Cap 38... Tiempo
- ¿Quieres subir? – le pregunté, ella solo asintió. Realmente me preocupe de su actitud.
Abrí la puerta la tomé de las manos y la guié hacia el sofá la senté y ella se abrazó a si misma.
- Ya ha pasado todo Kate. Pero dime una cosa ¿Qué hacías con esos vagos?
- Solo..- hizo una pausa- caminé unas cuadras enojada por la situación y me encontré con ellos. Andy estaba ahí y me invitó a saludarlos.
- Espera espera.... ¿quién es Andy?-pregunté curioso. Mi cuerpo comenzó a tensarse.
- El primo de Ed. – alzó su vista.
- ¿el primo de Ed? Como es que no lo conozco.- pensé en voz alta.
- Lo conocí en una fiesta este año...- y de golpe calló.
- ¿has estado con él no?- ella tenía la mirada perdida, pero permaneció callada, lagrimas comenzaron a salir de sus ojos. Yo la tomé de las manos. Tenia el pecho oprimido.
- Cálmate, estas bien ahora te hare un té para que te tranquilices. – y salí disparado a la cocina, furioso, el cuerpo me temblaba por completo.
Miles de ideas comenzaron aflorar por mi cabeza. Andy, Andy Andy. Por Dios quien rayos era y que quería con Kate, estaba nervioso. Logré como pude hacer el espeso líquido y se lo di en una taza. Me senté en frente suyo mientras yo tomaba un vodka por mis nervios. Ella temblaba pero al tomar el té comenzó a tranquilizarse. Miré la hora y eran las 8 am, si que habían pasado cosas en la noche. Maldita noche. No había dormido nada y sentía que mi cuerpo estaba acelerado, no cansado.
- ¿quieres quedarte o prefieres que te lleve?- logré decir. Ella me observó detenidamente y luego de unos segundos habló.
- Quiero quedarme. – bajó su mirada.
- Te preparare el cuarto de invitados. – dije sin más, ofuscado y enojado por esta nueva situación que no terminaba de saber porque.
- No es necesario me quedaré aquí.- y señalo el sofá.
- Kate, estas cansada, un poco ebria asustada, tienes que dormir bien yo me iré a...
- ¿A dónde? – me cortó. - ¿iras donde ella? – su labio comenzó a temblar.
- Pero que dices- espeté- tengo que buscar mi coche lo dejé donde David.
- Debo irme- se paró como pudo.
- Deja de ser tan chiquilina- le grité. Toda esta situación...- y callé.
- Toda esta situación qué?- dijo tajante- entiendo que no debí venir en ningún momento a buscar respuestas donde no había, entiendo que estamos separados hace tiempo y que cada uno tiene que hacer su vida o pudo hacerlo, entiendo maldita sea que juntos no podemos estar por mi celos enfermizos y mis actitudes de chiquilina- se acercó a mi- por eso Benedict voy a soltarte para siempre y eso significa rehacer mi vida, olvidarte y sacarte de mi corazón. – mis ojos estaban estupefactos, mi cuerpo estaba estático. Las palabras de kate habían salido del fondo de su ser y tenía razón esto debía cortarse o bien arreglarse y definitivamente terminar juntos de una puta vez.
- No puedo aceptarlo- dije definitivamente- no quiero, estoy perdido sin ti, pude haber estado con otras personas pero no puedo estar sin ti, todo es vacio dentro de mí. No lo soporto más. Pero no sabemos estar juntos, no podemos.
- Sabes cuál es el problema, queremos tenerlo todo, no puedes soltarme ni yo tampoco a ti.
- ¿Por qué no puedo entenderte? Dime
- Por ninguno sabe cómo hacerlo, no podemos entendernos.- me senté en el sofá, comencé a llorar y no me importaba que ella viera si dolor pero de una u otra forma había que cortar con esta situación. Ella se sentó al lado en silencio. Ambos seguíamos rotos. Y esto no era vida.
(8 meses después)
Kate
- ¿Y puedes decirme como estas ahora?- ella acomodó sus lentes.
- No lo sé, ha pasado tiempo y yo estoy bien.
- ¿Puedes explicarme mejor? – la miré con recelo.
- Estoy haciendo cosas que me ayudan superándome a mí misma.
- Entiendo pero no has puesto a pensar que esta situación que viviste hace unos cuantos meses se está yendo de tu vida?
- Claro que si- dije –y sé cómo superarlo, pero me desconcierta hablar de esto contigo y no te ofendas por una depresión como tú la llamas por amor- comencé a reír.
