En ese momento se me vino una imagen más exacta a la memoria. Cuando en el pasillo de la gala de la biblioteca de Londres la había rechazado. Mi corazón se estrujó.

- ¿Cómo has estado?

- Bien – todavía veía su asombro. ¿pero no me esperaba? Me sentí frustrado por unos momentos. ¿tu estas bien?

- Podría decirse. ¿cuánto ha pasado?

- Meses, semanas, días, horas – logro decir. Todavía su encanto corrompía mi mente. Se puso nerviosa unos minutos – discúlpame Ben ... no sé qué decir ha pasado tiempo, no sé si.... Puedo llegar a complicarte...

- Jamás lo harías- ella se sonrojó – me acerque un poco más, levantó su mano y la acercó a mi mejilla. Instantáneamente cerré mis ojos respirando su aroma y disfrutando su tacto. Fueron los minutos más eternos de mi vida, estábamos los dos contemplándonos, instantáneamente nos fuimos acercando y nuestros alientos comenzaron a chocar.

De golpe por el pasillo aparecieron unas jovencitas riéndose, hablando a los gritos. Cuando me vieron comenzaron a gritar aún más. El contacto que estábamos teniendo o por tener en realidad se rompió. Ellas se encimaron sobre mí y perdí de vista a Kate. Solo vi que desaparecía por el pasillo. Unos brazos tomaron los míos y visualicé a Lily.

La miré con desaprobación. Mi cuerpo instantáneamente la rechazo, mi mente comenzó a trabajar a mil. Necesitaba ver a Kate, tocarla, tenerla volver a ser los de antes. La extrañaba horrores. Me solté inmediatamente.

- ¿Qué haces Lily?

- No me has mirado en toda la cena. Quiero besarte. - gritó

- Lárgate no ves que...

- Estabas con ella ...- volvió a gritar – no puedes...

- ¿no puedo? – la tomé del brazo – yo puedo hacer lo que me plazca, maldita sea. Sabes cómo es la situación. Lo sabes- grité

- Tienes que olvidarte Benedict... ya ha pasado lo de ustedes. – gritó

- Eso es lo que crees... - la solté y salí por el pasillo.

Estaba muy cabreado ¿Cómo permití que esta situación llegase a este punto? Era un completo idiota. El pasillo no terminaba más y mi ansiedad estaba pasando los limites, comencé a traspirar durante el recorrido choqué con Lucas.

- Amigos.. que ha...

- Lárgate!!!! – le grité- seguí caminando

- Espera que te pasa ¿eres idiota o qué?

- Déjame maldita sea....

- Cálmate- gritó David y me sostuvo. Traté de zafarme de él.

- Que intentas hacer... Benedict no lo arruines- me di vuelta ofuscado, pero traté de calmarme.

- No me pidas eso... lo arruine acostándome con Lily.

- Benedict tienes que terminar con esto ... estas separado de Kate hace mucho tienes que olvidarla. – me solté de su agarre y me apoyé en una pared.

- Creo que es imposible. Todo me recuerda a ella. No sé qué hacer.

- ¿las has visto no es así?

- Claro, estuvimos como unos idiotas mirándonos, contemplándonos. De golpe sentí que la necesitaba que no podía vivir sin ella.

- Claro que puedes.

(Kate)

Estaba en la terraza del lugar. Respiraba hondo, mi pulso iba a mil no sabía cómo calmarme. La idea no era encontrarme con Benedict. Lo amaba tanto que verlo significaba volver ¿pero por qué? atrás a lo mismo de siempre, estábamos separados el destino no estaba a nuestro favor, Instantemente llamé a Thomas. No me atendió. Necesitaba ordenar mis ideas. Tenía que irme del lugar, pero no podía. Tampoco podía huir siempre terminaba siendo la misma cobarde.

Sentí una presencia. Me di vuelta era Ed. Volví a mirar para el frente. Se puso junto a mí y quedó en silencio unos minutos hasta que habló.

- ¿estás bien?

- No – dije tajante.

- ¿Creías que iba a ser así?

- ¿de qué hablas? – dije enojada.

- ¿Sabías que vendría no es así?

- Si...- hice un silencio no sabía que decir. Ed se acercó un poco más.

- Deberías olvidarte...

- No puedo – dije sin mirarlo

- Solo necesitas voluntad. – seguía acercándose.

En ese momento mi móvil comenzó a sonar. Era Thomas, bendito sea su llamado. Me alejé para poder hablar tranquila y comencé a bajar las escaleras. La fiesta había comenzado ya que todos bailaban en los salones contiguos y había gente por los pasillos y por las escaleras. Esquive muchas personas con copas en sus manos, parecía que la gala estaba muy entretenida, pero para mí era una tortura.

- Kate????

- Thomas siento...

- ¿qué ha pasado linda?

- Benedict...

- ¿Qué dices?

- Lo he encontrado, te necesito tom ¿dónde estás?

- Linda tranquila, me encanta que me llames, pero sabes que estoy lejos...

- Maldición...

- No te enojes amor...

- No te preocupes...

- ¿Estás bien?

- No lo sé, me iré hablaré con mi directora le explicaré la situación. – no le di tiempo a responderme que enseguida quise cortar. Necesitaba irme lo antes posible.

Seguía bajando las escaleras y tropecé con Cleo.

- Kate donde te has metido ...

- Quiero irme lo vi Cleo...

- Espera no puedes huir... él está buscándote.

- ¿cómo dices? – mi corazón comenzó acelerarse nuevamente. Estos estados de nerviosismo me desestabilizaban

- Lo vi esta con lucas y David esta alterado, nervioso ¿me puedes decir que ha pasado?

- Solo nos hemos encontrado. Fue algo maravilloso algo que extrañaba. Vi de nuevo esa conexión que nunca cambió. Sentí que seguía amándome. - comencé a sonreír.

- Debo buscarlo ...

- ¿queeeee? ¿Estás segura? – me tomó del brazo

- Si tengo que saber si sigue amándome.

- Entiendo... bueno siempre has hecho lo que quisiste... no voy a detenerte...- volví a sonreír amaba a Cleo a pesar de todo lo que me había pasado ella seguía apoyándome. – trata de buscarlo a la salida lo he encontrado por ahí yéndose con sus amigos.

- ¿cómo no me lo has dicho Cleo?

- Lo siento no sabía que estaba pasando. – levantó sus hombros compungida.

- Debo irme- me acerqué le di un beso en su mejilla y Sali corriendo. Poco me importó mi directora sabía que con el apoyo de Cleo estaba salvada.

Levanté un poco mi vestido, miré mis zapatos con tacón alto. Y comencé a correr, la adrenalina atravesaba todo mi cuerpo. Estaba nerviosa, alterada, pero quería encontrarme con él. Lo deseaba, lo necesitaba, debía tenerlo cerca. Tenía que responder algo que me inquietó durante meses. Si todavía era mío.

Busqué por todos los rincones del gran salón, me había encontrado con Nicholas y me había dicho que hacia un rato largo no los había visto ni a él ni a Lucas ni a David.

Fue en ese momento que comencé a desesperarme. Salí corriendo y tomé el primer taxi que encontré esta vez iría a su hogar. Nunca me había dado cuenta que una mirada malévola estaba observando todo. Pero todo pasaba por una razón.