Cap 36... Histeriqueo
- ¿qué te has olvidado ahora?- abrió sus ojos como platos cuando focalizó su mirada. Se quedó como pensando yo me aproximé como pude a la puerta.
- Lo siento... creo que no debí venir...- ¡que error había cometido!- retrocedí un poco y traté de salir del pasillo, el terror me había acechado. Benedict salió detrás mío pude sentirlo. Me tomó del brazo. Dándome vuelta y quedando cerca de mi cuerpo. Podía sentir su aliento. Lo que pasó luego no supe de donde salió.
- Necesito... hablar contigo- dije y tragué en seco. Su mirada cambió a una más pasiva y tranquila.
- Claro Kate, pasa... – me soltó de su agarre. Comenzó a caminar y lo seguí por instinto.
Cuando entré sentí una sensación rara, todo seguía en el mismo lugar, me alegre por eso pero en el fondo me daba miedo, seguramente Ben le restaba poca importancia a nuestra separación que los muebles estén o no en ese lugar que elegimos antes no hacia la diferencia, me enojé por eso pero mi corazón decía que esas eran conclusiones erróneas.
- Siéntate- me dijo mientras desapareció hacia la cocina, seguí observando el lugar, miré el sofá donde tantas veces habíamos hecho el amor. Mi piel volvió a estremecerse. Salí de mis pensamientos. – toma – me acercó un vaso con un poco de campari. Él tomó un sorbo de whisky como de costumbre, se lo notaba tenso. El silencio en la sala era sepulcral. Mi móvil volvió a sonar, varias veces, me había olvidado del mensaje anterior y las imágenes, seguí restándole importancia.
- ¿Cómo has estado? – dijimos al unísolo. Ambos reímos. Pero la cosa seguía tensa.
- Supongo que bien – tomé la palabra.
- ¿supones?
- Si – tomé aire- ¿tú?- él se tensó.
- Bien – eso dolió.- digamos no, trabajando, con poco tiempo.
- Ah entiendo – dije por decir. Seguía tomando ambas manos el vaso, la fuerza que hacia parecía que iba a romperlo.
- Puedo preguntarte... ¿Qué haces aquí? – dijo confundido.
- Vine, no sé – las palabras y los nervios me jugaban en contra, cálmate Kate decía mi mente.
- ¿no sabes? ¿O no quieres decirlo? – mostró su sonrisa. De golpe me levanté deje el vaso en el desayunador que estaba cerca.
- Creo que no he tenido que venir. – tomó mis chal porque todavía seguía vestida con el atuendo de la gala. – discúlpame.
- Espera Kate, nadie te está diciendo nada malo. – tomó mi brazo.
- No sé porque pensé en venir hablar, no sé, saber...
- ¿Qué necesitas saber? – de golpe comenzó mi enojo.
- Nada Ben, me equivoqué tu estas bien sin mi... me he dado cuenta. Se ve a la legua que estas tan tranquilo y... Que estúpida fui.
- ¿Quién ha dicho eso?
- Deja de responderme con preguntas – me solté de su agarre.
- no me has preguntado nada, cálmate por favor... – dijo por detrás. Me di vuelta enojada y confundida, él estaba detrás, nuestros cuerpos estaban muy juntos sentía su aliento. Sus preguntas me exasperaban.
- No, porque estas en superado. No sé pensé que si me veías...
- ¿Iba a correr a tus brazos como antes? – abrí los ojos como platos.
- Me voy ha sido un error...
- Nadie está diciendo eso, solo que tengo sentimientos encontrados – frené en seco.
- ¿No lo has sentido? En el pasillo cuando nos vimos después de tanto tiempo.- mis lágrimas comenzaron aflorar.
- Claro que he sentido, ¿Qué piensas? Todo mi mundo se derrumbó al verte. La puta coraza que tuve durante este tiempo en segundos se ha quebrado. Mi cuerpo se relajó y por dentro comencé a tranquilizarme. Seguía cerca de él.
- Necesito saberlo.- dije, lo miré a los ojos.
- Pregúntame- dijo ofuscado. Me sorprendí por eso pero poco me importó.
- ¿has podido olvidarme? – vi como sus ojos reflejaban sufrimiento y entonces habló.
- No – respiré, mi corazón dio un vuelco.
- ¿y porque estas con ella? – fue una hipótesis que me salió en forma de pregunta. No sé porque había preguntado eso, en el fondo quería averiguar si realmente los rumores de la prensa eran ciertos. Él sólo miró para su costado, se acarició el pelo buscando una respuesta.
- No sé porque me dices eso Kate. – se alejó.
- Claramente estas con ella y no sabes cómo putas decírmelo- comencé a enojarme, comencé a caminar llegando casi a tocar su cuerpo. Levanté mi mano y señalándolo con el pecho oprimido le grité. – eres una mierda! Benedict no has cambiado ni un poco. – el abrió sus ojos como platos.
- ¿Qué diablos dices???? ¿Quién te crees?
- Soy tu ex novia, maldigo el día en que te....
- Ni lo digas, maldita sea – tomó mi mano – te arrepentirás.
- Claro que lo hago, suéltame!!!! – grité. - ¿Cómo has podido?- mis lágrimas comenzaron aflorar.
- ¡y que quieres que haga? Me sentí solo, como tú seguramente- gritó, apretó más fuerte mi brazo y me tiró contra su cuerpo. – ni si quiera ella puede hacerme olvidar de ti.
- Suéltame!!!!, yo no me refugié en nadie maldición. – ben observó mis labios y con su dedo pulgar los rozo, esa sensación que tanto extrañaba, cerré los ojos instantáneamente.
Choqué contra una pared cerca de la puerta, el levantó mis manos y me besó. Inmediatamente abrí mi boca, permitiéndole pasar. Lo extrañaba, sus manos aflojaron el agarre, me tomé de su cuello. Sentir su aroma, su piel, la forma en que me tocaba y me besaba me excitaban demasiado. Luego de unos minutos de saborearnos por fin habló.
- Siento que seguimos juntos, aunque estemos separados- apoyó su frente contra la mía. Yo solo comencé a llorar.- tranquila – siguió dándome pequeños y cortos besos.
- Te extraño. – solo logré decir eso, el me observó sus ojos azules penetraron los míos. ¿Por qué no has querido contactarte?
- No lo sé, estoy tan confundido.- esa palabras que por muchos años tenía en mi vocabulario, hicieron que reaccione ante lo que estaba pasando. Cambié mi semblante. Lo aparté de un momento a otro él se quedó de espalda sorprendido.
- Claramente no me amas como antes.
- Lo hago.- me congelé. – pero tienes que entenderme, nos hemos separado ha pasado tiempo, yo traté de seguir con mi vida y lo único que tuve fue a Lily. Escuchar el nombre salir de su boca, hacia pedazos mi corazón.
- No era más fácil buscarme, seguir en contacto.
- ¿para qué? Juntos no podemos estar ya lo hemos comprobado y para que me digas que le has dado la oportunidad a Hiddleston. Para darme cuenta que ya no era nada en tu vida- abrí mis ojos, mi pecho se oprimió.
- ¿Cómo dices?- logré decir
- ¿Piensas que no estuve al tanto de ciertas cosas de tu vida?- vi como levantó su celular, había imágenes mías con Thomas, bebiendo en una cafetería, riendo, charlando pero ninguna evidencia de nada, de algo que no había. – maldita sea Kate eres mi puta vida,- dijo enojado, tomó un poco de la botella que había en la mesada, su camisa estaba desabotonada.
- ¿pero qué cosas piensas? Con Tom hemos compartido charlas, cenas, pero siempre estás tú en las conversaciones. – me temblaron las manos y las piernas- él mismo me ha dicho que siente realmente lo que tu durante años, que ha cambiado su rol pero que no le importa tenerme cerca de él como su amiga.
- ¿y tú le crees? Hiddleston te ha mantenido siempre obnubilada y siempre le has creído- abrí mis ojos
- ¿Cómo llegamos a esto? Vine para saber si...
- Te seguía amando, ya lo sabes!!!- gritó
- Creo que esta conversación no da para más, me voy.
- Pues hazlo, será lo mejor. Estoy harto de este histeriqueo ya somos grandes maldita sea!!!! Cambia un poco Kate. Vive tu vida!!!! – sin más Ben se dio media vuelta como dejándome el paso tranquilo para que me retire del lugar. Mi mente y mi cuerpo no podía entender las palabras que habían salido de su boca.
Y como buena orgullosa pasó por su lado empujándolo y Salí con lágrimas en los ojos. Mientras bajaba por las escaleras marcaba el número de Thomas.
- Maldita sea Tom atiende. No logré contactarme con él. Guardé el móvil llegué al lobby principal de apartamento y me acordé de las descargas que había dejado mientras llegaba a lo de Benedict.
Volví a buscar mi móvil y las busqué. De golpe comenzaron a brotar lagrimas más fuertes de mis ojos, no lo podía creer, me tarde varios minutos y observar detenidamente las dos fotos mientras mi corazón y mi estómago se estrujaron. Mi pulso se aceleró y comencé a temblar. La rabia me había invadido. La ira nunca es sin razón, pero rara vez es buena, proviene siempre de las expectativas frustradas. Y así me sentía. Me di media vuelta y comencé a subir por las escaleras. Estaba cegada montada en cólera. Cuando llegué respiré fuerte y golpee la puerta muy encabronada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro