amándolo. - era algo que me tenía un poco trastornado.
- Tú sabes la respuesta
- Pero quiero escucharla de tu boca Kate. Ya estoy tan dañado que temo algún día reponerme.
- No dudo que lo quiero Tom. Hemos pasado mucho. – mi corazón comenzó a doler. - yo también estoy rota por dentro y tengo el mismo miedo que tú. - Pero el tiempo cura todo. No estábamos destinado a estar juntos. Es la triste realidad.
- ¿Y por eso estás conmigo ahora?
- Estoy contigo porque te quiero. Porque eres importante y a pesar de todo lo que fuimos antes. No podría arrancarte de mi vida. puede sonar egoísta si- fumó un poco de su cigarro. - pero siempre dependí de ti tom. – sus palabras habían calado el fondo de mi corazón, estaba extasiado ¿eso quería decir que tenía una nueva oportunidad con ella? Temía saberlo. – no quiero cometer errores Tom. Perdóname si te hago daño es que no...
- Lo haces, pero a la vez me calmas. Eres todo para mi Kate. – ella sea cercó-
- Solo quiero que tomes las cosas como son Tom. Ambos estamos rotos y no se para dónde nos llevará la vida. somos libres sin ataduras.
- Estoy atado a ti hace años Kate.
- Pues no lo hagas
- Es inevitable- ella rió.
- Ahora tienes que pensar en ti, no en mí. Yo podré. Estoy segura.
- No puedo. Perdóname. – me levanté, era tan egoísta en querer alejarme de ella. La prefería como sea. Como amante, novia, mujer, amiga, pero jamás lejos de ella.
- No te enojes
- Claro que lo hago si quieres alejarme
- No has entendido nada Tom- la miré confundido.
- Dejemos que el tiempo y la vida tome el rumbo de ambos. Solo eso te pido. Porque ambos estamos rotos y tenemos que sanar y todavía sigo teniendo en mi corazón a Benedict. – ella se levantó del sofá, arrastro su cuerpo desnudo hacia mí, sus manos se apoyaron en rostro compungido.
- No dudes que te adoro Tom. Mírame- ordenó. - solo que los tiempos no nos acompañaron antes, pero puede que ahora nos acompañen. – mi corazón explotó. – sonreí. Ella acercó su boca a la mía y volvió a besarme.
(Ben)
Estaba bebiendo café desde temprano, había tenido una noche complicada, la charla con Lily fue un poco tensa y a la vez triste. Ella estaba muy angustiada, lloro en mis brazos todo el tiempo, me pidió que no la deje sola que si la quería que la acompañe que ella quería tener a ese bebé.
Estaba tan confundido por todo, le prometí estar con ella. Ahora todo iba a cambiar, seriamos una familia. Hubiese querido que fuera distinto, elegir el momento, pero no podía. Quería mucho a Lily sí, pero no la amaba ese sentimiento no había aflorado en mi corazón. Necesitaba tiempo, si para procesar todo.
Ahora me tocaba la peor parte, a pesar de estar separados desde hacía tiempo, sabiendo que ambos nos amábamos pero que no podíamos estar juntos porque nos lastimábamos tenía que hablar con Kate. Estaba aterrado, tenía miedo de escuchar su voz, de escucharla feliz, también de romperle el corazón nuevamente. Sabía que no tenía por qué darle explicaciones porque estábamos separados pero mi alma necesitaba dárselas.
Me armé de coraje y tomé mi móvil. No tenía idea que era de su vida, si seguía teniendo el mismo número de móvil. Necesitaba hacerlo solo a pesar de que Lucas y Nicholas quisieron acompañarme. No era más un niño era una persona adulta.
Marqué el número y esperé... cada minuto que pasaba mi corazón se aceleraba.
(Kate)
Salía de la biblioteca, esa mañana había sido fatal. Tuvimos que revisar muchos libros, ya que nos habían llegado muchos donaciones y ediciones nuevas de muchos textos. Cleo y yo habíamos sido ascendidas y ahora nuestra tarea era supervisar cinco bibliotecas de las universidades más importantes de Londres. Era un trabajo agotador pero gratificante al fin. Luego de recibirnos de licenciadas muchas bibliotecas y universidades pusieron sus ojos en nosotras y nos habían ofrecido también gracias a la recomendación de nuestra directora de biblioteca, cátedras sobre todo tipo de literatura inglesa y universal para el próximo año. Teníamos que pensar que haríamos.
Habíamos cambiado de departamento, nos habíamos mudado a un lugar más céntrico donde ambas podíamos tomar el tren o el bus para movernos por todos los lugares. No teníamos tiempo de usar el coche y tampoco queríamos depender de ese trasporte.
Ese día el sol golpeaba mi rostro cosa que nunca pasaba en Londres. Por eso tenía que aprovechar. Cleo haría horas extras y yo aproveché para pasar por mi cafetería buscar un expreso y caminar. Con la música en mis oídos aproveché el clima y canté lo que pude riéndome de cómo la gente que pasaba a mi alrededor me observaba como una loca de atar. Iba tan enfrascada en la letra de cada tema de mi banda favorita que no me di cuenta que la música se había parado porque tenía una llamada entrante. A los pocos minutos observé y mi corazón de congeló.
El número de Benedict aparecía en la pantalla. Había pasado tanto tiempo, recuerdo haber esperado horas, minutos y segundos una llamada de él, alguna noticia de parte suya y no de las noticias, que me había resignado.
Mi teléfono seguía vibrando y sonaba sin cesar. Yo seguía shokeada por lo que veía. Un sonido fuerte me sacó de mis pensamientos. Estaba parada en media de una calle. Y el tráfico era inminente.
- ¿Qué es lo que te pasa? ¿acaso estás loca? - un conductor enojado se asomaba por la ventanilla de su coche.
- Yo ... - de golpe los sonidos de varios coches hacían eco en mis oídos. Estaba petrificada. Mi mano seguía vibrando, mi cuerpo no reaccionaba.
- ¡¡¡Sal de ahí, es peligroso jovencita!!!- gritó una mujer- rápidamente di varios pasos, hasta llegar a la otra calle y estar a salvo. Estaba muy agitada, mi respiración seguía acelerada. Me acerqué a un árbol y apoyé mi mano derecha. Luego de unos minutos con los ojos cerrados. Mi mano comenzó a vibrar nuevamente. Instantáneamente atendí.
- Hola- dije un poco agitada y nerviosa.
- Kate... - de pronto dejé de escuchar las palpitaciones de mi corazón. – soy Ben.
- Ho... Hola Ben- traté de sonar lo más tranquila posible.
- ¿estás bien? Digo. te noto agitada – me enderecé - ¿estas ocupada? Puedo...
- Noooooo – grité- es que estaba corriendo por el parque- mentí, no iba a decirle que había causado un revuelo terrible en la calle.
- ¿cómo has estado?
- Bien ¿tú? - dije sin escuchar.
- Bien, claro. Gracias. – el momento se había tornado un poco incómodo. Mi mente y mi cuerpo no conectaban nuevamente, pero las ideas comenzaron a llegar pronto. ¿por qué luego de tanto tiempo volvía a llamarme?
- ¿te has confundido o realmente quieres hablar conmigo? - traté de no sonar irónica pero no pude evitarlo.
- Si disculpa- sentí su nerviosismo. Mi corazón comenzó a latir nuevamente. Estaba nerviosa, mi cuerpo sudaba. - ¿crees que podamos vernos?
- ¿qué? - dije confundida.
- Lo siento... yo ... he vuelto a Londres y bueno- hizo silencio- ¿crees que podamos conversar? - no podía procesar lo que estaba sucediendo. Mis sentimientos afloraron nuevamente, pero me encontraba en un estado de confusión.
Me había dado cuenta que era una persona que cree que todos los momentos en la vida tienen un espejo que te hace mirar hacia el pasado. Todo repercute, todo pasa, todo deja huella. Hasta lo más insignificante. Me sentía vulnerable frente a sus palabras. No sabía porque me encontraba en la disyuntiva de elegir entre lo que me decía la mente y lo que me decía el corazón.
- Creo que no es el ...
- Insisto Kate – me interrumpió. – solo conversaremos. – agaché mi cabeza cerré mis ojos y hablé.
- Está bien – hice una pausa- dime donde
- Pasare a buscarte por donde me digas yo ...
- No escucha mejor nos encontraremos. – esta vez lo corté yo.
- Está bien. En el restaurant Fishers. A las 20.
- Está bien-
- Gracias Kate. Nos veremos por la noche.
- Adiós Benedict. – había colgado. Me quedé observando el móvil.
Emprendí mi caminata nuevamente, arrepintiéndome por un lado de la decisión que había tomado. Volver a ver a Ben.
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