- Kate- se acercó a mi- tienes que entender que cualquier situación sea la que sea puede afectar a la persona porque esta vulnerable.
- Entiendo- ¿Cómo sigue esto?
- Sigue como venimos trabajando y veo que tus cambios son muy progresivos y enormes. ¿Cómo estas con Thomas?
- El esta compañandome, es mi sostén junto con Cleo, George y Alice.
- Me alegro que así sea pero.... – acomodó sus lentes- no has pensado darle una oportunidad?
- Claro que si... siempre lo tuve en mente pero tengo que estar preparada porque con él hemos pasado muchas cosas durante toda prácticamente mi vida.- comencé a reír.
- Deberías pensarlo él te conoce como nadie... y....
- Voy a considerarlo
- ¿nos veremos el lunes?
- Claro
- Sigue con tu actividad normal, con la actividad física que te ayuda Kate y bueno ya queda poco para que tengas otro título, no dejes de tenerlo en la cabeza.
- Créeme que es lo primero que quiero y se por el camino en el que estoy pero muchas veces mi cuerpo y mi mente no se conectan
- Lo sé por eso estoy aquí para ayudarte.
- Gracias Sue.
- Te veré en la semana.
- Adiós
Salí del consultorio saludé a la secretaria, y comencé a caminar. Desde hacía unos meses que la terapia semanal me ayudaba muchísimo en la parte emocional. Día a día estaba superando todo, luego de esa charla con Benedict habíamos tomado caminos diferentes para siempre. Durante las primeras semanas había dolido tanto que no podía salir de mi habitación. A veces solemos aferrarnos a determinadas experiencias porque tenemos miedo a continuar, porque, de alguna forma, nos sentimos más cómodos en ese pasado que ya no existe, porque no queremos salir de la zona de confort. Sin embargo, dejar ir implica mirar al futuro, preocuparnos por avanzar y adaptarnos a las nuevas circunstancias. Dejar ir implica, sobre todo, confianza en el futuro.
Mi hermana había vuelto de Alemania unos días a hacerme compañía junto con mi sobrino Philips porque Thomas se había encargado de llamarla, realmente me hacían falta. Me había compenetrado tanto en lo que sucedía en mi vida que me había olvidado de mi familia. Habia sido tan egoísta, y eso me pesaba mucho.
Estaba a punto de cumplir 33, alguna vez en la vida tenía que madurar algunos dirían que es demasiado tarde que a esta edad es complicado madurar cuando realmente se tendría que haber hecho antes pero cada vida y experiencia es un mundo, y mi mundo siempre fue complicado no porque me haya tocado a mi sino porque la complicada era yo y lo asumía.
Había empezado por alejarme de Ben, ambos lo necesitábamos suponía que la vida se encargaría de volver a juntarnos pero era poco probable porque el noviazgo oficial con Lily Collins fue inmediato luego de nuestro alejamiento. Eran la pareja perfecta en para todos, ella joven y bella y él tan hermoso como se veía, acompañándola también con sus esplendor. Dolió mucho al principio pero luego de a poco fue pasando, dicen que siempre que llovió paró y ahora estaba parando. Y eso me hacía sentir fuerte. Él ya había decidido y está bien. Lo nuestro muy a mi pesar no era sano, muchas noches me quedaba en el balcón fumando un cigarro buscando las razones verdades de porque no funcionó nuestra relación.
Mi móvil comenzó a sonar. Sonreí.
- Como has estado- dije rápidamente.
- Estas de bueno humor parece
- Claro
- Donde estas?
- Estoy en la calle Albreys por entrar a un Starbucks a comprar un rico capuchino
- Puedo pasarte mi orden?- comenzó a reír.
- A ver dime
- Un café doble bien cargado, porque estoy harto de leer libretos... esta rompiéndome la cabeza.
- Hablo con Loki o con Tom
- El que prefieras pero tráeme eso estoy en donde siempre.
- Adiós
- Adiós hermosa
Mi relación con Thomas había cambiado drásticamente, era otra persona. No la que había conocido, no el hombre frio y manipulador que creía que era. Muchas veces pensé en retomar si es que se podía nuestra relación pero no me veía preparada todavía. Perdida en mi pensamientos entré al lugar pedí ambas bebidas, no me había dado cuenta que una persona se encontraba a mi lado.
- Ya no me saludas?- desenfoqué mi mirada de otro objetivo y lo reconocí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro